Del Catecismo de la Iglesia Católica
El Sí de María
494
Al anuncio de que ella dará a luz al "Hijo del Altísimo" sin
conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo, María respondió por
"la obediencia de la fe" (Rm 1, 5), segura de que "nada hay
imposible para Dios": "He aquí la esclava del Señor: hágase en
mí según tu palabra" (Lc 1, 37-38). Así dando su consentimiento a la
palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo
corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo
impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su
Hijo, para servir, en su dependencia y con él, por la gracia de Dios, al
Misterio de la Redención : Ella, en efecto, como dice san Ireneo, "por
su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género
humano". Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación,
coincidieron con él en afirmar: "el nudo de la desobediencia de Eva lo
desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de
fe lo desató la Virgen María por su fe". Comparándola con Eva,
llaman a María ’Madre de los vivientes’ y afirman con mayor frecuencia:
"la muerte vino por Eva, la vida por María".
Otros
textos del catecismo...
|