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El indio Victorio, hijo de una cautiva Mexicana

Esta es una carta escrita en el año de 1956, en la cual una persona, basándose en fuentes cercanas, relata el origen y ascendencia mexicana del famoso indio apache Victorio. Las biografías documentadas de este apache mencionan la leyenda de su posible ascendencia Mexicana y esta carta refuerza más dicha leyenda, llegando inclusive al nombre de la madre y del posible padre. La carta se transcribe igual a su original.


fotografía del indio Victorio

Villa Frontera, febrero 18 de 1956

Sr. Prof. Silvestre Flores

Monclova, Coah.

Muy estimado y fino amigo.

Hoy en la mañana que tuve el gusto de saludarlo y acordándonos del patriota Coronel Coahuilense Ildefonso Fuentes recordará que le narré algo sobre la cruel y dolorosa tragedia que acaeció en la familia Fuentes, cuando mataron los indios a un familiar de ellos y se llevaron a varios más. Por mera coincidencia, el periódico "El Día" de esta fecha, trae la narración que hace el Prof. Manuel E. Guajardo titulada "El cautivo de Castaño".

No vaya Ud. a creer que trato de refutar al Prof. Guajardo, recuerda Ud, que le hice el ofrecimiento de escribir algo sobre este caso, y me apego a narraciones de mi suegro, que fue hijo de Don Anastasio Fuentes y sobrino carnal de Don Avelino, así como de Don Emiliano y Manuel Fuentes hijos de Don Ramón y Doña Josefa Cosio y mucho mayores que mi suegro que también se llamó Anastasio

En el primer cuarto del siglo pasado formaron su hogar en la hacienda de Castaños Don Manuel Fuentes y Doña Catarina de Hoyos, procreando 10 hijos: nueve hombres y una mujer. Los hombres fueron: Ramón, Pedro, Anastasio, Telésforo, Andrés, Ildefonso, Avelino, Abraham y Elena.

Fechas aproximadamente probables de nacimiento de los siguientes: Ramón el año de 1815, Pedro 1817, Santiago 1821, Andrés 1826, Avelino 1831, Abraham 1834, y Elena 1836. Fechas comprobadas, Anastasio Mayo 10 de 1819, Telésforo enero 5 de 1823 y el Coronel Ildefonso Fuentes enero 24 de 1829. Don Anastasio falleció el 12 de marzo de 1899, Don Telésforo el 30 de abril de 1893, y Don Ildefonso el 2 de agosto de 1874.

El 30 de noviembre de 1838, se trasladaban de Castaños a Monclova Don Pedro Fuentes recién casado, su esposa María Arciniegas, y sus hermanos Avelino, Abraham y Elenita así como su cuñada Doña María Josefa Cosio esposa de Don Ramón Fuentes. En el lugar que todavía se llama El Puertecito, dos kilómetros al norte de Castaños, fueron asaltados por una numerosa partida de indios Comanches, quedando muerto en el lugar citado Don Pedro llevándose los indios a todas los demás personas que menciono.

Esta partida de indios formaba una fracción de lo que se denominaba la Indiada Grande, y que ya venían del regreso del sur. Cada 2 años incursionaba esa tribu que tenia su asiento en ese entonces en lo que actualmente se llama "Carlsbad" en el Estado de Nuevo México. Allí esta el cuartel general, por decirlo así, de esa tribu y también en la de los Apaches que con el tiempo se rindieron al gobierno de los Estados Unidos, asignándoseles un territorio en San Andrés en el mismo Estado de Nuevo México, ocurriendo esto el año de 1874.

La indiada grande que incursionaba por la parte norte de los Estados de Coahuila y Chihuahua, había veces que llegaban hasta las goteras de San Luis Potosí.

El día del asalto de el Puertecito, el 30 de noviembre de 1838, dieron providencia los vecinos de Castaños y algunos de Monclova para organizarse y hacer por sus parientes que se habían llevado. En la noche del día citado, les dieron alcance en Pozuelos de Arriba, logrando quitarles a Doña Chepita, apodo cariñoso con el que llamaban a Doña Josefa Cosio de Fuentes y a Abraham con Elenita.

Referían que Don Pedro el finado tenia en esas fechas 21 años, Avelino 7, Abraham 4, y Elenita 2; les fue imposible rescatar a los faltantes, o sea a Doña María Arciniegas y Avelino.

Transcurrieron 15 años, y en 1853, también de regreso del sur, la famosa indiada grande se presentó en San Buenaventura un indio montado a caballo, el que inmediatamente fue puesto en prisión. No hablaba nada de Español ni había quien entendiera el dialecto que el indio hablaba. Lo trajeron a Nadadores, por radicar en dicho lugar un individuo que había sido cautivo de los indios varios años.

