fasenlinea

com

ANÁLISIS COMENTARIO Y DEMÁS

 
 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Otros textos de Cibernética

Las páginas oficiales, sus pros y nuestros corajes

Curiosidad, geografía, morbo... Google Earth los concentra todos

Algo de competencia para Wikipedia

YouTube y Google, el hipermatrimonio

KO al spam

Archivo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Informática

Otra nueva reliquia

Cambie ahora o piérdalo para siempre

El constante cambio de formatos digitales trae consigo un lado oscuro: la paulatina pérdida de información dado lo selectiva que se ha vuelto la preservación de material

FEBRERO, 2007. Si el lector tiene en su estante una cuantiosa colección de cassettes se encuentra a un par de años de no poder escucharlos más si desde hoy no realiza la transferencia a un formato digital. Se estima que para el 2010 las tocacintas que aún subsisten estarán inservibles para entonces mientras que la venta de equipo reproductor de cassettes habrá pasado al estante de antigüedades junto con el 8-Track y los elepés.

El caso de los cassettes --o audiocintas, para aquellos puristas del idioma-- implica que, al ocurrir esto, una inmensa cantidad de discursos, conferencias, pláticas, emisiones radiofónicas y canciones quedarán atrapados hasta que el tiempo se encargue de destruirlas. El mismo lector puede crear una idea de esta catástrofe: ¿estaría dispuesto a pasar a un CD o a MP3 toda las cintas que aún conserva en casa? Si se decidiera a hacerlo tendría, primero, que dedicar largas horas a transferir todo el material y, segundo, se vería obligado a erogar una cantidad grande de dinero para adquirir los CDs y pagarle a quien realizará el trabajo.

Sin embargo existen altas posibilidades que el lector también tenga por ahí arrumbados esos videocassettes Beta que no ha visto desde los 80 debido a la falta de un aparato reproductor, o quizá esos LPs que no ha escuchado por años debido a que a veces hasta en una tienda de antigüedades es imposible conseguir una aguja. Es posible que muchos de esos discos nunca fueron reeditados en CD.

De hecho, es probable que el lector ya no tenga videocasetera y haya notado ese arsenal de cartuchos VHS los cuales contienen información que, de aquí a menos de un lustro, será complicadísimo consultar si no se realizó una transferencia a un formato digital.

El problema es que en cada salto de formatos, es muchísima la información que queda fuera tras un proceso selectivo. Si los grandes emporios disqueros y cinematográficos lo han hecho, a nivel doméstico la pérdida definitiva de esos archivos se antoja inconmensurable.

"Yo compararía esta situación a la que ocurriría si termináramos reemplazando a los libros por los bytes", comenta el ingeniero Jesús Cortez. "Si ello se diera la transferencia de textos en papel a textos digitales se haría muy selectiva, de acuerdo a los intereses de ese momento, y se dejaría fuera información que quizá en el futuro será valiosísima. ¿Qué habría pasado, por ejemplo, si Isaac Newton o Marie Curie en vez de escribir sus observaciones en papel lo hubieran hecho en una computadora y a ésta se le arruinara el disco duro?

"El papel ha mostrado una durabilidad superior al milenio", prosigue, "mientras que hoy tenemos desplazamientos de formatos en menos de un decenio. En todo ese proceso cantidades importantes de información van quedando excluidas para futuras referencias".

La pérdida de ese acervo puede considerarse más lenta si quedó registrada en cintas de audio y video, las cuales pueden durar hasta 25 años si no son expuestas al calor o a los elementos. Pero en el caso de la fotografía se ha comprobado que, desde la aparición de las cámaras Polaroid, millones de fotografías están tan arruinadas que ni siquiera una retocada digital puede salvarlas.

"El nitrato de plata de las viejas fotos ha resultado más durable que el de los químicos empleados con las fotos instantáneas de Polaroid y que fueron bastante populares en los 70 y los 80. Esas cámaras fueron popularísimas porque permitían disfrutarse en la misma fiesta o en la misma reunión familiar. Pero lo práctico nos está saliendo caro: muchas de esas fotos se han descarapelado con el tiempo, se han tornado verduscas, en fin, ha sido de los peores formatos para conservar imágenes", dice Cortez.

"Lo que es peor, las fotos Polaroid se ven horribles cuando las pasas a un formato digital. Es increíble cómo una foto tomada en los años 30 muestre mayor resolución digital que una tomada en los 70 con una Polaroid".

¿Qué hacer? Por el momento tenemos la ventaja de la red donde mucha de la información que es "subida" queda como un archivo virtual con millones de documentos. "Si la computadora donde fueron creadas las páginas web sufre algún desperfecto, la información que se colocó en el sitio se quedará ahí hasta que alguien la modifique. Esto conlleva el tener mucha basura virtual flotando en la web, sin duda, pero también viene a ser un archivo de la humanidad muy similar al papel", agrega Cortez. "Pero pese a los datos que hoy tenemos en Internet y que se nos antojan infinitos, no creo que representen ni la cuarta parte de toda la información que merezca ser conservada para la posteridad".

En suma, y sin olvidar que el formato más sofisticado hoy se volverá obsoleto en un par de años, la transferencia de información resulta básica para evitar que se quede atrapada en el tiempo. De no hacerse, tendremos el bulto en casa, pero habremos perdido de forma definitiva el contenido.

¿Desea opinar sobre este texto?

fasenlinea@yahoo.com

ofmart@hotmail.com

________________________________________________________

sharon232 escribe 8.03.7

Es la primera vez que entro a este sitio y sus artículos me parecen bastante interesantes si bien de repente algo parciales. Sin embargo quiero comentar algunos puntos respecto al artículo que incluyen en su sección de informática:

a.- Mucha de la información que se pierde al cambiar de formatos en realidad no sirve de nada. Si todos conserváramos los libros y cuadernos que hemos tenido desde la enseñanza elemental apenas y contaríamos con espacio en nuestras casas. La mayoría tratamos de rescatar lo mejor y desechar aquello que alguna vez fue de utilidad pero ya no nos sirve hoy.

b.- Siento que exageran el asunto. Siempre habrá alguien que conserve cosas viejas, después de todo para eso se inventaron las ventas de garage. Hace ya como seis años que dejé de usar los cassettes y hasta hoy no los he extrañado pero sé que si necesitara una tocacintas la voy a conseguir muy barata y en buen estado.

c.- El reemplazo de formatos es totalmente normal y qué bueno que así sea. Todavía no termino de agradecerle al CD que haya sacado del mercado a los discos LP que se rayaban bien rápido y con las agujas que se rompían con frecuencia, pero sé también que el CD desaparecerá en el futuro pero que en su lugar tendremos algo mejor.

Saludos desde Guayaquil. Ecuador. Prometo visitar nuevamente la página pronto.

 

 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás