Es incomparable la sensación que se experimenta al viajar para ALENTAR al equipo. Se combina la ansiedad por el partido, el peligro de viajar por tierra, la hostilidad de los hinchas rivales y la policia. El sentimiento de lejanía y libertad explota con el ingreso del equipo y al volver durmiendo se sueña con la próxima invasión.