El hombre, por si mismo, es capaz de
distinguir que su pensamiento se correlaciona con los eventos
y fuerzas existentes dentro y fuera de sí. En la medida
que esta correlación sea más fuerte, puede distinguir
un incremento del contacto con la realidad, tanto exterior como
interior. Esta capacidad de darse cuenta de una realidad se conoce
con el nombre de conciencia.
Por otra parte, toda materia está
compuesta por energía, como lo señala la teoría
de la relatividad. Así que debido a que el hombre esta
formado por materia, se puede afirmar que es un sistema cuyos
componentes son un compendio de energías con un fin común,
que consiste en la interrelación de este conjunto de energías
consigo mismas y con el medio que las rodea para lograr su objetivo
que es la existencia.
Este objetivo no es completo si no asociamos el concepto de conciencia
al hombre. Al ser una característica humana la conciencia,
este conjunto de energías llamado hombre posee por transitividad
esta propiedad. Si este sistema desea mejorar su desempeño
para lograr su fin que es la existencia, por consiguiente es absolutamente
necesario el más completo conocimiento de las realidades
existentes entre sus elementos y con el medio, por lo que se hace
esencial el proceso de ampliación de la conciencia.
Para poder explicar este proceso se hace necesario ubicar
al hombre solamente como una energía consciente que es
capaz de captar ciertas realidades que están a su alrededor
y que éste alcance representa su nivel de conciencia. Como
no podemos decir dónde comienzan o terminan estos niveles,
es pertinente tomar el actual nivel de conciencia como punto de
partida.
Si mesuramos el nivel de conciencia
y tomamos esta medida como una longitud que representa un radio,
ésta conciencia al cubrir todas las direcciones que la
rodea, forma un volumen que puede ser representado por una esfera.
Para lograr el conocimiento de una esfera en forma completa se
hace necesario definir los vértices del pensamiento del
hombre en cuatro categorías:
Pensamiento Material, que representa todas las realidades
sociales, materiales y biológicas necesarias para su supervivencia.
Pensamiento Espiritual, que representa la necesidad del
hombre de conocer las realidades de la existencia de las cosas,
el orden de lo existente y su importancia. Este pensamiento es
el que permite el mejoramiento de la existencia.
Pensamiento Exterior,
que se relaciona con todo lo que ocurre fuera del hombre.
Pensamiento Interior,
que se relaciona con todo lo que ocurre dentro del hombre.
Estos últimos pueden ser vistos
en forma lineal, es decir, forman una línea recta cuyo
centro es el mismo hombre y su nivel de conciencia.
Si tomamos las dos primeras categorías
como dos líneas más, podemos conseguir los tres
ejes sobre los cuales se traza el campo de conciencia de un ser
humano.
Para poder abarcar más amplitud,
si partimos desde un punto cero de conciencia actual, se hace
necesario recorrer en todos vértices en todas direcciones,
es decir, experimentar todos los fenómenos relacionados
con el pensamiento material, espiritual, tanto afuera como dentro
de nosotros mismos y estudiar la forma en como se relacionan todos
éstos fenómenos entre si en todos los aspectos mencionados
y a su vez contrastarlos con nuestros conocimientos conscientes
actuales para evaluar que tanto concuerdan con la realidades ya
poseídas.
Este tipo de procesos hace necesario
el confrontamiento de limitantes importantes que son características
en todos los seres humanos: la falta de equilibrio en los vértices
del pensamiento humano, la existencia de falsas necesidades creadas
por una sociedad y un medio cuyos vértices de pensamiento
también están desequilibrados. Y en general todas
las desviaciones del objetivo de la existencia humana, que es
la evolución hacia el perfeccionamiento de su conciencia,
hacia diversos objetivos presentados por la irrealidad de los
desequilibrios del interior y exterior del ser humano.
Al efectuar la búsqueda de un
equilibrio entre las realidades del hombre, se orienta entonces
la existencia hacia un mejoramiento continuo, lo que amplía
el nivel de conciencia y para ello, también se hace necesario
la eliminación de todos los factores internos desequilibrantes
del perfeccionamiento de la conciencia.
Para ello, es imprescindible seguir
los siguientes pasos:
El reconocimiento
y aceptación de lo que se es y tomarlo como punto de partida.
El establecer cuales
son las virtudes las cuales carecemos y darles la importancia
justa que tienen cada una de ellas, las cuales necesitamos poseer
para lograr un mayor equilibrio, y por ende una mayor conciencia.
La identificación.,
renunciación y eliminación de los obstáculos
psíquicos, físicos, materiales y filosóficos
que nos impiden alcanzar estas virtudes y lograr la ampliación
de la conciencia.
Por Webgnostic 1997©