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Vivían en Jerusalén
unos santos esposos, Joaquín y Ana, pero estaban tristes porque se
hacían viejos y no tenían hijos. Después de rezar a Dios muchos años,
tuvieron a una niña, la criatura más excelsa, hermosa e inmaculada,
concebida sin pecado original. |
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En
Nazareth (que quiere decir "ciudad de las flores") brotó la
flor más bella y lozana de la tierra. Los ángeles la contemplaban
arrobados y mecían su cuna. A los quince años, su padre le puso el
nombre de María, que significa "Reina" y "estrella del
mar"
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A los sesenta y cinco días
del nacimiento de la niña (tal como mandaba la Ley), Ana, su madre, fue a
purificarse al templo de Jerusalén; y allí, la niña María fue
presentada al Señor por Zacarías, que era pariente de sus padres.
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A los tres años
la volvieron a llevar al Templo sus padres, pero ahora era para entregarla
del todo al Señor hasta cumplir los catorce años. Sus padres se
volvieron a Nazareth pero murieron poco después. |
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Allí la niña María servía
a Dios rezando y cantando Salmos, hilando y cosiendo, y cuidando del aseo
del Templo. Cuando murieron sus padres, María al quedar bajo la
tutela de los Doctores del Templo, fue obligada a casarse a
pesar de su voto de virginidad. |
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Más, como todos los mozos de Nazareth la pretendían, sólo fue escogido
JOSÉ, que fue el único a quien le florecieron por milagro unas azucenas
en su vara seca.
Antes de ser llevada al hogar de San José, el ángel San Gabriel le
anunció a María que sería por milagro MADRE DE DIOS,
teniendo un hijo, al que llamaría JESÚS, el Salvador del mundo. Al
saludarla la llamó "llena de gracias" y "bendita entre
todas las mujeres" |
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También le dijo
el ángel que su prima Santa Isabel, ya anciana iba a tener pronto un
hijo. Este sería luego Juan, el Bautista. Entonces dejo Nazareth y
corrió a visitar a su prima (que vivía cerca de Jerusalén con
Zacarías) Ésta al verla, le dijo: "Bendita Tú entre todas las
mujeres", y María contestó: "Engrandece mi alma al
Señor" |
La mayor alegría
que tiene una madre es cuando le ha nacido un hijo. Pues ¿cuál no sería
la inmensa alegría de la Virgen María cuando, al cumplir el tiempo
señalado, le nació en la pobre cueva de Belén un hijo que era DIOS y
Hombre a la vez, el SALVADOR DEL MUNDO? No se cansarían San José y ella
de besarlo y abrazarlo. |
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Solo
sentían que naciera en un lugar pobre. Un asno y un buey lo calentaban con su aliento al Niño Jesús. Unos pastores, enterados por un ángel,
acudieron a llevarle regalos y a adorarle como a Dios. También del
Oriente llegaron los Magos con oro, incienso y Mirra. |
Pero
los Magos (a quienes guiaba una estrella), pasaron antes por la Corte del
Rey Herodes. Este Rey, cruel y envidioso, mandó matar a todos los niños
de Belén que tuvieran menos de dos años para así matar al niño Jesús.
Mas, un ángel hizo huir a José y María con el niño a Egipto. |
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Cuando murió
Herodes, el ángel les dijo que volvieran a Nazareth. Al tener doce años el niño Jesús fue al Templo de Jerusalén,
con sus padres; pero, en el camino entre tanta gente lo perdieron. En vano
lo buscaban muy apenados, hasta que al cabo de tres días lo hallaron
entre los Doctores del Templo. |
En los primeros treinta años de
vida, oculta en Nazareth ¡con qué gozo su madre seguiría todos los
pasos de Jesús y su trabajo en el taller de Nazareth, conforme crecía y
se hacía un hombre! Entretanto, San José fue envejeciendo, hasta que un
día murió santamente, asistido de Jesús y María.
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Pero
Jesús no había venido a la tierra para estar con su madre, sino para
enseñar a todos el camino del cielo y predicar la doctrina divina. Y
así, cumplió los treinta años, se despidió de su Madre. Jesús, tan
bondadoso, halló amigos a quienes formó y llamó Apóstoles. |
Les
convidaron a unas bodas en Caná; pero faltó el vino. También estaba
allí María; y, a ruego de ella Jesús hizo el primer milagro,
convirtiendo el agua de seis tinajas en exquisito vino.
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Luego
el evangelio ya no cuenta nada de María, hasta la dolorosa Pasión de su
Hijo. Pero, en estos tres años en que él predicaba ¡cuánto pensaría
noche y día en Jesús, en lo que él hacía sufría y trabajaba para las
almas! Ella oraba mientras él predicaba, y ¡cuánto se alegraría de sus
triunfos y milagros. |
Antes de ser entregado Jesús a la muerte por sus enemigos quiso celebrar
la Cena Pascual como despedida con sus apóstoles, y mandó a dos de ellos
que lo prepararan todo. María que había visto la entrada triunfal,
entre palmas y ramos, de su Hijo, les ayudaría también a preparar la
última Cena.
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El
corazón de una madre siempre se angustia y sufre ante al dolor y
adversidad del hijo ¿Cómo o iba a sufrir la noche de la Pasión de
Jesús, desde la traición de Judas en el huerto de los olivos, la
negación de Pedro, su proceso ante Anás, Caifás, los azotes y la
sentencia de muerte en cruz dada por Pilatos? |
Cuando
al fin Jesús salió camino del Calvario con la cruz a cuestas, vigilado
por soldados romanos, María fue a su encuentro junto con la Verónica y
otras piadosas mujeres.
Madre e hijo se miraron apenados,
sin decirse nada. A las otras mujeres dijo: "No lloréis por mí,
sino por vosotras y por vuestros hijos"
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¡Qué
horrible pena el ver crucificar! ¡Qué horrible pena al ver crucificar
tan bárbaramente al inocente Jesús! Una vez ya en la cruz clavado.
María no se separó de él. Le acompañaba el apóstol San Juan y
Magdalena. Pero si el tormento de la cruz era terrible, no menos
afligiría su corazón maternal las burlas e insultos de la gente cuando
decían: " Si eres el hijo de Dios baja de la cruz y sálvate" |
En los últimos momentos Jesús no
dio su TESTAMENTO de amor, proclamando a María, Madre Nuestra y Madre
Universal: "He aquí a tu Madre", dijo señalando a María; Y
LUEGO: "He aquí a tu hijo", dijo a María señalando a San Juan
que nos representaba a todos los hombres ¡Qué buena madre nos dio, la
mejor y más santa de todas!
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Después de presentar su agonía y dolorosa
muerte, José de Arimatea logró permiso de Pilatos para desclavarle de la
cruz y enterrarle en un sepulcro nuevo. María tuvo toda la serenidad de
ayudarle en todo; besó el cadáver de su Hijo entre sus brazos y le ungió
con aromas, según costumbre de entonces.
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¡Qué alegría al ver a su divino Hijo
resucitado y triunfante de sus enemigos, cuando se le apareció antes que
a nadie! Pasados cuarenta días, antes de la Ascensión a los cielos, se
le volvió a aparecer. Luego, estuvo en el Cenáculo en medio de los
Apóstoles cuando recibieron el Espíritu Santo.
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Vivió aun muchos años en Efeso con el apóstol
San Juan, animando a los primeros cristianos, hasta que un día pareció que
se moría de amor, entre músicas de Ángeles. Días después, al abrir su
sepulcro, solo hallaron rosas. Era que su Divino Hijo la había llamado al
cielo, subiéndola los ángeles a la gloria en Cuerpo y Alma.
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