La Virgen María y los Santos
San
Luis María Grignion de Monfort
Ante
todo, es un misionero. Especie de profeta popular que recorre los caminos de
Francia con un sombrero bajo el brazo; en la mano un bastón, coronado por
un crucifijo o una estatuilla de la Virgen; a la espalda una mochila en la
que lleva su Biblia, su breviario, su cuaderno de notas. Lleva a la cintura
un rosario muy grande que atrae las miradas de todos.
SAN LUIS
MARIA no nació
santo, tuvo que domar un duro carácter :"me ha sido mas difícil
vencer la sola pasión de la cólera que todas las demás juntas. Si Dios me
hubiera destinado para el mundo, hubiera sido el hombre mas violento de mi
tiempo".
Sin embargo,
SAN LUIS MARIA aprendió a morir a si mismo y pudo aprender a ser
paciente, dulce y crecer en virtud. El mismo consolaba a su madre y le
animaba a soportar con paciencia las pruebas. La gente que le conoció decía
:"Es el Buen Padre de Montfort, el Padre del rosario grande".
A los 18 años
siente el llamado a la vida sacerdotal y se entrega totalmente a la oración
y la penitencia, encontrando su delicia tan solo en Dios.
SAN LUIS
MARIA aprendió rápidamente
que el verdadero valor no se encontraba en los bienes del mundo: el dinero,
la fama , la fortuna; sino que el verdadero valor estaba en la transformación
interior.
En el
seminario ejerció el oficio de velador de muertos. Ante la realidad de la
muerte a la que estaba constantemente expuesto, aprendió a despreciar todo
lo de este mundo como vano y temporal.
También
fue bibliotecario y por esto SAN LUIS MARIA leyó muchos libros
:"creo que he leído todos los libros espirituales que existen"
nos diría.
SAN LUIS
MARIA fue poco
comprendido por los demás. Su tiempo en el seminario estuvo lleno de
grandes pruebas. Sus superiores no sabían como lidiar con el, si como un
santo o como un fanático. Pensaban que su vida estaba movida mas bien por
el orgullo que por el celo de Dios. Lo mortificaban día y noche, lo
humillaban e insultaban enfrente de todos. Sus compañeros al ver esto se reían
de el y lo rechazaban a menudo.
SAN LUIS
MARIA recibió todo
esto con gran paciencia y docilidad y lo miraba como un regalo de Cristo
quien le había dado la gracia de participar de su cruz.
Al llegar a
ser ordenado sacerdote escogió como lema de su vida sacerdotal "ser
esclavo de María" – TOTUS TUUS . Esta fue siempre la dama de
sus pensamientos y quien llenaría toda su vida.
Enseguida
empezaron a surgir cruces mas grandes en su vida, sus superiores le negaron
varias veces ejercer sus funciones de sacerdote, no podía confesar ni
predicar; crearon falsos testimonios contra el desacreditándolo., Fue
rechazado por sus amigos mas íntimos, hasta su propio obispo empieza a
dudar seriamente de el.
SAN LUIS
MARIA sufrió
enormemente pero se mantuvo firme en su fe actuando como un santo sacerdote
y comprendió que Dios lo estaba fortaleciendo y purificando, convencido que
su único apoyo y defensa era Dios. También comprende que la razón de los
ataques es la doctrina mariana que enseñaba, primero porque Satanás le
perseguía y luego porque la humanidad no estaba dispuesta a abrazar sus
enseñanzas.
SAN
LUIS MARIA recurre
al Santo Padre y le visita en Roma; quería saber si de verdad estaba
equivocado como todos decían o si cumplía la voluntad de Dios, lo cual era
su único deseo.
Se logra el
encuentro y SAN LUIS MARIA recibe del Papa la bendición y el titulo
de Misionero Apostólico.
Llego a
predicar durante su vida 200 misiones y retiros, las cuales se
caracterizaban por la presencia de María ya que siempre promovía el rezo
del santo Rosario, hacia procesiones y cánticos a la Virgen. Su palabra
conmovía y convertía a los pecadores mas empedernidos.
Sediento de
amor al prójimo y de la salvación de las almas, iniciaba sus misiones
entrando en las cantinas y prostíbulos predicando; querían matarlo, pero
terminaban llorando sus pecados y pidiendo perdón de rodillas ante el.
Las
poblaciones evangelizadas por el Padre de MONTFORT lo contemplaron , mas de
una vez, transfigurado por la palabra de Dios que proclamaba. Y mas de un
vez también prorrumpieron en lagrimas al oírlo hablar de la dulzura y
padecimientos de Jesús.
