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para alabar , hacer reverencia y servir a Dios,nuestro Señor, y ésto mediante salvar el alma¨ . Es decir que, mediante el alabar, hacer reverencia y servir a Dios nuestro Señor, que es el fin de la presente vida,alcanza el de la eterna, que es salvar el alma, llevándola a la gloria. Y como los medios no sólo han de estar relacionados con el fin, sino unidos al mismo, resulta que sólo se salvará el que persevere en este servir y amar a Dios hasta el fin. ¡Qué gracia tan grandiosa reciben del Corazón de Jesús los devotos suyos, que se hacen acreedores a la gran promesa¡ Es tal, que a ella está prometida la gloria, a que dá derecho la gracia de la perseverancia final, y no como quiera, sino como galardón y corona de justicia, prometida a todos los que pelean legítimamente las batallas del Señor sirviéndole y amándole hasta el fin. El que perseverase hasta el fin, recibirá la corona inmortal de la gloria, y más claro y expreso aún: no será coronado sino el que pelee legítimamente. Non coronabitur nisi qui legitime certaverit (2da. Tim.2.5.). Pues si consideramos ahora lo poco que pide a sus devotos el divino Corazón para hacerse acreedores a gracia tan relevante, se verá otra vez campeando la grandeza de la promesa, al lado de la pequeñez de los medios que se piden para alcanzarla, y lo inexcusables que serán todos los hombres a quienes haya llegado la noticia de la gran promesa, en particular los devotos del Corazón sagrado, si no han procurado aprovecharse a tan poca costa de un beneficio tan grande e incomprensible como es la perseverancia final, que equivale al premio de la gloria eterna. Y se dice a tan poca costa, porque si se pidieran por cualquier grado de gracia, por pequeño que fuera, grandes dispendios, mortificaciones, sacrificios y humillaciones, aún así sería muy poco pedir por el menor grado de gracia que vale mil mundos, porque su valor es en cierto modo infinito; y vale infinitamente más que cuanto el hombre por sí puede ofrecer, porque todo ello es tan pequeño como lo es él, impotente para todo bien sobrenatural, para lo cual basta pensar como conviene, necesita el auxilio de la divina gracia.Devoto del divino Corazón, si para merecer el menor grado de gracia no bastarían las dádivas de millones de mundos; si tampoco los sacrificios y humillaciones puramente humanos de todos los siglos, ¿cuánto valdrá y merecerá lo sumo de la gracia, la gracia de las gracias, cual es la perseverancia final? ¡Ah¡ medítalo bien, y que la dá el Salvador por medio de gracias mayores que las de la promesa; que mayor gracia es darse Él nueve veces en comida y alimento en la Eucaristía, que dar el cielo al bienaventurado, que es lo que ofrece a sus devotos en la duodécima promesa Admira tanta bondad y procura con todo el empeño posible hacerte acreedor a promesa tan dichosa. Punto 3.No morirán en pecado...Morir en pecado es la mayor de las desdichas y la mas horrible de las desgracias que pueden venir sobre el hombre. es tan grande y tan lamentable desastre, que supera todo entender humano, no sólo porque nunca podrá el hombre formar aquí idea cabal de la malicia que encierra en sí un solo pecado mortal, el cual, por ir contra Dios, es en cierta manera infinita; pero ni podrá conocer tampoco lo que es condenarse, y para siempre; porque tendría que conocer lo que es morir con muerte eterna, y vivir eternamente muerto, y eternamente atormentado: como tampoco conocerá nunca los bienes que perdió, y para siempre, y el número e intensidad de los males que caerán sobre él en los abismos eternos. ¡Ah¡ El que así muere, no sólo dá el adiós al mundo, a sus pompas y vanidades, y para siempre; no sólo dá el adiós a su familia, sus tesoros, sus títulos y honores mundanos, y para siempre, sino que le dá (continua) |
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Carátula Bulteno | Karatula | |||||||||||||
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