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Notas de
opinión |
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INDICE
DE NOTAS:
1)
La
GuErra
SociaL
por
OtroS
MedioS
::
Colectivo
Nuevo
Proyecto Histórico
NUEVA
El
dato encerrado en la Coca Cola
Fuente:
bolpress.com
Gregorio J. Pérez Almeida
Bolpress, La Paz – 10/01/2006
NUEVA
SOBRE
EL PERIODISMO "PROGRESISTA" Y LAS LUCHAS POPULARES
Por Guillermo Cieza, para Prensa De Frente
Kirchner
le paga diezmil millones de dólares al FMI
Comprar
la soberanía para seguir siendo colonia del Capital x
Gustavo Robles
El voto rebeldía-resistencia los salvó a todos…pero esta es la última
por Roland Denis y Frezia Ipinza.
Una visión descarnada y tremendamente actual desde el interior del proceso venezolano.
San
Nicolás bien vale un Perú.
por el Pampa Ubertalli. Desaparición de obreros y accidentes
automivilísticos de obispos en los años de plomo.
CON
SOJA NO HAY ALBA por
G.R.R. Contactos:
javierulli@yahoo.com
El
marxismo olvidado del joven Gramsci
x
Hernán
Ouviña
ariátegui
y el Che: el cambio cualitativo en la noción de la
revolución y el socialismo
x Miguel Mazzeo
|
Avanza
la crisis monetaria mundial
Papel
pintado, sin producción
Crisis
orgánica del Capitalismo y Fetichismo x Jorge
Luis Ubertalli*
|
|
Colectivo
Nuevo
Proyecto Histórico
www.colectivonph.com.ar
La
GuErra
SociaL
por
OtroS
MedioS
::
(Especial
para el periódico La Joroba)
“Prefiero
el modelo chileno al argentino. Uruguay
negociará un tratado de libre comercio
(TLC) con los Estados Unidos.”
Danilo
Astori, ministro de economía del
Uruguay,
5/1/06.
“Mi
gobierno va a ser muy activo en impulsar
el ALCA. Las agendas del ALCA y el
Mercosur no son incompatibles como a
veces se plantea”.
Michele
Bachelet, presidenta de Chile,
16/1/06
.
“Queremos
las inversiones extranjeras, las
necesitamos. No estamos contra el libre
mercado. Queremos un modelo socialista
con un capitalismo boliviano”
Álvaro
García Linera, Vicepresidente de
Bolivia,
22/12/05
“Y
aquí estamos los socialistas levantando
de nuevo nuestras banderas”.
Hugo
Chávez, presidente de Venezuela,
4/11/05.
“La
cancelación de la deuda externa con el
FMI hace que Argentina y Brasil
recuperen su total autonomía”.
Néstor
Kirchner, presidente de Argentina,
18/1/06.
“El
populismo no es necesariamente malo. El
gran reto que todos los países de la
región enfrentan ahora es de
gobernabilidad”.
Tom
Shannon, subsecretario para Asuntos Hemisféricos de
los EE.UU.,18/1/06.
“Primero
tuvimos allí a la dictadura, luego a
los que vendieron al país, a los que
negociaron. Ahora estamos viviendo un
momento político interesantísimo, en
el país y a nivel latinoamericano. Y el
que no lo ve así es un ciego. No
tenemos un Estado terrorista ni tenemos
al enemigo en la Casa de Gobierno.
Nosotras apoyamos al presidente porque
sentimos que apoyamos un proyecto que en
gran parte es el nuestro”.
Hebe
de Bonafini, presidenta de la Asociación
de Madres de Plaza de Mayo,
13-1-06.
“La
ley no es pacificación, puesto que
debajo de ella la guerra continúa
causando estragos en todos los
mecanismos de poder, aun los más
regulares. La guerra es el motor de las
instituciones y el orden: la paz hace
sordamente la guerra hasta en el más mínimo
de los engranajes. En otras palabras,
hay que descifrar la guerra debajo de la
paz: aquélla es la cifra misma de ésta.
Así pues, estamos en guerra unos contra
otros; un frente de batalla atraviesa
toda la sociedad, continua y
permanentemente, y sitúa a cada uno en
un campo o en el otro. No hay sujeto
neutral. Siempre se es, forzosamente, el
adversario de alguien.”
Michel
Foucault,
21/1/76.
Incisiones:
I::
Progresismo, izquierda, socialismo, autonomía
II::
Enemigos
III::
Esta democracia apesta
A
Cristian Ruiz, Chacho Berrozpe y los
detenidos de la revuelta de Haedo.
Presos
políticos del gobierno kirchnerista que
se autotitula:
“Defensor
de los derechos humanos”.
I::
Progresismo, izquierda, socialismo,
autonomía ::
Al
margen de la sonrisa fácil de la
ministra de economía Felisa Miceli, la
que no tiene la vida fácil es la
multitud trabajadora. Con el conservador
de De la Rúa y el neoliberal de Cavallo
el salario promedio rendía más que con
la dupla de los ex setentistas
Kirchner-Miceli. La hambruna de
plusvalor de trabajo excedente, para
acumular capital, hace descender cada
vez más el trabajo socialmente
necesario. Aumentan las ganancias de los
patrones a costa de una bestial caída
del poder adquisitivo de los ingresos
populares: jubilaciones, salarios,
planes y changas de las mayorías
sociales. El capitalismo del “país en
serio” nos retrotrae a la pobreza más
cruda de comienzos del siglo XX.
Caída
del poder adquisitivo: con De la Rúa el
salario promedio alcanzaba para comprar
tres canastas básicas y ahora alcanza
para dos. Los jubilados y pensionados
están peor que con la convertibilidad,
en 2001 el gasto en seguridad social era
del 6,3% del Producto Bruto Interno
(PBI), y en el 2005 rondó el 4,8%. Hay
dos millones de niños y niñas que
trabajan ¿Dónde quedó la consigna
peronista que rezaba que “Los únicos
privilegiados son los niños”? Los
cartoneros -sólo los de la provincia de
Buenos Aires- suman 100.000
compatriotas. El desgaste físico de
cinchar por diez años un carro, doce
horas diarias, es el equivalente a toda
una vida de trabajo en otros oficios
manuales. Toda una nueva profesión
neoproletaria que llegó para quedarse.
Familias completas de obreros del
reciclado a los que se le paga apenas 20
centavos el kilogramo de cartón.
Trabajadores que producen ganancias del
orden de los 500 millones de pesos
anuales para los capitalistas que los
someten a la ley del valor. ¿Qué es
posfordismo? ¿Qué es la subsunción
real del trabajo en el capital? ¿Qué
significa ser excluido de un salario
pero ser vuelto a incluir a la lógica
de la ganancia privada y la expoliación?
¿Qué significa que el territorio se
transforme en el circuito directo de la
mercancía, y el empleo de los cuerpos
que lo recorren y habitan queden
prisioneros del biopoder del mercado? ¿Qué
significa el comando del capital que
subordina y exprime el trabajo sin un
asalariamiento directo de un patrón?
Significa -entre otras cosas- ser obrera
okupa, cartonera, vendedor ambulante,
prostituta, traficante de paco; y dejar
la vida para enriquecer al
Capital-Cooperativo, al
Capital-Cartonero, al
Capital-Territorial y al
Capital-Criminal.
Contando
los planes sociales el desempleo es del
14,7%.
Cuatro millones de argentinos están
subocupados y desocupados por el
capital. Los planes sociales de los
desempleados se quedaron estancados en
150 pesos, cuando los productos de
primera necesidad subieron más del
ciento por ciento desde el 2002. Entre
De la Rúa y Kirchner, la distribución
de la riqueza entre el 10 por ciento más
pobre y el 10 por ciento más rico creció
de 28 a 50 veces. No hay plata para
aumentar jubilaciones y sueldos de los
empleados estatales, pero sí hubo otros
10.000 millones de dólares para
cancelar la fraudulenta deuda con el
Fondo Monetario Internacional (FMI),
sumados a los 15.000 millones de dólares
que se pagaron a los organismos
internacionales de crédito desde la
salida de la convertibilidad.
Este
capítulo de la historia capitalista de
la Argentina, comandada por Kirchner, la
podríamos llamar: a + empleo + pobreza.
La
mitad de las y los trabajadores gana
menos de 550 pesos mensuales. Todo un
nuevo fenómeno posfordista: alto
crecimiento del PBI, aumento de la
recaudación y superávit fiscal =
trabajo negado + precariedad + salarios
de miseria.
En
promedio, el poder de compra de los que
trabajan cayó un 20%. Para el
precariado en negro fue peor, ya que sus
sueldos ni siquiera aumentaron al ritmo
inflacionario. Durante el 2005 la
actividad productiva superó la marca
anterior de 1998, al igual que se
incrementó en 10 puntos los niveles de
pobreza y empleo no registrado en
comparación al menemista año 1998. En
aquel año, la pobreza generada por el
“menemato” atacaba al 28,8%, ahora
con el “kirchnerato” el 38,5% de los
argentinos está pauperizado. Con el
peronista de Carlos el trabajo en negro
era del 37,4 %, en cambio, con el
peronista de Néstor aumentó y llegó
al 47,2%.
La
participación de los asalariados se
redujo del 32,5% al 24% del PBI. Y como
cada punto del PBI son 6.000 millones de
pesos, eso significa que, 9 puntos del
PBI son 54.000 millones. Tres años de
crecimiento del PBI al 9 % son tanto
como 162.000 millones. Este es el
excedente que le robó el gobierno de
Kirchner a los trabajadores en los últimos
tres años.
¿Estará “Pino” Solanas preparando
su nueva película: Memoria del Saqueo
2003-2005? Entretanto, el capitán patagónico
alega que a él “¡No le van a torcer
el brazo las corporaciones!”
Con
este nuevo saqueo, con el
Capital-Parlamentarismo como verdadera
cleptocracia, como sistema que
naturaliza el robo contra la multitud,
¡Cómo no va a detonar la lucha por el
salario, y el asambleismo gremial contra
toda la dirigencia sindical cómplice de
los patrones!
El 2005 fue el año con más
luchas laborales desde 1989. Los
piquetes aumentaron a tal punto que sólo
fueron superados por los registrados en
2002. Esta es la verdadera causa de la
renuncia del ministro de economía
Lavagna: el bonapartismo de Kirchner no
sabe cómo resolver el jeroglífico de
la lucha de clases. Apela al efecto simbólico
de rodearse de algunos organismos de
derechos humanos que le den ese aire
europeo tan “progre”, y apoyarse en
los mohines permanentes de su nueva jefa
de hacienda setentista. Pero lo
importante para el capital, el poder, el
estado, y sus representantes
gubernamentales durante el año pasado,
es que las luchas de la multitud los
tuvieron a mal traer. La antagonía de
la potencia de los sujetos sociales,
contra el mercado y el estado, escribe
la otra historia. La gesta de los de
abajo construye otra realidad, como diría
el poeta, ¡Quién quiera oír que oiga!
¿Izquierda,
socialismo, autonomía? ¿Es qué estas
cosmovisiones ya no
significan
nada? Que
el progresismo viaja con la proa puesta en el ALCA ya
no son elucubraciones paranoicas de los movimientos
anticapitalistas, sino la propia confesión de sus
gobiernos.
Si
como dice el virrey de los EE.UU. el
populismo ya no es un problema; si los
grandes medios de comunicación ya
perdieron la vergüenza y ni siquiera
llaman a la mayoría de los gobiernos
del Cono Sur como de centroizquierda,
sino, lisa y llanamente de izquierda; si
el vicepresidente de Bolivia puede
congeniar socialismo con capitalismo sin
que se le mueva un pelo; si el
presidente Kirchner puede tomar el término
“autonomía” como uno más del léxico
Capital-Parlamentarista; es que estas prácticas
sociales por los que vivieron y murieron
millones de luchadores en los dos últimos
siglos, estos conceptos, estas
verdaderas ideas fuerzas; cada vez más,
lastiman menos al poder.
Entonces,
¿Qué hacer? ¿Renunciar a los viejos
significantes y crear otros nuevos? ¿Regalarle
al enemigo de clase un ideal como el
socialismo o, en cambio, batallar en
interminables combates resignificativos?
La
operación del poder es clara. Ahora le
toca a la izquierda, como en la década
pasada gobernó la derecha. Para la
burguesía toda, siendo el único
horizonte esperar el recambio dentro del
Capital-Parlamentarismo, será pues,
cuestión de esperar una nueva derecha.
Total, cada vez más, los gobiernos de
izquierda son puras máquinas del orden
capitalista. Instrumentos de la célebre
gobernabilidad mercantil que tanto le
preocupa a Washington.
Co-mandantes del estado
capitalista. Ya no de uniforme militar,
sino de saco y corbata, o camisa y
chompa a rayas al estilo Evo Morales.
Todos ellos integrantes de la Nueva
Clase de los políticos, una auténtica
aristocracia administrativa obsequiada
por el voto. Sino leamos este sólo
ejemplo: en la Ciudad de Buenos Aires
los altos funcionarios del ejecutivo se
aumentaron un 40 por ciento los sueldos.
Un secretario de gobierno, que percibía
alrededor de 5400 pesos en concepto de
salario neto, ahora obtendrá 7600; un
subsecretario, pasará de 4400 a 6200
pesos; y un director general, de 4000 a
5600 pesos. Recordemos que el salario mínimo
es de 630 pesos.
Gobierno
y oposición intrasistémica se turnan,
mientras cuentan en cada elección de
quienes son los nuevos votos que hay en
las urnas. Esas urnas que garantizan la
muerte de una clase y la llave de la
felicidad para otra. Oficialismo y
oposición, ambos integran un gran
partido de estado, un gran partido del
Capital-Parlamentario. A lo sumo, serán
adversarios, nunca enemigos. Para ellos
el enemigo está en otra parte. Está en
el llano, en las calles y las asambleas;
en los cuerpos de delegados autónomos y
las empresas recuperadas
anticapitalistas; en las tomas de
tierras y el ecologismo antimercantil;
en el mediactivismo consecuente y los
estudiantes rebeldes; en los piqueteros
que no se venden y los precarios que no
se regalan; en la acción directa que
los padres de Cromañón que los
escracha y en los protagonistas hoy
desconocidos, pero que vendrán, para
llevarlos a rendir cuentas ante la
justicia popular por 30 años de
atropellos. Mientras tanto, la
“demodura” contra los movimientos
antisistémicos; y la
“exceptocracia” que padece de
“decretitis”, la enfermedad de
gobernar más por decretos que por
leyes; el hambre galopante y la
“dictocracia” como dictadura civil
del mercado; y la “urgentocracia”
para facilitar subsidios al capital y el
pago de la deuda externa; toda esta
depredación proseguirá de la mano del
(pro)gresismo, el capitalismo andino, el
socialismo bolivariano y la izquierda
cadavérica.
Leamos
algunos datos espeluznantes de la
“revolución” bolivariana:
En
1999 llega Hugo Rafael Chávez Frías al
palacio de Miraflores. Desde ese año
aumentó un 11 por ciento la pobreza y
casi el 30 por ciento de la población
no gana ni siquiera para comer. Eso sí,
a Venezuela recursos no le faltaron, ya
que con el aumento del petróleo
ingresaron 350.000 millones de dólares.
El precariado es dominante en Venezuela,
más de medio país no tiene un puesto
fijo y la venta ambulante es la profesión
posfordista por excelencia. Según el
Instituto Nacional de Estadísticas
(INE), el INDEC venezolano, en el año
1999 la pobreza extrema alcanzaba al
19,9 por ciento y en cambio ahora todo
empeoró, ya que afecta al 28,1% de la
población. La pobreza era en 1999 del
orden del 43% y en el 2005 aumentó
hasta llegar al 54%. El 22 por ciento de
los venezolanos está desnutrido y el
47% vive con dos dólares por día.
La
deuda pública interna aumentó de los
1.069 millones de dólares en 1999, a
13.500 millones de la misma moneda en el
2005. La deuda externa tampoco se quedó
atrás, en igual período creció, de
22.000 a 27.000 millones de dólares.
Eso sí, durante el 2005 el PBI de
Venezuela creció al 9 por ciento,
semejante a los valores de China,
Argentina o la India. A este ritmo al
pueblo venezolano le espera una nueva
devaluación de la moneda a costa de sus
ingresos. Recordemos que de febrero de
2003 a febrero de 2005 la devaluación
acumulada del bolívar llegó al 74,7%.
Con la nueva devaluación, más sangre
trabajadora será utilizada para
recomponer el capital de los patrones y
las arcas del estado, y así obtener,
los excedentes para abonar las deudas
financieras. ¿Será esto a lo que Chávez
llama el camino al Socialismo del siglo
XXI?
Con
estos datos, tal vez, sea más fácil
entender porqué el último 4 de
diciembre para las elecciones
legislativas, sólo optaron por los
candidatos del comandante dos millones
de venezolanos. Mientras que Chávez en
el referéndum revocatorio de agosto de
2004 tuvo casi 6 millones de votos. En
las últimas elecciones, los propios
votantes bolivarianos se negaron a ir a
las urnas. En este caso la abstención
no fue un comportamiento fascista de los
opositores a Chávez, sino la salida, el
no voto, del 67 por ciento de los
sufragantes que hasta hace un año
renovaba su confianza en la máxima
autoridad de la república bolivariana.
Esos cuatro millones de venezolanos, ese
éxodo antielectoral de los pobres,
indica, que no se sintieron interpelados
por el llamado desesperado del caudillo
militar para concurrir a las urnas. ¿Una
multitud a la izquierda de Chávez?
Puede ser. Los años pasan y para las
mayorías la paciencia se acaba. Para
ellos, las cosas están cada vez peor
desde que Chávez llegó al gobierno.
Después de todo, los indicadores
sociales, los únicos verdaderamente
importantes para la multitud, no son
mejores en la Venezuela de Chávez que
en el Brasil de Lula y en la Argentina
del señor “K”.
¿Y
por Brasil como andamos?
Podríamos decir que este país vive en
un ambiente de guerra civil de baja
intensidad.
Según
un informe del Consejo Indígena
Misionero (Cimi), el Movimiento de los
Trabajadores Sin Tierra (MST), el Foro
Nacional de la Reforma Urbana y la
Comisión de la Pastoral Obrera;
realizaron un balance de los tres años
de Lula y de la inmensa mayoría de la
izquierda que llegó con él al
gobierno. De un basto documento de 260 páginas
se desprende lo siguiente:
Entre
los más pobres el desempleo llega al
56%. La distribución de la renta en
Brasil es la peor del mundo después de
Haití. Las promesas que el Gobierno de
Lula había hecho durante su campaña
electoral sobre la reforma agraria, la
alfabetización, la política indígena,
la política habitacional, la creación
de empleos o la defensa de la Amazonia,
entre otras, no han sido cumplidas. Con
más de 50.000 muertos, la violencia
urbana policial tiene números
alarmantes, peor que en el 2004 que ya
había contabilizado la cifra aterradora
de 40.000 asesinatos. En las zonas
rurales la violencia también ha
aumentado, durante el mandato del
Partido de los Trabajadores (PT) han
sido acribillados 147 trabajadores del
Movimiento Sin Tierra.
Van
quedando pocas prácticas, imaginarios y
proyectos, que no hayan sido colonizados
por el capital. No es casual que
actualmente el camino zapatista sea un
paradigma indigerible para los estados.
Una autonomía como autogobierno de la
comunidad que no hace de sus conquistas
virtud, sino necesidad; que se lanza a
arriesgarlo todo o perece; con alianzas
sólo por abajo y con la izquierda
anticapitalista, mientras repudia el
carnaval electoral en las alturas. Ahí
hay un rumbo, se toma una dirección y
no otra. Esto siempre y cuando no se
caiga en la tentación marketinera del
“Sí Marquismo”. Una moda nefasta de
seguidismo al zapatismo, haga lo que
haga y diga lo que diga. Pose de la que
huye el propio EZLN.
Hay
ciertas prácticas que se diferencian
por la negativa (por el no, por lo anti,
lo antagónico), y definen más
contundentemente su distancia con todo
lo establecido, que otras experiencias
que lo hacen por la positiva. Hoy la
potencia del anti-capitalismo, como
perspectiva que lleva a la pura antagonía
a la ley del valor, a la ley de la
ganancia privada y el estado, a la
representación política como
forma-Estado de la mercancía; es más
radical, revulsiva, si se nos permite
revolucionario, que aspirar a un modelo
socialista. Sistema que nunca pudo
superar, en el mejor de los casos, el
capitalismo burocrático de estado hasta
su total colapso, como en la vieja Unión
de Repúblicas Socialista Soviética
(URSS). O peor aun, con la actual China
socialista. El boleto de ida para un
capitalismo de una nomenclatura de
expoliadores y censores. La que con 94
corresponsales en prisión encarcela más
periodistas en el mundo. Una patria de
los monopolios estatales y privados,
nativos y extranjeros.
El
cambio social de raíz, las ideas anómalas,
el instinto ingobernable de la multitud,
es un proyecto que retoma la guerra
subterránea que anida en todas las
democracias. En el caso Argentino, la
cifra que oculta, el número que subyace
a la paz civil llega a 30.000. Treinta
mil detenidos desaparecidos. La mayoría
torturados y asesinados. La
sangre seca de la paz civil desde 1983,
la gobernabilidad sobre los cuerpos
laboriosos, la paz social y sus
cementerios, el país normal con su
miseria, el capitalismo en serio de la
ficción jurídica de la igualdad entre
los hombres; es la construcción social
que se edifica sobre esa pila de cadáveres.
