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I
Yo dije que si volvía a cantar, en esta casa donde un pan de amor se amasa mi reaparición haría. Entre Esperanza y María y Rubén sangró mi pena, pero rota la cadena en la nueva fundición he fundido un eslabón para Guira de Melena.
II
En un silencio abismal los recursos me faltaron y los ríos se negaron a su corriente habitual. La vida me trató mal, eso lo sabe Rubén, y Armando decía, quién de hacer un daño se cuida no merece que la vida no lo esté tratando bien.
III La vida me trató mal con las puntillas del llanto y de haber llorado tanto se me secó el lagrimal. Me dio bocados de sal sin darme azúcar después, pero así la vida es, hay amigos y tiranos unos que te dan las manos y otros que te dan los pies.
IV Aguas de resignación he bebido en estos días y con aguas de alegría me han mojado el corazón. Yo no se con que algodón han tapado mi flagelo, como si aves en un vuelo que no pensaban hacer me vengan a devolver la vida en un ritornelo.
V Yo era un cadáver, yo estaba en la jaula del dolor o dicho en forma mejor un muerto que caminaba. Vivir, no me interesaba, se murió mi voluntad, y con la seguridad que nadie podía salvarme y mucho menos sacarme de tan honda oscuridad.
VI Pero no perdí la fe, y en cualquier momento dado imaginé que a mi lado estaba un monstruo de pie. Cuantas veces me toqué asustado el corazón, pues tenía la impresión del muerto que no respira y todo era una mentira, pero así los días son.
VII El que pasa por la vida sin un solo sufrimiento ni agobiado ni contento hasta de vivir se olvida. Cada tristeza vivida le da al hombre un contenido, yo soy un árbol pulido en el monte del dolor y me dan fuerza mayor los golpes que he recibido.
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VIII Cuando la vida nos llama a una asamblea de muerte si no hay fuerza nos convierte en una parte del drama. Cuando es más brava la llama de la desgracia encendida y más fiera la embestida del jabalí que nos muerde hay que ver como se pierde la marca de la mordida.
IX Han abierto mis ventanas con las llaves de un laúd, y un tinte de juventud me está pintando las canas. Frente a las penas humanas hay que tener condición, yo lo se por la razón de como estuve de pie la mañana que enterré mitad de mi corazón.
X Ojalá resucitara para en los minutos esos ponerme a contar los besos que le iba a dar en la cara. Pero la noche está clara no la vamos a empañar, pongámonos a pensar que el mundo tiene desvíos y recipientes vacíos que tenemos que llenar.
XI El silencio prolongado como mis penas ocultas son lágrimas insepultas que a la tierra no han llegado. ¿Qué ser humano ha pasado la vida sin un dolor porque siempre un impostor se desordena y se impone y por un tiempo nos pone a sus pies de dictador?
XII Con los ojos de la vida nos ponemos a mirar y se pierde en alta mar la mirada indefinida. No digamos que se olvida el recuerdo que se invoca, pero no es una ley loca la primicia del deber y tenemos que aprender lo que en la vida nos toca.
XIII En la escuela de la vida aprendemos muchas cosas mira a Margarita Rosas como trabaja y nos cuida. En cada etapa vivida hay un ánimo dispuesto, quiero decirte con esto que igual llano no se bebe cuando muere un hombre plebe, cuando muere un hombre honrado.
XIV Por la vida despreciado eso si es triste caer sin un beso de mujer sin un hijo a nuestro lado. Cuando se muere rodeado por el pueblo es diferente, donde no falte un pariente, y esté en el cortejo humano el amigo más lejano el amigo más ausente.
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