Discutir Abiertamente los Temores de la Gente
Finalmente es necesario discutir abiertamente los temores de la gente. A medida que
nos adentramos en un proceso de cambio, hay un juego de preguntas típicas que salen a
relucir. Algunas de ellas pueden haber sido enfocadas claramente en un proceso de
cambio ordenado, otras pueden estar siendo ignoradas por completo y ello puede causar
un gran daño al proceso de cambio.
Una muy frecuente es  ¿Porqué tenemos que cambiar? Esta puede ser una
pregunta fácil de contestar pues la razón se hace autoevidente si el mercado ha sufrido
cambios que exigen nuestra adaptación, o se ha reducido, o aparecen nuevas
oportunidades.
La segunda pregunta casi nunca se enfoca  ¿Porqué este cambio es la solución
adecuada a nuestro problema? Hay una gran variedad de soluciones que podemos
abordar en un proceso de cambio. Con frecuencia los líderes ha invertido gran cantidad
de tiempo, esfuerzo e investigación como para saber que esta es la forma apropiada de
proceder, pero no les explican a sus empleados porqué.
La tercera pregunta es  ¿Qué lo hace suponer que nuestra organización
culminará su proceso de cambio? En una palabra, ¿Porqué vamos a tener éxito?.
Las dos últimas preguntas son las más personales.  ¿Qué van a hacer para
ayudarme en el proceso de cambio? La respuesta a esta pregunta puede ser fácilmente
discernible. Se necesita un proceso de formación y entrenamiento. Alguna forma de
desarrollar nuevas habilidades y destrezas en la gente, de aumentar su desarrollo como
personas, de mejorar el seguimiento y apoyo a sus procesos, y de aprender a escuchar
mejor.
Y entonces tenemos la quinta pregunta, la que no se hace pero siempre está allí,
latente:  ¿En qué forma esto me va a beneficiar? ¿Porqué es bueno para mi?
Atender esas inquietudes acertadamente es lo que permite a la organización moverse
consistentemente hacia adelante.
Sea franco y
abierto, no
siempre se tienen
todas las
respuestas.
2 a. ETAPA: EL PROCESO DE IMPLEMENTACIÓN. Requisitos.
En la segunda etapa es donde realizamos el verdadero trabajo pesado del cambio. Esta
etapa tiene varios requisitos, el primero de ellos, como dice Pepsi-Cola, es: Enrolar las
Mentes, los Corazones, y las Manos de los empleados.
Lo de Las Mentes luce bastante obvio. La gente tiene que comprender profundamente
porqué estamos cambiando. Los Corazones también luce obvio; de alguna forma
debemos capturar ese algo emocional que nos diga que este cambio tiene resonancia
dentro de nosotros. Pero Pepsi-Cola fue un paso más allá y nos dice que “También
tenemos que enrolar Sus Manos.” Tenemos que permitirles practicar los nuevos
modelos de conducta deseados. Tomar a la gente y permitirles familiarizarse con otras
actividades, ser empleados de línea, usar nuevas herramientas, llevar a cabo pequeños
proyectos de mejora en los procesos, salir a entrevistar a los clientes para que sientan lo
que significa enfocarse más en el cliente. El éxito requiere de las tres.
La Comunicación
La razón por la cual la comunicación es tan importante es por algo que se nos ha dado
llamar: “El Efecto Maratón”.
Lo que generalmente pasa en un Maratón como el de Boston o Nueva York, en los
que se inscriben miles de personas, es que los corredores de nivel mundial se sitúan en
una raya muy estrecha al frente de todos los demás. Suena el disparo y los corredores
mundiales arrancan como alma que lleva el diablo y a los pocos minutos ya están a tres o
cuatro kilómetros de distancia. Digamos que nosotros somos uno de esos corredores
típicos que tiene un poquito de entrenamiento y estamos al fondo del grupo, quizás a unas
10 o 15 cuadras de distancia de la línea de partida. No hemos oído el disparo de salida,
han pasado 10 o 15 minutos y ni nos hemos movido ni tampoco visto la línea de partida.
Pasan otros 20 minutos y allá lejos aparecen unos claros y vemos un poco de movimiento.
Poco a poco la gente comienza moverse, después más rápidamente y por fin llegamos a la
línea de partida y arrancamos.
Ahora, pensemos en nuestras empresas y el proceso de cambio. Suena el disparo, todo
el equipo gerencial arranca como meteoro y no se les ve ni el polvito. Pasan los meses y
conversando con algunos de nuestros compañeros allá al fondo de la organización, nos
comentan que ellos creyeron haber oído un disparo, …pero no ha pasado nada.
“¿Alguien nos podrá recordar eso del cambio que dijeron el otro día?”
Ese es el Efecto Maratón; y esa es la razón por la cual la comunicación continua de
porqué estamos cambiando, qué cosas tenemos que hacer, cuáles son las conductas y
actitudes que deseamos, debe ser realizada en forma permanente; porque lo más seguro
es que les lleguemos a los que estaban hacia el medio del maratón a los seis meses, y a los
que estaban al fondo no antes de un año o quizás más.
La
comunicación
continua y
consistente es
esencial.
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