El
presente no es sólo un ajuste de
cuentas con el pasado, sino la tozudez
por evitar la perpetuación y
profundización, pero por otros medios,
de ese mismo pasado. El gobierno de
Kirchner tiene el repugnante registro de
ser la presidencia con más procesados
por la lucha popular y presos políticos,
más muertes por accidentes laborales, más
trabajo infantil, con más asesinatos
policiales a mano armada y en las cárceles,
y el mayor récord de torturas en
prisiones y comisarías desde la
presidencia de Alfonsín. La democracia
indirecta multiplica varias veces el
genocidio de antaño. Hoy con 105
argentinos que mueren por día por
“causas evitables”, que se los deja
morir, se los abandona y descarta; o
sea, se los asesina con medios
diferentes a como lo hacía la dictadura
castrense pero se los aniquila de la faz
de la tierra. Toda esta carnicería con
sordina nos recuerda cotidianamente que
la guerra social, que la lucha de
clases, ahora con urnas, peronismo de
izquierda y mass media, sigue su curso.
Una
práctica económica por la dignidad
humana, y del anticapitalismo como
cambio social, recobra su potencia
popular a partir de una total antagonía
de los trabajadores contra los patrones,
una diferenciación política abismal
con todos los valores mercantiles
establecidos. De lo contrario, la
valiente resistencia popular le pone límites
al nuevo genocidio, pero no lo evita.
II::
Enemigos ::
¿Qué
es un enemigo sino aquel que mata? ¿Quién
es el enemigo sino aquel que sumerge,
manipula y hambre a las mayorías? ¿Cuáles
son los enemigos, sino esa clase
explotadora que se arroga el derecho de
querer gestionar la vida?
La
ministra de economía Felisa Miceli pasó
del setentismo a firmar el cheque más
importante de su vida. Abonó 9.810
millones de dólares al Fondo Monetario
Internacional, luego de haber integrado
junto a Nora Cortiñas de Línea
Fundadora de Madres de Plaza de Mayo, la
Cátedra
Libre de Poder Económico y Derechos
Humanos de la Facultad de Ciencias Económicas
de la UBA, y la Comisión de
Reconstrucción de la Memoria. ¿Dónde
quedaron esos años de trabajo social en
Rincón
de Milberg,
partido de Tigre, junto a su compañero
Ricardo Velasco? Otro setentista
retratado en “Cazadores de Utopías”
la película de David Blaustein, y ahora
cazador de cargos en el estado. Que
grotesco derrotero han tomado contra los
ideales de sus viejos compañeros de
lucha. Del no pago al FMI a pagar todo
al FMI. De la patria socialista a la
patria capitalista, ¿O es que ahora son
lo mismo? Parece una burla de la
historia terminar como ejecutivos de sus
antiguos enemigos de clase. Si Lula en
Brasil y Mujica en Uruguay se abrazan a
los poderosos, ¿Porqué no Felisa y
Pacha? En fin, van quedando pocos
setentistas consecuentes.
Nueve
mil ochocientos diez millones de dólares
al FMI. ¿Cuál es la nueva cifra? ¿Cuántos
cadáveres se acumulan sobre este pago?
Desde el 25 de mayo de 2003, día en que
Kirchner asumió la presidencia, se
cuentan 100.000 nuevos desaparecidos por
causas evitables. Además, no pagando, a
futuro ¿Cuántos asesinatos más de
guantes blancos, o con faldas y
sonrisas, se podrían evitar?
Pero
en cambio, la tragedia prosigue: el pago
al FMI es un vuelto al lado de todo lo
que resta.
El capitalismo ultima 17 de cada
1000 niños por desnutrición y causas módicamente
evitables. Un bebé es asesinado cada 45
minutos. ¿Con cuántos sacrificios
humanos más deberá pagar la multitud,
para deshonrarse y solventar el 93 por
ciento de la deuda externa restante?
Que
la economía dineraria, la sociedad del
egoísmo, la miseria y la explotación,
no puede aportar soluciones de fondo a
la especie humana y al planeta todo, no
es ninguna novedad. Lo inédito es que
el progresismo, la izquierda, el
socialismo, no solo ha renunciado al
reformismo, no sólo ya no trata de
ponerle más botes al Titanic, sino que
los reserva celosamente para una cada
vez más pequeña porción de la
sociedad. Para el resto, el ahogo, la
desesperación, la injusticia y la
muerte.
El
enemigo gobierna la vida y su biopoder
es brutal. El Capital-Parlamentarismo en
transición al Capital-Ejecutivismo le
otorga a la mayoría de los
parlamentarios el rol de convidados de
piedra o meros levantamanos del
oficialismo. Hasta comienzos de
diciembre del año 2005 Kirchner llevaba
emitidos más de 140 Decretos de
Necesidad y Urgencia (DNU), contra sólo
11 sesiones ordinarias del Congreso
Nacional.
La
subsunción, inclusión, o subordinación
del trabajo en el capital; profundiza
como tendencia, la subsunción de la
multitud en el mercado, la incorporación
de la sociedad productora en la mercancía.
Y el comando capitalista, la
forma-Estado, el Capital-Parlamentarismo
neo bonapartista de Kirchner, esa forma
posmoderna de
posfascismo, busca subordinar
completamente el trabajo, la multitud,
la sociedad productora, la vida, en la
administración estatal.
El
estado marca las normas y pone los límites.
Todo lo que escape a sus coordenadas es
lo a-normal, salvaje, peligroso. Toda
vulneración a la norma mercantil es un
delito. Todo rebelde pasa a ser
criminalizable. La cárcel se transforma
en el depósito social para las y los
que sobran, luchan y resisten.
Reemplazando
a la reclusión y desaparición
fulminante de los campos de concentración
de los militares.
Al
capital le sobran personas. Se instaura un verdadero
racismo de corte social. Un capitalismo de la
excedencia de lo humano que les sobra a los patrones.
Una discriminación, exclusión y represión, prisión
y asesinato contra los pobres. Y los pobres hoy son
media Argentina.
Por lo tanto, el racismo social termina con los guetos
de las villas y asentamientos como forma excluyente,
una forma excepcional y minoritaria de pobreza y
marginación en la era fordista. En cambio, ahora, lo
extraño se vuelve normal y tiende a ser mayoritario.
El biopoder como ejercicio de control sobre enormes
poblaciones, transforma cientos de barrios, distritos
completos, en los nuevos guetos posfordistas del
capitalismo de la disponibilidad humana.
Según
el Instituto Nacional de Estadística y
Censos (INDEC), a noviembre de 2005, la
Canasta Básica Alimentaria (CBA) era de
385,42 pesos (128 dólares), para una
familia de dos adultos y dos niños. Y
el valor de la Canasta Básica Total
(CBT), que incluye bienes y servicios
como educación, transporte, salud y
vestimenta, era de 828,65 pesos (275,29
dólares). No olvidemos que, la Canasta
Básica Alimentaria es un indicador de
la línea de indigencia y la Canasta Básica
Total de la línea de pobreza.
El
promedio de los trabajadores registrados
está por debajo de la línea de la
pobreza, por lo tanto ganan menos de
828,65 pesos. Y el promedio de los
empleados en negro está por debajo de
la línea de indigencia y sus ingresos
son menores a 385,42 pesos. Los
trabajadores negados por el capital, los
desocupados para mantener a raya a los
ocupados, y así perpetuar la expoliación
humana con la amenaza del desempleo para
los rebeldes, reciben desde 2001 apenas
150 pesos. Cobran el equivalente al 38.9
% de la Canasta Básica Alimentaria,
menos de la mitad de la línea de
indigencia. Bajo el capital la
existencia de la clase, real o
potencialmente trabajadora, se
transforma en una vida de privaciones
perpetuas, en la muerte lenta del
subconsumo, en un nuevo genocidio civil
de la ley del valor que aniquila más
personas que el genocidio militar.
Sólo
en el 2005, y producto de la inflación,
hay un millón y medio de nuevos
miserables. La figura del trabajador
menesteroso e indigente, una figura clásica
del capitalismo del siglo XIX, se
expande y difumina, paralela a la del
trabajador precario, en negro, y al
desempleo como trabajo negado por los
patrones. Queda claro, con el retorno de
la democracia y con todos sus gobiernos
electos, la lucha del capital por
aumentar sus ganancias a costa del
trabajo y la miseria de sus empleados
continúa. ¿Cómo no esperar el
contraataque de la multitud?
El
aumento del Producto Bruto Interno es
directamente proporcional a la
concentración del ingreso. Más crece
la economía, memos gana la multitud del
total de la torta que produce. En el
posfordismo cuando las y los
trabajadores escuchan que creció el
PBI, es mejor que no se alegren. Pasó
con Menem en los ’90, mientras
aumentaba el PBI la desocupación crecía
a valores inéditos, superando los dos dígitos,
para nunca más bajar a valores
fordistas.
III::
Esta democracia apesta ::
Hasta
1975, para la vieja clase obrera, su
organización y su lucha, el aumento del
PBI significaba que algo se derramara de
la copa burguesa. Si aumentaba el
producto bruto interno, aumentaba el
trabajo registrado y los salarios. Desde
la década pasada, y ahora sin Cavallo y
con Lavagna-Miceli, sin uno a uno y con
el dólar a tres pesos, más se crece y
más precario y peor pago es el empleo.
Con la hegemonía de la plusvalía
relativa, y el trabajo muerto empleado
en las máquinas en la ciudad y el
campo, con la subsunción real del
trabajo en el capital; cada vez que los
trabajadores sepan que se incorporará
en la empresa más tecnología tienen
que temblar de espanto. En el
capitalismo la tecnología tiene como
rol dominante desemplear a los que la máquina
viene a reemplazar como trabajo pasado,
muerto y acumulado como capital. Y de
los que quedan en la empresa, su trabajo
presente o vivo, será sobreexplotado
para resarcir la inversión y
autovalorar el capital con más trabajo
intensivo. La última máquina con
incorporaciones cibernéticas, la robótica
y la informática creada por los propios
trabajadores, en vez de liberarlos de
los trabajos rutinarios los condena a
ser desnudos vigilantes de la tecnología.
En vez de ser una herramienta a su
servicio, es un instrumento más de
esclavitud laboral. Aquellos que
trabajan en una línea de producción
robótica saben bien que, con cada
mejora tecnológica, los ritmos de
trabajo son más brutales, el proceso
productivo depara más atención y más
rápidamente colapsa el sistema
nervioso. Aquellos atados a una
computadora, sea en centrales telefónicas,
líneas de caja, transacciones "on
line", terminan el día al borde de
la extenuación física por más que no
se hayan levantado en toda la jornada de
la silla, su "box", y la línea
de cobro.
Es
decir, el cuadro social se polariza cada
vez más. A más PBI peor distribución
de la riqueza; a más inversiones en
tecnología, menos y peor empleo.
¿Qué
significa la paz social del país
normal, la gobernabilidad del capital
sobre el trabajo? Veamos:
a)
Aumento del superávit fiscal en $ 19.661 millones de
pesos, mientras tanto el 62 por ciento de los
argentinos no tiene cloacas y el 47 por ciento no
tiene cobertura de salud. Aumento del 21 % de la
recaudación impositiva en comparación a 2004, en
tanto que, el 58 % vive sin gas natural. Crecimiento
del PBI al nueve por ciento por tres años, sin
embargo, el 33 por ciento no tiene agua potable.
Aumento del superávit fiscal de las provincias del
orden de los 4.000 millones, lo que eleva el superávit
fiscal primario total (ingresos menos gastos del
estado nacional y provincial, sin descontar el pago de
los intereses de la deuda estatal) al récord histórico
de 23.661 millones de pesos; mientras que el estado
del capital ahora no puede alegar que no tenga plata,
sigue la miseria pornográfica para cuatro de cada
diez argentinos. La distribución del ingreso es cada
vez más escandalosa: el 20 por ciento más rico se
apropia del 54 por ciento, mientras que el 20 % más
pobre sólo recibe el 4 por ciento.
b)
Tomando números redondos, sobre 38 millones de
argentinos, el 24 por ciento, más de nueve millones,
vive como máximo con cuatro pesos por día (1 dólar
con 30 centavos). Pero recordemos que hay casi dos
millones que viven con tres pesos diarios; un millón
y medio con dos pesos; y un millón cien mil con un
peso. Y pensar que encima Kirchner y todos sus
laderos; la obsecuencia del grupo Clarín; el eco de
su sucursal menor, el Diario Página 12; y aún los
multimedios de Hadad, tiene la osadía de llamar al
suyo: “El gobierno de los derechos humanos”.
c)
El estado congela los sueldos de sus empleados y las
jubilaciones. En promedio, el haber jubilatorio está
en 515 pesos, por lo tanto, son haberes de miseria. El
82 % móvil quedó en el olvido, la jubilación
promedio del sistema previsional apenas si representa
el 45% del sueldo registrado promedio. En el 2006 se
prevén pocos ingresos de capitales. La suma rondaría
la misma del año pasado: 4.300 millones de dólares.
No importa, los capitales que faltan los pone la
multitud con la acumulación originaria que detonó
después de la devaluación. Ese colosal robo del
trabajo humano por parte de la burguesía y el estado,
la plusvalía, devenida en inversiones de capital;
proveniente de la sangre, el cansancio y la falta de
óseo que aporta, cada vez en mayor medida, el mundo
del trabajo.
d)
Los bancos tuvieron ganancias fabulosas en el 2005:
1.700 millones de pesos.
La
patria exportadora de
"commodities" no se cansa de
ganar. Los campos de invernada para
engorde vacuno de la burguesía con olor
a bosta aumentaron el último año un
21.7 %, cotizándose la hectárea en
2.800 dólares. Las mejores tierras
dedicadas al maíz y la soja pasaron en
un año de 4.700 a 7.000 dólares la
hectárea. El promedio de ganancia de
ambas inversiones es del orden del 25.6
por ciento en dólares, mientras que un
plazo fijo a 30 días rinde un 3 por
ciento anual en pesos, o en el mejor de
los casos, la especulación bancaria en
dólares en el extranjero ronda el 3 por
ciento. La vieja oligarquía
terrateniente ¡Está de para bienes!
Gana en dólares en un año, por la suba
de sus tierras transformada en capital,
ocho veces más que especulando en los
bancos foráneos. ¡Vamos pingüino,
siga así combatiendo al capital!
e)
La pequeña burguesía exprime en negro
y por un puñado de billetes a la mayoría
de sus empleados. La que los blanquea,
los toman con rebajas sobre los aportes
patronales. Un regalito que le hace el
estado para que explotar humanos le
salga más barato. El obsequio le costó
al fisco -desde marzo del 2004 a octubre
del 2005- 80 millones de pesos. ¡Otra
que el estado ausente! Y ni así, los
desocupados vuelven a la noria del
asalariamiento. Sólo 1.500 sobre
168.500 puestos con descuentos,
proviene, de argentinos con planes
sociales. Una vez más lo reiteramos: en
el posfordismo se terminó el pleno
empleo.
Esta
democracia es corrupta y no por una u
otra coima. La famosa corrupción
antirrepublicana es terrible, pero
apenas una bicoca. Aunque los
funcionarios no robaran un peso esto no
cambiaría en nada la desigualdad social
y el origen de la producción de la
expoliación humana. Explotación que
ninguna redistribución de la riqueza
puede morigerar más que cosméticamente.
Y en el posfordismo, ni para eso sirven
progresistas, peronistas, izquierdistas
del capital y socialistas estatistas.
Esta democracia apesta por la
descomposición material de los cadáveres
de tres generaciones ofrendados en los
cadalsos cotidianos del dios trabajo que
regenera el sistema mercantil. Ante cada
intento vencido por parte del
proletariado de terminar con el infierno
en la tierra, la condena se reedita una
y otra vez. En términos de caída del
ingreso, participación en la renta
nacional y vidas humanas, la derrota
social del ’76 se pagó muy cara. Pero
menos cara que la hiperinflación de
Alfonsín; la instauración del
menemismo; el gobierno de la Alianza; y
la peor de todas, la devaluación de los
salarios y planes sociales, jubilaciones
y pensiones, precarización del empleo y
pauperización de la vida, ejecutada por
Duhalde-Kirchner. Un nuevo genocidio que
deja morir por día 75 niños, bajo
razones que asépticamente el poder le
llama: “causas evitables”. Mientras
tanto, otros esperan en la invisibilidad
la muerte prematura o la transformación,
en unos pocos años y por culpa del
Capital-Parlamentarismo, en una raza de
subhumanos mal nutridos. Nils Katsberg,
el director de UNICEF para América
latina y el Caribe, manifestó: “Este
año hacemos eje en los millones de
chicos que viven en condiciones de
invisibilidad y exclusión. Más de 3,4
millones menores de 18 años en los
centros urbanos viven en la pobreza, y más
de 1,4 millón de chicos transita su
infancia en hogares indigentes que no
tienen siquiera los mínimos alimentos
para sobrevivir. Creemos que los Estados
y los fondos públicos deben hacer foco
en los olvidados, los que no existen en
las estadísticas y están al margen de
toda dignidad”.
Es
así que por tres décadas, entre
bayonetas y papeletas, el hedor de los
restos humanos no se llega a disipar.
Porque sobre los huesos del pueblo de
los ’70 y los ’80, los restos de la
clase obrera de los ’90, y los cuerpos
de la multitud a medio pudrirse desde el
2003, nuevas legiones de difuntos
esperan su turno para impregnar la atmósfera
con el olor a la carne descompuesta de
los descartados. Fiel contracara de la
pestilencia del dinero, haciendo del
capitalismo un dispositivo social y
racional, recurrentemente homicida.
Llegado
el momento, ya sabrá la multitud
acortar distancias contra los patrones y
sus gerentes y rectificarse por haberse
quedado a mitad de camino con el “¡Qué
Se Vayan Todos!” Permitiendo que, de
ese modo, prosiga contra ella la guerra
social.
Tendremos
que acostumbrarnos a ser los nuevos
anormales, los bárbaros
inclasificables, la multitud plebeya del
posfordismo, las y los autónomos
anticapitalistas. Pergeñar nuestra(s)
estrategia(s), no olvidar jamás que
estamos en guerra, que otro mundo es
(im)posible en el capitalismo.
Aprendamos de nuestra herencia, aquellos
que, en parte, somos ahora. Y que
lucharon ayer por los muertos que los
precedieron, por las afrentas que sufrían,
y por un futuro emancipado para
nosotros. Nuestros hermanos de clase
que, con sus victorias y derrotas, nos
inspiran y reclaman estar atentos, ser
flexibles tácticamente: pelear por no
perder la administración autónoma de
los planes sociales y evitar el avance
del posfascismo; luchar por aumentos de
salarios y terminar con el trabajo en
negro; obtener mejor salud y educación
y reducir la jornada laboral; okupar
tierras y empresas, resistir y producir.
Pero no renunciar jamás a los objetivos
estratégicos, los únicos que pueden
terminar con la actual guerra social: el
autogobierno de los anónimos y la
autogestión antimercantil generalizada;
el fin de los privilegios y la república
asamblearia de los comunes; la abolición
del trabajo por dinero y con él la
destrucción de todos los patrones; la
fraternidad universal de los
trabajadores contra el imperio mundial
de la ganancia; el poder constituyente
de la multitud y la abolición del
mercado. Y digamos adiós a los olvidos,
las ilusiones y las mentiras, que nos
hacen creer que no estamos en guerra.
24
de enero de 2006
Colectivo
Nuevo
Proyecto Histórico
|
|
El
dato encerrado en la Coca Cola
Evo
Morales ha dicho muchas cosas que queríamos escuchar
hace más de quinientos años por la boca de un
presidente boliviano. Ha dicho también cosas que se
escucharon con sordina por siglos en América Latina y
ha dicho cosas que revelan, por fin y ante el mundo,
una de las causas de la obstinada presencia yanki en
territorio andino y especialmente boliviano: el
control de la Coca a través de su empresa Coca Cola.
Con
su parsimonia ancestral, Evo reclamó ante la prensa
internacional el trato especial que le dan los gobiernos
andinos a la comercialización de la hoja de coca que
"compra" la Coca-Cola Internacional, empresa
emblemática no sólo del Imperialismo yanki, sino de
algo más profundo y eficaz en la dominación cultural
que ejerce sobre gran parte del mundo: el "modo de
vida estadounidense"(¿Verdad que no hay mejor
combinación que una hamburguesa o un "hot
dog" con todo y una Coca Cola bien fría?). Dijo
Evo que el comercio de dicha hoja está ilegalizado
entre los países andinos pero no para la empresa
gringa, es decir que entre los ciudadanos y las empresas
andinas no se puede comercializar libremente la hoja de
coca, pero la Coca Cola sí puede comprar la cantidad
que quiera en cualquier país andino que la produzca.
Primera interrogante: ¿Coca Cola utiliza la hoja de
coca en su fabricación?
Más allá del dato frío y de la conclusión inmediata
que se deriva de su primer análisis, podemos adelantar
algunas otras hipótesis que nos llevan a dibujar otro
esquema en la comprensión de la drogadicción y el
narcotráfico internacional. Con tan sólo introducir en
el esquema vigente el dato que estaba oculto y que nos
reveló Evo Morales se abren nuevas interrogantes,
surgen nuevas sospechas y cobran mayor relevancia
algunos hechos pasados por "debajo de la mesa"
de los especialistas internacionales en narcotráfico.
Primer interrogante: ¿En verdad se utiliza hoja de coca
en la fabricación de la Coca Cola? Esta no es una
pregunta retórica o desinformada sino que constituye un
punto de inflexión obligatoria en el estudio del caso,
porque en el año 2002 la misma empresa negó el uso de
la hoja de coca en la fabricación del producto, tal
como comprobamos al leer el artículo de Luís A. Gómez
publicado en http://www.Rebelión.org,
el 27 de noviembre de ese año. En el leemos:
"Hace unos días, el Viceministro de Defensa Social
de Bolivia, Ernesto Justiniano, informó que su oficina
había autorizado la exportación de 350 mil libras
(aproximadamente 150 toneladas) de hoja de coca a
Estados Unidos "para la fabricación de la gaseosa
Coca-Cola"[.] El hecho fue negado por una vocera de
la empresa estadounidense, consultada por el diario
mexicano El Universal el martes pasado: Karyn Dest,
vocera de Coca Cola, dijo vía telefónica desde Atlanta
que la empresa no utiliza cocaína y que nunca ha sido
parte de los ingredientes de la bebida" (Esta
respuesta fue repetida en diciembre de 2002 por la
representante de la trasnacional en México, Adriana
Valladares).
Sorprendente esta respuesta que acaba con un mito
moderno: la Coca Cola no contiene coca y mucho menos
cocaína, pero. ¿Quién habló de "cocaína"
en la Coca Cola? Nadie. Era una creencia, un mito ¿o un
gancho publicitario? Pero de lo que sí se habló fue de
las hojas de coca que compra por montones la
trasnacional y la vocera lo evadió ¿o fue un Lapsus
linguae? Buena vocera. ¿Interesante verdad? Pero más
interesante se hace el asunto cuando seguimos leyendo en
el artículo de Gómez y encontramos que:
"También se ha hecho público que el trabajo de
Albo Export, una empresa propiedad del boliviano
Fernando Alborta, ha exportado coca desde Perú y
Bolivia los últimos años, y que entre 1997 y 1999 envió
a Estados Unidos un equivalente a 340 toneladas de hoja.
Estas operaciones de compra y procesamiento son
severamente vigiladas en Bolivia por la Dirección
General de Control y Fiscalización de la Hoja de Coca
(Digeco) y en Estados Unidos, claro que sí, por la DEA,
que incluso provee los almacenes con sofisticados
sistemas de alarma y los cofres especiales para guardar
en New Yersey el curioso tesoro natural."
Pero esto no es todo en las contradicciones entre los
expendedores "naturales" y sus "mejores
clientes", porque en el año 2004, el zar
antidrogas de Perú, Nils Ericsson, en un escrito
publicado el 26 de enero, afirmó que: "La Coca
Cola, la mundialmente conocida fábrica de bebidas
gaseosas, compra al Perú 115 toneladas de hoja de coca
al año y a Bolivia 105 toneladas con las cuales
produce, sin alcaloides, 500 millones de botellas de
gaseosas al día" (Luís Gómez, The Narco
Bulletin, 28 de enero de 2005, en http://www.narconews.com),
lo que hace pensar al articulista Gómez que la presión
por erradicar la coca en Perú (y completamos nosotros:
en todos los países andinos productores) es una
estrategia para asegurar a Coca Cola el monopolio de la
hoja de coca, no sólo con la intención de controlar
ese mercado sino también para monopolizar el mercado de
refrescos que utilizan hoja de coca ¿sin alcaloides?
cuya fabricación está floreciente en Perú bajo las
marcas Vortex Coca Energy y K-Drink.
Luego de leer todos los argumentos que rodean nuestra
primera interrogante, una posible respuesta es la
siguiente: Si la Coca Cola Internacional es la primera
empresa multinacional (monopólica) en la comercialización
de la hoja de coca, materia prima esencial de la Cocaína,
para lo que se ha valido de su estatus legal
privilegiado en los países andinos, y sus voceros se
niegan a reconocer la utilización de hoja de coca en la
fabricación de la bebida, entonces esta empresa debe
ser el primer sospechoso en la investigación de las
redes mundiales del narcotráfico porque ¿Qué hacen
con todas esas toneladas de hojas de coca que compran
anualmente?
Más allá o más acá de las preguntas y respuestas,
que pueden multiplicarse por cien, vayamos por un
instante a la realidad inmediata: tomemos en nuestra
mano una botella de Coca Cola de 600 ml hecha en
Venezuela y leamos lo que está escrito en la etiqueta
luego de la identificación de la empresa productora:
"INGREDIENTES: AGUA CARBONATADA, AZÚCAR, CARAMELO,
ÁCIDO FOSFÓRICO, EXTRACTOS VEGETALES Y CAFEÍNA"
¿Encuentra usted, amigo lector, alguna información que
nos advierta la utilización de algún derivado de la
hoja de coca? Cuando mucho nos pueden querer convencer
con la enigmática expresión "EXTRACTOS
VEGETALES", pero ¿de cuáles vegetales se trata y
qué se les "extrae" a esos vegetales?, porque
si se trata de la hoja de coca que contiene varios
alcaloides, ¿cuáles desechan y cuáles dejan en la
gaseosa? Y si la empresa reconociera que utiliza la hoja
de coca y dice que elimina todos los alcaloides ¿qué
sustancia queda? La verdad es que en vista de la
contradicción evidente entre la acción de la empresa
que compra toneladas de hoja de coca en Bolivia, en
Colombia y Perú y el empeño de sus voceros en negar la
utilización de hoja de coca en la fabricación de la
bebida, lo menos que podemos hacer es demandarla por
oferta engañosa. ¿Será posible que los ciudadanos de
los países andinos donde se vende la Coca Cola,
introduzcan una demanda (los especialistas dirían en cuál
organismo y a qué nivel) por la vía de los intereses
difusos? Fracasada o exitosa sería esta una experiencia
extraordinaria de pedagogía política y de integración
popular.
Segunda interrogante: si Coca Cola no usa la hoja de
coca en su fabricación ¿Qué hace con todas las
toneladas de hoja de coca que compra?
Otras interrogantes han estado en nuestra mente desde
hace muchos años como misterios que nadie se ha
atrevido a desentrañar porque están
"protegidos" por normas internacionales de
industria y comercio, pero hoy, gracias a los
"cocaleros" andinos como Evo Morales y a
investigadores como Luís Gómez, ya sabemos que la
gaseosa más vendida en el mundo contiene en su fórmula
algún derivado de la hoja de coca y si la empresa no lo
reconoce entonces debe explicarle al mundo qué hace con
tanta hoja de coca en sus depósitos de Atlanta. Algunas
de esas otras interrogantes son:
¿Qué derivado, o derivados, de la hoja de coca es el
que utilizan para elaborar la base de la Coca Cola y qué
relación tiene (n) con la Cocaína
¿Ese derivado genera adicción en los consumidores o
crea en ellos las condiciones fisiológicas para
propiciar algún tipo de adicción? Y si la hoja de coca
diluida en la Coca Cola no genera adicción, entonces ¿por
qué tanta alharaca (léase represión, persecución y
muerte) con su cultivo, procesamiento y comercialización
en los países andinos?
Fuente: bolpress.com
Gregorio J. Pérez Almeida
Bolpress, La Paz – 10/01/2006
|
Mensajes de Evo
Por Atilio Boron
Desde La Paz
La sensación flota en
el aire: en Bolivia ha nacido algo nuevo, cuya influencia
trascenderá sus fronteras hasta convertirse en un fenómeno
“histórico-universal”, llamado a gravitar en la vida de
millones de personas en los más insospechados rincones del
planeta. Después de 513 años –recordaba Alvaro García
Linera en la Plaza de los Héroes– los indígenas
recuperaban el control de sus vidas. Uno de los suyos, Evo
Morales, acababa de ser ungido como presidente y desde su
primer instante como gobernante transmitió, con la
circunspección y sobriedad que caracteriza a su pueblo, una
serie de mensajes que ratificaban que la historia había
cambiado de dirección. Mensajes que con sus dichos, sus
silencios y sus gestos reverberaron con estruendo por toda América
latina confirmando el advenimiento de algo nuevo y diferente.
Algo original y genuino, que sólo por una infeliz ocurrencia
podría ser concebido como una expresión más de el
“centroizquierda”, amorfa categoría que los filósofos de
la resignación impusieron como una moda. La originalidad del
experimento del MAS en Bolivia sólo admite comparación con
otras dos experiencias, también ellas únicas e irrepetibles,
que exhibe nuestra región: las revoluciones en Cuba y
Venezuela. Lo que unifica a estos tres procesos no es su
similitud –en realidad no podrían ser más disímiles–
sino su irreductible originalidad: ninguno es copia de nadie,
confirmando una vez más que las revoluciones son la expresión
más genuina e inimitable de los pueblos.
El mensaje que transmite Evo Morales al jurar como presidente,
con el puño de su mano izquierda alzado con gallardía y su
mano derecha descansando sobre su corazón, desnuda las vacías
formalidades del protocolo y deja una huella indeleble en la
memoria de su pueblo. Enseguida, antes de comenzar su
discurso, pide un minuto de silencio en homenaje a los que
ofrendaron su vida para construir una Bolivia justa, libre,
digna: Túpac Amaru, Túpac Katari, Luis Espinal y Ernesto
“Che” Guevara. ¿Dónde, cuándo, se había visto algo
igual? Al terminar, otro gesto: palabras de despedida
pronunciadas en aymara y quechua, las lenguas de las etnias
secularmente ignoradas y despreciadas. Mensajes que ratifican
su ejemplar trayectoria de lucha y la claridad de un discurso
que, en la campaña electoral, condenó sin atenuantes al
capitalismo y al neoliberalismo. Mensajes elocuentes también
cuando, al revés de lo que hacen los representantes de la mal
llamada “izquierda racional” –esa que halaga la derecha
y fomenta el lobbista de las privatizadas españolas, Felipe
González– cuyo primer acto después de un triunfo electoral
es peregrinar a Washington para garantizar a los amos del
imperio que todo seguirá como hasta entonces, Evo comienza su
gira internacional visitando Cuba, y luego Venezuela, gestos
de una contundencia insoslayable.
Luego, cuando escandaliza a los “bienpensantes” por el
desparpajo con que visita a “altos dignatarios” de las
antiguas potencias coloniales vistiendo su humilde chompa
rayada. Mientras el “centroizquierda” se trajea y
encorbata para ratificar su fidelidad a los poderes
establecidos, Evo mantiene intacta su identidad. Y el domingo,
en la Plaza de los Héroes, al exaltar la sabiduría de los
pueblos saluda a Fidel, el “abuelo sabio” que no pudo
asistir; y ayer designa un gabinete que no hace concesión
alguna a la derecha, sobre todo en las áreas más sensibles:
hidrocarburos, tierra, interior. Ningún mensaje para
“tranquilizar a los mercados” u otras tonterías por el
estilo a las que estamos tan acostumbrados. A diferencia de
otros gobernantes les pide a lo suyos que si lo ven titubear
lo empujen y lo obliguen a marchar hacia adelante. Recupera la
consigna zapatista de “mandar obedeciendo”; pero a su
pueblo, no a los mercados o la globalización. Y ratifica,
además, que tanto valor como su juramento en el Congreso
tiene el que hizo el sábado en el Tiahuanaco y el domingo
ante los cientos de miles que se dieron cita en la plaza:
“Me podré equivocar pero jamás los voy a traicionar”. Sí,
es cierto: hemos entrado en una nueva etapa histórica y la
izquierda se afirma en el poder en América latina. ¡Gracias
Bolivia!
SOBRE
EL PERIODISMO "PROGRESISTA" Y LAS LUCHAS POPULARES
Protagonistas
Por Guillermo Cieza,
para Prensa De Frente.-
Va a ser una lucha, difícil y de resultado incierto. Pero está
claro que sus resultados dependerán de la cantidad de fuerzas
populares que se acumulen, no de las promesas oportunistas del
oficialismo. La posibilidad de hacer justicia en un país como
el nuestro, la posibilidad de cambios favorables a nuestro
pueblo, mal que le pese al Sr. Wainfeld de Página 12, depende
de esfuerzos que no podemos reducir a historias de periodistas
valientes, medios pluralistas, jueces probos y políticos que
pagan deudas. Significan un largo ejercicio del protagonismo
popular. Y si no, que nos desmienta la historia.
En la edición de hoy 10 de marzo de Página/12, aparece un
artículo del periodista Mario Wainfeld titulado “Una lección
y un desafío”, que haciendo referencia a las sentencias
condenatorias contra los ejecutores materiales de los
asesinatos de Kosteki y Santillán, me parece muy
representativo de una forma de ver la política, que hoy
encarna el “progresismo” que apoya al presidente Kirchner.
Wainfeld recuerda cómo después de los asesinatos, Fanchiotti
“hizo un verdadero raid periodístico proponiendo una versión
inverosímil de los asesinatos de los pibes Kosteki y Santillán”.
Versión que contaba con el aval de grandes medios de
comunicación y del poder político. El periodista reivindica
la valentía de cronistas que se jugaron en el lugar de los
hechos, y “ la importancia del pluralismo en materia de
medios”. Finalmente reclama “jueces probos” y termina
planteando que el sistema político quedó en deuda, por lo
que propone crear una “comisión investigadora parlamentaria
o de notables” que explore todas las responsabilidades.
Creo que Wainfeld no falta a la verdad en lo que dice, pero
para bien de los intereses populares sería bueno que el
relato de cómo se llegó a este juicio y a las sentencias
condenatorias no quedara en sus manos. Tampoco que haga
propuestas. No miente, pero se olvidó de lo más importante.
Seguramente hay voces más autorizadas para hablar de los
hechos, pero igual me siento obligado a marcar algunos baches
en el enfoque periodístico. Por orden cronológico: el 26 de
junio de 2002 cuando se conoció la noticia de la represión
en Puente Pueyrredón, hubo movilizaciones espontáneas en
distintos lugares del país. Al día siguiente, y cuando todavía
estaba instalada en los medios la versión oficial del
“enfrentamiento entre piqueteros” se incrementaron las
movilizaciones. En su edición del día 28 de junio, Pagina 12
calculó que en Capital Federal se movilizaron 12000 personas.
En la movilización del 3 de julio en Capital no sólo se
movilizaron los grupos piqueteros, sino también asambleas,
organismos de DDHH y un sector de CTA (a pesar de la oposición
de Luis D Elia, hoy parte del “progresismo oficial”).
Creo que las fotos fueron importantes. Conozco al fotógrafo
Sergio Kowalewski, sé de su valentía y de su posibilidad de
hacer publicar las fotos en forma independiente en el Diario
de las Madres de Plaza de Mayo (era su fotógrafo). No estoy
tan seguro de que Pepe Mateos hubiera tenido las mismas
posibilidades dentro del grupo Clarín, que había titulado el
27 de junio: “ La crisis se cobró dos muertos”. Pero
estoy seguro de que la presencia de miles de personas en las
calles no sólo en Capital, sino en distintos puntos del país,
fue lo que desarmó la mentira duhaldista.
Y que el juicio estuvo impulsado más que por pruebas técnicas
o leguleyas, por el hecho de que desde el 27 de junio de 2002
hasta el día de la sentencia hubo numerosas movilizaciones
por Maxi y Darío. En sus aniversarios fueron multitudinarias,
hubo más de 50000 personas; pero además cada 26 - y hubo mas
de cuarenta 26 - los compañeros de Maxi y Darío fuimos a
cortar el Puente Pueyrredón. Pero no solo fue lucha en las
calles...
Distintos proyectos periodísticos
para narrar lo ocurrido el 26 de junio en Avellaneda (algunos
muy interesados), quedaron abortados cuando los propios compañeros
del MTD decidieron contar ellos mismos su propia historia, e
investigar a fondo lo sucedido ese día. “Darío y Maxi,
dignidad piquetera”, un trabajo comparable a “Operación
Masacre” de Walsh, fue publicado con una primera edición de
3000 ejemplares. Se agotó. Se hizo otra y volvió agotarse. Y
otra... Y después ya no se pudo decir cualquier cosa sobre lo
ocurrido aquel día. Estaba la historia, los testimonios, la
investigación, el señalamiento de los culpables. Cuando
asumió el gobierno Kirchner, recibió en dos oportunidades a
las organizaciones donde militaban Darío y Maxi. En la
segunda reunión estuvo presente el padre de Darío Santillán
y allí el presidente ratificó su decisión de conformar una
Comisión Investigadora.
No obstante la buena voluntad presidencial no era gratuita,
exigía una contraprestación: abandonar las calles e
incorporarse al proyecto oficial. Un precio que ni los
familiares ni los compañeros estaban dispuestos a pagar. Allí
se cortó él dialogo. La famosa Comisión Investigadora que,
según los interlocutores oficiales iba a estar presidida por
Duhalde “el bueno” y donde iban a participar Hebe de
Bonafini, el diputado Bonasso, etc, etc, se diluyó en el
aire.
Unos meses después se dividió el MTD Aníbal Verón. El
oficialismo había mantenido un buen diálogo con el sector
del MTD Varela (que finalmente conserva el nombre de “la
Veron”), incluso después de la ruptura acordaron cortes con
carril alternativo para los 26. Pero no sucedió lo mismo con
los compañeros mas cercanos a Darío, que se integraron como
MTDs en el Frente Popular Darío Santillán (FPDS). Esos compañeros,
los familiares de Darío, la familia de Maxi, que después de
la muerte de Mabel Ruiz quedaron representadas por Vanina
Kosteki, militante del Polo Obrero, no están dispuestos a
ningún arreglo para bajarse de la exigencia del castigo
efectivo a los responsables materiales y políticos de los
asesinatos de Darío y Maxi.
La “comisión de notables”, se armó finalmente, pero con
autonomía del gobierno y con la misión de apoyar la decisión
inclaudicable de reclamar justicia para Maxi y Darío. Empezó
por Graciela Daleo y los Ex detenidos-desaparecidos, siguió
por Nora Cortiñas de las Madres, Laura Grinsberg de los
familiares de la AMIA, los HIJOS, el MEDH, la CORREPI, etc.,
etc. Los demonizados piqueteros no habían podido ser
aislados, porque además empezaron a ser acompañados por un
dinámico movimiento cultural, intelectuales, estudiantes,
artistas, medios de prensa alternativos. La última solicitada
exigiendo justicia fue acompañada por mas quinientas
organizaciones.
El juicio por Maxi y Darío, no fue un trámite. Fue un mega
juicio que duró ocho meses. Allí estuvo presente la mística
con un acampe del FPDS frente a los tribunales de Lomas que
duró mas de cuarenta días (dos escraches a Duhalde
incluidos, la información al día de la pagina web
masacredeavellaneda, que sostenida a pulmón, cubrió todas
las audiencias del juicio, y la presencia de varios equipos de
abogados que defendiendo a los familiares y a los heridos
hicieron un trabajo esforzado y de gran profesionalidad. Todas
estas cosas que ocurrieron en el medio ( y muchas más que me
olvido), son las que dan base para que se pueda avanzar en la
exigencia a que sean condenados los responsables políticos:
Duhalde, Álvarez, Rodríguez, Atanasoff, Solá, Soria, etc.,
etc.
Va a ser una lucha difícil y de resultado incierto. Pero está
claro que sus resultados dependerán de la cantidad de fuerzas
populares que se acumulen, no de las promesas oportunistas del
oficialismo. La posibilidad de hacer justicia en un país como
el nuestro, la posibilidad de cambios favorables a nuestro
pueblo, mal que le pese al Sr. Wainfeld, depende de esfuerzos
que no podemos reducir a historias de periodistas valientes,
medios pluralistas, jueces probos y políticos que pagan
deudas. Significan un largo ejercicio del protagonismo
popular. Y si no, que nos desmienta la historia. El 27 de
junio de 2002, el entonces aspirante presidencial Néstor
Kirchner, dijo en Chivilcoy: “No quiero ver mas muertos
argentinos en las calles. (....) El gobierno se demuestra
incapaz de responder a las demandas de la población y en
lugar de generar un plan social coherente, condena a la
miserabilidad con 150 pesos mensuales”. Hoy después de mas
de un 70% de aumento del costo de vida, los desocupados siguen
cobrando 150 pesos. Y el gobierno califica a sus reclamos de
aumento como “ politizados” y “autoritarios”.
El 27 de junio y el 3 de julio de 2002, miles de argentinos en
las calles se prometieron que algún día los asesinos de Darío
y Maxi se pudrirían en la cárcel. Al menos Fanchiotti y
Acosta, parecen tener ese destino.
Kirchner
le paga diezmil millones de dólares al FMI
Comprar
la soberanía para seguir siendo colonia del Capital
Muchas
personas piensan que el sistema capitalista alude
solamente a la necesidad de la existencia de los patrones
para que la actividad económica sea posible. "Sin
capital no hay producción, y sin producción no hay
trabajo", nos dicen. Hoy, esa concepción nos es
constantemente bombardeada desde los medios de comunicación
por las clases dominantes y sus voceros. Machacan sobre la
imposibilidad de desarrollarnos como sociedad, como país,
si no creamos las condiciones necesarias para que los
filantrópicos dueños del dinero inviertan parte de su
capital entre nosotros (¡por lo cual deberíamos estar
eternamente agradecidos!). El verdadero triunfo del
Capitalismo reside, justamente, en que las mayorías
piensen lo que las clases dominantes quieren que piensen:
que el trabajador crea que su rol en la sociedad no puede
ser otro que el de ser explotado. O, peor aún, que su
aspiración sea la de, algún día, poder llegar a
explotar a otros.
Para
que semejante cosa ocurra, queda muy en claro que el
capitalismo no es solamente una forma de ordenamiento de
las relaciones de producción, es decir, un sistema
meramente económico: es algo mucho más complicado que
eso. Exige una estructura política que rija las
relaciones sociales para sostener el modo de producción.
El Capitalismo es entonces una herramienta para la
explotación, que demanda una compleja estructura político-ideológica
para la cooptación de la conciencia de las mayorías.
En
consecuencia, la mentira y el ocultamiento son políticas,
necesarias e imprescindibles para su sostenimiento.
