FEDERACION ESPIRITA DEL SURCOLOMBIANO "FEDESUR"

VICEPRESIDENCIA DOCTRINARIA - SECRETARÍA GENERAL

Departamento de Divulgación - Area de Comunicación Social Espírita

Texto Completo en Word

 

C O N T E N I D O

Aula No. 1 Dios Y Creación

Aula No. 2 Las Religiones

Aula No. 3 Origen De La Doctrina Espirita

Aula No. 4 Las Revelaciones Y El Progreso Espiritual Del Hombre

Aula No. 5 La Doctrina Espírita

Aula No. 6 Principios Básicos De La Doctrina Espírita

Aula No. 7 Reencarnación, Ley De Causalidad Y Karma

Aula No. 8 Analisis Sintetico De La Obra De La Codificacion De Allan Kardec

Aula No. 9 Los Fluidos

Aula No. 10 El Periespíritu

Aula No. 11 La Mediumnidad

Aula No. 12 E l p a s e

Aula No. 13 La Obsesión

Aula No. 14 La Vida Moral Con Base En El Evangelio De Jesús

Aula No. 15 Biografia De Allan Kardec

Conclusiones

 

Consejo Espírita Internacional CEI

Confederación Espírita Colombiana CONFECOL

CURSO BÁSICO DE DOCTRINA ESPÍRITA

AULA No. 13

L A O B S E S I O N

 

"Cuando llegaron al gentío, vino a él un hombre que se arrodilló delante de él, diciendo: Señor ten misericordia de mi hijo, que es lunático, y padece muchísimo; porque muchas veces cae en el fuego, y muchas en el agua. Y lo he traído a tus discípulos, pero no le han podido sanar. Respondiendo Jesús dijo: ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuando he de estar con vosotros? ¿Hasta cuando os he de soportar? Traédmelo acá. Y reprendió Jesús al demonio, el cual salió del muchacho, y este quedó sano desde aquella hora". - (Mateo, cap. 17 - 14 al 18).

 

13.1 QUE ES LA OBSESION

La obsesión es una especie de enfermedad de orden psíquico y emocional, que consiste en el impedimento de la actividades de un Espíritu por la acción de otro. La influencia maléfica de un Espíritu obsesor puede afectar la vida mental de una persona, alterando sus emociones y raciocinios, llegando a alcanzar su cuerpo físico. La influencia espiritual solo es calificada como obsesión cuando se observa una perturbación constante. Si la influencia se presenta esporádicamente, ella no se caracteriza como una obsesión.

Solamente los Espíritus malos e imperfectos provocan obsesiones, interfiriendo en la voluntad del individuo, haciendo con que él tenga acciones contrarias a su deseo natural. La obsesión sólo se instala en la mente del paciente cuando el obsesor encuentra debilidades morales que puedan ser exploradas. Son puntos negativos que, naturalmente, todos tenemos, por la imperfección que nos caracteriza. Por consiguiente, se concluye que todos estamos sujetos a la obsesión.

Las dolencias del cuerpo carnal sólo se manifiestan cuando existen estructuras frágiles o carencias en el organismo físico. En el área psíquica sucede lo mismo. Los individuos debilitados moralmente, con fallas de carácter, vicios etc. Estarán más sujetos a la obsesión. El Espíritu obsesor, conociendo las debilidades morales del enfermo, poco a poco obtiene acceso en su espacio mental, llegando en algunos casos a dominarlo. Si la obsesión se afirmare y no fuere tratada espiritualmente en un tiempo hábil, ocurrirá un aumento de la afinidad fluidica entre obsesor y obsesado, lo que traería como consecuencia un agravamiento de la enfermedad.

La obsesiones en el periodo de la infancia son raras. Generalmente, las influencias se inician entre los siete y los diez años de edad, cuando la personalidad del niño comienza a manifestarse. Después de ese periodo es cuando comienzan a presentarse las influencias obsesivas más preocupantes. Algunos adeptos del Espiritismo afirman que todas las personas son obsesadas, pero esto no es verdad. Todos nosotros recibimos influencias espirituales buenas o ruines que, de acuerdo con nuestro libre albedrío, pueden encaminarnos para el bien o para el mal.

La obsesión se caracteriza como una enfermedad con señales bastante perceptibles. Sólo es obsesado, en el real significado de la palabra, aquel que está psicológicamente enfermo por causa de las influencias espirituales negativas, o se hizo prisionero de pensamientos mórbidos existentes en su intimidad. Citaremos a continuación algunas enseñanzas de Allan Kardec sobre el asunto, encontradas en la revista Espírita del mes de octubre de 1.858:

-"Los Espíritus no son iguales ni en poder, ni en conocimientos, ni en sabiduría. No pasan de ser almas humanas desprovistas del cuerpo corporal, presentando una mayor variedad que la que encontramos entre los hombres de la Tierra. Hay, pues, Espíritus muy superiores, como también los hay muy inferiores; muy buenos y muy malos, muy sabios y muy ignorantes, los hay livianos, malévolos, mentirosos, astutos, hipócritas, graciosos, burlones etc.

