tangos / poesía / cuentos / clásicos / notas / volver

Vincent Van Gogh

Artículo: “El mundo de Van
Gogh” Mario De Micheli

1º de septiembre de 1888.

Yo siento que aun ahora mismo, podría ser un pintor completamente distinto, si fuera capaz...de superar la cuestión de los modelos -, pero siento también la posibilidad de embrutecerme y de ver pasar la hora de la potencia de la producción artística, como en el curso de la vida uno pierde sus cojones...
Te envío hoy 3 volúmenes de Balzac -, esto es en verdad un poco viejo, etc., pero lo de Daumier y lo de Lemud no es más feo por pertenecer a una época que no existe ya. En fin, estoy leyendo ahora El inmortal de Daudet, que encuentro muy bello, pero muy poco consolador.
Creo que me veré obligado a leer un libro sobre la caza del elefante, o un libro absolutamente mentiroso de aventuras categóricamente imposibles de, por ejemplo, Gustave Aimard, para hacer pasar la aflicción que va a dejarme El inmortal.
Precisamente porque es tan bello y tan verdadero, al mismo tiempo que hace sentir la nada del mundo civilizado. Sin embargo, debo decir que como fuerza real prefiero su Tartarín. Muchos recuerdos a nuestra hermana y gracias otra vez por tu carta .

Ayer también he pasado el día con este belga que tiene como nosotros una hermana en las veintistas. No hacía buen tiempo, pero era un día muy apropiado para la charla; nos hemos paseado y además hemos visto por igual cosas muy bellas en la corrida de toros y fuera de la ciudad. Hemos hablado más seriamente del plan, porque si yo conservo una vivienda en el Mediodía, él debería establecer una especie de parada en las carbonerías. Que entonces Gauguin y yo y él podríamos en los casos en que la importancia de un cuadro motivara el viaje, cambiar de sitio -ya estando en el Norte, pero en lugar conocido, donde se tenga un amigo, ya en el Mediodía.
Lo verás dentro de poco, a este hombre de aspecto dantesco, porque va a ir a París, y alejándolo -si hay sitio libre- le harás un bien; es de aspecto muy distinguido y lo llegará a ser, creo, en sus cuadros.
Le gusta Delacroix, y ayer hemos hablado mucho de Delacroix, precisamente él conocía el esbozo violento de la Barca de Cristo. Y bien, gracias a él, tengo por fin un primer bosquejo de este cuadro, que sueño desde hace tanto tiempo: el poeta. Me lo ha posado. Su fina cabeza con los ojos verdes se destaca en mi retrato sobre un cielo estrellado ultramar profundo; el traje es una pequeña chaqueta amarilla, un cuello de tela cruda, una corbata abigarrada. Me ha hecho dos sesiones en una sola jornada...
Encargué dos marcos de roble para mi nueva cabeza de aldeano y para mi estudio del Poeta. ¡Ah! ... mi querido hermano, alguna vez sé perfectamente bien lo que quiero. Puedo muy bien en la vida y también en la pintura privarme de Dios, pero no puedo, sufriendo, privarme de algo más grande que yo, que es mi vida, la potencia de crear.
Y si frustrado en esta potencia físicamente, se busca crear pensamientos en lugar de niños, por esto, sin embargo, se está bien dentro de la humanidad.
Y en un cuadro, yo quisiera decir algo consolador como una música. Quisiera pintar a los hombres o a las mujeres con no sé qué de eterno, de lo que en otro tiempo el nimbo era el símbolo, y que nosotros buscamos por el centelleo mismo, por la vibración de nuestros coloridos.
El retrato así concebido no se asemeja a uno de Ary Scheffer, porque hay un cielo detrás, como en el San Agustín. Como colorista, Ary Scheffer lo es muy poco.
Pero esto estaría más bien de acuerdo con lo que buscó y encontró Eug. Delacroix en su Tasso en prisión y tantos otros cuadros, que representan un hombre verdadero. ¡Ah!... ¡el retrato, el retrato con el pensamiento, el alma del modelo, esto me parece de tal manera que debe venir! ... El belga ha dicho que ellos tienen en su casa uno de Groux, el bosquejo del Benedicite del museo de Bruselas...
Estoy así siempre entre dos corrientes de ideas; las
primeras: las dificultades materiales, volverse y revolverse para crearse una existencia, y después: el estudio del color. Siempre tengo la esperanza de encontrar algo allí dentro. Expresar el amor de dos enamorados por la unión de dos complementarios, su mezcla y sus oposiciones, las vibraciones misteriosas de los tonos aproximados. Expresar el pensamiento de una frente, por el resplandor de un tono claro sobre un fondo oscuro.
Expresar la esperanza por alguna estrella. El ardor de un ser por la radiación del sol poniente. Cierto que allá no está el espejismo realista, pero, ¿no es una cosa realmente existente?.


8 de septiembre de 1888.

