Publicado
en Nuevo Hombre Año IV, Número 58, Primera
Quincena de marzo de 1974.
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A principios de 1974, en los últimos días de la presidencia del Gral. Perón, se enfrentaban la derecha fascista enquistado en el gobierno con los grupos más progresistas del peronismo.
En el mes de marzo de ese año, el
jefe de policía de Córdoba, Teniente Coronel Navarro, instrumento
un golpe policial -conocido como "El
botonazo"- que destituye al Gobernador
electo Obregón Cano. Luego el gobierno central avalaría el golpe al
intervenir la Provincia de Córdoba. |
..."A una semana del navarrazo, la media sanción al
proyecto del Poder Ejecutivo de intervenir esta provincia, es una clara definición política. Lo mismo puede decirse de la modificación introducida en la iniciativa del gobierno, según la cual
el delegado federal decretará la caducidad de los mandatos del Gobernador y del Vicegobernador". La decisión del Senado viene a mostrar la
convivencia entre los golpistas -sectores derechistas del Justicialismo-
y la cúpula partidaria, incluido el general Perón,
quien es en definitiva el que impulsa la intervención. Tampoco
escapa a nadie la participación de las Fuerzas Armadas, simbolizada en la presencia de los dos jefes militares del III Cuerpo del Ejército y de la Guarnición Aérea, en la jura de Agodino.
Esto está claro. También es evidente el repudio de grandes
sectores populares -en especial obreros- a este
asalto ala gobernación que hizo tabla rasa con la voluntad popular. La gente se pregunta si no hay una grave contradicción en
que se condene la violencia porque ahora hay un gobierno popular; pero luego ocurre que a ese gobierno
se lo saca violentamente, y lo saca el mismo Gobierno Nacional,
La voluntad popular no se ha
expresado los días pasados en forma activa, pero nadie duda en Córdoba de que existe una oposición
generalizada en el pueblo a este golpe audaz de la derecha,
aun se escribe en la escalada reaccionaria. Prueba de ello es que la burocracia local, la CGT "normalizada", debió levantar el paro por tiempo
indeterminado. Aun sin transportes hubo un
porcentaje muy alto de asistencia en todas las grandes fábricas. Según
Agustín Tosco, "lo que se está viviendo en estos momentos en Córdoba es un campo de ensayo para un
proyecto que luego tratará de aplicarse en todo el país. En este momento
siete millones de votantes del general Perón se dividen
en dos grupos: los que aprueban lo que Perón hace y los que empiezan a sentir la
frustración del proceso, que es el pueblo".
EL PUEBLO ESPERA Y NO ESTA SOLO
En Córdoba hay dos centrales obreras. Por
un lado la combativo, con el apoyo de más de 40 gremios, liderada por Agustín Tosco
(independiente) y Roberto Tapia (legalista), donde
se nuclea todo el gremialismo combativo y por el otro la
"normalizada" de Bernabé Bárcega, que tuvo que levantar el paro por falta de apoyo.
Hay una economía deteriorada por la crisis. Hay un radicalismo que ha pasado decididamente a la oposición. Un pueblo que repudia el navarrazo y que difícilmente acepte la intervención. Un
acendrado sentimiento antifascista y una serie de vanguardias populares, inclusive armadas, que aún no han operado con intensidad, pero cuya importancia nadie discute.
A la semana el navarrazo había empezado a desinflarse. Policías, civiles, fascistas
y ortodoxos se enfrentan ahora cada vez con mayor orfandad, con los amplios sectores que se pronuncian contra el golpe. El pueblo, mientras tanto, sigue sufriendo el desabastecimiento.
Falta leche, pan, carne, nafta, y cigarrillos.
Durante la noche se escuchan numerosas detonaciones de armas de fuego, especialmente en el casco céntrico. No sería de extrañar que parte de los disparos se efectúen al aire por parte de las fuerzas policiales, para justificar una imagen de violencia que justifique la intervención. De todas formas, muchos de los disparos fueron reales y todos los días ingresan a los hospitales numerosos heridos de bala.
Por último, el flamante ministro de Gobierno, Oscar Valdés, mostró (si eso era necesario) el contenido del golpe sedicioso, al arremeter contra jefes y empleados jerarquizados en una nueva
campaña de "depuración ideológica" destinada a alejar de la gobernación a
todos los partidarios de Obregón Cano y Atilio López. |