Esta
introducción nos sirve como plataforma para desarrollar
la crítica sobre la actualidad nacional y el
desenvolvimiento del gobierno kirchnerista. Desde hace
rato venimos denunciando, a través de minuciosos análisis
de los datos de la realidad, su carácter neoliberal, y
por lo tanto para nada antiimperialista en los hechos (políticas),
muy a pesar de su discurso, herramienta que utiliza como método
de engaño. Para ello, ha manejado los índices económicos
de manera escandalosa, como por ejemplo considerar como
empleados a aquellos que cobran un plan social de $150, o
a los que sobreviven "de changa en changa"; o
considerar "pobres" a aquellos que ganan menos
de $800 cuando la canasta familiar excede ya largamente
los $1800. Las tremendas cifras de pobreza y desempleo serían
más oprobiosas aún y describirían de manera más
certera y dolorosa la realidad si no fuese por semejantes
argucias. De la misma manera, ha "negociado" con
las clases dominantes la propaganda favorable hacia las
políticas oficialistas a través de los medios de
comunicación, concediendo por décadas esos espacios públicos
a la derecha más rancia. Y ha cooptado miserablemente a
un sector del campo popular que es utilizado como fuerza
de choque contra aquellos que se atreven a manifestarse
contra las políticas de entrega de la administración
"K", como quedó expuesto en Tucumán y en
Rosario.
En
la introducción nos faltó decir que el capitalismo, en
su devenir, determina una concepción filosófica respecto
de la vida: es ésa que a todo le pone precio, pues todo
es pasible de convertirse en mercancía. La libertad es la
libertad de comercio (y en su nombre hay que arrasar a
todo aquél que se le oponga, generando una nueva
"religión" que produce sus propias
"Cruzadas"). Así, la salud, el medio ambiente,
la educación, la justicia, la vivienda, dejan de ser
derechos para pasar a tener precio de mercado.
Movido
por esa concepción mercantilista, el gobierno pretende
"comprar" la soberanía nacional (lo cual ya lo
califica), pagando de una sola vez diezmil millones de dólares,
dejando en claro cuáles son sus prioridades ante el
hambre de millones.
Al
respecto, podemos ensayar los siguientes comentarios:
- Sobre
la "compra" de la soberanía: Ya el concepto
es repugnante. ¿Qué dirían al respecto aquellos que
dieron la vida por una supuesta independencia de
nuestro país?. Pero no queda ahí la cosa. Lo cierto
es que ya el gobierno de Mister K venía pagando como
ninguno y cumpliendo con las exigencias del FMI sin
tener firmado ningún acuerdo que lo obligara a ello;
¿quién puede asegurar que lo mismo no seguirá
ocurriendo? Además, la decisión de pagar se tomó a
través de un decreto presidencial (¿a quién le
echarán luego la culpa sus "apóstoles"?) y
no por una ley del Congreso, lo cual deja bien en
claro que es el mismo Kirchner quien traslada el
ahorro producido con un enorme sacrificio del pueblo a
las arcas del organismo de crédito. Lo de la
"decisión soberana" también suena a
cuento, cuando se sabe que fue precisamente el FMI el
que recomendó el pago de una vez y con reservas del
Banco Central ya en julio pasado, actitud que tomaron
anteriormente Rusia y recientemente Brasil; por lo
que, más que una política del gobierno, está claro
que se responde a una política del Fondo. Mientras
Rodrigo Rato y Bush bailan de alegría, la miseria se
sigue extendiendo como plaga en nuestro país. ¿De qué
"soberanía" hablan, entonces? Poco puede
hacerlo este gobierno, cuando los resortes de la
actividad económica están en manos privadas y
extranjeras en su mayoría, y la administración del
tero santacruceño no hace nada para modificar esa
realidad, sino todo lo contrario. ¿Cuán soberano
puede ser un Estado cuyo gobierno necesita
entrevistarse con el español para poder mantener el
servicio de telefonía y el de electricidad, para
"comprar" su propio petróleo, o para ahora
intentar reemplazar a los franceses en el
abastecimiento de agua potable?; ¿o importar gasoil
de Venezuela, gas de Bolivia mientras aquí se ventea
o Repsol lo exporta para su propio beneficio?; ¿o
casi rogarles a franceses, yanquis y chinos para bajar
los precios en los súper e hípermercados?; ¿o
resarcir con una cifra multimillonaria a Monsanto, que
quiere cobrar por todas las cosechas que devengan de
las semillas primigenias que les vendió a los
productores agrícolas, porque la producción de soja
depende de la ingeniería genética de la
multinacional?; ¿o esperar que el mundo financiero
internacional no escape con las jubilaciones de sus
ciudadanos, cuyos aportes fueron a parar durante años
a las AFJP?; ¿o "compensar" a los bancos
con más de veintemil millones de dólares, los mismos
que se quedaron con los ahorros del pueblo, por la
devaluación llevada a cabo hace poco más de tres años?
Los ejemplos podrían seguir casi hasta el infinito.
- Sobre
el "desendeudamiento": Aquí los números
son claros: Argentina, a pesar del pago, seguirá
debiendo unos 135.000 millones de dólares, por los
cuales ha asumido fortísimos compromisos que implican
más sacrificios para varias generaciones. Y las
auditorías y presiones del Banco Mundial, el BID e
incluso el Tesoro de los EEUU y el G7 seguirán
existiendo. Pero eso no es lo más grave: lo peor es
que se legitima una deuda fraudulenta, ilegal, ilegítima,
inmoral y que ya se ha pagado varias veces. Lo
verdaderamente soberano hubiese sido la decisión de
no pagarla.
- Sobre
la oportunidad y las prioridades: El gobierno,
entonces, después de lo expuesto, podría haber
esperado al 28 de diciembre para hacer el anuncio del
pago, para hacerlo coincidir con el día del Inocente.
Pues mientras se le entregan alegremente ¡diezmil
millones de dólares! a uno de los mayores
responsables de la angustia de nuestro pueblo, lo cual
significa el 30% del gasto total estimado en el
Presupuesto 2006 (exactamente $93.700 millones, unos
31.000 millones de dólares), ese mismo presupuesto,
aprobado en la Cámara de Diputados con los votos del
kirchnerismo, el duhaldismo, el macrismo y el sobishmo
(dejando bien en claro quiénes son como expresión de
clase los representantes del antipueblo, los que
accionan contra la mayoría asalariada y desocupada)
se deja establecido que no habrá aumentos de salarios
a estatales, ni de jubilaciones a nuestros ancianos.
Tampoco habrá aumentos en los míseros planes
sociales, a los que encima se está pensando eliminar
por recomendación del Fondo (cómo... ¿no era que no
habría más injerencia?). Eso sin mencionar que se
van a seguir subsidiando con miles de millones de
pesos a las empresas privatizadas de servicios y ni
piensan recuperar, ni remotamente, los recursos estratégicos
que nos pertenecen como Nación. ¿En realidad alguien
en su sano juicio puede decir que éste es el gobierno
del pueblo?
A
modo de conclusión, es menester enunciar que, después de
esta decisión del kirchnerismo (que profundiza aún más
su lacayismo para con los dueños del Mercado), nada estará
mejor para las mayorías populares. Al contrario, pueden
esperarse mayores aumentos de tarifas, por ende de precios
(los que no pueden ser controlados por ningún acuerdo
gobierno-empresarial, ya que defienden los mismos
intereses); la inflación prevista en el Presupuesto ya es
de alrededor del 8,4%, lo que, a su vez, llevará más
angustia y privaciones a los sufridos de siempre: los
trabajadores ocupados y desocupados.
Mientras
tanto tal vez "mejoren" algunos números de la
macroeconomía; el PBI crecerá y también las
exportaciones y la recaudación, pero a costa de una
brecha cada vez más grande entre los que más ganan y los
que menos tienen. Hoy en día esa diferencia, entre el 10%
más rico y el 10% más pobre es de 29 veces, mientras en
el 2001, el año en el que estalló el país, esa
diferencia era de 26 veces. Aún con semejante injusticia,
el gobierno mantiene una política de criminalización y
judicialización de la protesta social, por lo cual casi
cincomil compañeros están procesados penalmente. Para
ser más claro, significa que el sacrificio de todos sirve
sólo para que gocen de su vida unos pocos.
Algo
que habrá que modificar de raíz, entonces, si es que
realmente aspiramos a vivir en una sociedad verdaderamente
justa.
Y
sólo la organización y la acción de los millones de
explotados hará posible concretar ese sueño.
Gustavo
Robles
El voto rebeldía-resistencia
los salvó a todos…pero esta es la última.
La
rebeldía como la acción de resistencia no necesita quien la
apoye, ella son riesgo puro e incierto por naturaleza.
Pero
la rebeldía, como la acción de resistencia, por tragedia de
su propia naturaleza sí puede constituirse en el lugar de
salvación de su misma negación. La dialéctica de la lucha
de clases, nos empuja a situaciones tan paradójicas como
esta.
Iniciemos
con los antecedentes. Luego de las rebeliones del 89 y 92 el
pueblo venezolano se enrumbó definitivamente hacia una marcha
insurreccional como única salida política y social frente al
cuadro de poderes dominantes hasta entonces y el rescate de
sus derechos básicos a la vida, la libertad y la dignidad.
Sin
embargo, Hugo Chávez hasta entonces convencido de esta
alternativa única, en el año 97 con mucho esfuerzo propone y
convence a los movimientos en resistencia abrirse hacia una línea
pacífica de transformación profunda centrada en su
candidatura y la convocatoria inmediata a una asamblea
constituyente de refundación nacional y de modelo de
sociedad, invocando el nuevo pensamiento revolucionario
naciente producto de la caída del bloque soviético. Y así
fue y por allí nos enrumbamos.
Producto
inmediato: así como se produjo un nuevo marco constitucional
sustentado en los principios supramorales inspirados en los
valores nacientes con el nuevo milenio; entre ellos la forma
de la libertad y la justicia colectiva contenidas en el artículo
1 de la nueva constitución, al mismo tiempo el pacifismo
obligante de la vía adoptada permitió la sobre vivencia de
los poderes materiales constituidos y de la vieja cultura política
que los cobija. De esta forma las fuerzas creadoras de la
rebelión mayoritaria así como fueron capaces de construir un
nuevo formato espiritual y político de ordenamiento social,
paradójicamente se convirtieron en la brecha salvadora de un
orden agonizante y profundamente destructivo.
Segundo
antecedente. Con la activación en el año 2001 de la
conspiración que arranca secretamente desde el mismo año 99,
se inicia una fase de defensa nacional, popular masiva e
insurreccional del orden naciente que tuvo sus grandes
momentos de prueba, e irrefutable eficiencia durantes los
golpes (de estado y petrolero) del año 2002 y el referéndum
de Agosto del 2004. Producto inmediato: así como paramos en
seco el fascismo político y societario sembrado entre las
capas medias y de la burguesía nacional e imperial, y se
crearon las condiciones para la radicalización programática
y discursiva del mensaje y la política presidencial (línea
antiimperialista, profundización revolucionaria, misiones
sociales, apoyo al poder popular, integración del sur,
perspectiva anticapitalista y socialista), al mismo tiempo la
postura meramente defensiva de la acción colectiva permitió
que por encima de los hechos se entronice en el poder el viejo
orden, la vieja cultura política bajo una expresión
“oficialista”, o “derecha roja” como dicen algunos
(corrupción, nepotismo, dedocracia, explotación de la
plusvalía política del colectivo, sabotaje a la
autodeterminación social de la revolución en particular de
las misiones, incongruencia de las políticas financieras,
mineras y energéticas frente a la línea anticapitalista
expresada, revitalización del modelo desarrollista y tecnocrático,
favoritismo descarado hacia el sector bancario, importador y
de la construcción privados, repartos corporativos del poder
en especial entre partidos y militares, legislación regresiva
y laxativa en relación al marco constitucional, represión a
los movimientos populares en resistencia, censura y
autocensura de los medios públicos del estado).
La
situación, nuevamente paradójica, empieza a orientarse hacia
dos puntos básicos: primero, la pérdida de la calidad y la
congruencia de las políticas institucionales, el
debilitamiento del estado de derecho ensombrecido por la
impunidad, y sobretodo, la pérdida de dinamismo del proceso
popular constituyente y revolucionario producto de la exclusión
sistemática del protagonismo popular y el secuestro de la
nueva institucionalidad naciente por parte de la nueva
“derecha roja”.
Segundo,
la contradicción inmediatamente vivida del proceso se
desplaza hacia una confrontación entre las bases y la
burocracia, dejando en segundo orden el antagonismo entre
“escuálidos y chavistas”, la cual pierde fuerza por la
derrota de la conspiración fascista. La unidad dentro del
proceso bolivariano comienza desde entonces (Agosto del 2004)
a entrar en una fase de tensión permanente y dilatada, que
corre el riesgo de resquebrajarse irreversiblemente en caso de
que no se produzca una recomposición a fondo de las prácticas
y políticas de poder y la congruencia revolucionaria de las
mismas.
El
nuevo capítulo de la misma historia. El fascismo político y
societario saca de nuevo sus garras siguiendo los lineamientos
de un imperio que ha sido al menos frenado en sus intenciones
colonialistas (ALCA) en Mar del Plata. Pero esta vez es
realmente un cuerpo sin órganos o un Frankestein, un cuerpo
sin vida otra que no sea virtual y mediática. No le queda
otra salida que actuar desde el saboteo electoral,
superestructural, mediático y la presión fallida terrorista.
Un intento último por deslegitimar el proceso revolucionario
y el liderazgo de Chávez. Pero se les escapó nuevamente de
las manos la libre indómita de un pueblo libertario.
Antes
de su escapatoria cobarde de las elecciones, tan cobarde como
el de los maricos reprimidos y de closet, muy propio entre los
niñitos fino-fascistas de Primero Justicia. La abstención
según las encuestas estaría por el 80% de la población, con
unos resultados catastróficos para ellos en donde quedarían
en una relación de 5 a 1 con respecto a las representaciones
chavistas, según el
voto popular y
sumado a las condiciones que estas bellezas caribeñas, le
pusieron al CNE para su participación. Era un desastre
completo para ellos, pero también, aún arrasando con la
representación formal, para nuestros maravillosos y democráticos
representantes revolucionarios, no tan finos, un poco teñiditos
pero haciendo todo por parecerse a sus modelos de alta finura
y derroche antimoral. ¿Y qué pasó?. Pues que ante la
embestida conspirativa, no contra nuestros representantes
parlamentarios, ni la asamblea nacional, ni el odiado CNE,
sino contra la épica popular que significa la revolución
bolivariana, una parte significativa de esa rebeldía popular
y de base decide ejercer el derecho al voto como medida de
defensa democrática de la revolución.
Una
vez más los salvamos a todos estos factores que ya se
mimetizan en uno solo. Por un lado la derecha fina,
mediatizada y reprimida, se victimaza a través de una
maniobra donde el horrible totalitarismo comunista de Hugo Chávez
los obliga a desconocer la institucionalidad democrática
vigente y por la que tanto aclaman. Y además no quedan
involucrados dentro del rechazo abstencionista, que es ante
todo una protesta abierta frente a lo que han sido las prácticas
de poder que ellos inauguraron y ahora encuentran sus
sucesores.
Esto
les da la oportunidad no solo de hacer campaña ante la
supuesta ilegitimidad de la nueva asamblea sino de legitimar
la línea oblicua de integración del terrorismo paramilitar y
de sifrinos de Las Mercedes y de todos los “estes” urbanos
de nuestro país junto a la rebelión “civilista, blanca y cínicamente
democratista” que desde ahora impulsarán en lo que será la
versión criolla de “revolución naranja”, en nuestro caso
será la “la revolución blue”. Y al mismo tiempo se salva
una derecha roja y de piel teñida (y que nos perdone la
Chiche, Carlos, Earle, y unos cuantos más de la “patria
buena” que se colearon en la nueva asamblea) que ahora le
gustará reinar sola muy legalmente y con una conspiración
reactivada, que por más débil y derrotada que ya está,
también ellos buscarán los caminos para inflarla y
devolvernos a la pasividad y silencio voluntario del
antagonismo escuálidos-chavistas. Y mientras tanto un imperio
se rie porque entre todos los poderosos finalmente lograran
desarticular el protagonismo revolucionario del pueblo, de la
acción autónoma y clasista dejando la palabra subversiva de
Hugo Chávez en un vacío total e impotente.
¿Pero
eso será así?. Por allí se dice que el pueblo ahora sí es
el que manda. Ya no es solo un problema de marco
constitucional ni de inspiraciones discursivas del liderazgo.
Ahora es una promesa hecha conciencia y andando entre cada uno
de los nudos de organización de base que el 4 de Diciembre
garantizaron un 25% de participación electoral, dejando de
lado el orgullo radical de la irreverencia abstencionista en
estas elecciones.
Evidentemente
que no será así, y no será porque de ahora en adelante la
revolución no le quedará otro camino que profundizarse y
dejar de lado las miserias que ella arrastra consigo. Las
paradojas de hacer por lo que creemos pero a la vez ayudar con
nuestra acción a lo que nos destruye, llegan ahora a su fin.
La revolución bolivariana, socialista, popular, nuestra América
y libertaria tendrá que pensarse en salvarse a ella y solo a
ella.
Esto
significará un cambio absoluto de la relación poder y
movimiento polar. El estado viejo, este estado al fin y al
cabo, tiene que terminar de morir, de lo contrario tarde o
temprano el fascismo aún latente logrará forjar la hoy
anhelada “revolución blue” frente a la pasividad de un
pueblo que tenderá a replegarse, víctima de la frustración
acumulada. Y ese poder, esas estructuras políticas, sociales
y económicas dominantes, tendrán que terminar de morir por
las buenas o por las malas. La tarea de imbéciles a
conciencia y por tragedia de nuestra propia rebeldía, jamás
la repetiremos.
Roland
Denis, Frezia Ipinza
San
Nicolás bien vale un Perú
El
11 de julio de 1977, un “accidente” automovilístico
terminaba con la vida del Obispo de San Nicolás de los
Arroyos, Carlos Ponce de León, defensor de los perseguidos
políticos de la zona. Pocos meses antes, el 12 de abril de
1977, era secuestrado en Perú por un comando de militares
argentinos y peruanos el ciudadano argentino Carlos Alberto
Maguid. Un oscuro camino vincula el asesinato del Obispo y el
de Maguid, que precedió a una serie de
secuestros-desapariciones de exilados políticos en Perú en
junio de 1980.
La
doctrina contrainsurgente- guerra sucia- llevada a cabo por
los militares argentinos y sus pares del continente, asimilada
de la “doctrina francesa”, en primer término, y de la
norteamericana después, homologa estos hechos ocurridos geográficamente
distantes aunque concebidos y ejecutados por la misma mano
ideológica y militar.
Los
Adelantados
Según
el periodista Gregorio Selser y otros investigadores, los
denominados Cooperadores Parroquiales de Cristo Rey fueron
unos, sino los principales, inspiradores ideológicos del
onganiato, surgido de un golpe militar en 1966. A través de
los ultramontanos católicos integristas Roberto Gorostiaga y
el coronel Juan Francisco Guevara, contribuyeron a darle un
sesgo ideológico fascista al gobierno del general morsa. Surgidos de la oscuridad templaria gala de la “Ciudad Católica”,
engendro concebido por Jean Ousset y motorizado por el
sacerdote George Grasset, discípulo del fascista petainista
galo Charles Maurras el uno, y Capellán militar de Argelia
colonial, el otro, Gorostiaga y Guevara se encargaron de
reproducir en el país la matriz ideológica de lo que sería
el fascismo militar criollo a partir de mediados del 50 e
inicios de los 60. De la mano de la “doctrina militar
francesa” que hacía hincapié en la represión policial
y la Inteligencia como armas fundamentales para llevar
a cabo la “guerra moderna” contra los pueblos, los
oficiales argentinos se hermanaron con sus maestros galos,
quienes habían forjado su doctrina reaccionaria en las
mazmorras de la Indochina y la Argelia coloniales.
A
lo largo de las décadas del 60 y 70, las Fuerzas Armadas
locales fueron incorporando las enseñanzas de la “guerra
sucia” a los manuales de la Escuela Superior de Guerra,
verdadero semillero de especialistas
en delaciones, infiltraciones, torturas y asesinatos, quienes
se harían del poder el 24 de marzo de 1976. Uno de ellos se
entronizó desde 1975 en San Nicolás de los Arroyos, en cuya
zona de influencia fueron secuestrados-desaparecidos mas de
150 ciudadanos, y
el otro se apoltronó en el sillón manchado de sangre de
Acindar S. A., situada en Villa Constitución. Así, el
coronel Manuel Fernando Saint Aman y el general Alcides López
Aufranc, ambos católicos ultramontanos, anticomunistas y discípulos
de los “franceses” escribieron una historia de sangre que
trascendió las fronteras del país.
Quehaceres
“No
te preocupes, Walter, ya están todos enterrados…” le
espetó a principios de 1976 el general López Aufranc al
entonces Secretario de Coordinación y Programación Económica
de la dictadura videlista, Guillermo Walter Klein, refiriéndose
a los 23 sindicalistas de Acindar secuestrados-desaparecidos
en esa época.(1)
Pedigree
de asesino, López Aufranc, amigo de George Grasset, fue
enviado a Francia y luego a Argelia a especializarse en
“guerra contrarrevolucionaria” desde 1957 hasta 1959. Allí,
dirá, “aprendió mucho” de guerra sucia, porque según él
“estábamos convencidos de que la Tercera Guerra Mundial era
inminente y de que la Unión Soviética iba a intentar abrir
un frente sobre el territorio argentino…Gracias a la enseñanza
de los franceses aprendí que el enemigo podía ser el pueblo
y que, para ganar la guerra, había que conquistar los espíritus”.(2)
Este pardo conquistador de espíritus y carnes dirigió la
represión en Córdoba y el resto del país como
Comandante del III Cuerpo de Ejército y
Jefe del Estado Mayor del Ejército, hasta su retiro en
1973… y derramó la sangre de los obreros santafesinos desde
su intervención en Acindar.
