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Disciplina sin lágrimas | Cuidados en casa | Tareas en Casa



Bueno, en esta página participaremos activamente Jorge y Martha Piñón, integrantes de la familia Piñón Iñiguez. Nosotros estamos plenamente concientes de que la familia es el núcleo de la sociedad y que la educación de nuestros hijos es esencial para un buen desarrollo. Por eso, como padres preocupados, presentamos a continuación un artículo encontrado en una de esas revistas que nos dan para leer en los consultorios, mientras esperamos a ser recibidos por el médico, creemos que trae muy buenos consejos para nosotros los padres:

Disciplina sin lágrimas


"Se puede educar a un niño sin hacerlo llorar"
aseguran expertos en educación infantil

Lo primero que deben reconocer los padres cuando tienen su primer hijo es que se enfrentan a una de las tareas más complejas del mundo: la educación de un ser humano, para la cual nadie los preparó en forma adecuada.

Al planear la educación de sus hijos, los padres deben aceptar otras realidades, además de la anterior, como:

Los padres son seres humanos, de ahí su irremediable imperfección. Cometen errores e injusticias con sus hijos, pierden la paciencia y no siempre tienen la constancia que requiere una buena disciplina; pero esto no significa que sus errores sean irreparables ni que con ellos dañen a sus hijos. Se debe educar sin angustias y sin sentimientos de culpa.

Cada niño es diferente y, por tanto, requiere distintos grados de disciplina y atención; de cualquier forma debe ser flexible y adaptarse a las necesidades educativas del infante. Ame intensamente a su hijo y le será fácil educarlo. No es verdad que se eche a perder por exceso de amor. Se hace por cariño mal entendido y mal aplicado, no limite sin atención.

Con mucho amor y un poco de buena voluntad cualquier hombre o mujer puede convertirse en buen padre o madre, aplicando unas cuantas reglas prácticas que a continuación le damos.

La disciplina y educación deben iniciarse desde el día en que nace el niño. Sin embargo, nunca es tarde para empezar, y mucho menos para enmendar errores que se cometieron en el pasado.

Reglas Básicas


Fije límites muy claros, de principio a fin. Para que un niño o adolescente se sienta seguro, debe aceptar el principio de autoridad, saber que hay alguien mayor quien indica lo que debe hacerse. En la cuna, el bebé aprende pronto que sus padres no van a levantarlo cada vez que llore. Si está seco, limpio, cómodo y bien alimentado, no hay motivo para ello. El adolescente, por su parte, debe aprender que no puede ir a una fiesta sin el permiso de sus padres, y debe volver a la hora fijada por ellos.
Si hay varios chicos en casa, y alguno de ellos "olvida" con frecuencia las reglas del juego, es recomendable hacer un gran cartel con las normas de la casa y colgarlo en un lugar visible para todos.
Determine los castigos de común acuerdo con sus hijos. Si hay varios niños en casa y han empezado a crecer y protestar por las sanciones que se aplican, reúnalos, hable con ellos y pídales que ayuden a fijar los castigos que deben darse a cada falta y así fomentará la comunicación familiar.
Cuando se les ha pedido su opinión y les han dado la oportunidad de hacer sugerencias, los niños aceptan con más facilidad el castigo. Estos deben ser a base de prohibiciones y limitaciones, pero nunca humillantes, ni que atenten contra su integridad física.
Para que todos los recuerden, conviene también poner otro cartel con la lista de castigos para cada falta, determinados por padres e hijos.
Nunca recurra a los golpes para educar. Golpear a un niño significa dos cosas negativas: una, está reconociendo su incapacidad para enseñar por medios civilizados; dos, está abusando de su superioridad física en contra de un ser más débil.
No hay ningún padre que no haya sentido en algún momento el deseo de golpear a su hijo por sus actos. Sin embargo, el amor debe vencer siempre los sentimientos agresivos de furia e impotencia, que muchos niños tienen la habilidad de despertar en sus progenitores. En un pequeño apartado le damos seis reglas para dominar el impulso de golpear a sus hijos. Recuerde siempre que los golpes lastiman y no corrigen.
Eduque con aplausos no con críticas. Concéntrese en todo lo que su hijo hace bien y aliéntelo a seguir haciéndolo con su aprobación, aplausos y felicitaciones. Señálele sus errores cuando realmente sea indispensable. Hágale notar que critica sólo su actitud y mala conducta, y no a él, a quien sigue amando como siempre.
Haga un balance de su conducta para con sus hijos durante el día. Recuente las cosas que le dijo que había hecho bien y las que le corrigió. Su meta debe ser que las primeras siempre superen a las segundas.
No compare ni humille jamás a su hijo. Nunca trate de educarlo poniendo como ejemplo a otros niños. De eso, lo único que aprenderá es a tener una mala opinión de sí mismo. Tampoco lo corrija frente a sus amigos o personas mayores a quienes a él le importen mucho, como sus maestros. Espere a estar a solas con él para explicarle en forma tranquila su disgusto.
Sea consistente. Una de las ventajas de los carteles con las reglas y castigos es que ayuda a los niños a recordar lo que deben y no hacer, y a los padres a ser consistentes. no cambie las normas de acuerdo a su estado de ánimo, porque sólo logrará desorientar a su hijo.
Respete la individualidad del niño. No encasille a su hijo en moldes previamente concebidos por usted de lo que quiere que sea y cómo desea que se comporte. El tiene sus propias ideas y personalidad, y usted debe respetarlas.
No se deje manipular por su hijo. Esto es lo más difícil de lograr porque los niños tienen talento especial para "manejar" a sus padres casi sin mover un dedo, a base de "berrinches" y actos que los "sacan de sus casillas" (como negarse a comer)

