ORÍGENES
La Comarca: Orígenes
Los orígenes de Pinilla, pese a todo, son inciertos. La culpa la tuvo la ocupación francesa en el S.XIX. Los invasores galos, que traían consigo sus ansias de imperio (aunque también de revolución ilustrada), quemaron los archivos históricos de Buitrago (que se guardaban desde 1555), con lo que se perdió mucha de la historia de todos estos pueblos serranos, al igual que ocurrió en otras zonas de España.
No obstante, sabemos que durante mucho tiempo estuvo unida a San Mamés, y no es sino en este siglo cuando pasó a pertenecer a la jurisdicción de Gargantilla del Lozoya.
Sabemos que los árabes entraron en la península en el 711 d.C., y así permanecieron teniendo a la Sierra como frontera natural a los reinos del Sur.
Toda esta zona fue abandonada en el año 1076, siendo tomada por Alfonso VI en 1083.
(Matilde Fernández Montes, en su libro Cultura Tradicional en la Comarca de Buitrago, nos regala un magnífico estudio documentado sobre historia y tradiciones de la zona. Me he tomado la libertad de tomar datos y unirlos a mi manera para hacer una breve historia que lleve hasta Pinilla de Buitrago).
Y mucho antes historiadores y eruditos proporcionan nuevos datos en forma de monedas con inscripciones ibéricas, restos romanos, islámicos, despoblados... La zona puede tener un atractivo arqueológico poco explotado.
En ella, existen yacimientos paleolíticos en pueblos como Pinilla del Valle (la otra Pinilla), Redueña (donde existe un posible núcleo paleolítico) o en cuevas cercanas a Patones (la cueva de las Avispas). Por contra, hay una ausencia casi total de restos neolíticos (Patones tiene algunos identificados, en la cueva del Aire).
La Sierra de La Cabrera bajo la bruma, donde nace la Somosierra.
Tenemos recuerdos de la Edad del Bronce y de la del Hierro en estos pueblos nombrados. Posiblemente Buitrago fue fundado durante esta última. Pero todavía los datos no nos llevan a Pinilla. Aún así, hay quien afirma que en Pinilla se llevaron a cabo rituales celtas (en alguno de sus característicos peñascos) (pero sin pruebas en la ciencia no llegamos a ningún lado).
Los romanos se concentraron especialmente en la Bética, y no dieron mucho interés a la Carpetania. Ésta, más bien, era una zona de comunicaciones, un punto de paso estratégico, paso obligado de las vías que atraviesan la meseta.
La presencia visigoda en Madrid esta muy poco documentada, pero pueblos como Buitrago y La Cabrera se enorgullecen de conservar unos mínimos restos arqueológicos.