En fin, con gran júbilo del posadero, del cartero al cual ya he pintado, de los vagabundos visitadores nocturnos y de mí mismo, he velado pintando durante 3 noches, acostándome durante el día. A menudo me parece que la noche es mucho más viva y de colorido más rico que el día. Ahora, en lo tocante a recobrar el dinero pagado al posadero por mi pintura, no insisto, porque el cuadro es uno de los más feos que haya hecho. Es equivalente, aunque distinto, al de los que comían patatas.
He tratado de expresar con el rojo y el verde las terribles pasiones humanas.
La sala es rojo sangre y amarillo apagado, un billar verde en el medio, 4 lámparas amarillo limón con un resplandor anaranjado y verde. Hay por todas partes un combate y una antítesis de los verdes y rojos más distintos, en los personajes de los pilluelos dormilones; en la sala vacía y triste, el violeta y el azul.
El rojo sangre y el verde amarillento del billar, por ejemplo, contrastan con el ligero verde tierno Luis XV del mostrador, donde hay un ramo rosado. Los vestidos blancos del patrón, que vela en un rincón de esta hornaza, se vuelven amarillo limón, verde pálido y luminoso...
Me ha causado un gran placer que Pissarro encontrara algo en la Jeune fille. ¿Es que Pissarro ha dicho algo del Sembrador? Más tarde, cuando haya llevado más lejos estas búsquedas, el Sembrador será siempre el primer ensayo en este género. El Café nocturno continúa al Sembrador, así como la cabeza del viejo aldeano y del poeta, si llego a hacer este último cuadro.
Ocurre que no es un color localmente verdadero desde el engañoso punto de vista realista, sino un color sugestivo de una emoción cualquiera de ardor de temperamento.
Cuando Paul Mantz vio en la exposición, que nosotros hemos visto en los Campos Elíseos, el bosquejo violento y exaltado de Delacroix: la Barca de Cristo, se fue y luego exclamó en su artículo: «yo no sabía que se podía ser tan terrible con el azul y el verde».
Hokusai te hace lanzar el mismo grito, pero él con sus líneas, su dibujo, cuando dices en tu carta: estas olas son garras, la nave está presa allí dentro, uno lo siente.
Y bien, el que hiciera el color exacto o el dibujo exacto, no provocaría esas emociones.

Tendremos, para alquilárselo a alguien, el más bonito cuarto del piso alto, que yo trataría de arreglar tanto como fuera posible, como un cuarto de mujer realmente artístico.
Después, mi dormitorio, que quisiera excesivamente simple, pero con muebles cuadrados y anchos: la cama, las sillas, la mesa, todo de madera blanca.
Abajo, el taller y otra pieza, taller igualmente, pero al mismo tiempo cocina.
Verás un día u otro un cuadro de la casita, hasta en pleno sol, o bien con la ventana iluminada y el cielo estrellado.
En adelante podrás creerte poseedor, aquí en Arlés, de tu casa de campo. Porque estoy entusiasmado con la idea de arreglarla de una manera que tú estés contento y que esto sea un taller en un estilo absolutamente como uno lo quiere, así pongamos que dentro de un año vienes a pasar unas vacaciones aquí y en Marsella; esto quedará listo para entonces, y la casa estará, a lo que me propongo, llena de pinturas de arriba abajo.
El cuarto donde te alojarás entonces, o donde estará

Gauguin, si G. viene tendrá en las paredes blancas una decoración de grandes girasoles amarillos.
Por la mañana, al abrir la ventana, se ve el verdor de los jardines, la salida del sol y la entrada de la ciudad...
En mi cuadro Café nocturno, he tratado de expresar que el café es un sitio donde uno puede arruinarse, volverse loco, cometer crímenes. En fin, he tratado por los contrastes de rosa tierno y del rojo sangre y borra de vino, del suave verde Luis XV y Veronés, contrastando con los verdes amarillos y los verdes azules duros, todo esto en una atmósfera de hornaza infernal, de azufre pálido, de expresar algo así como la potencia de las tinieblas de un matadero.

Y sin embargo, bajo una apariencia de alegría japonesa y la bondad del Tartarín...

De momento, no tengo más que el Sembrador o el Café nocturno que sean ensayos de cuadros compuestos.


10 de septiembre de 1888.

Las ideas para el trabajo me vienen en abundancia, y esto hace que aun estando aislado no tenga tiempo de pensar o de sentir; sigo pintando como una locomotora...
Tengo un estudio del viejo molino, pintado a tonos quebrados como el Roble sobre el peñasco, ese estudio que tú decías haber enmarcado con el Sembrador.
La idea del Sembrador me sigue acosando aún. Los estudios exagerados como el Sembrador, como ahora el Café nocturno, me parecen atrozmente feos y malos por lo general, pero cuando estoy emocionado por cualquier cosa, como este pequeño artículo sobre Dostoievsky, entonces son los únicos que me parecen tener una significación más seria. Tengo ahora un tercer estudio, de un paisaje con una fábrica y un sol enorme en un cielo rojo sobre los techos rojos, donde la naturaleza parece estar encolerizada un día de mistral terrible.

Extraído de Cartas a Théo. Vincent Van Gogh. Idea Book S.A. 1998 Barcelona España-

 


La noche estrellada
1889

Maestros de la pintura. Editorial Origen

Interior de café, de noche
1888

Maestros de la pintura. Editorial Origen

Naturaleza muerta de las botas
1887

Maestros de la pintura. Editorial Origen

Naturaleza muerta: girasoles
1887

Maestros de la pintura. Editorial Origen

La plana de la Crau
1888

Maestros de la pintura. Editorial Origen

Florero con girasoles
1888

Maestros de la pintura. Editorial Origen

La silla de Van Gogh en Arles
1888
Maestros de la pintura. Editorial Origen


Sala en el hospital de Arlés
1889
Maestros de la pintura. Editorial Origen


La habitación de Van Gogh
1889
Maestros de la pintura. Editorial Origen


Autorretratos

tangos / poesía / cuentos / clásicos / notas / volver