Por:
Carlos Agustín Rodríguez-Paz
Rosa
María Carreón-Bringas
Cirujano
General, Supervisor Médico, Región Huasteca; Programa IMSS Oportunidades,
Alejandrina
325, Colonia Esmeralda
, C.P. 78300,
San Luís Potosí, SLP.
ticitlhuasteco@msn.com
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Situación
de la salud en la frontera
Lejos
de las características de las terribles epidemias que prevalecieron en el
resto de la Colonia, la frontera norte de nuestro país tanto por su lejanía,
como de la escasez de colonos no se tiene documentado ninguna epidemia,
pero se tiene antecedentes de que los padecimientos de mayor prevalencia
eran las infecciones gastrointestinales, así como las lesiones por
heridas en combate contra los indígenas locales o los filibusteros
franceses, ingleses, rusos, etc. Los escasos datos de enfermedades
prevalentes se tenían en las esporádicas certificaciones de muertes y en
los datos de ingresos y egresos de los escasos Hospitales ubicados en
estas lejanías (Véase adelante)
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Factores
que influyeron en la atención médica
La
frontera norte fue descrita por Hernán Cortés en su costado
Californiano, pero no fue sino hasta 1668 cuando se dio la corona a la
extensión de las tierras que hoy conocemos como Texas, Nuevo México,
Arizona, Alta California, etc. Por lo anterior, no existía población
Hispana o mestiza; Fue gracias a la constitución de los presidios que se
inició la población de estas lejanas tierras, siendo la atención médica
nula por profesionistas y eventualmente dispensada por los sacerdotes
franciscanos y dominicos que acompañaban a los grupos de cuerudos. Se
tiene la anecdótica noticia que estos frailes seguían aun en los años
de 1775 las enseñanzas de Fray Agustín Farfán que describió en su
libro “Suma y recopilación de chirurgia” editado en 1598 y 1604,
quien textualmente anotó que este libro se había
escrito
para atender “A todo aquel que requiere atención médica donde no
hubiere médico”.
Un
cambio radical en la atención se debe a la formalización del ejército
Virreinal, hasta antes de 1767 solo la Guardia personal del Virrey y los
soldados de los presidios eran los únicos elementos armados; pero, para
poder mantener estas tropas se necesitaban cirujanos, los cuales se
suministraron por el Real Colegio de Cirujanos y los especialistas de esta
rama venidos de la península, quienes fueron en última instancia, por la
cobertura de atención de estas fuerzas armadas, los únicos
profesionistas reales calificados en nuestra frontera, por lo menos hasta
antes de 1823.
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Personajes
que ejercían la medicina y cirugía
Como
lo apuntamos antes, era extraordinariamente raro o nulo la presencia en la
frontera norte de médicos graduados, acaso los escasos bachilleres
quienes se incorporaban de manera libre a algún cuerpo militar. Esta
función era cubierta por los sacerdotes Franciscanos y Dominicos, si bien
eran remedios empíricos, los tratamientos médicos y sin práctica quirúrgica
cuando se requería este manejo. Sin embargo, aunque es un procedimiento
en cadáver, el primer manejo relevante documentado fue la cesárea post
mortem que realizaron frailes Franciscanos en Baja California para poder
bautizar el cuerpo muerto de un producto de una muerte materna el de 17.
Posterior
a 1785 se inicia la documentación de la existencia de médicos militares
en la frontera (Sonora, Texas, etc.), donde se tiene también documentados
en la Gaceta de México (Primer periódico en Latino
América).
Desgraciadamente donde no había riquezas ni profesionistas; en San Luís
Potosí se tiene quejas de personas que existían muchos personajes que se
hacían pasar por cirujanos quienes por un bajo precio curaban heridas; en
la frontera al no haber este respaldo financiero hacia materialmente nulo
la presencia ni de profesionistas civiles ni de charlatanes.
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Tipo
de tratamientos en la frontera
Como
observamos en los párrafos previos, el manejo de diarreas y
otro tipo de enfermedades infecto-contagiosas que se hacia en base
a remedios médicos como la zarzaparrilla, tes de manzanilla, anís, etc.
Siguiendo las recomendaciones de médicos como Agustín Farfán, Arias de
Benavides, Hinojosa, etc. del siglo XVI Novo Hispano. Del tratamiento de
las heridas era lamentable que las curaciones se enfocaban para una
adecuada “entrega del alma al creador”, teniendo a veces agonías de
semanas hasta que la muerte ponía fin a los pacientes que si no morían
desangrados, lo hacían por las terribles infecciones.
La
atención moderna y real se dio hasta la llegada de los Médicos Militares
quienes iniciaron las trepanaciones modernas ante trauma cerrado y abierto
de cráneo, se inicia la documentación de drenaje de lesiones por sífilis
en la región femoral (Bubas), canalización con candelillas cuando no podían
orinar por obstrucciones uretrales venéreas, ferulizaciones de fracturas
de miembros (Siempre que no fueren expuestas o desarticulaciones, aun no
se hacían amputaciones).
Era común en la frontera norte los combates contra los apaches,
sobretodo después de 1650 cuando los grupos de soldados de los presidios
iniciaron la conquista en el límite entre Tampico, Monterrey, Santillo,
Hermosillo, la cual era el límite hacia esta última fecha de la Nueva
España, desgraciadamente salvo el libro de Esteyfneffer, no existe otro
registro respecto del manejo de las heridas en este momento. Contamos con
la contribución de Nentuig quien señala que los indios tras retirar la
flecha, llenaban la herida con polvo de peyote y cada dos días retiraban
este remedio, volviendo a colocar el mismo polvo y tras tres curaciones se
llenaba de polvo de lechuguilla. Juan de Esteyneffer es el reflejo de la
transición cultural entre la Medicina Colonial del siglo XVIII y de la
aborigen; este personaje actuó como cirujano y boticario de los Jesuitas
en Sonora y compiló todos estos conocimientos en su libro, no distaba
mucho del manejo habitual como lo era las heridas leves o superficiales
donde recomendaba la limpieza de la misma, de las profundas solo se
limitaba a invocar a determinados santos acorde al lugar dañado a fin de
encomendar el alma del moribundo a bien morir.
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Lejos de
ser una época estéril la colonia y muy distante de los autores que
hasta antes de 1995 apuntaban a que el suelo Americano no tenia
historia en la Alta California, Texas, Nuevo México, etc. Nuestro
territorio tuvo contribuciones y eventos gloriosos para la medicina y
la cirugía antes de 1821. Una Nueva Generación de estudiosos tanto
Chicanos como Hispano americanos se han dedicado a desenterrar
aspectos del arte, la filosofía, la música y cuanta disciplina fue
cultivada y desarrollada en la Frontera, basta citar que el Capitán
Malaspina en su viaje de reconocimiento de los Presidios a finales del
siglo XVIII mereciera dos comentarios a la corona real: la posibilidad
de encontrar oro en California y el desarrollo cultural de los
habitantes de estas tierras. Queda como inquietud estas notas que
desprenden un elemento aun mas lamentable; mucho del material se ha
perdido para siempre por un error que ha caracterizado siempre al médico
mexicano: la falta de disciplina para escribir artículos médicos que
preserven la extraordinaria memoria de nuestros logros.
Referencias
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Potosino.
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Rausch
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en crisis: la
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Rodríguez-Paz
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