Emulando
su accionar, el coronel Manuel Fernando Saint Aman se destacó
en San Nicolás como represor desde el 6 de diciembre de 1975
hasta el 15 de noviembre de 1977, fungiendo como jefe del
Batallón 101 de Ingenieros. Nacido
un 26 de setiembre,
este especialista
en acción psicológica hizo valer sus dotes policiales
en toda la zona bajo su jurisdicción. De mal carácter,
prepotente, “apresurado en emitir juicios”, Saint Aman
condensó su aptitud de especialista
en automotores, carros blindados y explosivos con la de
Inteligencia, arma fundamental en la guerra sucia.
Formado
en Comandos en la Escuela Superior de Guerra(ESG), inicia el 1
de diciembre de 1962 -justo en el momento en que ya se hallan
destacados en Buenos Aires los expertos militares galos en
“guerra contrarrevolucionaria”-su periplo escolar. Luego
de haber cumplimentado oficialmente los cursos I y II de la
ESG- un tercero, iniciado el 11 de marzo de 1963 no se
transcribirá en su ficha personal- y el de Oficial del Estado
Mayor en 1966, el discípulo de los contrarrevolucionarios
galos se perfila: el 16 de octubre de 1971 será designado
profesor del Curso Básico de Comando(3) en la Escuela
Superior de Guerra y el 1 de diciembre profesor de Inteligencia en dicho curso…
De
ahí en más su talante irá empeorando y también se ampliará
su estrellato represivo.. “Elegido” para la “guerra
moderna”, será designado en l975 jefe del Batallón 101 de
Ingenieros de San Nicolás para neutralizar la avanzada obrera
en toda la zona. Junto al comisario de la Policía Federal
Jorge “Chiche” Muñoz, -creador de la Triple A (Alianza
Anticomunista Argentina, organización paramilitar de
ultraderecha que en los años 70 asesinó a centenares de
personas) junto
al comisario Villar y otros, experto en “lucha
antiguerrillera” en la Dirección de Orden Urbano desde
1971, profesor de esta “técnica” en el Ejército
Argentino, “Ranger” en Bolivia en 1972, precursor del
Proyecto de creación de Vehículos Blindados de Combate en
1973 y Asesor Honoris Causa del GEOF(Grupo Especial de
Operaciones Federales) en el 2003- Saint Aman será pieza
fundamental en la represión de los trabajadores de Villa
Constitución en diciembre de 1975 y posteriormente de los
secuestros-desapariciones y asesinatos de militantes populares
en el cordón industrial ribereño del norte de Buenos Aires y
sur de Santa Fé. Enemigo del Obispo de San Nicolás Ponce de
León, habrá de participar en la detención de sus pastores
vinculados al pobrerío y en el mismo sacrificio del Obispo, a
quien calificaría de “obispo rojo”.
San
Nicolás vale un Perú
Una
vez trasladado de San Nicolás y luego de un periplo que
comienza el 15 de noviembre de 1977 en la Jefatura IV-Logística
en el EMGE-Buenos Aires y culmina el 15 de octubre de 1979
como Comandante de la Subzona Capital Federal, el especialista pasa a revistar en Comisión Permanente por 755 días
como Agregado Militar en la Embajada Argentina en el Perú.
“Agremil”
en la jerga del Plan Cóndor, engendro represivo llevado a
cabo por las dictaduras sudamericanas para reprimir a
opositores a partir de noviembre de 1975, Saint Aman fungirá
como responsable militar argentino en el país andino cuando,
en junio de 1980, conjuntamente con oficiales de inteligencia
peruanos, sean secuestrados por una patota de inteligencia
militar videlista cuatro ciudadanos argentinos, de los cuales
tres serán asesinados allí y un cuarto, la señora Norma
Beatriz Gianetti de Molfino, en Madrid, un mes mas tarde. (4)
La
vocación represiva del “agremil” será correspondida por
sus distinguidos jefes. El general de brigada Alberto A. Valín,
Jefe II- Inteligencia del Ejército Argentino calificará a
Saint Aman en el período 1979/1980 y 1980/81 con el máximo
puntaje. Valín, oficial local vinculado con la
contrarrevolución nicaragüense, a quien en 1981 entregará
miles de dólares cedidos por la CIA para asesinar al pueblo
de ese país centroamericano, será emulado por otros
“agremil” del cono sur en cuanto a reconocer los servicios
de Saint Aman en la represión estatal sudamericana. (5)
Coincidencias
En
la misma época en que el coronel Manuel Fernando Saint Aman
se preparaba para viajar hacia Perú como “agremil”, un atildado hacendado porteño se
aprestaba a volar hacia el país andino. Carlos Sergio
Bottini, titular de Agropolo S.A. y de la Ford F-100 que
embistió al automóvil del Obispo Carlos Ponce de León aquel
11 de julio de 1977 renovaba su pasaporte 5.864.472 el 10 de
setiembre de 1979 para viajar a Lima, como lo había hecho
en enero de 1976, y lo volvió a hacer en agosto de
1981 y en agosto de 1983.
Sabe
Dios o el diablo que hicieron en Perú, juntos o separados, el
empresario Bottini, vinculado
a San Nicolás a través de la muerte “accidental” de un
pastor cuyo vehículo chocó “accidentalmente”a su
camioneta blindada con el coronel Saint Aman,
especialista, como su compinche, el comisario Muñoz,
en “automotores” blindados, ambos represores afincados en
esta ciudad bonaerense durante la guerra sucia.
Al
igual que Juan García Elorrio, director de la revista
Cristianismo y Revolución, siniestrado en 1971 a través de
un “accidente automovilístico”; que Monseñor Angelelli,
Obispo de La Rioja, también muerto en un “accidente
automovilístico” en 1976; que Monseñor Zaspe, Obispo de
Santa Fé, fallecido a inicios de los 80 como consecuencia de
un “accidente automovilístico”, que Monseñor Devoto,
Obispo de Goya y defensor de campesinos correntinos, el Obispo
de San Nicolás de los Arroyos, Monseñor Carlos Ponce de León
fue víctima “accidental” de un episodio vinculado con
automotores.
La
“guerra moderna” emprendida por los colonialistas
franceses y continuada por los norteamericanos que signó las
“hipótesis de conflicto” de los militares
latinoamericanos en las pasadas décadas tuvo, como se vió,
sus mártires.
Cabe
ahora desentrañar la madeja y señalar a fuego a los
represores y asesinos uniformados o civiles, emparentados por
turbios intereses y mesianismos religiosos, que hicieron
escuela en la era del terror.
Jorge Luis Ubertalli
Periodista y
Escritor
1)
“Escuadrones de la Muerte- La Escuela Francesa,”,
Marie-Monique Robin, Editorial Sudamericana, Buenos Aires,
2005- página 223/224( publicado con el patrocinio del
Ministerio de Cultura de Francia)
2)
Idem 1- página 225
3)
Según el My. Jorge P. Mones Ruiz, “En 1964 se inicia
en Córdoba, en el Centro de Instrucción de Infantería y
bajo la dirección del Tcnl Leandro Narvaja Luque, la formación
de ‘comandos’ con el asesoramiento del My(EEUU) W. Coll,
ex ranger, con una vasta experiencia en la guerra de Corea”.
(ver “Fuerzas de Adiestramiento Especial-Comandos” del
autor, ediciones Círculo Militar-Biblioteca del Oficial,
1986)
4)
Los secuestrados –asesinados en Perú en junio de
1980 fueron: María Inés Raverta, Julio Ramírez y Federico
Diaz Alberga. Este último había sido trasladado a Perú por
una patota de la inteligencia de Ejército Argentino a fín de
que “marcara” a los que debían ser secuestrados. Por su
parte, la señora de Molfino fue secuestrada en Perú,
trasladada a Argentina y poco mas tarde a Madrid, adonde fue
hallada muerta en un departamento. Ver “Como Los Nazis, Como
En Vietnam” de Alipio Paoletti, Ediciones Contrapunto,
Buenos Aires, 1986 ó diario “Página 12” del 7 de febrero
de 1999, “Guerra Sucia en el Perú” de Alicia Pierini y
Ernesto Jauretche.
5)
En su estancia en Perú, país en el que desde 1982
hasta 1986 murieron cuatro Obispos en misteriosos
“accidentes automovilísticos”, Saint Aman recibió una
condecoración el 28 de setiembre de 1982 de parte del
gobierno peruano: “Cruz Peruana al Mérito Militar en grado
de Comendador”. También fué felicitado por el
”agremil”brasileño en Lima, coronel Roberto Monteiro de
Oliveira. También el jefe de Misión de Observadores
Militares del Convenio de Rio de Janeiro vinculado a la relación
ecuatoriano-peruana de límites, felicitó a Saint Aman por su
“desempeño” en esa misión, conformada por los agregados
militares de EE.UU., Brasil, Argentina y Chile. Cabe destacar
que una vez secuestrado en Perú en 1977 Alberto Maguid, y
luego torturado, fué trasladado a Argentina via Quito,
Ecuador, con complicidad de militares de ese país, a fín de
borrar las huellas de su secuestro. En Ecuador Saint Aman fue
destacado como Observador dos años mas tarde, coberturizando
su condición de oficial de Inteligencia, con sede en Lima.
Se
suman hoy una rica y extensa nota de Hernán
Ouviña sobre Gramsci (acerca de cuyo pensamiento también
estamos organizando un seminario para el 2006) y otra surgida
a raíz de la polémica desatada por el despliegue de la pancarta
"Con soja no hay Alba" en el estadio de Mar del Plata
durante el discurso de Chavez por parte de un grupo de compañeras
del G.R.R. residentes en Libres del Sur.
CON
SOJA NO HAY ALBA
La Cumbre de los
Pueblos en Mar del Plata, Argentina, cerró con el discurso
del Presidente Chávez en el estadio mundialista el día 4 de
noviembre. En ese acto estaban presentes una multitud de
movimientos sociales que se destacaban por una gran variedad
de pancartas. La mayor parte de las pancartas identificaban a
los grupos o expresaban el rechazo total al ALCA. Nosotras, un
grupo de compañeras de Buenos Aires y Montevideo de
diferentes organizaciones, desplegamos ,en cambio, una
pancarta sin identificación propia y con la consigna: CON
SOJA NO HAY ALBA. La hicimos, no sin cierto temor de ser
amedrentadas por el hecho de no seguir el ánimo
oficial del acto, que era claramente antiimperialista en el
sentido clásico de la izquierda. Sin embargo, la reacción
fue positiva, la frase casi poética enlazando el ALBA con la
soja o mejor, con la no soja, hizo reflexionar a mucha gente
sobre el tema.
Posteriormente
nos llegó que muchos espectadores argentinos la interpretaron
como que con
soja no hay mañana. En Argentina la palabra soja tiene ya
un contexto negativo para la mayoría de la gente; se asocia a
la deforestación, la desertificación, la contaminación, los
desalojos de campesinos e incluso a la subida de precios de
los alimentos básicos.
La soja es positiva sólo para el Gobierno y para los bancos y
los agronegocios puesto que les es útil para poder seguir
incrementando sus tasas de PBI y políticas de escala
macroeconómicas, que no contemplan como en tanto crecen cada
vez más, las villas miseria, el desempleo y el trabajo
precarizado.
CON SOJA NO HAY ALBA,
cuando lo pensamos y lo convertimos en una enorme pancarta,
nos referíamos directamente a la imposibilidad de convivencia
de agroindustria y transgénicos en la
propuesta Alternativa Bolivariana para las Américas.
El ALBA se opone al ALCA, el ALBA es una alternativa popular
que busca crear la integración con una base de justicia
social. En cambio el ALCA es un acuerdo de integración de
capitales y libre mercado orientado y diseñado en beneficio
de las grandes corporaciones.
Entonces, el ALBA no puede contener la mercantilización
de la vida y los instrumentos de dominación corporativa en la
agricultura que representan la agroindustria, la biotecnología
y los patentamientos de los organismos vivos que conlleva el
neoliberalismo y acuerdos de TLC (Tratados de Libres Comercio)
tales como el ALCA.
Nuestra
intención era aportar esta convicción al presidente Chávez,
advirtiendo que en el marco de la Alternativa Bolivariana para
las Américas no deben estar incluidos los monocultivos
industriales de transgénicos que causan despoblamiento rural,
pobreza y violencia, situación que estamos viviendo los
pueblos de Brasil, Argentina y Paraguay.
Tan fuerte fue nuestro propósito de hacer llegar este
mensaje, que habíamos elaborado una pancarta de 8 metros de
largo, y nos dedicamos durante las dos horas que Chávez habló,
a circular por diferentes puntos de la cancha para atrapar su
atención. Aguantamos lluvia y vientos haciendo contorsiones
para mantener en pie nuestro mensaje que amenazaba de
llevarnos volando como un ala delta.
Vimos
la necesidad de hacer esta acción en el estadio, en respuesta
al recién firmado acuerdo entre Chávez y Kirchner de
intercambio de gasoil por tecnología agropecuaria,
un acuerdo bilateral por 200 millones de dólares. El
convenio estipula la importación de hasta 5 millones de
barriles de gasoil venezolano “para ser utilizado en la
recolección de cosechas” —explicó Chávez—, a
cambio de una exportación argentina al Ministerio de
Agricultura de Venezuela de 114 millones de dólares por el
suministro de maquinaria agrícola y la asistencia técnica de
personal del INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria de Argentina).
Este
intercambio presentado como la prueba de hermandad entre ambos
países, oculta que Argentina debe importar gasoil porque la
petrolera española Repsol-YPF monopoliza la producción
argentina. Repsol exporta el petróleo crudo y mantiene la
disposición de no fabricar gasoil, cosa que siempre hiciera
YPF (cuando era estatal) a un precio promocionado para el
trabajo agrario.
Chávez vinculó el
acuerdo bilateral
con la Alternativa Bolivariana para las Américas, el
ALBA. “Esto es parte del ALBA: tecnología a cambio de
gasoil”, sintetizó Chávez el día que firmó el
acuerdo. Dijo, además, que el convenio permitirá a las zonas
agrícolas de Venezuela transferir toda la tecnología “para
llegar a tener laboratorios como estos, que se salvaron de la
ola privatizadora”.
“Argentina es generosamente estratégica”,
opinó Chávez luego de calificar como “muy positiva”
la incorporación de tecnología argentina a su país. Sin
embargo, tememos que al importar maquinaria agrícola
argentina y técnicos argentinos del INTA, Venezuela
podría frustrar las posibilidades de una Reforma
Agraria con Soberanía Alimentaria, o sea que se base en la
producción de alimentos sanos y en el desarrollo local.
Venezuela se abre
como un gran mercado potencial para los técnicos argentinos.
Según un informe del INTA realizado en Venezuela en
Septiembre de este año, “toda Venezuela posee 2000
hectáreas de soja. La soja tenderá a incrementar su área de
siembra en los próximos años en una gran zona agrícola de
Venezuela. Paralelamente, se piensan instalar empresas
aceiteras y también ,por añadidura, se reiniciará la
siembra y el desarrollo del cultivo de Girasol”. La
Agricultura Venezolana representa menos del 10% del PBI, sólo
utiliza el 5% de las tierras cultivables, lo que la hace muy
apetecible para los agronegocios que buscan “nuevos
territorios”.
De esta forma, la
incorporación de tecnología “argentina” podría abrirle
la puerta a MONSANTO y a otras corporaciones de Biotecnología
que se caracterizan por imponer
la dependencia a sus semillas transgénicas y a sus
insumos; agrotóxicos y fertilizantes. Asimismo, la soja RR,
Roundup Ready, patentada por Monsanto,
podría llegar hasta Venezuela. Así como la Argentina
fue el porta aviones para invadir con transgénicos de
MONSANTO a Brasil, Paraguay, Uruguay y Bolivia, podría ahora
estar encubiertamente posibilitando el contrabando de la soja
Maradona, en simultáneo con las maquinarias de siembra
directa de grano grueso adecuadas para maíz, poroto y soja.
Con
la pancarta CON SOJA NO HAY ALBA queríamos aportar
nuestro testimonio al proyecto de integración de los pueblos
que el ALBA nos plantea. En Argentina,
el 45% de nuestra superficie agrícola esta cubierta
por monocultivos de soja transgénica. La
expansión de este monocultivo ha causado el
despoblamiento rural y la pérdida de las economías
regionales. La soja avanza
causando deforestación y provocando una ola de
violencia y desalojos a las comunidades rurales y contaminación
a la gente con agrotóxicos. En Paraguay, la soja transgénica
ha dado como resultado la militarización del campo, son
soldados los que vigilan los sojales y disparan contra los
campesinos cuando estos intentan frenar las fumigaciones con
agrotóxicos. En todo el cono sur la expansión de la soja ha
resultado en la criminalización de la lucha campesina,
causando la muerte a centenares de campesinos, imputando a
miles y condenando a las comunidades con malformaciones,
abortos, y enfermedades respiratorias.
CON
SOJA NO HAY ALBA
es una advertencia para Venezuela acerca de los peligros que
implica la actual agricultura argentina. También es el grito
de los excluidos de la agricultura; es un reclamo de ayuda
para Chávez a quien pedimos que interceda ante nuestros
gobiernos para que dejen de respaldar un modelo de
agricultura sin agricultores y convertir nuestros países
en republiquetas sojeras dependientes de corporaciones
transnacionales como MONSANTO y CARGILL.
Grupo
de Reflexión Rural
Contacto:javierulli@yahoo.com
Nuestros
brazos son ramas que se cargan de frutas
y que
nuestro enemigo sacude día y noche, golpeándonos
y para
despojarnos más facilmente, más tranquilamente,
ya no
encadena más, querida, nuestros pies
sino la
raíz misma de nuestro pensamiento.
Nazim Hikmet
El
marxismo olvidado del joven Gramsci
Hernán
Ouviña
Vivir
significa ser combatiente
A.
G.
Introducción
A
lo largo del presente texto, intentaremos recuperar los
aportes realizados al marxismo revolucionario por Antonio
Gramsci en su período de juventud. El mismo comprende, a
grandes rasgos, sus primeros años de estudiante, momento en
el cual comienza a incursionar en la vida política e
intelectual italiana a través de la militancia en el Partido
Socialista, así como su posterior intervención en el proceso
conocido como el “bienio rojo”, mediante la articulación
entre teoría y praxis que intentará gestar junto con un
grupo de compañeros nucleados en torno al periódico L’
Ordine Nuovo. Como veremos, esta etapa mantiene una
especificidad propia en el pensamiento de Nino. No es, como
podría expresar Althusser con relación al feuerbachiano Marx
de los Anales, un
mero momento previo a su teorización “adulta”.
Por
ello, si bien los Cuadernos
de la Cárcel suponen un desarrollo original -aunque
ambiguo y desarticulado- de determinadas hipótesis de
trabajo, el joven meridional realiza numerosos aportes al
marxismo “cálido”. El objetivo del artículo es, pues,
potenciar el debate en torno a la inconclusa obra de Antonio
Gramsci, entendida no como un cuerpo teórico cerrado y
monolítico sino en términos dinámicos, sobre la base
de una dialéctica del cambio. Si bien consideramos que -más
allá de las reformulaciones efectuadas en su fase carcelaria,
o incluso en la inmediatamente previa- no existe un corte
tajante entre el militante revolucionario de L’
Ordine Nuovo y el pensador insurgente de los Cuadernos,
cabe explicitar que media entre ambos una doble derrota: la
del movimiento obrero europeo y la vivida al interior de
Italia (con respecto al fascismo y en el seno mismo del
Partido Comunista). Este condicionamiento es el que va a
estructurar, en buena medida, sus reflexiones en la cárcel.
Teniendo en cuenta que la herencia teórico-política de
Gramsci ha sido restringida, casi en la totalidad de las
interpretaciones, a este último período, creemos pertinente
rescatar en clave crítica la reflexión y práctica
disruptiva generada en sus primeros escritos, los cuales
pueden ser leídos como una contribución tanto o más
importante que aquellos póstumos borradores redactados bajo
la sombra del fascismo. En tal sentido, vale la pena mencionar
que una de las hipótesis centrales que acompañan nuestra
escritura es que el joven Gramsci puede ser leído como un
precursor de lo que hoy en día se denomina la corriente
autonomista.
Breve racconto
de su etapa juvenil
Antonio
Gramsci nace en 1891 en Cagliari, isla de Cerdeña.
Proveniente de una familia relativamente humilde,
su aprendizaje político no se inicia, como postulan muchos
autores, en 1914 (año en el que ingresa a una organización
juvenil del Partido Socialista Italiano), sino que data de
varios años atrás. Entre 1897 y 1903 concurre a la escuela
elemental en Ghilarza, hasta que en 1903, a pesar de obtener
brillantes notas en su examen de admisión, la delicada
situación económica de su familia -en parte producto del
encarcelamiento de su padre, acusado de malversación de
fondos públicos- lo obliga a trabajar durante dos años 10
horas diarias trasladando legajos de procesos de un lugar a
otro en la oficina de Catastro de esa misma ciudad, teniendo
que abandonar sus estudios. Entre 1905 y 1908 los retoma, pero
alejado de su familia 15 kilómetros, alojado en la casa de
una campesina en Santulussurgui. En su estadía, toma contacto
con la prensa Avanti!,
que era enviada por su hermano mayor desde Turín. Para
proseguir sus estudios, Gramsci se traslada nuevamente a
Cagliari (capital de Cerdeña) donde vive con su hermano, que
en ese entonces trabajaba como tesorero de la cámara del
trabajo (coordinación sindical a nivel municipal). Gramsci
frecuenta allí varias reuniones del sindicato. En 1910
publica su primer artículo en el diario de Cagliari, la Unión
Sarda.
En
1911 llega a Turín, ciudad industrial ubicada en el norte de
Italia. Esto generará un fuerte impacto en él, debido al
enorme contraste entre el descubrimiento del mundo fabril y la
pobreza campesina del sur del país.
