| |

CARTA ABIERTA DE UN PERRO A SU DUEÑO.
Ahora eres mi amo y sólo te pido amor. Has decidido
hacerte responsable de mí y me siento agradecido por tu determinación.
Existirá entre ambos un secreto pacto que jamás será quebrantado de mi
parte.
Deberás comprenderme por algún tiempo. Acabo de separarme de mi madre y
mis hermanos. Me notarás desorientado, inquieto y algunas noches me
escucharás llorar. Si, los extraño.
Compréndeme y yo te comprenderé luego por muchos años. Seré tu mejor
amigo. Entenderé tu cambio de humor, tus alegrías, tus días buenos y
tus días malos, estaré a tu lado acompañándote en tu soledad y en tu
tristeza y te trataré siempre con el mismo amor, con la misma lealtad.
Lameré la mano con que me castigues porque mi capacidad de perdón es
infinita. Pero no me castigues, enséñame. Desconozco los detalles que
pueden irritarte y deseo complacerte en todo; deseo que te sientas
orgulloso de mí cuando me veas echado a tus pies, cuando camine a tu lado
por la calle como tu sombra más fiel. Quiero responder a ese ideal de
perro que tanto anhelabas, pero depende de ti: seré reflejo de tu modo de
educarme y de tratarme.
Ayúdame a no defraudarte. Si me tratas con violencia... seré agresivo.
Háblame, entiendo cada una de tus palabras, aunque no te conteste con el
mismo lenguaje.
Aprende a leer mis ojos y comprenderás cuánto te entiendo; sé que eres
una buena persona. ¿Qué piensas tú de aquellos que no aman a los
animales? Estoy seguro que me cuidarás con amor. Eres mi amo. Poco a poco
nos haremos grandes amigos, nos conoceremos y nos respetamos por igual.
Mira... cuando el hombre apareció en la Tierra el resto de los animales
creían que era otro animal. Sin embargo tenía "Alma", medita
sobre esto. El hombre manifiesta su alma a través de nuestros actos. No
olvides nunca, mi amo, que a mi manera te amo. Durante más de 10 años
estaré a tu lado, creceremos juntos, compartiremos tantas y tantas cosas,
y el día que me vaya a vivir a alguna estrella, mira el cielo con
frecuencia porque siempre te estaré mirando. Pero deseo decirte algo: no
dejes mi cucha vacía, hay otro cachorro esperándote, al cual llegarás a
amar tanto como a mí; no quiero en mi testamento una cucha vacía. Ahora
bien, no pensemos en ese día, hazme una caricia y juega un ratito
conmigo. Tenemos muchos años por delante para hecernos felices.

|
"Diario de un Perro"
1er. Semana:
Hoy cumplí
una semana de nacido. ¡Qué alegría haber llegado a este mundo!!!
1 mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.
2 meses: Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba inquieta y con sus ojos
me dijo adiós como esperando que mi nueva "familia humana" me
cuidara tan bien como ella lo había hecho.
4 meses: He crecido rápido, todo me llama la atención.
Hay varios niños en la casa que para mí son como "hermanitos".
Somos muy inquietos, ellos me agarran la cola y yo los muerdo jugando.
5 meses: Hoy me regañaron, mi
ama se molestó porque me hice "pipí" adentro de casa.... pero
nunca me habían dicho dónde debía hacerlo. Además, duermo en la
habitación y... ¡Ya no me aguantaba!
8 meses: Soy un perro feliz.
Tengo el calor de un hogar; me siento tan seguro, tan protegido... Creo
que mi familia humana me quiere y me consiente mucho... Cuando están
comiendo me convidan, el patio es para mi solito y me doy vuelo escarbando
como mis antepasados los lobos cuando esconden la comida. Nunca me educan,
seguramente ha de estar bien todo lo que hago.
12 meses: Hoy cumplí un año.
Soy un perro adulto y mis amos dicen que crecí más de lo que ellos
pensaban. ¡Qué orgullosos se deben sentir de mí!!
