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A la corrupción: ataque frontal y castigo seguro

lunes, 14 de agosto de 2000


Sila M. Calderón
Candidata a la gobernación PPD

ESTA SEMANA hemos vuelto a vivir un capítulo triste y desgraciado en nuestra historia. Una vez más nos hemos sentido consternados al descubrirse otro esquema de corrupción. Lo que antes era la excepción, se ha convertido en la regla. Palabras como soborno, fraude, extorsión y desvío de fondos públicos, son términos ahora comunes y corrientes en las noticias diarias de nuestro país.

El escándalo del CRIM nos confronta nuevamente con un nivel de corrupción como nunca antes habíamos visto en Puerto Rico. Los arrestos de importantes funcionarios y altos líderes del Partido Nuevo Progresista prueban sin lugar a dudas que hay un patrón y un esquema para robarle el dinero al Gobierno.

Lo que significa esto es que están usando tu dinero que tanto necesitamos para darte los servicios a que tienes derecho. Significa que mientras cierran los CDT, mientras tu comunidad no tiene agua, mientras no se construyen las viviendas que tanta falta hace y no hay suficientes libros para tus niños, mientras los residenciales públicos están en pésimas condiciones y mueren pacientes con sida, el dinero que tanto se necesita, está siendo robado en un patrón constante de violación de ley y de la confianza del pueblo.

La corrupción parece haberse institucionalizado en Puerto Rico. Los que han gobernado por los pasados ocho años nos han hecho un daño profundo. Recordemos el Instituto de Sida, el caso de Buzo, el de Granados Navedo, Aníbal Marrero, Freddy Valentín, la Autoridad de los Puertos, la Administración de Vivienda, y ahora el caso del CRIM.

Una vez más, el liderato del PNP, para vergüenza de todos, sale a atacar violentamente a quienes destapan la corrupción y a quienes le sirven bien a Puerto Rico. Los vemos en una campaña de difamación y ataque constante, tratando de confundir la opinión pública, tratando de confundirte a ti.

¡Qué daño le hacen a Puerto Rico cuando se defienden de la corrupción queriendo hacer ver que todo el mundo es igual, que no hay diferencias, que todo es lo mismo! ¡Qué triste que nuestros niños que tenían doce años en 1992 y que ahora cumplen 20 años, hayan crecido creyendo que la corrupción es algo normal y corriente!

Yo no quiero que Puerto Rico se acostumbre a la corrupción. El día que eso pase, estaremos perdidos como pueblo.

Los puertorriqueños no somos así. Puerto Rico es un país limpio y los puertorriqueños somos honestos y verticales. Tenemos derecho a un gobierno limpio y yo quiero darle ese gobierno limpio a Puerto Rico.

Quiero decirte a ti que las elecciones del 7 de noviembre se tratan precisamente de si habremos de tener un cambio para lograr ese gobierno limpio, o si habremos de seguir adelante con más de lo mismo.

Mi oponente en estas elecciones, Carlos Pesquera, no nos brinda esperanzas de ese cambio que tanto queremos. Pesquera tiene las manos atadas con el gobierno de Pedro Rosselló, pues les debe su candidatura. Fue puesto por ellos y su silencio, a través de ocho años y su trayectoria de inacción y de hacerse de la vista larga, no pueden borrarse con una campaña política, ni dándose golpes de pecho, ni repitiendo lemas publicitarios.

Así no es que se les hace frente a los corruptos. A la corrupción se le combate con un ataque frontal y castigo seguro. Mi gobierno no tendrá compasión alguna para los corruptos. Y ellos los saben. Y así está expresado en mi programa de gobierno.

Crearé mediante orden ejecutiva un Comité que examinará las transacciones más grandes o controvertibles llevadas a cabo por este gobierno, entre ellas las privatizaciones y venta de haberes públicos. Por otro lado, 180 días, a partir del comienzo de mi nuevo gobierno, se llevará a cabo una auditoría por firmas privadas de las agencias gubernamentales principales y los hallazgos serán publicados.

Además, someteré legislación para que los delitos de corrupción no prescriban por quince años y los culpables tengan que pagar el triple de lo que se hayan robado.

El nombramiento al cargo de Secretario de Justicia recaerá en una persona de carácter probado, totalmente vertical, de independencia de criterio y de intachable reputación profesional; nombraré un Fiscal General Independiente, con término fijo de 12 años, asignándole autonomía funcional y económica.

Yo quiero traer un gobierno limpio que luche por la gente. Que les dé prioridad a los más necesitados, a los que esperan, a los que sufren, a los que viven en las comunidades especiales de Puerto Rico. Un gobierno limpio que le devuelva la paz a la familia puertorriqueña, con los códigos de orden público para todos los pueblos y el zar contra las drogas. Un gobierno limpio que te dé una tarjeta de salud que funcione, con los CDT abiertos. Un gobierno limpio, que con su ejemplo, propicie la unión de todos los puertorriqueños fuera de líneas partidistas.

No te dejes confundir con los que le han hecho tanto daño al pueblo. Reflexiona, pídele al Todopoderoso claridad de entendimiento para que puedas ver a través de las tinieblas, para que pueda permitirte unir toda tu energía y tu voluntad para levantar a nuestro pueblo. Yo voy de frente, confiada en la fuerza positiva del pueblo puertorriqueño. Y te pido te unas a mí en este camino.

© 2000 El Nuevo Día - Derechos Reservados

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