Podría decirse que Gramsci mismo expresa la “cuestión
meridional” que posteriormente desarrollará en sus escritos
adultos. Ya en 1914, se afilia y participa en el PSI,
comenzando a desarrollar una intensa actividad periodística y
militante. En octubre de ese año interviene en la discusión
sobre la posición del Partido Socialista Italiano frente a la
guerra, mediante la publicación de un artículo en II
Grido del Popolo, denominado “Neutralidad Activa y
Operante”. En él debate las posiciones de varios
compañeros, entre los que se destaca Benito Mussolini. Poco a
poco la práctica política lo irá envolviendo, hasta que en
1915 deje trunca su carrera de Letras y Lingüística. A
pedido de los compañeros de la Federación Socialista
Juvenil, redacta a comienzos de 1917 el número único de la
revista La Cittá Futura. En agosto del mismo año,
participará en los preparativos de la Sección Socialista por
la visita a Turín de un grupo de delegados de los Soviets.
Después de un motín popular y del arresto de casi todos los
representantes socialistas de Turín, Gramsci se convierte en
Secretario de la Comisión Ejecutiva Provisional de la
Sección de Turín y asume la dirección del
II Grido del Popolo,
la cual conservará hasta octubre de 1918. En este período,
redactará numerosos artículos tanto para éste periódico
como para Avanti! (dirigido al principio por Benito Musolini), hasta que en
1919 funda junto con un grupo de compañeros L’Ordine
Nuovo. Como veremos, este será uno de los principales
ámbitos de discusión teórica en torno al denominado “bienio
rojo” (1919-1920). Ya a inicios de 1921, tras la derrota de
la insurrección popular, intentará reorganizar las fuerzas
revolucionarias a partir de la gestación de un partido de
nuevo tipo -el PCI- acorde al momento histórico que, según
su caracterización, se vivía en Italia.
La
temprana crítica al marxismo determinista
Siguiendo
a Lucien Goldmann (1975), podemos expresar que “la historia
del problema es el problema de la historia, y viceversa”. No
es posible, por tanto, entender el rol que Gramsci le asigna
en su juventud a la voluntad y al factor subjetivo en la
transformación social, sin analizar el contexto en el cual se
inscriben sus primeras reflexiones teóricas. A comienzos de
siglo, la Segunda
Internacional estaba hegemonizada por los argumentos
positivistas de Kautsky y Bernstein, quienes realizaban un
paralelismo entre la teoría darwiniana de las especies y el
“materialismo histórico” esbozado por el viejo Engels.
En aquel entonces, el Partido Socialista Italiano se
encontraba imbuido en esta corriente, entendiendo el cambio
revolucionario como un acontecimiento supeditado enteramente a
los avatares de la estructura económica. Filippo Turati,
miembro fundador y uno de los máximos referentes de la
corriente reformista, expresaba sin tapujos que “Marx es
precisamente el Darwin de la ciencia social (...) Podría
pensarse que la suya es la doctrina de la transformación de
las especies históricas anexadas al transformismo biológico
de los darwinistas” (citado por Coutinho, 1986).
De
manera análoga, Karl Kautsky (1978) caracterizaba a la
socialdemocracia como un partido que bajo ningún concepto hace revoluciones. Esta postura era compartida por casi la
totalidad de los miembros de la organización, por lo que la
“ruptura” entre la elaboración teórica y la acción
política disruptiva, que de acuerdo a Perry Anderson (1985)
era el rasgo distintivo del marxismo occidental, quizás puede
rastrearse ya en los lideres de la Segunda
Internacional. “Sabemos -dirá el dirigente alemán- que
no se pueden crear a voluntad las situaciones históricas y
que de acuerdo con ellas es menester elaborar nuestra táctica”.
Bajo esta perspectiva, el cambio social, lejos de ser un
proceso de construcción humana consciente, acontecía a
espaldas de las masas, siendo el verdadero agente
revolucionario, por ejemplo, “la maquina de vapor”. Una
frase, por demás elocuente, sintetizaba por aquel entonces
este quiebre: “No somos partidarios de la legalidad a
cualquier precio ni revolucionarios
a toda costa”.
Es
en este contexto en el cual el joven Gramsci toma contacto en
el ámbito universitario con el movimiento cultural idealista,
fuertemente anti-positivista. De Giovani Gentile y Benedetto
Croce, sus máximos referentes, toma el rol del elemento
liberador, así como el papel de la voluntad
y la cultura para lograr la emancipación, en tanto crítica
al economicismo vulgar y fetichismo empirista de los hechos.
El determinismo era la concepción oficial del PSI, en
consonancia con los planteos de Kaustky y Bernstein. La
revolución, según ellos, estaba condicionada por el grado de
desarrollo de las fuerzas productivas, entendiendo a la crisis
en un sentido catastrofista. Esto generaba una espectativa
inmovilista y una pasividad extrema en las filas del
movimiento. El marxismo, por consiguiente, devenía una
defensa de los hechos contra la voluntad, anclado en la espera
del “gran día”. Por oposición de esta postura, el joven
sardo recupera a la voluntad en tanto factor activo y
constructor de la historia. Gramsci será, al decir de André
Tossel, el filósofo de la vida y de la rebelión contra el
dato, entendiendo que “el comunismo crítico no tiene
nada en común con el positivismo filosófico; la metafísica
y la mística de la Evolución y de la Naturaleza”. De ahí
que, adscribiendo a ciertas postulaciones de Bergson y Sorel,
propugne la sustitución de “la ley natural y el movimiento
fatal de las cosas de los seudo-cientificistas” por “la
voluntad tenaz de los hombres” (Gramsci, 1918)
El
ascenso insurreccional en Europa: la revolución como producto
de la voluntad
Las
Notas sobre la revolución rusa son el primer escrito en el cual
Gramsci realiza una apreciación respecto de la insurrección
de febrero que terminó con la autocracia zarista e hizo
emerger una situación, por definición transitoria, de
dualidad de poderes. En él se pregunta si basta que una
revolución haya sido hecha por proletarios para que se la
caracterice como “proletaria”. Responde que no,
argumentando que también la guerra es hecha por trabajadores
y sin embargo no puede ser definida en esos términos. Para
que así sea, dirá, es preciso que intervengan a su vez otros
factores de carácter moral. La revolución había creado en
Rusia “una nueva forma de ser”, instaurando la libertad
del espíritu además de la corporal. En última instancia,
esto es lo que le permite expresar que los sucesos vividos en
Oriente anuncian “el advenimiento de un nuevo orden”. No
hay, por lo tanto, una identificación entre esta revolución
y la francesa: los socialistas han
ignorado el jacobinismo (fenómeno puramente burgués),
sustituyendo el autoritarismo por la libertad. Además, en el
proceso abierto en 1789, por el contrario, “la burguesía no
tenía un programa universal; servía intereses particulares,
los de su clase y los seguía con la mentalidad cerrada y
mezquina de cuantos siguen fines particulares. El hecho
violento de las revoluciones burguesas es doblemente violento:
destruye el viejo orden, impone
el nuevo” (Gramsci, 2002).
En
este punto, su planteo se acerca al del viejo Engels, quien
desde Inglaterra realizó en sus últimos escritos implacables
críticas al jacobinismo, en tanto deformación autoritaria y
profundamente elitista de la organización política de los
trabajadores. La superación de esta concepción “putchista”
era la base para avanzar en la construcción de un partido de masas,
profundamente enraizado con
los sectores subalternos y no ubicado encima
de ellos. “La época de las revoluciones por sorpresa
-dirá Engels-, de las revoluciones hechas por pequeñas
minorías conscientes a la cabeza de las masas inconscientes,
ha pasado. Allí donde se trate de una transformación
completa de la organización social, tienen que intervenir
directamente las masas, tienen que haber comprendido ya por
sí mismas de qué se trata, por qué dan su sangre y su vida
(...) Y para que las masas comprendan lo que hay que hacer,
hace falta una labor larga y perseverante”.
De manera análoga, Gramsci expresará que “la clase obrera
tiene que comprender toda la hermosura y nobleza del ideal por
el cual lucha y se sacrifica”.
Asimismo,
en consonancia con la posición primigenia de Trotsky de
principios de siglo y con las Tesis de Abril
formuladas por Lenin durante su forzado exilio, Gramsci
postula ya en julio de 1917 que el proceso abierto en febrero
en Rusia debe proseguir “hasta su completa realización”
ya que “la vida es siempre
revolución”. Los maximalistas, afirmará, constituyen “el
aguijón de los perezosos”, en la medida en que “el
incendio revolucionario se propaga, quema corazones y cerebros
nuevos, hace brazas ardientes de luz nueva, devoradoras de
cansancios”. La revolución es así, en sus propias
palabras, un enorme
esfuerzo de pensamiento y de acción, ajeno a las “minorías
despóticas”.
La
insurrección de octubre produce un mayor impacto aún en el
movimiento obrero italiano y en el seno del PSI. Gramsci
escribe una serie de artículos referidos a este estimulante
proceso, entre los que se destaca La
revolución contra El Capital, publicado en los inicios de
1918.
En él propugna no aferrarse a la letra muerta de Marx sino a
su pensamiento viviente, tal como lo hicieron los
bolcheviques. De acuerdo al turinés, el libro El
Capital se había convertido en la tierra del zar en un
texto de devoción de la burguesía, a partir de una lectura
mecanicista, enterrando totalmente la voluntad y la acción
consciente como factores constructores de la historia. “Era
la demostración crítica de la fatal necesidad de que en
Rusia se formara una burguesía, empezara una Era capitalista,
se instaurase una civilización de tipo occidental, antes de
que el proletariado pudiera siquiera pensar en su ofensiva, en
sus reivindicaciones de clase, en su revolución” (Gramsci,
1998). El error cometido por los dogmáticos -que al decir de
Gramsci convierten a Marx en un pastor con báculo- es
“pretender que se renovase en Rusia la Historia de
Inglaterra”, sin comprender que el factor máximo de la
historia no lo constituyen “los hechos económicos en bruto,
sino siempre el hombre, la sociedad de los hombres, de los
hombres que se reúnen, se comprenden, desarrollan a través
de esos contactos (cultura) una voluntad social, colectiva, y
entienden los hechos económicos, los juzgan, y los adaptan a
su voluntad hasta que esta se convierte en motor de la
economía, en plasmadora de la realidad objetiva”.
Pero
sería igualmente erróneo pensar que Gramsci concibe a la
revolución como un acto espontáneo y abrupto. Aquí también resulta sumamente
anti-jacobino: Este profundo cambio social “no es el acto
arbitrario (...) de un sistema de organizaciones que se
afirmen revolucionarias. La revolución proletaria es un larguísimo
proceso histórico que se realiza con el nacimiento y el
desarrollo de determinadas fuerzas productivas (que nosotros
resumimos con la expresión ‘proletariado’) en un
determinado ambiente histórico (que resumimos con las
expresiones ‘modo de propiedad individual’, modo de
producción capitalista, sistema de fábrica o fabril, modo de
organización de la sociedad en el Estado
democrático-parlamentario’)”. En este sentido, el motor
más potente de toda la actividad económica y política es la
lucha de clases y no los adelantes científico-tecnológicos.
Nuevamente, la sombra de Engels sobrevuela: el cambio radical
es entendido en tanto prolongado, complejo y multifacético
itinerario. Más que frente a un hecho político,
estamos en presencia de un
proceso social que implica una transformación
integral de la vida humana.
Vale
la pena destacar, por último, que esta original lectura del
proceso insurreccional ruso por parte de Gramsci tiene
notables similitudes con la caracterización efectuada por el
Marx “tardío”, en su fraternal polémica epistolar con
Vera Zasúlich y los populistas integrantes del grupo Anales
de la Patria. Los últimos escritos redactados por él dan
cuenta de una ruptura con respecto a las concepciones
evolucionistas del llamado “materialismo histórico”, que
tienden erróneamente a identificar “progreso” con avance
de las fuerzas productivas. Lejos de condenar las formas
comunales existentes en el campo ruso, el autor de El
Capital dirá a lo largo de estos textos que su método
consiste en estudiar en su especificidad los diferentes medios
históricos para luego compararlos entre sí,
no en la aplicación de la “clave universal de una
teoría general de filosofía de la historia, cuya mayor
ventaja reside precisamente en el hecho de ser una teoría
suprahistórica”, por lo que cabe la posibilidad de ese tipo
de propiedad común de la tierra pueda “servir de punto de
partida a una evolución comunista”, siempre y cuando el
triunfo del socialismo en Rusia se complemente con una
revolución proletaria en el Occidente” (Marx y Engels,
1980).
Para tener una idea de la situación en la que vivía
Gramsci junto con su familia, reproducimos un comentario
realizado por su hermana menor con respecto a ese
período: “Vivíamos con una gran pobreza. Mamá era una
mujer tenaz, llena de energía y decidida a luchar contra
la mala suerte. En el trabajo era incansable. Pero siete
hijo son siete hijos y, en casa, a medida en que se
gastaba el dinero obtenido con la venta de la poca tierra
de la herencia marsias, seguir adelante era cada vez más
complicado. Ahorrábamos hasta lo increíble. Recuerdo que
siendo todavía criaturas, Gracietta, Emma y yo,
recogíamos la cera de las velas ya consumidas y
fabricábamos otras velas más pequeñas para que Nino
[Antonio] pudiese seguir leyendo al anochecer” (Fiori,
1976).
[4]
Este derrotismo respondía, en buena medida, a la relativa
estabilización capitalista que sobrevino luego de la
cruenta derrota de la Comuna de París en 1871. La belle
epoque y el expansionismo imperialista significaron,
para muchos marxistas, una refutación de las
(malentendidas) tesis de Marx acerca de la inevitabilidad
de la crisis y la creciente pauperización de la clase
obrera. Para un desarrollo de esta coyuntura histórica, véase
Ouviña (2004).
El propio Gramsci (1999) reconocerá posteriormente, en
una de las tantas notas autobiográficas de sus Cuadernos
de la Cárcel, que por aquel entonces era “tendencialmente
más bien croceano”. La pareja Croce-Gentile, antes de
la guerra, constituía según él “un gran centro de
vida intelectual nacional”. Podría
pensarse que esta influencia primigenia resultó una
notable limitación para la formación marxista del joven
sardo. Sin embargo, como él mismo se encarga de aclarar,
participaba “en todo o en parte en el movimiento de
reforma moral e intelectual promovido en Italia por
Benedetto Croce, cuyo primer punto era éste, que el
hombre moderno puede y debe vivir sin religión”, salvo
la de la libertad. También Lukacs admite, en una
entrevista posterior, que no se arrepiente “en absoluto
de haber tenido como primeros maestros en sociología a
Simmel y Max Weber en lugar de a Kautsky” (Abendroth,
1971). El croceanismo bergsoniano de Gramsci irá siendo
superado en el curso del “bienio rojo”, del mismo modo
que el autor de Historia y conciencia de clase
superará su “fichteismo” tras la revolución húngara
de los consejos (Lowy, 1978).
Esta fase de efervescencia político-filosófica no es una
excepción italiana. La revolución rusa generó un
quiebre a nivel europeo y mundial. Producto de ella son,
en buena medida, las teorizaciones del Lukács de Historia
y conciencia de clase, del Korsch de Marxismo
y filosofía, o del Bloch de Tomas
Muntzer, por nombrar sólo algunas de las producciones
del llamado “marxismo cálido”.
El
marxismo olvidado del joven Gramsci
(2° parte)
Hernán
Ouviña
Vivir
significa ser combatiente
A.
G.
Los
“clubes de vida moral” y la lucha por una nueva cultura
Retomando
ciertas posiciones de Antonio Labriola (quien fuera el primer
exponente del marxismo crítico en Italia) Gramsci le otorga
también en su juventud una importancia fundamental a la lucha
cultural. A comienzos de 1916, en un artículo titulado
precisamente Socialismo
y Cultura, confronta contra las interpretaciones burguesas
que conciben a la cultura como “saber enciclopédico en el
cual el hombre no se contempla más que bajo la forma de un
recipiente que hay que rellenar y apuntalar con datos
empíricos, con hechos en bruto e inconexos que él tendrá
luego que encasillarse en el cerebro como en las columnas de
un diccionario para poder contestar, en cada ocasión, a los
estímulos varios del mundo exterior” (Gramsci, 1998). A
contrapelo de esta forma de cultura que “solo sirve para
producir desorientados, gente que se cree superior al resto de
la humanidad porque ha amontonado en la memoria cierta
cantidad de datos y fechas que desgrana en cada ocasión para
levantar una barrera entre sí mismo y los demás”, propugna
la creación de una cultura que suponga organización y
asunción consciente del hombre como “creación histórica”.
Gestar una nueva cultura significa, pues, renegar de la civilización capitalista, en la medida en que “crítica
quiere decir cultura, y no ya evolución espontánea y
naturalista”.
Esta visión conlleva, tal como nos recuerda Diaz-Salazar
(1991) “una determinada concepción del partido, muy alejada
del jacobinismo, y muy centrada en la autonomía y
autodirección de las masas”. Se esbozan en este y otros
escritos contemporáneos, además, algunos de los planteos
desarrollados luego en los Cuadernos
de Prisión. El joven Gramsci llega a expresar por ejemplo
que “toda revolución ha sido precedida por un intenso
trabajo de crítica, de penetración cultural, de permeación
de ideas a través de agregados humanos al principio
refractarios y sólo atentos a resolver día a día, hora por
hora y para ellos mismos, su problema económico y político”
(Gramsci, 1998).
Atento
a esta necesidad, y con el objetivo de gestar una alternativa práctica
al purismo discursivo del Partido Socialista, en 1917 decide
fundar, junto con un grupo de compañeros, Clubes de Vida
Moral, que fomentaran la creación de una cultura
diferente sobre la base de una proceso autoeducativo. Este
planteo preanuncia, tal como poco tiempo después lo harán
los Consejos de Fábrica, la necesidad de construir las
organizaciones nuevas aún antes de la toma del poder,
que posibiliten en un sentido amplio la educación de los
trabajadores. En base a lo que podríamos llamar una política
de anticipación,
Gramsci advierte a sus compañeros que “no basta con la
proclamación verbal de los principios y de las máximas
morales que, necesariamente deberán instaurarse con el
advenimiento de la civilización socialista. Buscamos organizar
esa proclamación: dar ejemplos nuevos (para Italia) de
asociacionismo” (citado en Coutinho, 1986).
Estado
capitalista y anti-instrumentalismo
Los
acontecimientos vividos fervientemente en buena parte de
Europa le sirven a Gramsci como enseñanza de cara al futuro:
“Estamos persuadidos -expresa-, después de las experiencias
revolucionarias de Rusia, Hungría y Alemania, que el estado
socialista no puede encarnarse en las instituciones del estado
capitalista, sino que es una creación fundamentalmente nueva
con respecto a éstas con respecto a la historia del
proletariado. Las instituciones del estado capitalista están
organizadas para los fines de la libre competencia: no basta
cambiar el personal para orientar en otro sentido su actividad”
(Gramsci, 1998).
Además
de ser imposible la utilización del Estado capitalista para
fines socialistas (enseñanza señalada ya por Marx en su
clásico texto sobre la Comuna de París, luego retomada por
el Lenin de El Estado y la revolución), Gramsci lo
concibe no bajo la metáfora de una simple maquinaria -tan
monolítica como coercitiva- al servicio de una burguesía
exterior a él, sino como un espacio en el cual la clase
capitalista se constituye en tanto tal: “El Estado fue
siempre el protagonista de la historia, porque en sus
organismos se concentra la potencia de la clase propietaria;
en el Estado la clase propietaria se disciplina y se unifica,
por sobre las disidencias y los choques de la competencia,
para mantener intacta la condición de privilegio en la faz
suprema de la competencia misma: la lucha de clases por el
poder, por la preeminencia en la dirección y el ordenamiento
de la sociedad” (Gramsci, 1998).
Desde
esta óptica, las luchas políticas no serían exteriores al
Estado sino que estarían inscriptas en su propio armazón
institucional. Así, a lo largo de sus textos, Gramsci
demuestra que las clases no son fuerzas meramente económicas,
precontituidas al margen del Estado, sino que por el contrario
tienden a unificarse en su seno, al punto de que la influencia
política de ellas depende, en buena medida, de la estructura
jurídico-política material del mismo.
¿Significa
esto acaso que los trabajadores deben esperar hasta el día de
la “toma del poder” para gestar las nuevas instituciones?
En absoluto. Como se encargará de aclarar luego en su breve
artículo Democracia
obrera, redactado para L’
Ordine Nuovo en colaboración con Palmiro
Togliatti, “el estado socialista existe ya potencialmente en
las instituciones de vida social característica de la clase
trabajadora explotada. Unir entre sí estas instituciones,
coordinarlas y subordinarlas en una jerarquía de competencias
y de poderes, centralizarlas fuertemente, pero respetando las
autonomías necesarias y sus articulaciones, significa crear
desde ahora una verdadera democracia obrera, en
contraposición eficiente y activa con el estado burgués,
preparada ya desde ahora para sustituir al estado burgués en
todas sus funciones esenciales de gestión y de dominio del
patrimonio nacional” (Gramsci, 1998).
Los consejos de fábrica y
el papel de L’ Ordine Nuovo
Durante
el mes de
abril de 1919, junto con tres jóvenes socialistas de Turín
(Terracini, Togliatti y Tasca) Gramsci decide fundar un
semanario, L’ Ordine
Nuovo,
cuyo subtitulo será “reseña de cultura socialista”. Como
relatará tiempo después, “sus artículos no eran
estructuras frías e intelectuales, sino que brotaban de
nuestras discusiones con los mejores obreros; elaboraban los
verdaderos sentimientos, metas y pasiones de la clase obrera
de Turín, los cuales nosotros mismos habíamos provocado y
puesto a prueba. Porque sus artículos eran, prácticamente,
un ‘tomar nota’ de los eventos reales, vistos como
momentos de un proceso de liberación interior y de
auto-expresión por parte de la clase obrera”. La
investigación cultural y la lucha política se amalgamaban
así en cada uno de los números del periódico, publicando
textos y documentos que intentaban fomentar el debate y la
reflexión sobre las propias prácticas de los trabajadores.
