el
12 de marzo de 1899, Don Telésforo el 30 de abril de 1893, y Don Ildefonso el 2
de agosto de 1874.
El 30 de noviembre
de 1838, se trasladaban de Castaños a Monclova Don Pedro Fuentes recién
casado, su esposa María Arciniegas, y sus hermanos Avelino, Abraham y Elenita
así como su cuñada Doña María Josefa Cosio esposa de Don Ramón Fuentes. En
el lugar que todavía se llama El Puertecito, dos kilómetros al norte de Castaños,
fueron asaltados por una numerosa partida de indios Comanches, quedando muerto
en el lugar citado Don Pedro llevándose los indios a todas los demás personas
que menciono.
Esta partida de
indios formaba una fracción de lo que se denominaba la Indiada Grande, y que ya
venían del regreso del sur. Cada 2 años incursionaba esa tribu que tenia su
asiento en ese entonces en lo que actualmente se llama "Carlsbad" en
el Estado de Nuevo México. Allí esta el cuartel general, por decirlo así, de
esa tribu y también en la de los Apaches que con el tiempo se rindieron al
gobierno de los Estados Unidos, asignándoseles un territorio en San Andrés en
el mismo Estado de Nuevo México, ocurriendo esto el año de 1874.
La indiada grande
que incursionaba por la parte norte de los Estados de Coahuila y Chihuahua, había
veces que llegaban hasta las goteras de San Luis Potosí.
El día del asalto
de el Puertecito, el 30 de noviembre de 1838, dieron providencia los vecinos de
Castaños y algunos de Monclova para organizarse y hacer por sus parientes que
se habían llevado. En la noche del día citado, les dieron alcance en Pozuelos
de Arriba, logrando quitarles a Doña Chepita, apodo cariñoso con el que
llamaban a Doña Josefa Cosio de Fuentes y a Abraham con Elenita.
Referían que Don
Pedro el finado tenia en esas fechas 21 años, Avelino 7, Abraham 4, y Elenita
2; les fue imposible rescatar a los faltantes, o sea a Doña María Arciniegas y
Avelino.
Transcurrieron 15
años, y en 1853, también de regreso del sur, la famosa indiada grande se
presentó en San Buenaventura un indio montado a caballo, el que inmediatamente
fue puesto en prisión. No hablaba nada de Español ni había quien entendiera
el dialecto que el indio hablaba. Lo trajeron a Nadadores, por radicar en dicho
lugar un individuo que había sido cautivo de los indios varios años.
Por medio del
interprete hizo saber que el no era indio, que su tierra estaba al otro lado de
cerro grande y apuntaba rumbo al cerro Del Mercado, queriendo dar a entender que
su tierra era Castaños. Por haberse peleado con otro indio al que le dio
muerte, en un lugar cercano a San Blas fue por lo que se presentó en San
Buenaventura y con miras de regresar a su hogar. Algún tiempo después, refería
que con esa incursión eran dos las que había hecho y que en la anterior, un
indio ya viejo le había hecho saber que allí en Castaños era su tierra.
De Nadadores lo
trajeron a Monclova y ese indio era Avelino, el niño de 7 años que se habían
llevado los Comanches el 30 de noviembre de 1838. El jefe de la comuna en
Monclova o presidente municipal, lo era Don Telésforo Fuentes. Para ese tiempo
ya no existía Don Manuel Fuentes, solamente Doña Catarina de Hoyos. Referían
que Don Telésforo todavía adolorido por la tragedia de 1838, insultaba en
todos los tonos al indio que tenían prisionero.
El hecho para que
obrara en la forma que hizo, fue que se dio cuenta de que el indio tenia los
ojos azules, y tuvo la corazonada de que pudiera ser Avelino. Reunió un grupo
de señoras que habían perdido a sus hijos, entre ellas a su madre Doña
Catarina, con un período de 12 a 15 años atrás y las sentó a todas en el salón
verde de la presidencia que todavía existe.
Introdujeron al
Comanche y lo pararon al centro del salón y le dijeron que se fijara bien, a
ver si conocía a su madre entre todas aquellas mujeres. Parado donde estaba,
posó su vista en cada una de ellas hasta que llegó con Doña Catarina a la que
apuntó con el dedo diciendo "esta es mi madre".
Y efectivamente
era su madre. La señora le preguntó a Don Telésforo si recordaba que Avelino
tenia un lunar en la cintura, en medio de las caderas del tamaño de una peseta.
Levantaron el faldón de la camisa del indio y allí estaba el lunar, solo que
del tamaño de un peso.
Al siguiente día
de haber llegado a Castaños Doña Chepita con Abraham y Elenita, o sea el 2 de
Diciembre de 1838, dio a luz un niño, su primer hijo al que bautizaron con el
nombre de Feliz.
A los dos meses de
haberse quedado en esta Avelino, se recibió una carta dirigida a Don Telésforo
Fuentes, era de Doña María Arciniegas que escribió de Las Cruces Nuevo México
pidiendo informes de Avelino, deseaba saber si era cierto lo que los indios le
decían que se había quedado en esa región. Hacia saber que tenia un hijo que
se llamaba Victorio, que tenia 14 años de edad y que era muy valiente.
Don Telésforo
contestó, haciéndole saber que aquí estaba Avelino y también ponía a su
disposición la parte de herencia de Don Pedro.
Volvió a escribir
Doña María, congratulándose de saber que aquí estaba Avelino, y cortésmente
rehusaba aceptar la herencia que se le ofrecía, no volviéndose a saber más de
ella.
Desde 1848 que fue
separada California y Nuevo México del Territorio Nacional, el gobierno de los
Estados Unidos hizo una guerra sin cuartel tanto a Pieles Rojas, como a
Comanches y Apaches, que estaban diseminados en Nuevo México y Arizona.
El indio Victorio,
que llego a ser el jefe de los Comanches y fue famosísimo y valiente, cruel y
sanguinario, vino a establecer su pueblo o cuartel general a Tres Castillos
territorio de Chihuahua y allí fue exterminado en 1885 por fuerzas Federales y
del Estado comandadas estas últimas por Don Joaquín Terrazas.
Existe y radica en
Castaños Pepa Fuentes viuda de Guerra, es la madre política del Prof. Ramón
Flores, esa señora es hija de Feliz Fuentes.
Yo conocí al tío
Avelino en 1906, falleció en 1915 de 85 años. Conservó para siempre el color
cobrizo que adquirió de vivir constantemente día y noche a la