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Sobre un nido de cucos Kesey, Paul, Douglas y los años locos. Un delincuente, R. P. McMurphy, evita la cárcel al entrar a un hospital psiquiátrico. Allí se enfrenta al status-quo y termina con una lobotomía cerebral. El final muestra a un gigantesco "jefe" indio que recupera su libertad al arrojar un inmenso panel contra una ventana enrejada del hospital. "Alguien voló sobre el nido del cuco" (1962), le daría fama y fortuna a Kesey cuando llegó al cine. Michael Douglas produjo la exitosísima película luego de que su padre lo intentara sin éxito. Kirk había comprado los derechos de "Alguien...", protagonizado la obra teatral y pensaba repetir su papel en el cine. Lo intento durante doce años. Cuando el proyecto vio la luz era tarde para él: la gloria fue de Jack Nicholson. Ken Kesey murió en noviembre del año pasado; tenía 66 años, nuevas obras en su haber ("Sometimes a Great Notion", "La caja del diablo", "The Further Inquiry"), y una leyenda como inspirador de "La gira mágica y misteriosa" de los Beatles. En 1967 Paul McCartney visitó Estados Unidos y conoció a la pandilla de Kesey, los Alegres Bromistas, que recorrían el país en un omnibus lleno de ácido para escándalo de sus vecinos y regocijo hippie. La imagen lo shockeó. En el viaje de regreso comenzó a imaginar: mujeres gordas, payasos, enanos, un circo. El Sargento tenía heredero. El "omnibus lisérgico" contaba con tripulantes tan famosos como Timothy Leariy, abanderado de la experimentación con LSD, y Neal Cassidy, héroe de la novela de Jack Kerouac, "En el camino". Kesey participó de la movida californiana junto a bandas como Grateful Dead o Jefferson Airplane, y fue retratado por Tom Wolfe en su "Ponche de ácido lisérgico". Con la fundación de Apple, la efímera empresa de los Beatles, recibió un cheque y una invitación para grabar su trabajo.
Paul no había olvidado su deuda. Porque:
Por Iván de la Torre |
John Lennon Teen-Pop Jorge Luis Borges Adolfo Bioy Casares Seinfeld Stanley Kubrick Steven Spielberg George Lucas En 1967 Paul McCartney conoció a la pandilla de Kesey. La imagen lo shockeó. De regreso a Inglaterra comenzó a imaginar: mujeres gordas, payasos, enanos, un circo. El Sargento tenía heredero. |
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