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EL PODER SE
CONSTRUYE COMO EN SALTA
El
FMI (Fondo Monetario Internacional) es un instrumento
utilizado en las décadas pasadas por los grandes
monopolios para, a través de sus “orientaciones”,
influir primero y controlar después las economías
nacionales.
En nuestro país,
desde 1976 a esta fecha, cada plan económico
instrumentado ha significado mayores ganancias, más
poder económico y político, más “libertad” para
el capital financiero, y mayores penurias para el
trabajador y el conjunto del pueblo.
El FMI es sólo una
herramienta que posee el gran capital, del mismo modo
que el mecanismo de la deuda externa, la
convertibilidad, las bolsas de comercio, los fondos de
inversión, las calificadoras de riesgo.
Todas éstas son distintas
palancas que los monopolios cuentan para lograr su
objetivo, la dominación total de los recursos humanos y
económicos de cada país.
Es importante
la denuncia a la subordinación de los gobiernos a las
órdenes del FMI, o la condena al modelo, pero hacer sólo
esto es como denunciar al brazo por lo que hace el
cuerpo de una persona.
Hoy está de moda
echarle la culpa al FMI, y aparecen voces y personajes
en el repudio que han sido ejecutores y cómplices de
una gran cantidad de medidas al servicio del
imperialismo: blanqueo de capitales, reformas laborales,
reformas impositivas, reformas provisionales,
privatizaciones, reforma educativa, etc.
Todas estas medidas
se llevaron adelante por orden del FMI para permitir la
concentración de la riqueza en manos de unos pocos,
ante el silencio de la mayor parte de la dirigencia
gremial, social, religiosa y política.
Es esa complicidad la
que explica el repudio generalizado a las
superestructuras que pretenden "representar"
al pueblo, después de años de olvido y traición.
El poder del pueblo
está naciendo desde las bases, alejado del circo mediático,
de la pelea por poner la banderita o salir en TV, es esa
unidad que se gesta por abajo a la que el imperialismo
le teme.
El verdadero
enfrentamiento al FMI es el que libran miles de
compatriotas en las calles de todo el país, que no se
queda sólo en la denuncia, que no pide clemencia a los
poderosos, que no acepta las migajas del festín.
Decimos que el poder
se gesta como en Salta, porque allí se expresaron
elementos para que rescatemos de esa lucha: las
asambleas de base, los delegados elegidos por ella, el
control popular de las negociaciones.
Decimos que el poder
se gesta como en Corrientes, donde las protestas por el
terrible ajuste tomaron forma de organización de
Autoconvocados superando las formas estrechas de
estructuras políticas y gremiales, que el sistema nos
impone como única forma de representación .
Es desde esos
escalones de lucha y organización, donde comienza el
reagrupamiento de las fuerzas del pueblo para enfrentar
y derrotar al poder imperialista.
DE
LA BRONCA A LA REBELDIA,
DE LA REBELDIA A LA
ORGANIZACION. |

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