Por medio del interprete hizo saber que el no era indio, que su tierra estaba al otro lado de cerro grande y apuntaba rumbo al cerro Del Mercado, queriendo dar a entender que su tierra era Castaños. Por haberse peleado con otro indio al que le dio muerte, en un lugar cercano a San Blas fue por lo que se presentó en San Buenaventura y con miras de regresar a su hogar. Algún tiempo después, refería que con esa incursión eran dos las que había hecho y que en la anterior, un indio ya viejo le había hecho saber que allí en Castaños era su tierra.

De Nadadores lo trajeron a Monclova y ese indio era Avelino, el niño de 7 años que se habían llevado los Comanches el 30 de noviembre de 1838. El jefe de la comuna en Monclova o presidente municipal, lo era Don Telésforo Fuentes. Para ese tiempo ya no existía Don Manuel Fuentes, solamente Doña Catarina de Hoyos. Referían que Don Telésforo todavía adolorido por la tragedia de 1838, insultaba en todos los tonos al indio que tenían prisionero.

El hecho para que obrara en la forma que hizo, fue que se dio cuenta de que el indio tenia los ojos azules, y tuvo la corazonada de que pudiera ser Avelino. Reunió un grupo de señoras que habían perdido a sus hijos, entre ellas a su madre Doña Catarina, con un período de 12 a 15 años atrás y las sentó a todas en el salón verde de la presidencia que todavía existe.

Introdujeron al Comanche y lo pararon al centro del salón y le dijeron que se fijara bien, a ver si conocía a su madre entre todas aquellas mujeres. Parado donde estaba, posó su vista en cada una de ellas hasta que llegó con Doña Catarina a la que apuntó con el dedo diciendo "esta es mi madre".

Y efectivamente era su madre. La señora le preguntó a Don Telésforo si recordaba que Avelino tenia un lunar en la cintura, en medio de las caderas del tamaño de una peseta. Levantaron el faldón de la camisa del indio y allí estaba el lunar, solo que del tamaño de un peso.

Al siguiente día de haber llegado a Castaños Doña Chepita con Abraham y Elenita, o sea el 2 de Diciembre de 1838, dio a luz un niño, su primer hijo al que bautizaron con el nombre de Feliz.

A los dos meses de haberse quedado en esta Avelino, se recibió una carta dirigida a Don Telésforo Fuentes, era de Doña María Arciniegas que escribió de Las Cruces Nuevo México pidiendo informes de Avelino, deseaba saber si era cierto lo que los indios le decían que se había quedado en esa región. Hacia saber que tenia un hijo que se llamaba Victorio, que tenia 14 años de edad y que era muy valiente.

Don Telésforo contestó, haciéndole saber que aquí estaba Avelino y también ponía a su disposición la parte de herencia de Don Pedro.

Volvió a escribir Doña María, congratulándose de saber que aquí estaba Avelino, y cortésmente rehusaba aceptar la herencia que se le ofrecía, no volviéndose a saber más de ella.

Desde 1848 que fue separada California y Nuevo México del Territorio Nacional, el gobierno de los Estados Unidos hizo una guerra sin cuartel tanto a Pieles Rojas, como a Comanches y Apaches, que estaban diseminados en Nuevo México y Arizona.

El indio Victorio, que llego a ser el jefe de los Comanches y fue famosísimo y valiente, cruel y sanguinario, vino a establecer su pueblo o cuartel general a Tres Castillos territorio de Chihuahua y allí fue exterminado en 1885 por fuerzas Federales y del Estado comandadas estas últimas por Don Joaquín Terrazas.

Existe y radica en Castaños Pepa Fuentes viuda de Guerra, es la madre política del Prof. Ramón Flores, esa señora es hija de Feliz Fuentes.

Yo conocí al tío Avelino en 1906, falleció en 1915 de 85 años. Conservó para siempre el color cobrizo que adquirió de vivir constantemente día y noche a la intemperie, sus ojos eran de un AZUL PURISIMO. Tenia toda su dentadura perfecta y nos quedamos maravillados al ver que un mecate de ixtle de 4 hilos, lo trozaba con solo dos dentelladas. Nunca pudo hablar bien el Español, siempre fue lengua mocha y decía (KUANA LA LEKO) Juana la de Alejo.

El caballo que se quedó con él, era semental. Al Coronel Ildefonso Fuentes, le regalaron el caballo del jefe Francés que murió en la batalla de Santa Isabel el 9 de marzo de 1866, también era semental. Platicaban los viejos de ese tiempo que todas las crías que había dejado el caballo del indio, habían sido notables en grado superior a las que había dejado el caballo Francés del Coronel Don Ildefonso Fuentes.

Hasta mucho tiempo después y cuando empezaba a entender el Español Avelino, le preguntaban: ¿a quien se parece Victorio? Y contestaba: A mi. ¿como tiene o de que color son los ojos de Victorio?, y decía como los míos. En la familia Fuentes, persistió siempre la duda de si Victorio fue hijo de Don Pedro, o del indio que tomó como esposa a Doña María Arciniegas.

Su amigo de siempre.

Manuel Aguirre

 

Carta por cortesía de Sr. Rubén Guerra

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