Del polvo vienes...
La vejez es una etapa de la vida que llega y nos llegará a todos los que tengamos los años suficientes para vivirla, pero más aun, a quienes realmente así lo sientan y se los hagan sentir, porque la senilidad es un estado de ánimo, el cual es el resultado de una infinidad de circunstancias, muchas de ellas provocadas por la misma sociedad en la cual convivimos a diario, ya que no es capaz de insertar a sus ancianos al diario vivir, sino todo lo contrario, los discrimina y abandona a su suerte, sintiendo que con llevarlos a hogares de reposo, ya han cumplido con creces su labor. Pero las cosas no son así, de hecho, están muy lejos de serlo, debido a que cada día aumentan más los ancianos que son dejados en asilos y nunca más van a visitarlos, es más, lo único que se ve de los familiares, son los cheques a fin de mes saldando la deuda con los propietarios de estos recintos.
Dicen que la vejez son los años dorados, un tiempo de merecido descanso tras una vida de sacrificios y trabajos. Pero qué ley regula realmente esto. La verdad es que progresivamente se ha perdido no solo el respeto hacia el adulto mayor, sino también valores morales fundamentales vinculados tanto con los ancianos como con nuestras tradiciones. Es triste ver como la despreocupación hacia los mayores crece con cada día, al punto de crear toda una nueva filosofía de “Para qué gastar el tiempo en quien poco tiempo tiene”.
Un canal bastante conocido, desde hace un par de semanas ha hecho circular un spot publicitario que llama a los jóvenes a disfrutar de la vida en cada momento. Pensarán entonces, ¿Qué tiene eso de malo? Pues bien, la publicidad en sí, funciona en torno al eslogan “Lo bueno de ser joven, es no ser viejo”, Lo que no sólo queda allí, sino que también es acompañado con secuencias y escenas en que gente mayor es humillada y expuesta como lastres de pocas neuronas y casi inertes.
Es importante que se realicen acciones que contribuyan a la mejora de la calidad de vida del adulto mayor y así situarlos nuevamente como un símbolo de respeto y tradición, pues después de todo en ellos están nuestros orígenes y ellos fueron como nosotros somos, y nosotros seremos como ellos son.
La vejez es una etapa de la vida que llega y nos llegará a todos los que tengamos los años suficientes para vivirla, pero más aun, a quienes realmente así lo sientan y se los hagan sentir, porque la senilidad es un estado de ánimo, el cual es el resultado de una infinidad de circunstancias, muchas de ellas provocadas por la misma sociedad en la cual convivimos a diario, ya que no es capaz de insertar a sus ancianos al diario vivir, sino todo lo contrario, los discrimina y abandona a su suerte, sintiendo que con llevarlos a hogares de reposo, ya han cumplido con creces su labor. Pero las cosas no son así, de hecho, están muy lejos de serlo, debido a que cada día aumentan más los ancianos que son dejados en asilos y nunca más van a visitarlos, es más, lo único que se ve de los familiares, son los cheques a fin de mes saldando la deuda con los propietarios de estos recintos.
Dicen que la vejez son los años dorados, un tiempo de merecido descanso tras una vida de sacrificios y trabajos. Pero qué ley regula realmente esto. La verdad es que progresivamente se ha perdido no solo el respeto hacia el adulto mayor, sino también valores morales fundamentales vinculados tanto con los ancianos como con nuestras tradiciones. Es triste ver como la despreocupación hacia los mayores crece con cada día, al punto de crear toda una nueva filosofía de “Para qué gastar el tiempo en quien poco tiempo tiene”.
Un canal bastante conocido, desde hace un par de semanas ha hecho circular un spot publicitario que llama a los jóvenes a disfrutar de la vida en cada momento. Pensarán entonces, ¿Qué tiene eso de malo? Pues bien, la publicidad en sí, funciona en torno al eslogan “Lo bueno de ser joven, es no ser viejo”, Lo que no sólo queda allí, sino que también es acompañado con secuencias y escenas en que gente mayor es humillada y expuesta como lastres de pocas neuronas y casi inertes.
Es importante que se realicen acciones que contribuyan a la mejora de la calidad de vida del adulto mayor y así situarlos nuevamente como un símbolo de respeto y tradición, pues después de todo en ellos están nuestros orígenes y ellos fueron como nosotros somos, y nosotros seremos como ellos son.
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