Finalmente, alcanzamos el último epílogo a la historia "Rey del Mundo". No me malinterpreten; Yo he disfrutado mucho la historia, pero eso fue parcialmente debido a la satisfactoria _conclusión_ de hace un mes. Aunque me siento complacido que hayan muchas repercusiones de la historia, es tiempo para moverse al siguiente gran evento.
Esto dirige al último cabo perdido de la locura de Superman por el poder: su arsenal. Lex Luthor se las ingenió para destruir la Fortaleza de la Soledad arrojando sobre ella un edificio lleno de Kryptonita [puesto en órbita por Superman], y Lex tiene bajo custodia el último de los robot Superman sobreviviente -- el que fuera programado para defender a Lois Lane a cualquier costo. Así cuando nuestra historia inicia con Lex reclamandole a Lois Lane por arruinar la entrevista exclusiva de LexCom con Superman, el robot se reactiva y escapa de su cautiverio para correr al rescate. Parece que los daños de la batalla han aumentado la ultra-sensibilidad del robot para percibir amenazas a la seguridad de Lois, y la tensión de su duro día en la oficina fue suficiente para activarlo.
Por supuesto, no toma mucho para que Superman note al errante robot, y cuando su creación rehusa seguir sus ordenes, él se dirige a la Fortaleza de la Soledad para conseguir algo de soporte técnico. En medio de los escombros, Superman encuentra la cabeza de su fiel robot servidor, Kelex, quien advierte a su amo de una perturbación en el área. Antes que pueda explicar más, son absorbidos por el fenómeno. Aparentemente, cuando Luthor arrojó el Edificio Lleno de Kryptonita sobre la Fortaleza, la extrema acción del impacto, combinado con las propiedades de Dominus para alterar la realidad, convirtieron la Fortaleza en una forma fantasmal fuera de la realidad.
Bueno, eso fue lo que Kelex dijo. Mientras, la Fortaleza y las defensas automáticas en ella perciben a Superman y Kelex como intrusos extradimensionales y la emprenden contra ellos. Kelex recupera el control al pedir a Superman que acondicione su cabeza al cuerpo de otro servidor robot en la Fortaleza. Esto le permite interactuar con la Fortaleza Fantasma y al mismo tiempo descubrir el problema con el "protector" de Lois. De regreso a su propio mundo, Kelex ordena al Super-Robot calmarse. El truco es hacerlo en Kryptoniano, desde que el robot habia tomado su configuración Kryptoniana por defecto. Kelex enseña a Superman como controlar el robot y lo envia a vigilar la Fortaleza fantasma. Finalmente, Superman confronta a Luthor, quien comenzó todo el desastre por jugar con el robot en primer lugar. Sólo para mortificar, Superman le recuerda a Lex que aun cuando la popularidad de Super ha bajado, Lex no podrá destruir su reputación.
Es una historia divertida con muchos nuevos conceptos como la singularidad Fantasma, el disfuncional y aún fiel robot, y Kelex una vez más vivito y coleando para Superman. Aún, encuentro mucho del fondo inventado. La explicación seudo-científica de Kelex para lo que pasó a la Fortaleza es insegura; la línea acerca de la física cuantum Kryptoniana sólo hace la cosa más cómica. Aún peor es su escape. Kelex le dice a Superman que vuele a 245,921 kilometros por hora para diverger sus "probabilidades cuánticas" desde la Fortaleza. Esto solo trasciende en la ciencia de los comics y llega a ser absurdo.
Por supuesto, mientras tratamos con eso, el fondo de la historia (para mi, por lo menos) va mal realizada. Esta fue anunciada como una historia de Superman y Lois tratando con un sobreprotector robot, y hubiera esperado algo un poco más dramático. En cambio, Super lo apalea con una roca y deja a la cabeza de Kelex sobre chatarra. Eso es más que anti-climático.
Con todo, es genial ver a Superman dar unas cuantas puntadas a Lex, y Mike Collins la hace bien como dibujante. Es una edición promedio de Superman, pero hace un decente final para la gran historia [Rey del Mundo]. |
