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POR LA SOBERANIA Y LA UNIDAD DE LOS PUEBLOS
DE AMERICA LATINA Y EL CARIBE

La crisis del neoliberalismo en América Latina y el nuevo proyecto histórico

Por Heinz Dieterich

Continua.....

En El Salvador el esquema también es muy inestable porque acaba de perder las elecciones el Partido de los Escuadrones de la Muerte (Arena), el FMLN ahora ganó la mayoría de los votos frente a los otros partidos, probablemente una coalición de los dos partidos de derecha va a mantener a la derecha en el poder, pero lo que está ocurriendo es significativo. Hay otra cosa significativa allá que no debemos dejar de mencionar: es el alto abstencionismo, en las elecciones de El Salvador el 63% de la población no fue a votar. En todas las elecciones, desde los acuerdos de paz en 92, el abstencionismo estuvo entre 52 y 63% de la población. Esto quiere decir que mucha de la gente no va, porque ni la derecha ni el exfrente guerrillero ofrece una alternativa real. Pese a eso la votación tiene cierta significancia. Entonces si seguimos con Honduras, Guatemala, no hay situaciones estables, consolidadas en función del esquema que Estados Unidos ha tratado de implantar en su patio trasero.

Entonces, siéntense ustedes en la silla del Pentágono, en Washington, o en la Casa Blanca y miren el sistema hacia abajo y obviamente se les erizan los pelos porque la mayor reserva de petróleo, fuera de Medio Oriente, está en Venezuela, y agreguen a esto la reserva de México. Es claro que esta es una zona estratégica.

El concepto de soberanía que es posible hoy.

El proyecto de Venezuela nos vincula a un problema de la nación, de la nacionalidad y de la soberanía posible hoy día. Bolívar era muy visionario cuando decía que la América tenía que ser la Patria de todos los americanos organizada en varias confederaciones grandes, porque aunque había salido del colonialismo español podía caer en el colonialismo de las potencias emergentes como Inglaterra, Francia o Estados Unidos, y que el único remedio frente a ese peligro era la confederación.

Por supuesto los intereses de las élites criollas locales fueron más fuertes, los representantes de la vanguardia republicana, aunque con nociones monárquicas como San Martín, pero en general los representantes de la vanguardia republicana que logró la independencia como Bolívar, como Hidalgo, Morelos, Artigas en Uruguay, como San Martín, fueron asesinados o fueron exiliados, porque el proyecto del futuro, el proyecto histórico de las élites criollas no era compatible con el proyecto histórico de esa vanguardia republicana. El proyecto histórico de esa vanguardia republicana era el instalar democracias burguesas que funcionaran, de liberar a la población indígena y a los esclavos, cambiar las relaciones de producción.

En América Latina no había jacobinos ni tampoco había una burguesía capaz de realizar ese proyecto y, en consecuencia, las oligarquías semifeudales, excolaboradoras y aliadas del colonialismo español se quedaron con el poder y, como se habían vendido a los dueños españoles se volvieron a vender a los nuevos amos del sistema mundial: a Inglaterra y a Estados Unidos. Las consecuencias están a la vista, por cierto ha habido múltiples intentos tanto de los pueblos como de vanguardias esclarecidas de romper esas cadenas, pero todos han fracasado.

Y hoy día aparece por última vez una oportunidad de que se constituya América Latina en sujeto de la historia y deje de ser un objeto determinado por los intereses de la globalización del primer mundo. Porque no hay que caer en el error de pensar que la "globalización" que vivimos es la primera globalización. Ya antes hubo otras. La primera globalización fue la invasión europea de 1492; y todas las siguientes, podríamos diferenciar cuatro o cinco, han tenido el mismo contenido: estructurar las colonias y después las neocolonias a las nuevas tecnologías de producción y apropiación de los productos, a las nuevas necesidades de operadores humanos en beneficio de las empresas transnacionales. Las formas y las tecnologías han cambiado pero los mecanismos han seguido igual.

