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Loma de Cabrera
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EL MUNICIPIO
Historia del Municipio de Loma de Cabrera
Historia
Origen del Nombre, Loma de Cabrera
Evolución Historica de Loma de Cabrera Datos Demográficos
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    Loma de Cabrera es parte de lo que fue el cacicazgo de Marien, una de las cinco divisiones territoriales en que estaba fraccionada la isla al momento de la invasión de los españoles en 1492. La zona fue escenario de las constantes luchas que siguieron entre españoles, aborígenes, franceses, africanos y otros grupos minoritarios.

    Estas luchas se van a prolongar durante los Siglos XVI, XVII y XVIII hasta el surgimiento de la República de Haití en 1804, fecha en la cual la región queda ocupada por franceses y haitianos. En 1844, cuando se produce la independencia nacional, las autoridades envían a nacionales dominicanos a ocupar el territorio del actual municipio, para preservar allí la soberanía nacional.

    Se cree que el inicio del poblado se remonta al siglo X y su denominación de origen, "La Loma", hace alusión a los accidentado de su suelo. A partir de 1863, cuando se produce el Grito de Capotillo, el cual dió inicio a la guerra que dos años más tarde culminó con la Restauración de la República, recibe el nombre de Loma de Cabrera, en honor al General José Cabrera. En aquella fecha la zona fue consignada en la categoría de sección perteneciente al municipio de Restauración.

     El primer Presidente de la República que se interesa por la zona es Ulises Hereaux (Lilís), por ser ésta un área políticamente estratégica, razón por la cual brinda su apoyo a sus pobladores, llegando a hacer amistad con algunos de ellos, como sucedió con la familia del General Sotero Blanc, uno de los héroes de Capotillo.

    Las luchas siguieron su curso durante los años siguientes, entre los bolos y sus opositores que se reconocían como los rabuses. La zona ocupó una plaza significativa en estas luchas. Los bolos, con el apoyo del gobierno, sentaron un precedente negativo en la zona, haciéndose cada vez más odiados por el terror, los atropellos y los abusos que cometían, estafando a hombres y mujeres. Este comportamiento hizo que la población apoyara a los contrarios del gobierno, los rabuses, quienes ofrecían bienestar y prosperidad a los moradores de la comarca si triunfaban y llegaban al gobierno.

    Al producirse la guerra Restauradora en 1863, como respuesta a la anexión a España en 1861, Loma de Cabrera va a jugar un papel de primer orden por ser vanguardia de la lucha que permitió enarbolar en el Cerro de Capotillo, sección del hoy municipio de Loma de Cabrera, la bandera nacional como símbolo que anunciaba el nacimiento de la segunda República.

    El entusiasmo con que surgió esta guerra revolucionaria, que fue organizada en Haití por razones políticas de estrategia, se adueñó de casi toda la población de la comarca, haciendo que hombres, mujeres y hasta niños se integraran a la lucha que pronto se expandió por todo el noroeste.

    Los años siguientes vieron la presencia de bandos políticos identificados ahora por colores. La población del lugar no está exenta de las contradicciones políticas de entonces. Su posición geográfica favorece, por razones de frontera, a los grupos que pugnan en contra del poder establecido, ya que Haití constituía su escondite y retaguardia.

    En 1911 Loma de Cabrera fue incendiada por orden de las autoridades gubernamentales del gobierno de Ramón Cáceres. Con esta medida se buscaba debilitar el apoyo a la guerrilla que luchaba contra las tropas del gobierno.

    Antes de tomar la medida de incendiar el lugar, fueron evacuadas las familias y llevadas a otros lugares cercanos de la región, en donde pronto se dedicaron a sembrar sus conucos y a actividades comerciales.

    Al producirse la anexión norteamericana en el 1916, los grupos de insurrectos se redujeron a la mínima expresión y su acción se concentró en actividades de oposición a los ocupantes. La política implementada por el gobierno de ocupación favoreció el desarrollo de infraestructuras en todo el país y el desarme de la población civil. Ello contribuyó a la creación de un ambiente de tranquilidad en toda la región fronteriza.

    Producida la desocupación en 1924 y al asumir Horacio Vásquez el poder, realizó dos viajes por la región, invitando a los moradores a la paz y al trabajo. Mientras se crean las condiciones para el advenimiento de la tiranía de Trujillo que marca un período ensangrentado en la historia de la República.

    Por aquella época la mayoría de los habitantes de la zona, especialmente de Loma de Cabrera, eran de origen haitiano, y se dedicaban al cultivo de la tierra y a la crianza de ganado.

