Los hallazgos de este informe
demuestran que si se aprueba la propuesta de la
mina de oro a tajo abierto en Tambo Grande, es
muy probable que tenga impactos negativos
de largo plazo en la calidad y cantidad del agua, el medio ambiente
en general y, probablemente, en la agricultura. Más aún, las
afirmaciones que Manhattan Minerals y el gobierno
peruano han hecho con referencia a la
ausencia de impactos no pueden ser sustentadas por los análisis
y la información que la
empresa ha suministrado hasta la fecha.
Considere estos hallazgos preliminares:
· El
estudio de línea de base de Tambogrande es completamente inadecuado,
si se juzga de acuerdo a los criterios establecidos por la Oficina
de Estudios Ambientales de Columbia Británica, criterios que
Manhattan Minerals tendría que cumplir si
estuviera proponiendo la explotación de
dicha mina en su país de origen (Canadá) y en su provincia
(Columbia Británica), tampoco sería aceptable en los Estados
Unidos.
· La
afirmación de que no habrá impactos ambientales no puede ser
sustentada por la evidencia que la empresa ha
presentado. La empresa Manhattan no ha
entregado ningún estudio que describa los potenciales impactos
ambientales, tal como un Estudio de Impacto Ambiental (o EIA).
Sin embargo, es claro que sus representantes y
los oficiales del gobierno han dado a
entender a los residentes de la zona, en presentaciones públicas,
que tales impactos no ocurrirán.
· La
contaminación del agua en el lugar es muy posible. Ya sea por la
alta acidez o alta alcalinidad, las aguas
que percolan de los desechos de la actividad
minera probablemente contengan altas concentraciones de muchos
constituyentes tóxicos, tales como: metales (aluminio, antimonio,
arsénico, bario, cadmio, cobre, cromo, cobalto,
hierro, mercurio, molibdeno, manganeso,
niquel, plomo, selenio, plata, talio, vanadio, zinc); no-metales
(sulfato, nitrato, amoníaco); cianuro y compuestos relacionados
con su descomposición (complejos metálicos-cianúricos, cianato,
tiocianato); posible radioactividad (uranio, radio, alfa y beta en
bruto); y compuestos
orgánicos.
· Existe
un potencial significativo que haya contaminación del suelo y de
los cultivos en un área de producción
agrícola de alto valor. Como se describe
arriba, los desechos sólidos de la mina contendrán numerosos
contaminantes químicos, y muchos de ellos
estarán en formas móviles en el agua,
capaces entonces de contaminar las aguas superficiales y subterráneas
locales. Adicionalmente, estas grandes acumulaciones de rocas
de desperdicio y desechos estarán expuestas a vientos, que llevarán
los particulas de polvo contaminante a las áreas residenciales
cercanas, a las escuelas, a las aguas
superficiales y a los campos agrícolas.
Estas partículas son potencialmente tóxicas para los humanos,
los animales, peces y cultivos –especialmente
cuando se descargan a lo largo
de un período de varios años.
· El
gobierno peruano, con una participación del 25% en la propiedad del
proyecto, tiene un conflicto inherente de
intereses. El gobierno es a la vez regulador
y beneficiario de la producción de la mina, por tanto estará
tentado a evitar implementar los requisitos
ambientales que resulten muy costosos.
Tales arreglos han resultado en problemas similares en otras minas,
tales como la Mina Kumtor en Kyrgyztan y la Mina Aurul en Rumania.
· Las
discusiones con los líderes comunitarios locales revelaron la
existencia de una fuerte oposición al proyecto,
debido a los posibles impactos
ambientales. Las comunidades están profundamente preocupadas
por la amenaza de la posible contaminación que el proyecto puede
traer a sus medios de sustento. Ellos saben de los problemas sociales
y medioambientales que han ocurrido en años recientes en otros
grandes proyectos mineros en el Perú y temen que
ocurra lo mismo en el proyecto Tambo Grande.
Claramente, la mina propuesta Tambo Grande
también tendrá impactos sustanciales
en el tejido social de los que viven ya sea dentro o cerca del sitio
donde se propone establecer la mina. La
operación de la mina necesitará la reubicación
de muchas familias, ya que partes de la mina serán excavadas bajo
una ciudad ya construida. Algunos de los impactos
de corto plazo pueden ser vistos como
positivos, tales como las mejoras inmediatas en la infraestructura
local –asumiendo que se construirá según lo
planeado. Sin embargo, los impactos de
largo plazo son los más significativos. Dados estos impactos
esperados, es imperativo que todos los riesgos e
impactos potenciales sean considerados
plenamente y balanceados con los impactos dentro o cerca al sitio
donde estará la mina,
antes de que se tome cualquier decisión de proseguir.
Manhattan Minerals no debe seguir adelante sin
antes tener el consentimiento informado
de la comunidad afectada. Como primer paso, Manhattan Minerals
debe proveer a estudio completo de impacto, que
incluya un estudio amplio y final de
línea de base, y debe brindar recursos a los líderes comunitarios
para que conduzcan sus propios estudios,
independientes de las conclusiones de la empresa
Manhattan. Es solamente sobre esta base, que los afectados pueden
tomar una decisión informada si desean, o no,
aceptar los posibles impactos de esta
mina a cambio de los "beneficios" ofrecidos por la
compañía Manhattan. |
Robert E. Moran,
Ph.D. Water
Quality/Hydrogeology/Geochemistry, 501 Hess Ave., Golden, CO 80401
U.S.A., Phone: (303) 526-1405, Fax: (303) 526-2678, Internet: remoran@aol.com
©Agosto de 2001 por Robert Moran para Oxfam America, Mineral Policy
Center y Environmental Mining Council of British Columbia. |