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La Argentina tiene condiciones climáticas buenas para el caracol
Las zonas más aptas son el Litoral, La Pampa, Neuquen, el Alto Valle de Río Negro, la Mesopotamia y todo el Gran Buenos Aires, menos las partes inundables. "Pensamos que, en 20 años, se quintuplicará la demanda actual, que hoy no se llega a abastecer. Eso habla de las oportunidades que tiene la Argentina, especialmente en esta época de crisis donde se pueden buscar nichos de producción".
¿Dañinos? "lo absurdo es que en la Argentina los caracoles
son considerados dañinos, mientras el gobierno italiano hace propaganda para
incrementar la explotación mediante concesiones tributarias".
Se ha constituído la Asociación Nacional de Helicicultores, (cría y engorde de caracoles) en una asamblea realizada en el partido de Coronel Brandsen (provincia de Buenos Aires) y en cuya constitución participó la Agencia INTA Cañuelas, junto a otras Instituciones del que hacer rural bonaerense.
Los fines específicos de la Asociación son:
Promover por todos los medios el consumo del caracol para gastronomía.
Coordinar directa o indirectamente el mejor posicionamiento económico de los caracoles producidos en Argentina y de las granjas helicícolas integrantes de esta Asociación.
Orientar a los asociados en la elección del método y el mejor momento para la oferta y la venta en el mercado y acopio del producto.
Crear una denominación de origen y de valorización de las varias especies de helícidos para el consumo humano.
Promover y divulgar la experimentación científica en este campo específico.
Representar a los asociados ante organizaciones y entes privados y públicos que tengan afinidad de metas con los fines de esta Asociación, así como ante entes económicos de derecho público que regulen el mercado de productos agrícolas.
Buscar la mejor coordinación con organizaciones que operan en el sector alimentario.
La
idea constitutiva de esta Asociación, en la que participan expertos criadores
bonaerenses, es la de incorporar a todos aquellos helicicultores de otras
provincias que quieran colaborar con el logro de un adecuado desarrollo de esta
actividad. Para ello se propone que funcionen Delegaciones Provinciales que
comprendan a Delegaciones Municipales y que envíen representantes para
constituir las asambleas de la Asociación que decidan su destino.
Uno de los
objetivos es que las agrupaciones de los productores de las distintas provincias
sigan un modelo de Estatuto similar al confeccionado para el funcionamiento de
la nueva Asociación.
Entre
las producciones animales, la cría del caracol está recibiendo una creciente
atención mundial en los últimos años debido a los altos precios que se pagan
en el mercado mundial y al continuo aumento en su demanda. Los países de la
Comunidad Europea, como Francia, España, Italia, Alemania o Suiza son los que
registran un mayor consumo, a los que podemos agregar Japón y Estados Unidos,
quien ha duplicando su demanda en los últimos diez años. Las poblaciones
naturales de caracoles -que eran la base del suministro comercial en estos países-
están sufriendo una alarmante y continua disminución y, en algunas regiones,
ya han sido diezmadas como consecuencia de la recolección masiva e
indiscriminada. El uso de productos tóxicos en la agricultura y ganadería
(herbicidas, fungicidas, insecticidas, etc.) y la reducción de su hábitat
natural por el uso de las tierras para otros fines agraba aún más la situación.
Como consecuencia la cría en cautiverio de este molusco es una necesidad
ineludible, como lo demuestran las instalaciones de granjas caracoleras que se
están realizando desde hace años en Europa que, aunque han alcanzado importantísimos
volúmenes de producción, no son suficientes para cubrir la gran demanda
interna. Francia, por ejemplo, un país con más de 50 millones de habitantes,
tiene un consumo de entre medio y un kilogramo por persona por año. Su producción
total -entre recolección y criadores- no llega a abastecer su mercado, debiendo
importar más de un veinte por ciento de este producto. Esto deja una brecha de
mercado muy interesante para cualquiera que quiera encarar la producción de
caracoles, a lo que corresponde agregar la demanda de los otros países
mencionados. En Argentina estos moluscos se diseminaron por toda la pampa húmeda
traídos por los primeros inmigrantes europeos y se lo encuentra como habitante
común en la mayoría de nuestros jardines, campos y huertos. Este caracol común
es el llamado Helix Aspersa -el Petir-gris de los Franceses- siendo para el país
galo un producto gastronómico de excelencia y uno de los más requeridos en los
mercados internacionales por la calidad de su carne. El caracol es rico en proteínas
(del 13 al 15 % de su peso), tiene un elevado contenido en minerales (de 1,4 a
1,8 %) entre los que se encuentran el calcio, magnesio, hierro, zinc y cobre. Su
escasa proporción de lípidos, de sólo 0,55 a 0,65%, es muy inferior al de las
otras carnes. La cría de caracol será a corto plazo una de las producciones
animales más rentables, si se la realiza con el cuidado y la tecnología
adecuadas. Hay que considerar, además, que la inversión inicial para esta
actividad es una de las más bajas y que nuestro caracol es el que mejor se
adapta para la producción por su rusticidad y resistencia a la cría en
cautiverio. En la Argentina varios profesionales vienen trabajando desde hace años
en el desarrollo de distintos sistemas de cría, por lo que el país cuenta con
el conocimiento necesario para llevar a cabo este tipo de emprendimientos.