Se reproducían desde las teorizaciones de Lukacs, De Leon o
Korsch en torno a las experiencias consejistas, hasta los
aportes de intelectuales como
Barbusse, Rolland, Eastman o Gorki para la renovación de la
cultura social.
Ya
en abril de 1920, a tan sólo un año de su gestación, se
produce una huelga general de los obreros turineses como
respuesta al lock out
empresarial y a la voluntad de los industriales de limitar los
poderes de las Comisiones Internas. Se da en paralelo un
intenso proceso de toma de fábricas y, en menor medida, de
ocupación de tierras por parte del campesino (en especial en
la región de Roma). Este proceso en conjunto se denominará
luego “bienio rojo”.
Por
aquel entonces -inmediata posguerra- existían dentro de las
fábricas las Comisiones
Internas, las cuales eran débilmente
representativas, ya que sus miembros debían ser afiliados al
sindicato y su organización estaba ligada por completo a la
estructura productiva de cada empresa. Si bien en sus
comienzos habían constituidos una conquista arrancada a la
patronal como producto de la agudización de la lucha de
clases en el contexto bélico, al poco tiempo terminaron
cumpliendo la función de ser “correa de transmisión”
entre el sindicato y los dueños del capital, facilitando el
disciplinamiento de los obreros.
Los
Sindicatos constituían la organización del trabajador en
tanto fuerza de trabajo asalariada. Era el instrumento a
través del cual los trabajadores negociaban mejores precios
de la única mercancía que tenían para ofrecer. Por ello,
según Gramsci, forma parte integrante de la sociedad
capitalista y su función es inherente al régimen de
propiedad privada. Lleva en germen el reformismo. Además,
tiende a pactar y a negociar, obligando al empresario a
aceptar una legalidad en las relaciones con el trabajador,
llegando a expresar que “el burócrata sindical concibe la
legalidad industrial como una permanente cuestión de negocios”,
debido a que su fin es comercial.
A
su vez, el Partido,
al igual que el sindicato, nace en el seno de la estructura
burguesa. Ambas organizaciones “no han de situarse como
tutores o sobre-estructuras ya constituidas de esa nueva
institución en la que cobra forma histórica controlable el
proceso histórico de la revolución, sino que deben ponerse
como agentes conscientes de su liberación respecto de las
fuerzas de compresión que se concentran en el Estado burgués”
(Gramsci, 1998c).
Sin
embargo, al calor del “bienio rojo”, y con una fuerte
influencia del proceso insurreccional vivido en Rusia y otros
países de Europa, surgen los Consejos de Fábrica, que
constituían el órgano representativo de todos
los trabajadores de la empresa, incluidos los ingenieros y los
técnicos. Cada uno de ellos tenía la posibilidad de votar y
ser votado, así como de discutir, independientemente de estar
o no afiliado al sindicato. La universalidad del voto debía
combatir, de acuerdo a los “ordinovistas”, el espíritu
corporativo que tendía a dividir a los trabajadores según su
oficio.
Los Consejos ya no eran instrumentos de mera defensa de los
derechos inmediatos del trabajador (premios, higiene, etc),
sino que pasaban a ser un medio para elevar al obrero de su
condición de asalariado (mercancía) a la de productor (en
tanto parte integrante de un colectivo cooperante). Si en octubre
de 1919, treinta mil trabajadores estaban representados en una
asamblea de “comités ejecutivos de los Consejos de Fábrica”,
a mediados de 1920 el movimiento se radicaliza y extiende a
gran parte del norte de Italia, iniciando una huelga con
ocupaciones masivas, poniendo en marcha la producción bajo su
control absoluto (Reisel, 1979).
De
acuerdo a Gramsci, durante las tomas de fábricas, los
Consejos mostraban la viabilidad de la autogestión obrera en
las empresas, así como la inutilidad económica de los
empresarios en tanto organizadores de la producción. El “bienio
rojo” muestra además la posibilidad real -en la praxis
misma- del autogobierno de las masas trabajadoras. El control
obrero de la producción y la distribución, el desarme de los
cuerpos armados mercenarios y el manejo pleno de los
ayuntamientos por las organizaciones revolucionarias, son las
principales respuestas que da Gramsci (1998b) frente a los
problemas acuciantes de la Italia de posguerra. Su propuesta
se enmarca en el intento de construir toda la sociedad
partiendo inmediatamente de los núcleos del cuerpo social
más productivo. La fábrica -verdadero centro de la “civilización”
contemporánea- es visualizada como el ámbito desde donde
debe emerger la iniciativa de la clase trabajadora, en la
medida en que condensa de manera más directa la dictadura del
capital y el control privado de su organización, con el
carácter colectivo del trabajo.
En
este período se percibe una fuerte influencia de Lenin
(más aún a nivel general, del bolchevismo) y su
concepción de los Soviets como democracia proletaria.
Sin embargo, de acuerdo a Jean-Marc Piotte (1973), pueden
destacarse dos diferencias con respecto a su planteo: 1) la
gran importancia concedida a los Consejos en tanto órganos de
manejo técnico de la producción (rol “económico”); 2)
el hincapié en los Consejos como espacios de auto-liberación
política y económica de los propios productores,
emancipación por parte de los trabajadores mismos
(espontaneidad y creatividad). La fábrica, de acuerdo al
joven sardo, es el lugar en donde “el obrero no es nada y
quiere llegar a serlo todo”; allí su poder tiende a ser
ilimitado.
El
Consejo -que Gramsci
define como “las propias masas organizadas de forma
autónoma”-,
a diferencia de los sindicatos y el partido (medios tácticos
más que estratégicos), tiende a salirse de la legalidad, a
desbordarla y romperla, superando además la fragmentación
que el capital impone. Emerge, pues, como un organismo de
carácter público y no privado como aquellos. Ya no lo
conforman “asalariados” ni “ciudadanos”, sino productores
que en conjunto constituyen al “trabajador colectivo”.
La expansión de los Consejos concretaba, a su vez, diversos
objetivos socialistas:
1.
Conjugando la lucha política y la económica:
auto-conducción de masas y gestión directa del proceso
productivo. Del ciudadano-asalariado individual, se pasa al
compañero-productor social.
2.
Socializando el conocimiento técnico de la empresa,
apostando a la superación de la división del trabajo.
3.
Transformando sustancialmente la subjetividad de los
trabajadores, eliminando la competencia existente al interior
de la clase y sustituyéndola por la solidaridad y el
cooperativismo entre compañeros.
4.
Convirtiendo a la fábrica en una gran escuela en donde
todos los productores son estudiantes. Este aprendizaje no es
solamente económico-administrativo sino también político y
cultural. Se recupera así la capacidad colectiva de creación
humana del conjunto de los trabajadores, estén o no
sindicalizados (se supera, asimismo, el corporativismo propio
de la organización según oficios).
5.
Orientando el sano espontaneismo de las masas,
brindando la posibilidad de ejercer la democracia y la gestión
incluso a los no organizados.
6.
Prefigurando, en tanto órgano expropiador de las
funciones del Estado burgués, el “nuevo orden”, que
materializa desde ahora formas innovadoras de vida
social.
7.
Anticipando, a la vez, las bases de la organización
política de nuevo tipo, que ya no se estructura en
función de divisiones territoriales. Alrededor de los
consejos regionales gravitaran el resto de las organizaciones
de los sectores subalternos.
8.
Desarticulando el burocratismo propio de los
sindicatos, a través de una constante presión en pos de una
recuperación de la iniciativa obrera desde su base misma.
En
este contexto, Gramsci (1973) piensa la construcción
socialista en términos plurales. El Consejo se enmarca
en una red de instituciones que incluye también a los
comités de barrio, los sindicatos, los partidos políticos y
los consejos de campesinos. De ahí que postule la
conformación de “un nuevo aparato estatal que en su ámbito
interno funcione democráticamente, es decir, que garantice a
todas las tendencias anticapitalistas la libertad y la
posibilidad de convertirse en partidos de gobierno proletario”.
Esta
concepción parcialmente negativa de las clásicas
organizaciones de la clase obrera será posteriormente
modificada, ya que reconocerá que los sindicatos pueden
ejercer un papel activo en la articulación y unificación de
los trabajadores; e incluso podrían tener una función válida
durante el socialismo en la defensa de los obreros,
garantizando un canal autónomo para su participación en la
vida nacional. De manera similar, el partido político cumplirá
durante su etapa carcelaria la misión del Príncipe
Moderno, cohesionando a los diversos sectores subalternos
a lo largo de un territorio.
Finalmente,
el “bienio rojo” concluye con un rotundo fracaso: los
sindicatos no se pliegan a una huelga de carácter nacional,
ni apoyan hasta las últimas consecuencias el proceso
insurreccional. Lo propio ocurre con el
PSI, quien se niega a publicar en su diario Avanti! el llamamiento de la sección socialista de Turín,
mientras que la ciudad era tomada por miles de soldados y
policías. Incluso la dirección del partido, que por aquel
entonces debía celebrar en Turín una reunión de su Consejo
nacional, decide trasladarla a Milán a raíz de la aguda
situación que se vivía allí (“parecía poco adecuada esa
ciudad como teatro de discusiones socialistas”, llega a
ironizar Gramsci en uno de sus escritos contemporáneos a
estos momentos tan álgidos). Su ambigüedad frente a los
acontecimientos
va a ser uno de los determinantes que lo obligará a fundar,
junto con un grupo de compañeros, una organización política
de nuevo tipo, en enero de 1921 (el PCI).
Como
enseñanza general de esta derrota, Gramsci percibe que las
clases subalternas no pueden triunfar si restringen la lucha
al territorio de la fábrica. De esta forma, reconoce su
subestimación respecto al papel crucial que cumple la
organización política como aglutinadora de los sectores
populares a nivel nacional
(como actor en el seno de lo que posteriormente Gramsci
denominará “sociedad civil”). También, como mencionamos,
reformula el rol de los sindicatos en tanto posibles
unificadores de la clase obrera, incluso en la fase
transicional al comunismo (en especial contra eventuales
distorsiones burocráticas).
Aún
así, sus críticas a los partidos y a los sindicatos
profesionales, como potenciales instancias enquilozadas y
burocráticas de organización de los trabajadores, resultan
sumamente vigentes a pesar de la distancia en la cual fueron
escritas: ambas son, según él, “organizaciones nacidas en
el campo de la democracia burguesa (...) como afirmación y
como desarrollo de la libertad política”. A su vez, la
relevancia otorgada a la exploración militante y a la
práctica
anunciadora de relaciones sociales no capitalistas
constituyen enseñanzas dignas de se retomadas en la coyuntura
actual. La cuestión es, por un lado, cómo extender estas
nuevas formas de democracia fabril al resto de la sociedad, e
inclusiva al propio Estado, superando el aislamiento en el
seno de la empresa; y por el otro, de qué manera transformar
la crítica al sindicato en renovación clasista del sindicato
mismo.
El
reflujo revolucionario y la conformación del PCI: balance
provisorio
Producto
de este terrible fracaso, Gramsci llega a manifestar que “los
rasgos característicos la revolución proletaria no pueden
encontrarse más que en el partido de la clase obrera”. Si
en su folleto Por
una renovación del Partido Socialista, redactado en junio
de 1920, explicita en el propio título la necesidad acuciante
de gestar una organización nacional de nuevo tipo, que deje
de asistir como espectadora al desarrollo de los
acontecimientos, en los textos posteriores no habrá ya punto
de retorno. Pocas semanas antes de la fundación PCI, Gramsci
se atreve a afirmar que “el Partido Comunista es el
instrumento y la forma histórica del proceso de liberación
íntima por el cual el obrero pasa de ser ejecutor
a ser iniciador,
de ser masa a ser jefe y guía, de ser
brazo a ser cerebro y voluntad”.
En
Livorno se realiza el XVII Congreso del Partido Socialista
Italiano, con una predominancia de los “comunistas unitarios”.
Si bien los delegados intransigentes superan a los
reformistas, el sector liderado por Serrati se niega a aceptar
dos de las veintiún condiciones exigidas por la Internacional
Comunista en su Segundo Congreso: expulsar al ala derechista
(representada en este caso por Turatti) y modificar el nombre
de la organización. Finalmente, en el teatro San Marco, a
pocas cuadras, se constituye el Partido Comunista de Italia,
con abrumadora mayoría bordiguiana.
El grupo de “Il Soviet” le imprimirá así un contenido
catastrofista a la estrategia de construcción política
llevada a cabo en sus inicios por la organización.
En
los meses sucesivos, se generalizará la violencia fascista y
la depresión económica multiplicará el número de
trabajadores desocupados. En este contexto, la Internacional
Comunista impulsa, a partir de su Tercer Congreso realizado en
1922, una política de alianza con sectores reformistas, ante
la caracterización de una “estabilidad relativa” del
sistema capitalista. Sin embargo, en un principio Gramsci
adherirá a la tesis sectarias presentadas por
Bordiga en el Segundo Congreso del PCI, contrarias a
este cambio de perspectiva asumido por el Komintern.
Por esta época, restan todavía algunos intensos años hasta
que pueda realizar desde Viena “un golpe de timón”, con
el objetivo de reencauzar la praxis revolucionaria del
Partido. En 1924, a través de un diálogo epistolar,
expresará a sus compañeros que un grave equívoco cometido
en los años precedentes fue el haber subordinado la política a la
organización, lo cual terminó redundando en “la
creación de un aparato de funcionarios ortodoxos para con la
concepción oficial”. Esto no hizo más que fomentar “la
esterilización de toda la actividad de los individuos, la
pasividad de la masa del partido, la estúpida seguridad de
que ya había quien pensaba y curaba de todo”. La necesidad
de crear un espacio político diferente es expresada sin
tapujos: “la verdad es que el partido no está nunca ni
estará nunca definido definitivamente. Sólo estará definido
cuando sea la totalidad de la población, o sea, cuando el
partido haya desaparecido” (Gramsci, 1998e). Las
consecuencias de este planteo atravesarán buena parte de los
borradores redactados bajo la sombra del régimen fascista. Es
por ello que, en consonancia con Michel Lowy (1979) creemos
que el retroceso de masas generalizado, la victoria de
Mussolini y la expansión del estalinismo constituyen tres
acontecimientos claves para entender la metamorfosis
de las ideas políticas de Gramsci, especialmente en su
período carcelario. Pero ésta, como la de su etapa
inmediatamente previa, es otra historia que -a pesar del
tiempo transcurrido- todavía falta desandar en términos
críticos.
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Eduardo (1985) Italia 1918/1922: Socialismo o fascismo,
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Latina, Buenos Aires.
Los sindicatos -dirá- “constituyen el tipo de
organización proletaria específico del periodo de
historia dominado por el capital (...) En tal periodo, en
el que los individuos valen tanto más cuanto mayor sea la
cantidad de mercancías que posean y mayor sea el tráfico
que con ellas hagan, también los obreros se han visto
constreñidos a obedecer las férreas leyes de la
necesidad general y se han convertido en comerciantes de
su única propiedad, de su fuerza de trabajo (...) han
creado ese enorme aparato de concentración de carne y
fatiga, han fijado precios y horarios, y han organizado el
mercado (...) La naturaleza esencial del sindicato es
competitiva; no es, en manera alguna, comunista. El
sindicato no puede ser, pues, un instrumento de
renovación radical de la sociedad”.
A modo de balance, afirmará por aquel entonces que “la
huelga general de Turín y del Piamonte chocó contra el
sabotaje y la resistencia de las organizaciones sindicales”, poniendo
de manifiesto “la urgente necesidad de luchar contra
todo el mecanismo burocrático de las organizaciones
sindicales, que son el más sólido apoyo para la labor
oportunista de los parlamentaristas y de los reformistas,
labor tendiente a la sofocación de todo movimiento
revolucionario de las masas trabajadoras.” (Gramsci,
1973).
Las
presentes notas de Miguel Mazzeo y Jorge "Pampa"
Ubertalli tienen la intención de ir reflejando el pensamiento
de compañeros que se encuentran en estos días (noviembre del
2005) dando charlas introductorias a distintos seminarios que se
desarrollaron durante el 2006 en Libres del Sur .
Mariátegui
y el Che: el cambio cualitativo en la noción de la
revolución y el socialismo
|
Miguel
Mazzeo
"La
política es hoy la única actividad creadora. Es la realización
de un inmenso ideal humano. La política se ennoblece, se
eleva cuando es revolucionaria..."
José Carlos Mariátegui
"La
revolución puede hacerse si se interpreta correctamente la
realidad histórica y se utilizan correctamente las fuerzas
que intervienen en ella, aún sin conocer la teoría"
Ernesto Che Guevara
1.
Decía Marx en El XVIII Brumario de Luis Bonaparte:
"Los hombres hacen su propia historia. Pero no la hacen
según el deseo de su inciativa, ni en las circunstancias
libremente elegidas; ellos están obligados por las
circunstancias del momento, tales como las han creado los
acontecimientos y la tradición"(1). Tal vez éste
constituya uno de los pasajes marxistas más citados. Ha
impulsado debates en torno al rol de las vanguardias y sobre
su mismísima naturaleza, ha abonado, por ejemplo, una
"teoría del sujeto", etc... Pero pocas veces hemos
reparado en el pasaje que le sigue: "La tradición de
todas las generaciones pasadas pesa como una pesadilla sobre
el cerebro de las vivientes".(2) Hay momentos históricos
en que la tradición puede pesar más por su ausencia que por
su presencia. Las clases dominantes han basado su hegemonía
en esta ausencia y han tratado por todos los medios de
garantizarla.
Pero
también hay momentos (¿el actual? ) en los que se presentan
nuevas condiciones, distintas formas de lucha irrumpen y
resignifican las viejas, el presente pasa a ofrecer un
contexto favorable para la recuperación de la tradición, los
pueblos redescubren su papel en la historia y vuelven a
intentar el cambio. La tradición vuelve a pesar, ahora por su
presencia. Nos pesa gratamente, pero nos pesa, porque nos
exige una determinada predisposición intelectual, una ética,
una praxis concreta y un compromiso fuerte. También nos
impone modelos rotundos: Mariátegui y el Che, por ejemplo...
2.
El 14 de junio de 1894 nacía en Moquegua, Perú, José Carlos
Mariátegui. Un mismo día, pero 34 años después, asomaba a
la vida en Rosario, Argentina, Ernesto Guevara.
Mariátegui
morirá joven (menos de 36 años) en abril de 1930, cuando
Ernesto Guevara recién intentaba sus primeros trancos y el
asma aún no pertubaba sus pulmones.
Paradojas
de la historia: en 1928, año del nacimiento del Che, el VIIIº
Congreso del Partido Comunista Argentino caracterizaba a la
revolución como democrático-burguesa, agraria y
antimperialista. La revolución perdía inmediatez y contenido
socialista. Mariátegui en 1928 va a fundar el Partido
Socialista de Perú (será designado su primer Secretario
General) , el periódico Labor órgano de la CGT
peruana y también publica su obra fundamental: Los Siete
ensayos de Interpretación de la realidad Peruana.
El
20 de mayo de 1930, en la chacra de un tal Peves, en Santa
Eulalia se fundaba el Partido Comunista de Perú. la nueva
denominación expresaba una nueva orientación: el
incondicional acatamiento de todas las directivas de la
Internacional. A poco más de un mes de muerto físicamente,
lo que significaba políticamente el Amauta, comenzaba a
extinguirse.
Guevara
va a vivir su etapa de preparación ideológico- vital y sus
primeras experiencias políticas en el marco de un
apesadumbrado silencio en torno de la figura de Mariátegui.
Los años que van de 1935 a 1959 se caracterizarán por las
concepcionea más duras del stalinismo. Tiempos en los que se
propiciaban revoluciones democrático-burguesas y frentes
populares, tiempos en que gran parte de la izquierda del
continente se dedicó a reflexionar más sobre el hipotético
rol de las burguesías vernáculas que sobre el necesario y
estratégico ojo de los trabajadores y el pueblo.
"Mariateguismo", en aquellos años, era sinónimo de
herejía, expresión de un conjunto desordenado de ideas que
"todo revolucionario auténtico"debía combatir
-obviamente- sin conocer.
Años
después el "Guevarismo", en forma similar será
considerado como "aventurerismo", etc. El Che no podía
saber, en 1959, que él mismo estaba protagonizando una
ruptura teórica, ideológica y política que lo emparentaba
directamente con el Amauta. En la sierra había descubierto al
campesinado y el rol de las subjetividades, había percibido
el lugar -axiomático- de los hechos de conciencia en las
construcción de una nueva sociedad, había aprehendido a la
revolución como un ascenso forzado... El Che se convertía en
un nuevo punto de inflexión y - sin saberlo- redescubría y
resignificaba la obra y el pensamiento de Mariátegiui. Los
conceptos recuperaban su utilidad, al acercarse y confundirse
con condiciones experimentales muy similares a las que los habían
formulado.
¿Sin
saberlo?. Es harto verosímil. No tenemos presente ningún
pasaje de la obra del Che en que se haga referencia al Amauta.
Es cierto que en la Cuba post-revolucionaria se ensaya una
recuperación de Mariátegui y se publican algunas de sus
obras, pero el Che no lo menciona. También es muy probable
que al visistar con Alberto Granados al Dr Hugo Pesce en su
primer viaje al Perú, el médico comunista se haya referido
al Amauta. (3).