    Al ascender Trujillo en 1930 a la Presidencia de la República, centró su atención en esta zona. Estimando excesiva la presencia de población haitiana en la región, trató de repatriarla a través de acuerdos con el gobierno haitiano. No satisfecho con los resultados, Trujillo ordenó la eliminación de todos los nacionales haitianos, hecho éste que se conoce en la historia como "El Genocidio del 1937", o "El Corte", como le llamaron los habitantes de la región.

    La matanza de haitianos comenzó a principios de octubre de 1937. Aunque Trujillo quiso dar explicaciones de tipo económico, es obvio que se trataba para él de un problema racial. Es sabido que Rafael Leonidas Trujillo Molina, que había sido rechazado por la clase alta de la República, se consideraba humillado, por lo que buscaba la forma de demostrar su poder y su hispanofilia.

    De esta manera en los últimos días de septiembre de 1937, Trujillo hizo una demostración de fuerza en el Cerro de Juan Calvo, en Dajabón. Con ello buscaba amedrentar a los haitianos para que dejaran el país. Al no obtener los resultados por él esperados, encomendó al Mayor Solano, del Ejército Nacional, la misión de exterminar a los haitianos. Para llevarla a cabo, éste fue autorizado a reclutar matones en diferentes partes del país.

    En el municipio de Loma de Cabrera la mayor cantidad de asesinatos se lleva a cabo en las comunidades del Castellar, Capotillo, La Luisa, La Jina, El Zumbador y Manuel Buen. En El Castellar varias matanzas fueron encabezadas por el alcalde Israel García, participando también los señores Blanco Betances, Juanito el Tuerto y Pío Villalona. Treinta haitianos fueron acosados en los alrededores y llevados a una cañada donde se llevó a cabo la masacre.

    Luego en El Masaquito se produjo otra matanza, en la que resultó herido el guardia llamado Alfonso, que murió cuando lo trasladaban a Montecristi. También fueron heridos otros militares de apodo Negrita y el señor Ramón Azcona.

    En lo que hoy es la sección de Capotillo también se cometieron grandes atrocidades. Un señor llamado Virgilio Vásquez, fue traído de La Línea y fueron asignados a sus órdenes once hombres. Se le entregaron armas blancas y una escopeta. Se estableció en la comunidad de Bonito Valle, desde donde se traslada de un sitio a otro con sus huestes en busca de sus víctimas.

    Los haitianos tuvieron muchos encuentros sangrientos con el grupo y en uno de ellos Virgilio Vásquez fue herido y cuando lo iban a matar logró recuperarse y cortar la mano al jefe del grupo de haitianos. Estos huyeron y el jefe murió desangrado.

    Terminada la matanza, el Mayor Solano, acompañado por sus secuaces, recogió todo el ganado propiedad de los haitianos y lo trasladó a una comunidad de Dajabón, ignorándose el destino final del mismo.

    Al finalizar el exterminio y debido a las presiones a que fue sometido, Trujillo trató de justificarse y con ese fin pidió a los alcaldes de las comunidades involucradas que buscaran, en calidad de presos, de tres a cinco hombres de buena reputación y que los enviaran a Montecristi acusándolos como responsables de la Matanza.

    Los expedientes preparados al efecto dictaban que habían matado a los haitianos que les estaban robando. Cuando debían ser presentados ante la justicia, eran instruidos para que sus declaraciones coincidieran con lo dicho en el expediente. En presencia de las comisiones internacionales que llegaron para observar el proceso, todos fueron condenados a penas de 20 a 30 años de prisión. Luego apelaron y les fue bajada la pena de 10 a 20 años de condena. Terminado el teatro, Trujillo regaló a cada uno de ellos una suma de dinero. El tiempo efectivo de prisión fue de 2 a 8 meses.

    En 1938 Trujillo decide crear las colonias agrarias en la zona, razón por la cual muchos presos fueron liberados de sus condenas a cambio de radicarse en dichas colonias. Todas estas estrategias hacían parte del programa de dominicanización de la frontera concebido por él. Entre los presos así liberados se debe hacer mención de Jesús Santana, ya fallecido, de Eusebio Ventura y de Roberto Reynoso.

    Dada entre otras razones, el crecimiento poblacional del lugar, el 1ro. de enero de 1939, mediante la Ley No. 1521, se elevó la categoría de Loma de Cabrera a municipio. Una comisión integrada por el General Cesáreo Jiménez, Gobernador de la provincia Libertador (hoy Dajabón), el Lic. Juan A. Morel, Juez de Primera Instancia y el Lic. José María Prometa Nina, Procurador Fiscal, en representación del gobierno en las provincias del Cibao, juramentó a los miembros del naciente Ayuntamiento de Loma de Cabrera.

   Las fiestas patronales de Loma de Cabrera son celebradas en honor a la Virgen de La Altagracia, los 21 de enero de cada año, con diversas actividades culturales, festivas, sociales y religiosas.