Durante sus
17 años de ministerio sacerdotal, SAN LUIS MARÍA DE MONTFORT estuvo
en contacto con todas las categorías sociales y se amoldo perfectamente con
todos los ambientes, sin embargo consagra lo mejor de su tiempo a los mas
humildes, y decía: "Siento vivos anhelos de hacer amar al Señor y a
su Santísima Madre, de ir en forma pobre y sencilla a enseñar el catecismo
a los pobres de los campos y excitar a los pecadores a la devoción a la
Santísima Virgen".
SAN LUIS
MARIA no se atiene
a las palabras, vive como pobre y si recibe dinero se lo entrega sin demora
a los pobres. Vive con los pobres, hasta el punto en que estos un día
resolvieron hacer entre ellos mismos una colecta para el, y dice: "Se
animaron unos a otros para darme limosna".
Su ternura
para con los pobres iba hasta el extremo , los consideraba como un
sacramento que contenía a Jesucristo, oculto bajo un exterior repugnante.
Tal es el
sentido de su famoso "!ABRID LAS PUERTAS A JESUCRISTO!",
cuando llevando a casa de los misioneros de La Providencia, donde el SAN
LUIS MARIA vivía, a un pobre andrajoso recogido en la calle le da
cobijo y lo coloca sobre su propia cama.
SAN LUIS
MARIA es un hombre
de convicciones. Hombre de fe y compromiso, que cree en lo que es y en lo
que hace. Habla de Dios porque se ha tomado el tiempo de hablar con El en el
recogimiento del retiro. Un hombre de profunda oración y gran contemplador.
SAN LUIS
MARIA es un hombre
liberado. Para permanecer perfectamente disponible al Señor, se desembaraza
de toda seguridad humana; dinero, habitación, protección de los poderosos;
renunciando hasta a su nombre de familia al que sustituye gustoso por el de
su región para honrar su bautismo: SAN LUIS DE MONTFORT . Decía con
toda propiedad: "Suceda lo que suceda, nada me preocupa; tengo un Padre
en el cielo que no me fallara jamas".
SAN LUIS
MARIA es un hombre
lleno de audacia e inventiva. Tiene el coraje del presente y la audacia del
futuro con todos los riesgos que eso conlleva; un día lo abofetean, otro lo
encarcelan, lo envenenan, lo amenazan con traspasarlo con una espada, lo
persiguen los piratas. Pero dice: "si no arriesgamos algo por Dios, no
haremos por El nada que valga la pena".
Original,
alegre, impulsivo, imprevisible, paciente, ordenado, sumiso y obediente,
prudente y discreto, sereno y perseverante; ese el SAN LUIS MARIA.
SAN
LUIS MARÍA DE MONTFORT
como parte de su legado espiritual escribió un libro capital : EL AMOR
DE LA SABIDURIA ETERNA.
En el nos
ofrece una visión de conjunto de la espiritualidad montfortiana e ilumina
con nitidez el misterio de María. Inserta en el una serie de meditaciones y
experiencias que resonaran en sus demás escritos, especialmente en sus
cartas y cánticos.
Para SAN
LUIS MARÍA la Encarnación de la Sabiduría, nuestro Señor Jesucristo,
es una locura de amor de Dios hacia los hombres; culmen de esa locura y
triunfo de la Sabiduría, es la cruz.
Y es
buscando la Sabiduría Eterna, ¡Dios solo!; que llega a María.
"¡María
no es el centro, pero esta en el centro!", nos dice SAN LUIS DE MONTFORT.
"María es el camino para encontrar la Sabiduría, como que ha sido el
camino escogido por la Sabiduría para venir a los hombres".
SAN LUIS
MARÍA , dice un
amigo suyo :"acudía con la sencillez de un niño a implorar a la
Virgen en todas sus necesidades, tanto temporales como espirituales; al
parecer todo estaba resuelto cuando había implorado a su Bondadosa Madre,
como el le llamaba. Era de ver su actitud al pie de la estatuas de la Santísima
Virgen, en tales momentos no parece acordarse de nadie; estaba como
enajenado, como en éxtasis".
Muchas
veces se le vio sosteniendo largas conversaciones con una mujer toda blanca,
de extraordinaria belleza; el no la veía; solo hablaba con su Santísima
Madre.
A los pies
de María, en largas horas de coloquios fervientes, aprendió las lecciones
de la Buena Madre. Se confió plenamente a su cuidado maternal. Y se
identifico con Ella. Se encendió para siempre en aquel amor mariano que
caracterizaría toda su vida y que desemboca con toda la fuerza en su libro
de oro EL TRATADO DE LA VERDADERA DEVOCIÓN A LA VIRGEN MARIA .

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