Por
Rafael Suero
Redactor de Tipe Digital

  
Loma de Cabrera.-  Nació en Guayubin, provincia de Montecristi, República Dominicana el día 7 de junio de 1939; en el mismo año en que fue fundado el municipio de Loma de Cabrera. A los tres años de edad sus padres la trajeron a este municipio, la transportaron en un caballo traída por su hermana mayor de nombre Digna. Su padre fue Efraín de Jesús Torres y su madre Inés Torres García.

   Realizó sus primeros estudios en la única escuela que había en aquel entonces hoy conocido como Colegio Simón Bolívar. Desde muy joven se dedicó al trabajo duro y sin descanso no existiendo espacio ni para la diversiones vacacionales. Siempre trabajaba hasta la tres de la mañana preparando diferentes productos para que estuvieran listo para el otro día. Trabajó en la Sociedad Industrial Dominicana en la selección del maní siendo la numero uno, cuando era adolescentes o muchacha como ella siempre decía. Siempre le gustó criar animales para la venta.

   A los 19 años contrajo matrimonio con Miguel Ángel Peguero y procrearon una familia muy conocida en la zona por su laboriosidad y conducta. Sus hijos son Miguel Ángel (miguelito), Margarita Miguelina y Hortensia Jackeline y sus nietos José Miguel, José Rolando y Perla Marina.
Fermina le dió una educación y formación a sus hijos de tal forma que estos siempre han sido felicitados por los comunitarios por su estilo de vida sana y de buena costumbre que hasta la fecha ellos han llevado.

   Le dio la educación universitaria como meta que tenia, como madre junto a su esposo. Siempre le enseñó la buena costumbre y el buen comportamiento en la sociedad, tanto a sus hijos como a sus nietos. Dejó a su nieto mayor estudiando en la Pontificia Universidad Catolica Madre y Maestra (PUCMM) el cual obtuvo el primer lugar en la región como estudiante a la excelencia, siendo reconocido por el presidente de la República. A su nieta menor la estaba enseñando a escribir canciones.

   Como negociante fue dueña junto a su esposo de unos de los principales negocios del municipio con venta al por mayor y al detalle y del único en su forma en esos tiempos, ya que este era como supermercado con autoservicios, creo varios producto  que fueron  muy famosos en su momento, como la Boruga Fermina, demandada por mucho años en esta comunidad y buscada desde muchas partes del país, hacía unos famoso helados de leche con un sabor y una calidad todavía no superada en la comunidad ni en el país, también hacia jugo y leche batida insuperable. Igualmente fue conocida por los servicios que brindaba ya que siempre en todos sus trabajos prevalecía la calidad. Formaron parte en la provincia de la Asociación de Comerciantes Mayorista, esa asociación duró varios años y se reunían una vez al mes en casa de cada uno de los socios durante el año, celebrando una  cena y hablando siempre de los acontecimientos económicos de la provincia y el país.

   También formo parte de un grupo de amiga que se formaron durante muchos años aquí en la comunidad, la cuales celebraban varios acontecimientos sociales para su miembros. Con su apoyo, Doña Fermina, como muchos la conocían ayudó a varias jóvenes a estudiar, dándoles facilidades económicas y de alojamiento para realizar sus estudios sean universitarios o técnicos. También creo fuentes de empleos en su momento por que siempre empleaba a varias personas para desarrollar sus negocios.
  
   Su despedida de este mundo fue sorpresiva para su familia, por que fue un domingo en la noche en que ella se encontraba en reunión con su familia y vecinos siendo la doce de la noche, se retiro al baño desde el cual salió cuando su hijo mayor la llamaba y vino al frente y comenzó a tender a unos clientes que estaban comprando y luego llamó a su nieta y le dijo me “siento mal, tengo un dolor en el estomago y no puedo respirar” , inmediatamente llamaron a Miguelito su hijo mayor el cual se le acercó y le pregunto "¿que te sientes?" y comenzó a darle masaje en la parte que le dolía y rápidamente la sacó y la monto en el primer vehiculo que había y la llevó al hospital a la sala de emergencias, alli llego viva, entro caminando y la acostaron en la camilla, pero le siguió el problema de que no podía respirar y dijo que ya no podía ver, con lo cual su hijo le dijo “eso pasa cuando te encuentras mareada”. 

   Luego siguió con el ahogamiento hasta que dijo “me voy, me voy, mamá” entonces expiró en los brazos de su hijo, es decir no duró ni seis minuto desde la casa hasta el hospital. No hubo tiempo de aplicarle ningún tipo de tratamiento.  Según el médico, murió  de un ataque cardiaco fulmínante.

   Su sepelio se llevó a cabo con la banda de música dándoles los honores merecidos y en el campo santo las palabras fueron tomadas por la profesora Luisa Rodríguez, Miguelina  y Miguelito.
La profesora Luisa Rodríguez lo hizó en agradecimiento al buen trato que Doña Fermina siempre le brindo a la gente y en especial a las facilidades que le dio a las personas para obtener su comida durante el tiempo que faltaba del mes para que la persona no dejaran de comer, como también por su cumplimiento con los enfermos. 

   Doña Fermina, fue una mujer seria, trabajadora, responsable, cumplidora y esposa y madre ejemplar. Es así de esta manera que la recuerdan en la comunidad, una luchadora sin descanso fue, en la sociedad dominicana.   Que esta mujer dominicana sea de ejemplo para las jóvenes de este país y del mundo ya que también fue una madre amorosa y ejemplar.
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