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La Juventud norteamericana vuelve a la misa tradicional

A los 32 años, Catalina Musket es demasiado joven como para poder recordar el día en que murió la música Católica Romana. Las plegarias latinas y el etéreo canto gregoriano fueron expulsados de la misa católica en los años ´60; después del concilio Conocido como Vaticano II, que modernizó la Iglesia. Pero Musket tampoco piensa en los ´60; para ella, las misas actuales, livianas y con guitarras folk, son más irritantes que agradables. "Los católicos de mi generación están hambrientos de realidad", dice. Por eso todos los domingos ella y su familia viajan media hora para asistir a la Misa solemne, casi toda en latín, ofrecida en la Iglesia Católica Santa Catalina de Siena, en Great Falls, Virginia. Como un movimiento underground al estilo de las catacumbas, sacan viejos misales gregorianos para la traducción y cantan "Palestrina" en vez de "Pedro, Pablo y María". Ahora que muchos credos abrazan de nuevo antiguos rituales religiosos, Muskett forma parte de una rebelión retro entre los católicos de EEUU. La genereación que no hace mucho puso al canto Gregoriano entre los top 40 del ranking ahora lo vuelve a instalar en la Misa. Desde 1990 el número de diócesis norteamericanas que permiten las misas tradicionales (en latín o bien en inglés y latín), ha saltado de 6 a 131, o sea, el 70% de las diócesis; asisten a ellas más de 150.000 personas por semana. Es todavía una fracción de los 50 millones de católicos norteamericanos. Pero, también, como respuesta al interés de la generación X, la Archidiócesis de Atlanta creó esta primavera (nota:abril de 1999), una Parroquia Especial para la Fraternidad Sacerdotal de San Pedro, clérigos que sólo celebran la Misa latina del rito más tradicional: la Tridentina, del siglo XVI. En Chicago, hay feligreses como Paul Recchia, de 29 años, que perturbado por los excesos pop de la Misa moderna, optó por la Tridentina -en la ornamentada Iglesia Católica de San Juan Cancio- donde la mitad de las bodas se celebran ahora con esa modalidad.
Todo esto refleja una rebelión contra la cultura católica sombríamente modernista que surgió del Vaticano II, "cuya identidad parece bastante débil y poco clara para la generación MTV", en palabras del Rvdo. Michael Baxter, profesor de Teología en la Universidad de Notre Dame. La Misa Tradiciona ha llenado la necesidad de una trascendencia mayor a través del Catolicismo, que de nuevo llega al alma por vía de los sentidos.

Autor: Andrew Keith. Extraído de la revista "Time" del número del mes de junio de 1999.

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