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absoluciones sacramentales que repite con frecuencia en aquella hora suprema; la recomendación del alma, ¿qué extraño será que con tantos auxilios espirituales, si el enfermo está en sí, y conserva viva la devoción al sagrado Corazón, al ver que todo le viene por la devoción, exclame lleno de reconocimiento, de gratitud, y en la apacible unión estrechísima con Él, lo que en caso análogo dijo la Beata Margarita?, ¿Qué dulce es morir en el Corazón de mi Dios, gloria eterna de mi alma¡¡Ah¡, todos estos consuelos podemos decir que encierra y comunica la duodécima promesa del divino Corazón.
Devoto suyo,  no te contentes con sólo pretender para tí consuelos como los que estas meditando, acuerdate que la devoción misma, mediante la cual tú recibes tantos beneficios, te impone por caridad el deber de extenderla, y al hacerlo así, harás participantes a cuantos atraigas, a las gracias y premios de la duodécima promesa, que como sabes dá la perseverancia final, y la gloria. Qué gloria tan grande para tí traer almas al divino Corazón, sediento de ellas; qué gloria llevarlas contigo a la gloria para mayor del Corazón de Jesús.
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Carátula Bulteno Karatula
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