Editorial   Panorama Internacional Nº 9

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¡Basta de agresión imperialista!
¡Por el triunfo militar de Yugoslavia!

Declaración política del CITO sobre
la agresión imperialista a Yugoslavia


  
  A continuación presentamos la declaración que el CITO hizo pública durante los bombardeos de la OTAN a Yugoslavia, en abril de 1999. Desde el primer día de la agresión imperialista, en los países donde tenemos presencia, todas las organizaciones de nuestra corriente internacional se pronunciaron de diferentes maneras por la derrota de los imperialistas. En varios periódicos de publicaron artículos tomando una única posición de principios y se produjeron declaraciones nacionales. A pesar de tener algunos datos desactualizados, la esencia de nuestras caracterizaciones y política mantienen plena vigencia.  
 

CONTINUAN los criminales bombardeos que la OTAN está realizando contra Yugoslavia desde el pasado 24 de marzo y los planes que tienen los imperialistas son de prolongarlos incluso, si les es necesario, hasta producir una invasión terrestre con el fin, dicen ellos, de obligar a Slobodan Milosevic, presidente de la Federación yugoslava, a aceptar la “autodeterminación” de la provincia de Kosovo bajo el protectorado de los soldados de la OTAN.

La política nacionalista serbia del gobierno de Milosevic, de represión a las demandas de los habitantes albanokosovares, produjo muertos y miles de desplazados a Europa, dándole pie a la ofensiva de la OTAN, quien pretende llevar a Milosevic a la mesa de negociación, por la fuerza, y con el falaz argumento de que dichos bombardeos son una “acción humanitaria” en defensa del pueblo oprimido.

Pero no hay tal acción humanitaria a favor de la mayoría albanesa de Kosovo. El mejor mentís a tal argumento lo constituye la masacre del 15 de abril: los aviones de la OTAN, después de 20 días de agresión consecutiva, bombardearon en cuatro ocasiones una columna de más de mil albanokosovares, dejando casi un centenar de muertos y varias decenas de heridos.

Desde el enfrentamiento nacionalista se han producido alrededor de 2.000 muertos y cerca de un millón doscientos mil desplazados, y la guerra con Milosevic ha producido directamente, en los primeros 25 días de bombardeos, la salida de Kosovo de más 900 mil albanokosovares hacia el resto de Europa en calidad de desplazados, sin encontrar refugio. Estos hechos señalan de manera clara el carácter genocida de la intervención que está desarrollando el imperialismo en Yugoslavia.

Restauración capitalista
y semicolonización imperialista

Los habitantes de la provincia de Kosovo (que hacen parte de la República de Serbia en la Federación de Yugoslavia) se levantaron contra el gobierno de Milosevic en reclamo para que les sea devuelta la autonomía que les fue suprimida en 1990. Hasta la década de los ochenta, los habitantes de esta provincia vivían en relativa armonía, al igual que en las 6 repúblicas que constituían la Federación Socialista de Yugoslavia (Serbia, Croacia, Eslovenia, Macedonia, Bosnia y Montenegro). En 1968 los habitantes de Kosovo se habían movilizado por su independencia frente a la burocracia stalinista. Producto de esta lucha el gobierno de Josip Broz - “Tito” - máximo dirigente de la revolución yugoslava y presidente de la Federación hasta 1980, año en que muere, se vio obligado a reformar la Constitución de la federación en 1974, para garantizar una amplia autonomía dentro de la Federación tanto para las repúblicas como para las provincias de Kosovo y Voivodina.

La sumisión al Fondo Monetario Internacional y la política de restauración capitalista que emprendió Milosevic, llevaron a miles de obreros y pobladores a desarrollar huelgas y movilizaciones contra su gobierno, frente a las cuales la represión no se hizo esperar. La profunda crisis económica y social creó las condiciones para la posterior exacerbación del nacionalismo y de las diferencias étnicas que les sirvieron a Milosevic, a los demás gobiernos procapitalistas de las repúblicas yugoslavas y a las potencias imperialistas que los apoyaban para derrotar dichas luchas y profundizar el proceso de restauración del capitalismo y la semicolonización del exEstado obrero yugoslavo.

