CUARTO D E LOS NUEVE
Promesa duodécima: Que su amor omnipotente concederá a todos los que comulgen nueve primeros viernes del mes...
Meditación
Punto 1. Que su amor...Todo el conjunto admirable de bienes con que Jesucristo, Dios y Señor nuestro, ha favorecido al hombre; todo lo que ha hecho y hará en favor suyo, todo ha procedido del amor al hombre. Crió el cielo y la tierra; grabó en ellos rasgos hermosísimos de su poder, de su sabiduría, de su bondad, de su hermosura, de su inmensidad, de su providencia y así de los demás atributos y perfeccions divinas, que están como asomándose en todos y cada uno de los seres; su omnipotencia lo sacó todo de la nada, su sabiduría lo ordenó, su bondad lo hermoseó y su amor lo destinó todo a beneficio del hombre.¡Qué amor¡ ¡Qué dádivas, qué pruebas tan expresivas de amor¡...
Formó Dios el cuerpo de Adán del barro de la tierra, inspiró en su rostro el aliento divino, el espíritu de vida, y quedó hecho el hombre en alma viviente. Y le prefirió a todos los seres que viven en la tierra, constituyéndole como rey de la creación; y le dotò de entndimiento y corazón, capaces de conocerle y amarle y gozarle eternamente en la bienaventuranza de la gloria, y todo por amor al hombre. ¡Ah¡ me crió Dios porque me amó, y porque me amò, me crió. Y me dió altísimos destinos; me crió para alabarle y darle gloria; qué ocupación tan alta, tan propia de los coros angélicos; y para hacerle reverencia, imitando a los ángeles que, cubriendo su vista con las alas ante la majestad infinita de Dios, le hacen profunda reverencia; y me crió para servirle como criador: al Verbo divino humanado, como redentor, y al Espíritu Santo como santificador de mi alma; y lo que vale más, me crió para su gloria. ¡Qué bondad, qué magnificencia de amor¡ Y estos fueron los destinos y el fin que dió el Señor a Adán, y el que dió el Salvador del mundo a sus redimidos, a quienes tanto amó, que dió su vida por todos, y de su amor brotó la promesa que vamos meditando, de cuyo cumplimiento responde la omnipotencia del amor del Corazón de Jesús. ¡Qué promesa tan grandiosa, cuando el Salvador la garantiza con su omnipotencia divina¡ Tal es la perseverancia final, a la cual está ligada la corona de la gloria.
Punto 2.Que su amor omnipotente...Mucho dijo el sabio en alabanza del amor, cuando aseguró que era fuerte como la muerte. Fortis est mors dilectio (Cant.8. 6.). Y el amor deDios es tan fuerte en apartar de todo mal, como lo es la muerte para apartar de todo lo temporal: y es fuerte como la muerte, porque nadie puede resistir al impulso del amor, cuando es verdadero, como nadie puede resistir la muerte. Y es de notar que esta fortaleza del amor no es àspera ni amarga, sino que según San Agustín, todo lo hace suave el amor. Qui amat non laborat. El que ama no sufre. O como dice San Bernardo. Ubi amor est, labor non est, sed sapor. Donde hay verdadero amor, no hay trabajo, sino gusto y dulzura; todo lo endulza el amor.
Y de su naturaleza invicta nos testifica el Apóstol cuando dice a los Romanos (8.35.): ¿Quién nos podrá separar de la caridad de Cristo?¿La tribulación, la angustia, el hambre, la desnudez, el riesgo, la persecución, el cuchillo? Pero en medio de todas estas cosas triunfamos por virtud de aquel que nos amó. por lo cual, estoy seguro, que ni la muerte, ni la vida, ni los ángeles, ni la fuerza, ni la violencia...ni criatura alguna, podrá jamás separarnos del amor de Dios, que se funda en Jesucristo, nuestro Señor. El sagrado Corazón no se contentó con hacer firme su promesa con sola la fortaleza, propia del amor verdadero, sino que quiso hacerla infalible, clasificando a su amor de omnipotente: ¨ que mi amor omnipotente¨ ., dijo a la bienaventurada Margarita.
(Continua)