Ustedes saben que hubo una fase en la historia latinoamericana que se llama la fase anárquica, de 1820 más o menos a 1850-60, en la cual la mayoría de los países latinoamericanos viven guerras civiles en las que se enfrentaron los neoliberales de entonces y las fuerzas nacionalistas. Dos proyectos de desarrollo de su patria, uno, la reproducción ampliada sobre el mercado mundial, los neoliberales y, por otra parte, la concentración en las fuerzas propias. Y en todos los países, con excepción de Paraguay, las fuerzas nacionalistas pierden esas batallas. Los Montoneros, en Argentina, y en todas partes menos en Paraguay.

Paraguay se establece como modelo de desarrollo sobre el mercado nacional, se convierte en el segundo país más avanzado de América Latina a finales del siglo XIX, segundo país que tiene línea telegráfica, que tiene línea de ferrocarriles. Entonces hay una alianza de Brasil, Uruguay y Argentina financiada parcialmente por el Banco de Londres. Destruyen ese modelo de desarrollo independiente.

Si ustedes leen la Declaración de Victoria, después de cinco años de carnicería, la Declaración de Victoria de nuevo gobierna el Paraguay, es como si ustedes leyeran una declaración de los neoliberales de hoy. Si lograran algún día acabar con la Revolución en Cuba ustedes podrían tomar ese discurso del nuevo gobierno de Paraguay como paradigma para lo que se tiene que decir en La Habana. Y ahora va a empezar el futuro, decían, ahora vamos a tener el apoyo de las fuerzas civilizadoras del primer mundo, los europeos y Estados Unidos van a venir con su capital, con su tecnología, con su conocimiento. Ahora empieza una era de progreso, de paz y de civilización. Y hasta hoy día Paraguay ha sido uno de los cotos de explotación más feroz de las oligarquías criollas del capital internacional.

Entonces, los neoliberales no representan algo nuevo, representan esa continuidad de lucha entre dos proyectos de la Patria Grande. Un proyecto en el cual, como huérfanos, como menores de edad -como decía la Corona Española-, necesitan de las guerras del primer mundo para avanzar. Y otro proyecto basado en gente como Simón Rodríguez y Simón Bolívar, obviamente Martí, de confianza en las fuerzas propias para constituirse como sujeto.

América Latina frente a dos imperialismos.

¿Cómo está esa situación actualmente? Es obvio que Estados Unidos no va a permitir que su sistema se derrumbe, ustedes han visto que hay una dinámica en la política mundial desde el Estado nacional hacia el Estado regional. La razón de ser de la Unión Europea es esa. La Unión Europea se convierte, de un concierto de acuerdos económicos empezando a finales de los años cuarentas, en un nuevo Estado imperialista con la fuerza de Estados Unidos. A partir de 1992, los llamados convenios de Maastritch, ahí nace el Estado unificado imperialista europeo que está pasando rápidamente a formar una clase política dominante unificada, una política exterior imperialista unificada, como se expresa muy claramente en Kosovo.

La reacción de Estados Unidos frente a ese bloque europeo, fue el Tratado de Libre Comercio con de Canadá y de México. El cálculo era muy claro. Estados Unidos decía, nosotros tenemos como 250 millones de habitantes, los europeos van a tener alrededor de 320 millones; entonces para poder competir con ellos necesitamos ampliarnos, con Canadá y México. El proceso no terminó ahí, la Unión Europea después se extendió hacia Oriente, Hungría, la República Checa, Polonia, para integrar hasta Rusia; en total iban a tener como 500 millones de habitantes.

La guerra de Kosovo tenía un corolario interesante, Tony Blair decía: ahora después de que hayamos ganado la guerra, necesitaremos del espíritu del Plan Marshall, el de la reconstrucción de Europa después del 45. El espíritu, la visión y los recursos del plan Marshall, porque tenían que reconstruir las naciones de la zona de los Balcanes e integrarlas en la Unión Europea. Es decir, los europeos se tragan cada vez más zonas aledañas para reforzar la Unión Europea y, con visión hacia un conflicto mundial con los países del tercer mundo, integran esos países en la OTAN.

La integración de Polonia, de Bielorrusia, etcétera, en la OTAN, tiene esa función, que los conflictos del futuro posiblemente van a ser con países fuertes como China, la India, etcétera, y para ese fin el imperialismo europeo necesita integrar a todos los europeos posibles, junto con Estados Unidos en la OTAN.

