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Fuerza positiva 

lunes, 7 de agosto de 2000

Sila M. Calderón
Candidata a la gobernación PPD 

A 100 DIAS de la celebración de las elecciones generales en Puerto Rico, encaminé una nueva etapa de mi campaña que he denominado Fuerza Positiva. Hice el anuncio de esta campaña en un lugar muy especial de San Juan, la Plaza del Mercado de Río Piedras. Y lo hice allí porque la fuerza de los residentes, los comerciantes y los placeros del Centro Urbano de Río Piedras hizo posible una extraordinaria recuperación de este sector que tanto ha sufrido a causa de explosión del edificio de Humberto Vidal, el fuego que destruyó la plaza original y las dificultades que ha conllevado la construcción del Tren Urbano y las obras realizadas por el Municipio de San Juan. 

La Fuerza Positiva es un sentimiento profundo que tenemos todos los puertorriqueños. Es la fuerza que llevamos dentro. La que sentimos en nuestra alma y la que late en nuestros corazones. La conocemos, porque la vivimos. Es la capacidad de trabajo que tenemos y la capacidad de superación que nos caracteriza. Es el deseo de unidad que distingue a los hijos de esta patria que va más allá de líneas partidistas. Es la esencia de nuestra puertorriqueñidad que se desborda en la resistencia de un pueblo que rehúsa morir. 

La Fuerza Positiva puertorriqueña está manifestada en la madre soltera, en la mujer jefa de familia que trabaja y lucha incansablemente por el bienestar de sus hijos... En el estudiante joven, sobre todo el de medios limitados, que se faja para terminar su carrera y forjarse así un mejor futuro... En los residentes de nuestras Comunidades Especiales que luchan día a día por sobreponerse a las desventajas que enfrentan desde su cuna... La fuerza positiva está manifestada en nuestras fábricas y en los lugares de trabajo, donde mujeres y hombres laboran por largas horas para ganarse de manera honrada su pan de cada día. 

La Fuerza Positiva son nuestras mejores características como pueblo: el respeto de unos a otros, nuestra apertura, nuestro sentido de amistad, nuestra hospitalidad, nuestros valores cristianos y nuestro amor profundo y adhesión a nuestra cultura. Es el hilo invisible de compasión y sensibilidad que nos entrelaza unos con otros. Es el deseo de unidad y la reconciliación que sentimos los puertorriqueños y el enaltecimiento de lo mejor de nuestras capacidades. 

Ante la realidad que hoy vivimos en Puerto Rico, la Fuerza Positiva es también el rechazo al atropello, a la difamación, a los insultos, a los ataques y a las confrontaciones. Es nuestra contestación a ocho años de falta de respeto, de falta de diálogo, a la venta de la Telefónica, al cierre de los CDT y a las directrices presidenciales aceptadas a espaldas del pueblo. Es nuestra respuesta a la fuerza negativa de la corrupción que queremos sacar de raíz del pueblo de Puerto Rico. 

La Fuerza Positiva es el deseo legítimo de los residentes de Vieques que claman por su paz, porque la Marina abandone sus tierras y se terminen de una vez y por todas los bombardeos. Reside en nuestro pueblo que quiere seguir siendo puertorriqueño siempre, por encima de cualquiera otra consideración. Esa es la fuerza positiva de nuestro país. 

La Fuerza Positiva permeará todas las actividades de mi campaña hasta el día de las elecciones. Es la energía del optimismo, de la esperanza, de la confianza, de la fe y del amor por Puerto Rico. Es la misma que deseo llevar a todo Puerto Rico y que, posterior a las elecciones, caracterizará a mi gobierno. 

En mis visitas a los pueblos de Puerto Rico continuaré comunicando mi mensaje positivo, enfocando en los problemas que enfrentan los hombres y mujeres de carne y hueso de nuestra tierra y en las propuestas que estoy presentando para combatirlos. Continuaré llevando mi mensaje sobre mis programas para las Comunidades Especiales de Puerto Rico y a los demás sectores donde residen el 60% de nuestros hermanos que viven bajo los niveles de pobreza... Llevando mis proyectos para la seguridad de los centros urbanos con los Códigos de Orden Público y el Zar Contra la Droga... Llevando mis ideas para reformar la reforma de salud, de modo que la tarjeta de salud funcione de verdad con los CDT abiertos... 

Pero más que nada, mi campaña de Fuerza Positiva centrará en mi ofrecimiento de un gobierno limpio para Puerto Rico. Yo quiero terminar con la corrupción que ha lacerado nuestra fibra moral y restaurar la confianza de nuestro pueblo en sus instituciones gubernamentales. 

La elección del próximo 7 de noviembre, no es un evento electoral más. En ella se decidirá el futuro de Puerto Rico y el país que les queremos dejar a nuestros hijos y a los hijos de nuestros hijos. Ante esta realidad, cada uno de nosotros tiene que asumir cabalmente su responsabilidad. En ese empeño y en el descargue de esa responsabilidad, yo quiero que la Fuerza Positiva arrope a Puerto Rico para que florezca en nuestro país la energía colectiva necesaria para enfrentar nuestro destino como pueblo.

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