¿Qué hacer cuando su hijo lo enfurece y siente deseos de golpearlo?

Golpee una pared, mesa o almohada mientras le pasa la furia.
Haga ejercicio o salga a dar una caminata.
Dése una ducha.
Llame por teléfono a un amigo y desahóguese con él si lo necesita.
Escriba una nota. Es difícil conservar la furia mientras se realizan actos tan sencillos como buscar una hoja de papel, una pluma o un lápiz y se concentra en lo que va a escribir.
Siempre que contenga la tentación de golpearlo felicítese mentalmente. Dominar los impulsos agresivos es un acto digno de alabanza.


Cuidados en casa


La mayoría de los accidentes de los niños ocurren en la casa. Por eso sugerimos tomas las siguientes medidas:


Ponga fuera del alcance de los niños las medicinas, incluyendo las que guarda en su bolso. También los encendedores, fósforos, productos de limpieza, etc.
Si son muy pequeños, no deje a la vista los caramelos duros.
Si está cocinando, ponga el asa de las ollas hacia adentro.
Saque del baño equipos eléctricos como la secadora o la máquina de rasurar
Revise la cuna o cama donde duermen, para que no haya sorpresas
Enseñe a sus hijos (a los 5 años ya son lo suficientemente maduros para hacerlo) a conectar correctamente las clavijas de los aparatos eléctricos, esto es, tomar la clavija por la parte del plástico sin tocar las partes metálicas con la mano derecha, mientras la mano izquierda la deberán poner en la espalda. (La razón de esto, es que si se llegaran a electrocutar la corriente pasaría a la pierna derecha y si la conexión la hace con la mano izquierda, la corriente llegaría directamente al corazón.) Muchas personas pensarán que es insensato enseñarles a los niños a conectar aparatos eléctricos a esta edad, pero haciendo esto se les quitará la tentación de meter objetos en los conectores, cosas que es mucho más riesgosa.


Tareas en casa


No subestime la ayuda de los niños en el hogar. Las tareas refuerzan el sentido de la responsabilidad y les van creando buenos hábitos desde muy temprano


A veces nos es más fácil recoger nosotras mismas los juguetes regados o hacer los lazos de los zapatos; pero hay que pensar que los niños pueden y deben participar en la medida de sus fuerzas en las tareas de la casa, es decir ser parte activa de la familia.

Un hermano o hermana mayor puede cuidar por un rato a su hermano más pequeño; eso incluso lo hará sentirse muy importante

Los niños de 2 y 3 años pueden recoger sus juguetes y ponerlos en un cajón. Los de 4 y 5 años pueden ayudar a poner la mesa, regar las plantas, arrancar hierbas malas, ayudar a doblar la ropa lavada y arreglar su cama.



Pues bien amigos, creemos que estos consejos nos ayudarán a ser unos mejores padres. Pronto también encontrarán en esta sección los derechos de los niños.



Saludos desde México!!!

email: la_familia Mexicana

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