- Permanentemente estamos rodeados por una nube de Espíritus que, no por ser invisibles a nuestros ojos materiales, dejan de estar en el espacio, los cuales giran a nuestro alrededor, a nuestro lado, expiando nuestros actos, leyendo nuestros pensamientos, unos para hacernos bien, otros para hacernos mal, según sean Espíritus buenos o malos.

- Por la inferioridad física y moral de nuestro globo, en la jerarquía de los mundos, los Espíritus inferiores aquí son más numerosos que los superiores.

- Entre los que nos rodean, existen los que se unen a nosotros, los que actúan más particularmente sobre nuestros pensamientos, aconsejándonos, y cuyo impulso seguimos sin que nos demos cuenta; felices si escucháramos la voz de los buenos.

- Los Espíritus inferiores se unen a aquellos que le prestan atención, dándoles vía libre y a los cuales se agarran. Si consiguen establecer dominio sobre alguien, se identifican con su propio Espíritu, fascinándolo, obsesándolo, subyugándolo y lo dominan como si fuese un niño.

- La obsesión se da a través de los Espíritus inferiores; los Espíritus buenos no producen ninguna perturbación; aconsejan, combaten la influencia de los malos, y estos se apartan cuando no son escuchados. El grado de perturbación y la naturaleza de los efectos que produce marcan la diferencia entre la obsesión, la subyugación y la fascinación.

- Por su voluntad el hombre consigue sacudirse del yugo de los Espíritus imperfectos, porque en virtud de su libre albedrío, puede escoger entre el bien y el mal. Si la perturbación llegó hasta el punto de paralizar su voluntad y la fascinación es tan grande que elimina la razón, entonces la voluntad de una tercera persona puede substituirla.

 

 

 

 

13.2 CAUSAS DE LA OBSESION

 

"Reconcíliate sin demora con el adversario, entre tanto que estás con él en el camino. No sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al alguacil, y seas echado a la cárcel.

De cierto té digo que no saldrás de allí, hasta que pagues el último cuadrante".

 

Básicamente, la obsesión tiene cuatro causas: las morales, las relacionadas con el pasado, las contaminaciones y las anímicas.

      1. Las causas morales
      2. Las obsesiones por causas morales son aquellas provocadas por la mala conducta del individuo en la vida cotidiana. Actuar mal frente a la vida y con las personas, nuestros pensamientos se sintonizan con los Espíritus inferiores, atrayéndolos hacia nosotros. En ese intercambio de influencias puede originarse una obsesión.

        Vicios mundanos, como el cigarrillo, el exceso de bebida, el cultivo del orgullo, del egoísmo, de la maledicencia, de la violencia, de la avaricia, de la sensualidad enfermiza y de la lujuria nos vinculan a entidades espirituales infelices que, aún desencarnados no se desligan de los placeres materiales. Esos Espíritus se unen a los "vivos" para satisfacer sus deseos primitivos, tratando a las personas como si fuesen la extensión de sus intereses en el plano material.

      3. La causas relacionadas con el pasado

La obsesiones relacionadas con el pasado son aquellas que son producto de la evolución a la que todos los Espíritus están sujetos. En sus experiencias reencarnatorias, por ignorancia o libre albedrío, una entidad puede cometer faltas graves en perjuicio del prójimo. Si la desavenencia entre ellos genera odio, la falta de entendimiento puede perdurar por encarnaciones manifestándose en desafectos, disputas, deseos de venganza y persecución. Casos así originan procesos obsesivos tenaces.

Desencarnados, vengador y víctima continúan alimentando los sentimientos de rencor recíprocamente. Si uno de los dos reencarna, el otro puede perseguirlo, atormentándolo y viceversa.

La subyugación puede moral o corpórea. En el caso moral el Espíritu obsesor adquiere fuerte dominio sobre el psiquismo del individuo, llevándolo a tomar decisiones contrarias a su deseo. En la fascinación hay una ilusión. En la subyugación, el paciente tiene conciencia de lo que le sucede. En la subyugación corpórea, mas allá de ejercer el dominio psíquico, el obsesor alcanza la parte la parte fluidica periespiritual del enfermo. Domina su cuerpo físico y a veces, en una crisis semejante a la epilepsia, se lanza al suelo. Como el obsesado queda casi siempre sin las energías necesarias para dominar o rechazar al Espíritu perturbador, es necesaria la intervención de una tercera persona con ascendencia moral sobre él, para auxiliarlo y salir de la difícil situación.