13 meses: Que mal me sentí
hoy... Mi "hermanito" me quito la pelota. Como yo nunca agarro
sus juguetes fui y se la quité. Pero como mis mandíbulas se han hecho
muy fuertes lo lastimé sin querer. Después del susto me encadenaron casi
sin poderme mover al rayo del sol. Dicen que van a tenerme en observación
y que soy ingrato... no entiendo nada de lo que pasa.
15 meses: Ya nada es igual...
vivo en el patio... me siento muy solo... mi familia ya no me quiere. A
veces hasta se les olvida que tengo hambre y sed y cuando llueve no tengo
techo que me cobije...
16 meses: Hoy me bajaron de la
azotea. Pensé que seguramente mi familia me había perdonado... Me puse
tan contento que daba saltos de gusto y mi rabo parecía un molinete.
Hasta parece que me van a llevar de paseo con ellos. Subimos al auto,
enfilamos hacia la carretera y anduvimos un largo trecho hasta que de
repente pararon. Abrieron la puerta y yo me bajé feliz creyendo que
haríamos nuestro "día de campo". No comprendo porqué cerraron
la puerta y se fueron.
"¡Oigan, esperen!!!" ladré... "se olvidan de mí!!!"
Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas... mi angustia crecía al
darme cuenta que casi me desvanecía y ellos no se detendrían: Me habían
abandonado...
17 meses: He tratado en vano de
buscar el camino de regreso a casa. Me siento y estoy perdido, en mi
sendero hay gente de buen corazón que me ve con tristeza y me da algo de
comer... Yo les agradezco con mi mirada y desde el fondo con mi alma...
quisiera que me adoptaran y sería leal como ninguno. Pero tan solo dicen
"pobre perrito", se debe haber perdido.
18 meses: El otro día pasé
por una escuela y vi muchos niños y jóvenes como mis
"hermanitos". Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me
lanzó una lluvia de piedras "a ver quien tenía mejor
puntería"... una de esas piedras me lastimó el ojo y desde entonces
no veo con él.
19 meses: Parece mentira,
cuando estaba más bonito se compadecían de mí... Ahora estoy muy flaco,
mi aspecto ha cambiado... perdí mi ojo y la gente más bien me saca a
escobazos cuando pretendo echarme en una pequeña sombra...
20 meses: Casi no puedo
moverme. Hoy al tratar de cruzar la calle por donde pasan los coches, uno
me arrolló. Según yo, me encontraba en un lugar seguro llamado
"cuneta", pero nunca olvidaré la mirada de satisfacción del
conductor, que hasta se ladeó con tal de centrarme. Ojalá me hubiera
matado... pero sólo me dislocó la cadera. El dolor es terrible, mis
patas traseras no me responden y con dificultades me arrastré hacia un
poco de hierba al costado del camino...
Llevo ya 10 días bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. No me
puedo mover, el dolor es insoportable. Me siento muy mal; me quedé en un
lugar húmedo y parece que hasta mi pelo se está cayendo. Alguna gente
pasa y a mí ni me ve; otras dicen: "No te acerques". Ya casi
estoy inconsciente, pero alguna fuerza extraña me hizo abrir los ojos.
La dulzura de su voz me hizo reaccionar. "Pobre perrito, mira como te
han dejado", decía... junto a ella venía un señor de bata blanca,
empezó a tocarme y dijo: "Lo siento señora, pero este perro ya no
tiene remedio, es mejor que deje de sufrir."
A la gentil dama se le salieron lágrimas y asintió. Como pude, moví el
rabo y la miré agradeciéndole que me ayudara a descansar... Sólo sentí
el pinchazo de la inyección y me dormí para siempre, pensando en porqué
tuve que nacer si nadie me quería... LA
SOLUCIÓN NO ES ECHAR UN PERRO A L A CALLE, SINO EDUCARLO. NO CONVIERTAS
EN PROBLEMA UNA GRATA COMPAÑÍA. AYUDA A ABRIR LA CONCIENCIA Y ASÍ PODER
ACABAR CON EL PROBLEMA DE LOS PERROS CALLEJEROS. |
|