Entonces, Estados Unidos ve ese proceso de expansión continua de los europeos y dice, cuidado, nos van a comer el mandado; vamos a seguir expandiéndonos también. ¿Pero hacia dónde nos expandimos? Sólo queda América Latina, América del Sur, y entonces nace el proyecto del ALCA, del Acuerdo de Libre Comercio en América, que es la extensión del TLC, hasta Argentina. Y ahora, entre los dos imperialismos se desata la carrera, ¿quién se traga el botín de América Latina?

Los europeos hacen la reunión de Río, el año pasado, y deciden que para el año 2003 quieren tener un Tratado de Libre Comercio con América Latina. ¿Para qué?, para tragársela, obviamente. Los gringos se dan cuenta, los europeos van a intentar quedarse con todo esto. Y ellos, que originalmente habían dicho que su Acuerdo de Libre Comercio (ALCA), debería cubrir todo el continente en el año 2005, ahora adelantan sus tiempos y, en este año 2000 se han replanteado que para el año 2001 ya quieren tener concluido un acuerdo con todos los países latinoamericanos. Es decir, los tiempos de las élites mundiales dominantes son muy claros. Los europeos quieren proteger sus intereses comerciales en América Latina mediante un Tratado de Libre Comercio que se consume en el año 2003; los gringos quieren adelantarse y hacer lo mismo, si se puede, antes del 2003 y si no para el año 2005.

La actual estrategia estadounidense frente a América Latina.

Entonces, ¿qué política va a seguir Estados Unidos frente a esas amenazas: un gobierno nacional-popular en Venezuela, la situación de Colombia, de Ecuador, de Nicaragua, etcétera? Obviamente la estrategia que han escogido es tratar primero con Colombia; Estados Unidos no puede enfrentarse al mismo tiempo al proceso revolucionario venezolano y al proceso revolucionario colombiano, porque pondría en armas toda esa zona. Entonces obviamente han escogido pacificar primero a Colombia para después pasarse a Venezuela.

Ustedes han visto que la posición de Washington frente a Venezuela ha sido ambigua, no han sido directamente agresivos, ha habido advertencias, pero en este momento no están en condiciones de enfrentarse directamente al gobierno de Chávez. Sin embargo, si el gobierno de Chávez gana las elecciones de Mayo, entonces la cosa ya va a necesitar mucho más. Y si el movimiento venezolano es serio, con el uso del petróleo para su pueblo y una política nacional independiente en el exterior, podríamos enfilarnos hacia una trayectoria de tipo Allende en Chile.

Y hay que ser muy realistas en esto, voy a decir absolutamente seguro, que lo primero que está haciendo Estados Unidos ya desde hace mucho tiempo es tratar de organizar una fracción golpista en las fuerzas armadas venezolanas, y si gana el gobierno las elecciones y si no traiciona el proyecto, van a desestabilizar su economía como hicieron en Chile, etc.

Entonces Colombia es el primer punto. En Colombia está muy clara la situación. Aquí otro compañero va a desarrollar específicamente el tema de Colombia hoy por la noche, por lo tanto, yo voy a ser muy breve; el embajador yugoslavo también me parece que va a hablar de esto mañana sobre el asunto de Kosovo. Sin embargo, yo quiero decir que en el caso de Colombia Estados Unidos va a seguir el modelo de Kosovo. Estados Unidos no repetirá el error de Vietnam; no son tontos. Es una idea equivocada pensar que el imperialismo no aprende, el imperialismo aprende muy bien, muchas veces mucho mejor que la izquierda, muchas veces está muy adelantado en sus análisis y comprensión de las cosas, mucho más que la izquierda. La estrategia que están utilizando ya en Colombia es básicamente la misma que en Kosovo y la misma que utilizaron ya antes en Centroamérica.

Yo creo que se puede comparar la intervención estadounidense en Colombia en este momento con la intervención en El Salvador, en 1984. En 84 prácticamente el ejército de El Salvador estaba liquidado, era cuestión de poco tiempo para que la guerrilla tomara el poder. Los gringos intervinieron mejorando la fuerza aérea, tomando directamente a su cargo la reorganización de las fuerzas armadas, el entrenamiento de fuerzas especiales y todo este tipo de cosas de "inteligencia". No podían derrotarlo, pero impidieron que triunfara el movimiento popular.

 
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