CRÓNICA: Una tarde en un hogar de ancianos.

Hoy es un buen día, para salir a recorrer la ciudad, al caminar por las arterias de la ciudad de Quilpué en pleno centro de esta localidad encuentro un hogar de ancianos, en donde sus caras y sus gestos invitan a ver de cerca su realidad, al entrar en aquel lugar se acercan los ancianos de forma muy cariñosa y tratando de llamar la atención, prácticamente como niños, al entrar en contacto con cada uno de ellos se observa el nivel de vida y el porque han llegado a este lugar, algunos por incomprensión de sus familiares, otros por el simple abandono o por como ellos le dicen dejar de ser un estorbo para sus seres queridos.      Un gatito, un perrito de la calle, la televisión, las enfermeras y uno que otro visitante, son la distracción para quienes están en estos lugares, abandonados, algunos enfermos, otros sanos pero con el pasar del tiempo solo desean descansar, son estas personas quien impulsan a recorrer los pasillos del establecimiento, entre tanto pasillos y piezas esta una mujer de 90 años la cual esta en cama muy mal y enferma la cual ya esta viviendo sus últimos días pero aun resiste, aun quiere dar la pelea por vivir, que triste es la vejes, pero estas personas tratan de hacer su vida normal en un lugar en donde hay tantas historias, tantas penas y alegrías, aquellos ancianos del hogar son tan cariñosos y tiernos que dan pena verlos en un lugar en donde esperan el día domingo que sus familiares los vayan a ver.
La señora Carolina Alvallay O. es una de las ancianas tiene 79 años y esta señora cuenta que tiene 3 hijos y que no los ve hace 2 meses, cuenta que ella esta esperando este domingo para verlos, tantos otros abuelitos que solo están esperando.     Al pasar las horas son casi las 21 horas, y ya es hora de que todos los abuelos se tienen que ir a dormir, es como una ley todos en sus camas a las 9 de la noche, cenados y ya acomodados para descansar, pero no es tan fácil hacerlo porque quienes están cuidando a estas personas son quieres tienen que lidiar con algunos que son un poco mas porfiados que otros, pero ya están acostumbrados los enfermeros y enfermeras del lugar y llega la hora de que los adultos mayores se comienzan a despedir del visitante y preguntan cuando va a volver para que le diga a sus familiares que necesitan verlos.  

 

 

 

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