Otra
vía de acceso la pudo haber constituído la primera mujer del
Che, Hilda Gadea, peruana y aprista de izquierda. Más allá
de las especulaciones, los datos disponibles abonan por un
lado un aparente desencuentro directo y por el otro un real e
indirecto encuentro de ideas, concepciones y actitudes.
3.
Podríamos señalar infinidad de analogías -concretas y metafóricas-
entre Mariátegui y el Che. Haremos una breve referencia a
algunas pocas que se nos remiten a cuestiones esenciales.
a)
Ambos entendían al marxismo como canon de interpretación de
la realidad y guía para la praxis, como " inspiración
" crítica más allá de cualquier fijismo doctrinario.
Un marxismo que tenía que dar respuestas siempre
revolucionarias a situaciones que nunca eran las mismas.
Decía Mariátegui: "El marxismo, donde se ha
mostrado revolucionario -vale decir donde ha sido marxismo- no
ha obedecido nunca a un determinismo pasivo y rígido"
(4), "El marxismo en cada país, en cada pueblo, opera y
acciona sobre el medio..."(5). Decía el Che:
"... el marxismo es solamente una guía para la acción.
Se han descubierto grandes verdades fundamentales, y partir de
ellas, utilizando el materialismo dialéctico como arma, se va
interpretando la realidad en cada lugar del mundo. Por eso
ninguna construcción será igual; todas tendrán características
peculiares, propias de su formación". (6)
b)
Ambos compartían la misma concepción de la praxis y la acción
, basada en el reconocimiento del contenido heroico de la
ideología. Así entendían el socialismo como resultado del
movimiento real pero también - y básicamente- de la voluntad
y de la ética de los pueblos. Para Mariátegui el
socialismo no podía ser "la consecuencia automática de
una bancarrota", tenía que ser el "resultado de un
tenaz y esforzado trabajo de ascención" (7). El Che ,
por su parte, decía: "Nosotros, socialistas, somos más
libres porque somos más plenos; somos más plenos por ser más
libres. El esqueleto de nuestra libertad completa está
formado, falta la sustancia proteica y el ropaje; los
crearemos... Nuestro sacrificio es conciente; cuota para pagar
la libertad que construimos. El camino es largo y desconocido
en parte; conocemos nuestras limitaciones. Haremos el hombre
del siglo XXI; nosotros mismos. Nos forjaremos en la acción
cotidiana, creando un hombre nuevo... "(8)
c)
Para ambos la revolución constituía un acto creativo por
excelencia y le eran ajenos todos los determinismos. La
revolución, además, siempre se insertaba en una tradición
de lucha con arraigo. Fieles al mejor Lenin creían que toda
política revolucionaria creaba sus propias condiciones de
aplicación. Decía Mariátegui: "Una revolución
continúa la tradición de un pueblo, en el sentido de que es
una energía creadora de cosas e ideales que incorpora
definitivamente a esa tradición enriqueciéndola y acrecentándola..."
(9). Decía el Che: "Pero la juventud tiene que
crear. Una juventud que no crea es una anomalía,
realmente". (10). El "ni calco ni copia: creación
heroica" de José Carlos Mariátegui se reproducía
en el "observar, aprender, pensar, no copiar a nadie y
después empezar a caminar"de Ernesto Che Guevara
d)
Ambos fueron críticos tenaces a las concepciones
mecanicistas. A partir del reconocimiento de la necesidad del
constante contacto con las masas fueron ejemplos del
"obrar dialéctico". Con Mariátegui y con el Che,
el marxismo, el socialismo, la revolución abandonaron
definitivamente los salones para instalarse en las montañas,
las selvas, las llanuras, las fábricas y los barrios de América.
4.
Más allá del ritual monótono de las efemérides, Mariátegui
y el Che, deben ser reconocidos como los hitos insoslayables
de una tradición. De esa tradición que vuelve a pesar
gratamente por su presencia. Ambos expresaron un cambio
cualitativo en la noción de la revolución y el socialismo
(11). A partir de ellos la revolución no debería dejar de
ser concebida como un acto (y un proceso) tendiente a la
liberación integral de los seres humanos que recibe -
siempre- su empuje del espíritu de rebelión de los pueblos y
del rechazo casi reflejo de las doctrinas anquilosadas. A
partir de ellos el socialismo no debería entenderse como la
teoría-para-la-prática o el plan pulcro y prolijo para la
conquista del poder sino como la utopía concreta anhelada por
la humanidad.
Sin
detenernos en los oscuros horizontes a los que muchos
"ismos" han remitido, creemos que tanto el
"Mariateguismo" como el "Guevarismo" jamás
lograron coagular en doctrina, dogma, plan o modelo. Las
experiencias fallidas no han logrado salpicarlos y han
mantenido e incrementado su vigencia y funcionalidad en
condiciones cambiantes. Sucede que el
legado principal de ambos elude la ontología de lo anecdótico
y, apartándose de recetas y patrones, nos coloca frente a
actitudes teóricas y prácticas heroicas y creativas, ante
una ética revolucionaria y ante una estrategia de rebeldía.
NOTAS
1.
Marx, Carlos: El XVIII Brumario de Luis Bonaparte,
Claridad, Buenos Aires, 1938, pp. 19
2.
Idem. ant.
3.
El Dr Hugo Pesce fue uno de los delegados, enviados por Mariátegui,
a la Primera Conferencia de Partidos Comunistas de América
Latina realizado en Buenos Aires en 1929.
4.
Mariátegui , José Carlos: Defensa del Marxismo,
Biblioteca Amauta, Lima, 1987, pp.67
5.
Mariátegui, José Carlos: "Mensaje al Consejo
Obrero", en Ideología y política, Biblioteca
Amauta, Lima, 1979, pp.112
6.
Guevara, Ernesto Che: "Sobre la construcción del
partido", en : Obras Completas, Tomo I, Legasa,
Buenos Aires, 1995, pp. 180.
7.
Mariátegui, José Carlos: Defensa del Marxismo, idem,
pp. 180
8.
Guevara, Ernesto Che: "El Socialismo y el hombre en
Cuba", en Obras Completas, Tomo II. Idem, pp.32-33
9.
Mariátegui, José Carlos : Temas de nuestra América,
Biblioteca Amauta, Lima, pp.93.
10.
Guevara, Ernesto Che: "Qué debe ser un joven
comunista ", en : Obras Completas, Tomo I, idem, pp.
156.
11.
Creemos que Chiapas expresa continuidades y rupturas en un
sentido similar.
Miguel
Mazzeo es investigador argentino del pensamiento de Mariátegui
Avanza
la crisis monetaria mundial
Papel
pintado, sin producción
Crisis
orgánica del Capitalismo y Fetichismo
Jorge
Luis Ubertalli*
La
economía mundial capitalista, en el marco de la
globalización y la guerra a muerte entre los distintos
sectores del capital, ha entrado en una debacle que
preanuncia más agresiones imperiales, por un lado, y una
tendencia a la implosión centrada en la quiebra del
sistema monetario mundial, por otro. El dólar, papel
pintado sin correlato real con la riqueza existente,
arrastra a todo el orbe capitalista a la quiebra económico
financiera y la crisis en el sistema de pagos.
Sombras
nada más
En
la mitad del siglo XIX Carlos Marx, en una célebre crítica
a los desvaríos de la economía política burguesa, se
encargó de aclarar la diferencia existente entre la
riqueza real, producida por los trabajadores y encarnada
en valores de uso o bienes materiales, y su proyección
virtual, el dinero, expresión monetaria de los valores
creados por el trabajo humano.
“¿De
donde provienen, por ejemplo, las ilusiones del sistema
monetario?. No cabe duda: del carácter fetichista que la
forma-dinero imprime a los metales preciosos....” escribía
Marx en 1867. (El
Capital-Tomo
I, Cartago 1975, pág. 95). Se refería, claro está, al
denominado “fetichismo de las mercancías”, vinculado a la
circulación de éstas que, en su dinámica, ocultan la
relación social existente entre sus productores en el momento
del intercambio mercantil.
¿Qué
es entonces la fetichización?. Dar más por el pito que
lo que el pito vale. Así como Dios existe sólo por
convención (y convicción) de sus creyentes, el dinero
reina en la tierra por una misma convención humana que le
adjudica ser el equivalente general de todas las mercancías,
la tabla rasa mediante la cual todas ellas se igualan.
Hasta
el momento de finalizada la Segunda Guerra mundial, el
sustrato material del dinero era el oro. Este tenía un valor,
puesto que para producirlo hacía falta una determinada
cantidad de trabajo humano social medio. Conteniendo valor,
reductible a la cantidad de trabajo humano necesaria para su
producción, el oro se constituía en expresión general del
valor de todas las mercancías existentes y hacía posible su
intercambio. Una vez terminada la guerra, y devastados física
y económicamente todos los países participantes a excepción
de EE.UU., que se convirtió en su gran
ganador,
se propuso en Breton Woods la sustitución del oro por el dólar
como moneda internacional, pasando este simple papel, salido
de las planchas de emisión de EE.UU., a ser el nuevo
emperador de las mercancías mundiales. La sombra difuminada
del dólar apareció en escena entonces sustituyendo a la
sombra compacta del oro. Tanto uno como otro son, fueron y serán
sombras; proyecciones virtuales de una riqueza encarnada en
valores de uso y cambio, en objetos materiales y culturales
solo alumbrados por la luz del trabajo humano, imperecedera e
irremplazable en cuanto a la producción de virtualidades
sociales.
Reinando
en las fantasías de los hombres como expresión de una
riqueza que al pasar de los años se evaporó, el dólar
siguió su camino ascendente hacia su propia virtualidad.
Su fetichización mundial en el marco del sistema
capitalista fue inversamente proporcional a su pérdida de
valor real; espejismo de una riqueza dilapidada en gastos
militares y subvenciones a las grandes empresas
capitalistas; en derroches inútiles inherentes a una
economía anárquica y desquiciada, el dólar siguió
hasta ahora el derrotero enmarañado, ensangrentado y
obsoleto de la economía mundial capitalista. Pero solo
hasta aquí llegó....
Los
deudos del muerto
“Por desgracia, Estados Unidos también carga con el grave
peso de una deuda pública de 5.646.386.626.691,13 de dólares
al 1º de junio del 2000, mientras que el déficit
comercial de 1999 subió a un record de 300.000 millones.
Estados Unidos, en consecuencia, está a merced de los
acreedores extranjeros, así como de aquellas personas de
afuera que tienen dólares estadounidenses en efectivo, divisa
de reserva...”
esgrimían
al inicio de la administración actual de George W. Bush
los ultrareaccionarios y belicistas creadores del
Documento de Santa Fe IV, sucesión de otros que
enmarcaron la tónica aventurerista y reaccionaria de los
“halcones”republicanos recreados desde la
administración de Ronald Reagan. En el contexto del
troglodismo fascista que signa este nuevo engendro de la
Heritage Foundation, pentagonales escribas y otros
compinches hay un atisbo de lucidez. El párrafo que
transcribimos encierra una lógica preocupación ante la
realidad que sintetiza: la crisis financiera, y
económica, que corroe al gigante con pies de barro y
cabeza ultranuclear de América del Norte.
Hoy
EE.UU. tiene una deuda pública de 8,2 billones de dólares,
que insume alrededor del 70% de su Producto Bruto Interno,
equivalente a 12 billones. Si se suma a esta deuda aquella
contraída por los Estados de la Unión, equivalente a 1,6
billones, el monto de lo debido asciende a 9,1 billones.
De esta deuda pública, 7,5 billones se deben a
extranjeros, de los cuales el 50% son del continente asiático.
También en manos de extranjeros se hallan el 13% de las
acciones y el 24% de las obligaciones negociables.
Por
su parte, la deuda privada de EE.UU. asciende a 9,6 billones
de dólares en relación con particulares (tarjetas de crédito,
hipotecas, etc.); 7,6 billones vinculados al empresariado
local, y 11,7 billones a los empresarios financieros. En
total, la deuda del coloso del norte asciende a 38 billones de
dólares, casi el Producto Bruto Interno mundial, de los
cuales 19 billones, entre deuda pública y privada,
corresponden a acreedores exteriores.[i]
A
medida que el débito estadounidense se amplía en el
marco de mayores importaciones del exterior, gastos
militares y subsidios a los grandes empresarios, el euro
ha comenzado a tomar cuerpo en el comercio mundial y a
valorizarse. Según analistas, desde octubre del 2000
hasta finales del 2004, la moneda europea se valorizó en
un 65%, siendo su valorización directamente proporcional
a la desvalorización del dólar como divisa
internacional. A esta contradicción euro-dólar, que
contiene la contradicción intercapitalista Europa-EE.UU.,
se le suma otra aún mayor, que es la que contiene a la
relación EE.UU.- Asia y, fundamentalmente, China.
En
este marco, algunos analistas afirman que la última
intervención militar de EE.UU. a Irak no sólo se debió
a la avidez petrolera de Bush y sus compinches, menos a la
ya desmentida tenencia de armas de destrucción masiva por
parte de Saddam Hussein, sino a la sustitución del dólar
por el euro como divisa de reserva por parte de Irak en
noviembre del 2000 en el escenario del intercambio de
petróleo por alimentos. Aunque las divisas irakíes en
ese momento no eran abultadas, su traspaso al área euro
podría haber inclinado a otros productores de la OPEP a
jugar en la misma forma. Si esto ocurría- la OPEP
decidió desde 1975 comerciar el petróleo producido por
sus socios en dólares- el euro habría subido en
detrimento del dólar, lo que significaría una crisis de
importancia para EE.UU. mermando, entre otras cosas, su
capacidad de importación. EE.UU., que importa el 21% de
los productos que consume, no podía permitir ese pase
masivo de divisas del area dólar al euro, y por eso
castigó a Irak con una bestial intervención y ocupación
militar que hasta hoy se continúa. Otros dos países,
Iran y Corea del Norte, amenazados militarmente por EE.UU.
en el marco de su “guerra preventiva” contra el
terrorismo y enmarcados por los norteamericanos como
participantes del “eje del mal”, ya han pasado sus
reservas monetarias de dólar a euros en el 2002...Que
decir de Cuba, que hace poco revaluó su peso desechando
al dólar como divisa... Rusia, por su parte, desde el
2001 exporta la mitad de su petróleo y gas en euros, y
según autores proyecta comercializar todos sus productos
con Europa en esa moneda...Si ante una crisis China,
Japón y los países de Asia reconvierten sus divisas
dolarizadas a euros, la economía norteamericana se
vendría a pique en poco tiempo...
La
moneda europea –hoy en baja en relación con la
renuencia de Francia y Holanda a votar una constitución
europea de corte neoclásico y antipopular– signa cada
vez mas el comercio mundial desde su nacimiento. Se
calcula que desde 1999 hasta el 2003 el euro subió un 45%
en las reservas internacionales, logrando este último
año constituir el 20% de aquellas. El oro, refugio final
del capital cuando la cosa se pudre, continúa en aumento.
Y la bola de nieve crece y crece...
El
perro que se muerde la cola
La
crisis monetaria mundial, corolario de la asimetría entre
el papel dólar y la riqueza real que debería expresar-
se calcula que 20 trillones de dólares que circulan por
el mundo son sólo papel pintado que no representan
riqueza alguna- se halla en la antesala de su estallido, a
medida que la “bicicleta financiera” norteamericana
pedalea sobre un virtual andarivel de crecimiento
económico. Para que este castillo de arena sostenido por
la divisa verde no se venga abajo, todos los países del
mundo intentan mantener vigente la idea de que el Dios
monetario todavía existe. Y entonces llenan las arcas de
sus bancos centrales con más y más dólares u
obligaciones (bonos, etc.) que a éstos representan. El
tsunami de agua servida monetaria que inunda el mundo
hasta ahora no ha logrado contención real. Los EE.UU. se
siguen endeudando en el exterior –por la baja
productividad de sus empresas EE.UU. importa productos
desde China a un 30% menos de lo que costaría producirlos
en su propio territorio, le agrega valor agregado local y
lo vende en su mercado interno al 100% de su valor– en
una moneda que cada día se deteriora más. A merced de
sus “acreedores extranjeros” –al decir de los
santafesistas– y con la espada de Damocles del traspaso
de divisas a otra moneda ante el signo de una crisis de
envergadura, no le queda mas remedio que la utilización
de la fuerza para extorsionar a aquellos que quieran
salirse de su redil financiero. Es el perro que se muerde
la cola y en la loca circularidad de su carrera hacia
ningún lado marea a la humanidad y la lleva hacia la
crisis orgánica del capitalismo.
Disparidades
En
la balanza comercial de EE.UU. el debe acumula mas del 50% del
PBI, ó sea 6 billones de dólares. Las importaciones
norteamericanas insumen el 15% del PBI frente al 8% de las
exportaciones, tendencia que prosigue y profundiza el
desbalance comercial del país. Entretanto, y gracias al
crédito gratuito que le brindan aquellos cuyas exportaciones
siguen fluyendo hacia EE.UU., mayoritariamente asiáticos, los
yanquis siguen consumiendo y bibicleteando, además de emitir
moneda que inunda al mundo de inflación. Para lograr sacarse
de encima parte de la carga conminan a los europeos a bajar
las tasas de interés y estimular el consumo de sus productos.
La deuda privada estadounidense alcanza el 90% del PBI local,
frente a la europea que sólo araña el 50%. Los europeos no
quieren verse envueltos en una crisis inflacionaria...Con
respecto a China, los EE.UU. intentan que ésta revalorice el
yuan, a fín de hacer mas competitivos en el mercado mundial
los productos norteamericanos. Pero...la famosa
productividad-competividad de los norteamericanos, tan
pregonadas en lo que hace a justificar la invasión de los
mercados latinoamericanos a través de los TLC y el hoy
frustrado ALCA, es sólo otro cuento de hadas. Imposibilitados
en competir con los países de Asia y fundamentalmente China,
acosados por la competencia europea que, con una moneda de mas
alto valor, puede hacerse de empresas estratégicas
norteamericanas que apuntalan su complejo militar-industrial,
siempre embarcado en la reproducción ampliada de conflictos
bélicos provocados adrede para estimular las inversiones en
armamentos y en “reconstrucciones” [ii],
los norteamericanos siguen apostando al bicicleteo de sus
deudas, las extorsiones, amenazas y saltos hacia adelante,
donde al final espera el abismo.
En
nuestro país, ante la nueva situación de afluencia de
capital golondrina, se intenta mantener el valor del dólar
para beneficiar a los exportadores de ‘comoditties’[iii],
regulando el comportamiento de este capital y poniendo al
Banco Central y otros oficiales a adquirir divisas verdes en
el mercado, en tanto se impone un
acercamiento a EE.UU. a fin de impedir su apoyo en los
diferendos financieros internacionales a los “acreedores
externos” de una deuda no contraída por nuestro pueblo, y
sí por los dictadores y alcahuetes que los siguieron.
Solo
a través de una integración con el resto de Indoamérica
latina, Argentina podrá reconstruir, en el marco de una
reconstrucción económica regional, la estructura
industrial necesaria para reproducir la riqueza, que deberá
ser apropiada colectivamente por todos los trabajadores.
Estos, junto a sus hermanos de clase indolatinoamericanos,
revitalizadas las industrias, contarán con mayor empleo,
mejores condiciones de vida y mayor concentración y
centralización, lo que los convertirá en potencia
ampliada en lo político y cultural para acceder a la teoría
revolucionaria, al poder, sustituir a la burguesía y
construir una sociedad socialista.
La
batalla por la energía, ahora llevada a cabo por las
masas bolivianas en su patriada reivindicadora del
subsuelo y sus riquezas. Y por Venezuela, que impulsa la
concreción de centros energéticos locales a fin de
aumentar las ventajas comparativas para un desarrollo
industrial impulsado desde los Estados y los trabajadores
ocupados y desocupados, es una importante batalla en lo
que hace a la lucha prolongada contra el capitalismo y el
imperialismo.
La
fetichización de los poderosos y sus emblemas de
poderosidad, sus divisas y sus armas, toca a su fin. El
trabajo humano, los trabajadores, incluidos aquellos de
EE.UU. y sus socios imperiales, vencerán las ilusiones
del fetichismo, darán por tierra con las aventuras bélicas
del imperialismo y sus peones y construirán una realidad
que contenga a todos y todas los creadores de riqueza de
Indoamérica latina y toda la tierra.
* Periodista
Notas:
[i]
“Dólar.¿Fin de la Hegemonía?”, Wim Dierckyxsens,
Bolpress digital, 14/3/2005
[ii]
Según Naomi Klein, el 5 de agosto del 2004 Bush creó
la ‘Oficina
del Coordinador para la Reconstrucción y
Estabilización” a cargo del ex embajador de EE.UU.
en Ucrania, Rafael Pascual. Esta oficina se encargará
de trabajar “en la planificación detallada de
períodos post-conflicto”. Agrega Klein que el “primer
trabajo de campo de la oficina mencionada consiste en
elaborar planes detallados de reconstrucción de
países que no han sido destruidos...todavía”. Para
optimizar el funcionamiento de esta oficina se creará
un Cuerpo de Respuesta Activa Civil que incluirá
unidades militares de intervención rápida que se
encargará de arrasar países “en transición a la
democracia” que luego serán “reconstruidos”.
“Guerra, intervención humanitaria y negocio,
plenamente integrados”- ver Argenpress, 1º de junio
del 2005, Antonio Maira, “ Comités de Empresarios
están planificando las guerras del futuro”.
[iii]
Según fuentes del Centro de Economía Internacional
en base a Indec, los rubros exportadores principales
de Argentina fueron, desde enero del 2004 a febrero
del 2005: Harina y pellets de cereales; aceites crudos
de petróleo; aceite de soja en bruto y trigo y
morcajo; maíz en grano y gasolinas, excluidas las de
aviones.
Este
artículo fue publicado en el número 11, julio de 2005, de la
Revista
Question Latinoamérica
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