Inu Yasha y los
demás cuidan el
cuerpo de una princesa muerta. |
Una mañana, Aome, Inu Yasha, Miroku y Shippo llegan a un
palacio. Aome pregunta a Miroku si pasarán ahi la noche.
Antes que éste responda, Inu Yasha dice despectivo que seguramente
Miroku dirá otra de sus mentiras para que les den hospedaje
y comida, pero Miroku les dice de manera muy seria que esta vez
se trata de un motivo importante. El dueño del castillo les
informa que su hija ha fallecido y que unos demonios que roban almas
estan rondando el lugar. Miroku y los demás se quedan para
proteger las almas de la princesa muerta.
Mientras tanto, Kikyo les enseñaba a unos niños acerca
de las plantas medicinales. Dos monjes, pensando que es un demonio,
la siguen. El monje mayor, Seikai, se aproxima hacia Kikyo y "accidentalmente"
deja caer un pergamino para exorcizar demonios pidiéndole
a Kikyo que lo recoja, esperando demostrar así la naturaleza
sobrenatural de Kikyo cuando ésta toque el pergamino. Ella
lo levanta sin mayor problema para sorpresa del monje, pero al entregárselo
a Seikai este siente cómo todas las palabras escritas en
el pergamino salen de este y lo atraviesan mientras salen expulsados.
El monje le dice a Kikyo que no sabe que tipo de prueba espera afrontar,
pero que ese lugar no es para ella y le dice que regrese a donde
pertenece. Kikyo se marcha a la aldea con los niños sin responder
nada, pero se queda muy seria. Durante el camino piensa en las circunstancias
que la trajeron de nuevo a la vida y en su confrontación
con Inu Yasha. Sayo, una niña que la admira mucho y que quedó
perturbada por las palabras del monje, interrumpe sus pensamientos
para preguntarle si piensa abandonarlos y Kikyo la tranquiliza con
palabras dulces.
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El monje Seikai tira casualmente un pergamino
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Aome esta asustada pensando que en cualquier momento la princesa
muerta se levantará.
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Más tarde, en la noche, Inu Yasha y los demás no
han visto ningún signo de actividad demoníaca mientras
cuidan el cuerpo de la princesa. Miroku se ofrece para cuidar a
la hermana menor de la princesa esperando que sea también
una belleza y se lleva a Shippo con él para que le acompañe,
esperando que la princesa se sienta confiada al ver la apariencia
tierna de Shippo. Sin embargo, Miroku se decepciona al ver que la
doncella tiene un aspecto poco agradable e intenta regresar con
la princesa muerta.
Aome esta asustada pensando que el cadaver de la princesa se levantará
en cualquier momento. Sus temores no fueron infundados, pocos momentos
después el cadaver se mueve mientras un demonio con forma
de serpiente intenta robar su alma. Inu Yasha acaba con él
sin ningún problema y se siente un poco decepcionado de lo
fácil que fue todo. Sin embargo, al salir de la habitación
ven que afuera hay muchos demonios más robándose las
almas de otros muertos. Miroku llega con ellos diciendo que es tiempo
de irse mientras la mujer con la que estaba lo persigue.
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La doncella
no quiere
desprenderse
de Miroku
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El monje Seikai muere
atacado por una garra de dragón
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En la otra aldea, Sayo no puede dormir pensando en que Kikyo se
quedó muy triste después de lo que le dijo el monje
ese mediodía. En ese momento escucha a alguien salir. Al
ver que se trata de Kikyo, la sigue, pensando en que quizás
la sacerdotisa trata de irse de la aldea en silencio. Sin saber
que es seguida, Kikyo llega a un río donde recibe las almas
que los demonios-serpiente, los mismos que Inu Yasha y Aome vieron
anteriormente, han capturado para ella. Kikyo necesita almas para
permanecer en este mundo y por ello usa a estos demonios. Sayo se
asusta al ver que Kikyo manipula a estos demonios. En este momento,
el monje Seikai y su asistente se presentan ante Kikyo. El monje
reprueba que ésta robe las almas de los muertos, e intenta
darle el descanso eterno sometiéndola con un dragón
que atrapa almas mientras le dice que lo hace por su bien y que
le ayudará a salvar su alma. Kikyo se indigna por lo que
escucha, ya que considera al monje como un ser inferior a ella,
y se libra fácilmente del dragón haciendolo estallar.
Una de las garras se entierra en la garganta del monje dejándolo
herido fatalmente. Antes de fallecer, le dice a Kikyo que siente
lástima por ella, ya que los muertos y los vivos no deben
permanecer juntos, para los vivos el tiempo transcurre normalmente,
pero para los muertos como ella, el tiempo esta detenido.
La pequeña Sayo está muy impactada al ver esta escena.
Kikyo nota entonces su presencia y le pregunta si ha visto todo.
Sayo esta tan asustada que no puede ni hablar. Kikyo se disculpa
con Sayo, por haber tenido que presenciar algo tan espantoso, mientras
se aleja para nunca regresar.
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Sayo esta asustada
por lo que vió.
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Le dan cuidados
al monje que
encuentran en
el río. |
Al siguiente día Aome le dice a Inu Yasha que deben rescatar
las almas robadas a los muertos, pero Inu Yasha no parece tener
mucho interés en ello. Su único interés es
obtener más fragmentos de la perla de Shikón, y cualquier
cosa que los distraiga de ello lo considera como pérdida
de tiempo. Aome le dice que siempre es bueno ayudar a los demás,
pero Inu Yasha se irrita al oir esto. Sin embargo, Aome ve algo
flotando en el río y se termina la conversación. Se
trata del ayudante del monje Seikai, que luego del encuentro con
Kikyo fue expulsado al río y perdió el conocimiento.
Aome y los demás lo atienden, pero cuando este recobra el
conocimiento confunde a Aome con Kikyo y se aterroriza. Una vez
recobrado del susto, les explica lo que pasó con Kikyo la
noche previa.
Inu Yasha emprende de inmediato la búsqueda de Kikyo, mientras
que Aome, Shippo y Miroku se quedan para esperarlo. Aome piensa
que Inu Yasha aún esta enamorado de Kikyo y Miroku esta de
acuerdo con ella. Shippo le pregunta a Miroku qué es lo que
cree que debe hacer Inu Yasha. Miroku dice que en su lugar, le pediría
a la chica que regrese con él. Aome sufre un fuerte ataque
de celos y mira de manera muy fría a Miroku mientras se retira
en silencio. Shippo y Miroku se dan cuenta del brusco cambio de
actitud de Aome. Miroku la alcanza y le pregunta si no desea que
vayan en busca de Inu Yasha, pero ella responde molesta que no tiene
el menor interés. En ese momento, notan la presencia maligna
de los demonios-serpiente de Kikyo que siguen robando almas. De
inmediato los siguen, pero repentinamente Miroku y Shippo son obstaculizados
por un campo de energía, el cual solo puede atravesar Aome,
quien sigue corriendo tras los demonios sin darse cuenta de que
esta sola. Al darse cuenta de que el terreno esta muy resbaloso,
voltea para advertirles a sus amigos, y es entonces cuando nota
que ya nadie viene con ella. En ese momento pierde el equilibrio
y cae por una pendiente. Al levantarse, se encuentra con Kikyo,
quien parece estar dormida plácidamente en las ramas de un
árbol mientras absorbe las almas que sus demonios han capturado.
Fin del episodio
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Kikyo absorbe
almas
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