 

 

 

13.3 SITUACIONES OBSESIVAS

Las obsesiones, generalmente, no presentan gravedad. Son fáciles de ser tratadas por la metodología Espírita. Solo en pocos casos hay factores que facilitan la culminación de un proceso obsesivo en fascinación o subyugación. En casi todos los procesos obsesivos existen dos partes comprometidas. Solo en la auto-obsesión, el individuo se auto-atormenta. Así, podemos tener los siguientes casos de situación obsesiva:

  1. De encarnado para encarnado
  2. De encarnado para desencarnado
  3. De desencarnado para desencarnado
  4. De encarnado para encarnado
  5. Obsesión recíproca
  6. Auto-obsesión

13.4 EL TRATAMIENTO DE LA OBSESION

"Cuando el espíritu inmundo sale del hombre, anda por lugares secos, buscando reposo; y no hallándolo, dice: Volveré a mi casa de donde salí.

Y cuando llega, la encuentra barrida y adornada.

Entonces va, y toma otros siete espíritus peores que él; y entrados, moran allí; y el postrer estado de aquel hombre viene a ser peor que el primero". - (Lucas, cap. 1, 24 - 26).

La obsesión, como todas las enfermedades, puede ser curada a través de tratamientos especializados. Para tratar esa enfermedad espiritual, son necesarios algunos procedimientos terapéuticos:

13.4.1 Concientización

Debe concientizarse el paciente de su condición de enfermo en que se encuentra, y del origen de su perturbación para que, con su fuerza de voluntad, pueda ayudarse en su propia curación. Ningún tratamiento surtirá efecto si no cuenta con la voluntad de quien lo requiere.

13.4.2 Reeducación

Es preciso orientar al asistido sobre la necesidad de la mejoría de su conducta en la vida diaria. Que se esfuerce por evitar los vicios más bajos y que procure controlar sus malas tendencias. Sin ese cambio de postura y de visión, difícilmente se liberará de las malas influencias, que predisponen a los procesos obsesivos. Es importante recordar que los buenos ejemplos provenientes de quien proporciona la instrucción es una de las grandes armas en la lucha contra la obsesión.

13.4.3 Evangelización

Enfatizar siempre al enfermo la necesidad de observar las enseñanzas morales del Evangelio de Jesús, camino seguro para la liberación de los males del Espíritu. Orientar hacia la necesidad de la frecuencia regular a la casa espírita, hasta que su enfermedad sea curada o esté bajo control. Estimular el hábito por la oración, el más poderoso auxilio en el tratamiento de los obsesados.

13.4.4 Intercambio espiritual

Orientar moralmente el Espíritu obsesor en las reuniones mediúmnicas, evocándolos a través de médiums preparados para estas tareas, aconsejándolo a seguir otro camino que no sea al el de la venganza, el de la mentira, o el de los placeres inferiores. Este trabajo de esclarecimiento debe ser hecho por personas con experiencia y conocimiento de la doctrina espírita, para alcanzar los resultados esperados.

13.4.5 Fluidoterapia

Someter al paciente portador de la obsesión a un tratamiento fluidico-magnético, a través del pase espírita. Son momentos en que la energía perdida por la acción de la enfermedad espiritual, podrá ser recuperada, liberándose de los fluidos malsanos en él impregnados, permitiéndole pensar y tomar decisiones con mayor libertad. El agua fluidificada es también un poderoso recurso en el tratamiento de las obsesiones.

13.4.6 Reequilibrio familiar

Siempre que sea posible, el equipo responsable por el tratamiento del enfermo deberá orientar moralmente a su familia que, en muchos casos, está comprometida directa o indirectamente en el problema obsesivo. Además, el apoyo y la comprensión de los familiares en el proceso de cura de ésta grave enfermedad es fundamental.

13.4.7 Tratamiento médico

En los casos en que el proceso obsesivo se presenta con grave compromiso psíquico, el paciente debe recibir asistencia de un profesional habilitado, que le indicará los cuidados necesarios. Es importante recalcar que no podemos interferir en las prescripciones médicas, ni tampoco suspender los medicamento por su propia cuenta.

 

13.4.8 Asistencia moral

Para conseguir buenos resultados en las tareas de desobsesión, es preciso que el equipo que atiende tenga ascendencia moral sobre el Espíritu obsesor y eso sólo es posible cultivando una vida moralmente sana. El hablar sin ejemplo, se transforma en letra muerta. Jesús expulsaba a los malos Espíritus solamente con el uso de su autoridad moral. Dijo que podríamos hacer lo mismo.

 

"Se reconoce el verdadero espírita por su transformación moral y por los esfuerzos que hace por dominar sus malas inclinaciones". - (Allan Kardec - Evangelio Según el Espiritismo, cap. XVII, ítem, 4).

 

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