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HAY COSAS QUE NUNCA SE PIERDEN Cuando la conocimos personalmente, bajita, de hablar pausado, casi siempre sonriente, nos preguntábamos de dónde la fortaleza y el porqué de la sonrisa. Habían pasado más de 22 años de búsqueda incesante, de pistas falsas, de puertas cerradas, de provocaciones y ella continuaba incansable viajando permanentemente a Buenos Aires donde él nació y ella le cambió los pañales por espacio de 20 días. Luego de charlar con ella al aire o personalmente nos quedábamos pensando qué se puede llegar a sentir sobre la falta de un hijo, que todo indicaba que estaba con vida (un botín de guerra) y que había militares en conocimiento de su suerte. Rabia, impotencia, indignación aparecían siempre en nuestro pensamiento; y Sara ¿qué sentía? La veíamos tranquila, analizando con su compañero los pasos a seguir. Segura que debía continuar recorriendo en forma por demás activa los laberintos de la justicia y que cuanta más gente se enterara de sus acciones, más posibilidades había de obtener algún dato más contundente. Casi 10 mil días tuvieron que transcurrir para volverlo a conocer. ¿Es como se lo imaginaba?, ¿el timbre de voz le trajo algún sonido conocido? Su forma de actuar y pensar ¿tendrá algo que ver con las preocupaciones de Sara y Mauricio? Una relación nueva se está gestando. Conociendo su fortaleza hará lo posible para que se estrechen los lazos, ¿y la sonrisa? Seguramente ya se la habrá hecho notar a Simón, por eso la venía ejerciendo durante todos estos años de búsqueda. |