Cuando aparece la necesidad de acudir a un
psicólogo, la primer pregunta que surge es ¿a quién?.
¿Cómo elegirlo?, ¿qué cualidades deberá
buscar?, ¿qué modalidad terapéutica es mejor?…
Su terapeuta debe ser una persona a la que usted le
tenga fe, que le inspire confianza.
Debe interesarse en lo que usted cuenta y ser
humanamente sensible. Debe prestar atención de igual manera a sus
aspectos sanos y como a los enfermos.
El objetivo de su terapeuta debe ser ayudarlo a
usted a que se sienta mejor, más dueño de sí mismo, a que pueda
comprenderse y conocerse mejor.
Comenzar una terapia supone un arduo esfuerzo, muy
parecido al esfuerzo que implica vivir.
Hay momentos de alegrías y otros dolorosos,
diferentes puertas que se abren en busca de una alternativa para que
usted resuelva sus conflictos y establezca una alianza con sus propios
recursos sanos.