Período Meiji (1868-1912). A lo lejos se distingue la sombra de un hombre con un pasado terriblemente sangriento. De pronto, un grito estremece la noche: "¡¡Hitokiri Battousai!!". Son los dos personajes principales de la serie que hacen su entrada -Kaoru Kamiya y Kenshin Himura-, que dan paso así a una historia épica de samurais, donde la realidad y la fantasía son la misma cosa.
Lugares, personas, hechos y sobre todo la época en que se produce toda la leyenda quedan definidas tan perfectamente, que no seríamos capaces de decir si lo que narra la historia en realidad no ha ocurrido.
En realidad, Rouruni Kenshin describe a la perfección ésta época, en donde la justicia con espadas ya no estaba permitida excepto para la policía. Muchos de los ninjas y samurais que habían estado en un momento bajo la tutela del emperador, no se resignaban a esto. De esta forma, la mayoría se encontraba viajando de aquí para allá, tratando de saciar su sed de poder y sangre, a través de la fundación de pequeñas colonias cuya única forma de existencia era aceptar la dictadura del más fuerte.
Uno se preguntaría por que Rouruni tuvo tanto éxito en Japón, Estados Unidos y Latinoamérica. Es simplemente porque hasta ahora ninguna de todas las historias épicas o de ese estilo, pudo reflejar tan exactamente el planteo de la situación como lo hace ésta. Además está el factor de que las peleas realmente poseen un nivel excelente de animación y todas las técnicas de los personajes hacen que el ambiente se transforme en algo realmente serio, donde no gana necesariamente el más fuerte, sino el más sabio, rápido y, por qué no, despiadado.
¿Por qué "fortalecimiento del espíritu de la espada"? En esa época se creía en Japón que viajando uno podía encontrar enemigos para poder luchar, y así ir aumentando su fuerza y técnica. Ese espíritu, entonces, no es más que la fuerza que uno va obteniendo por las batallas.