De mansedumbre total,
aunque muy bravos y fuertes,
se los llama, con cariño,
los "ángeles de la muerte".Sos custodio del hogar;
de la mujer, compañía;
muy amante de los niños:
sos de mi patria nativa.
Cuando recibes la orden
"nos vamos de cacería",
llenas de fiesta a tu amo
y te vas con la jauría.
Así andas tras el rastro
que buscas con gran empeño
y pasas horas y horas
guapeando junto a tu dueño.
Por fin hallaste la pista
que te llevará al combate,
redoblando tus esfuerzos
para llegar cuanto antes.
Imponente jabalí
en el monte es ubicado,
apareándose los Dogos
para dejarle cercado.
Se origina cruenta lucha:
¡Es cuestión de vida o muerte!
perros y fiera se atacan
y defienden brutalmente.
Cada can hace su parte;
Dos prenden de los costados,
uno más sobre la oreja
y el suino queda estaqueado.
Con el facón en la mano
ya se acerca el cazador,
y lo pierde en la garganta
del feroz depredador.
Así combaten los Dogos
a ese salvaje porcino
que hace estragos sin igual
en los campos argentinos.
También con zorros y pumas
tienen escenas bravías
estos dignos perros nuestros
que vengan sus osadías.
¡Oh bravos Dogos Criollos,
que ya de noche o de día
son excelentes custodios
de esta tierra tan querida!
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Pero un día en Río Negro,
en fatal arremetida,
un puerco ataca furioso
al ver su sangre perdida.Se
dirige hacia tu amo...
Day de Trevelín lo mira:
tu instinto le está diciendo:
"corre, defiende su vida".
Sin vacilar un segundo
desesperado te acercas,
te interpones entre ambos
y... te da muerte la fiera.
Malherido, pero alegre
al ver a salvo a tu dueño
entregas tu cuerpo blanco
al más negro y largo sueño.
Seguro que agonizando
pensabas: "misión cumplida"
y así se cierran tus ojos;
así salvas una vida.
Sabías que morirías
con tu proceder loable,
pero ganaste la gloria
gran guardián insobornable
¡Maldito chancho dañino
que mil veces fue tu presa
cobraste caro el valor
que "Day" puso en la emergencia!
¡Qué triste fin te deseaste
desarrollando esa acción!
¡Qué hermoso acto de arrojo
ofrendó tu corazón!
Robusto, blanco, elegante,
guapo, noble y fiel amigo
valeroso Day de Trevelín,
que la paz sea contigo.
Ejemplo de amor y lucha,
de sacrifico e hidalguía,
de lealtad, de carácter,
de disciplina y valía.
Tu recuerdo siempre vive
como la llama votiva;
todos te lloramos
desde aquella despedida.
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