Hasta la década de los ochenta el problema de las nacionalidades en los Estados obreros (conocidos como países “socialistas”) era menos grave que hoy cuando el imperialismo ha avanzado en la semicolonización y en la restauración del capitalismo y menos grave que los problemas que han existido en los países capitalistas, con los vascos, Irlandeses y kurdos, para sólo señalar algunos casos. Esto a pesar de que existían gobiernos y regímenes stalinistas que oprimían a las minorías nacionales, pero el hecho de que la producción y distribución se hacían con un criterio distinto al de la ganancia, garantizaba la satisfacción de las necesidades elementales: alimento, pleno empleo, salud, educación y vivienda gratuitas y con ello una convivencia pacífica entre los distintos sectores de la población sin importar cultura o religión.

En el caso yugoslavo la opresión nacional era menos grave, incluso, que en la URSS bajo Stalin, producto del triunfo revolucionario de las masas contra el nazismo; un ejemplo de ello es el hecho de que alrededor del 50% de los matrimonios en la Federación Socialista Yugoslava fueran interétnicos e interreligiosos.

A partir de 1989, año en que se manifiesta con mayor crudeza el proceso de desmembramiento de los países “socialistas” –de Europa Oriental y la URSS– y con ello el proceso de restauración capitalista y de derrota de un ascenso de las masas que luchaban contra las burocracias gobernantes, la situación en los Balcanes cambio radicalmente. Influenciados por distintos sectores del imperialismo, los gobiernos de las repúblicas de Eslovenia, Croacia, Macedonia y Bosnia, se dieron a la tarea de independizarse de la Federación. La respuesta del gobierno central yugoslavo de Slobodan Milosevic, fue declararles la guerra, antes que ampliar al máximo los derechos nacionales y democráticos conllevando fuertes enfrentamientos, especialmente en Bosnia, donde se desarrolló una guerra que duró cerca de cuatro años.

Poco a poco, de la mano del imperialismo, las cuatro repúblicas antes mencionadas se fueron independizando. La responsabilidad fundamental, al interior de la Federación yugoslava, es de Milosevic que ahora también con su política opresora arroja en brazos del imperialismo a quienes luchan contra su gobierno.

Después de que el imperialista acuerdo de Dayton impuso por la fuerza de las armas la independencia de Bosnia y quedó constituida la Federación yugoslava, con Serbia y Montenegro, el conflicto en Kosovo se agudizó y de nuevo la situación de los Balcanes se convirtió en el polvorín de Europa.

La excusa que esgrimen los gobiernos imperialistas, encabezados por el de Estados Unidos, para justificar la intervención, los bombardeos y los asesinatos, es que el presidente yugoslavo Milosevic es un dictador que quiere hacer una limpieza étnica y asesinar a toda la población albanokosovar para construir una gran Serbia y que la misión de la OTAN es salvar a este pueblo.

Pero ¿cómo entender que ésta es una “intervención humanitaria” cuando se está masacrando a la población tanto serbia como albanokosovar? ¿Cómo entender que es una intervención que defiende la autodeterminación de los pueblos, cuando quienes conforman el ejército intervencionista de la OTAN hacen cosas peores que las que le atribuyen a Milosevic?. Los Estados Unidos tienen un amplio récord de masacres con bombas atómicas a Hiroshima y Nagasaki; con ocupaciones y masacres en Vietnam, Panamá, Somalia, Haití, Grenada y Bosnia; con bombardeos recientes a Irak, Sudán y Afganistán. Inglaterra oprime y reprime a los irlandeses. España hace otro tanto con los vascos. Turquía masacra a los kurdos y EE.UU., apoyado en el Estado sionista de Israel, a los palestinos. Ahora toda la OTAN pretende imponer la “autodeterminación” de Kosovo con y bajo la bota militar de sus soldados.

Teniendo presente esto, rechazamos los argumentos de los agresores como una vil falacia para justificar el genocidio imperialista, colonial y contrarrevolucionario de la OTAN.

Detrás de estas mentiras hay una verdad siniestra: el imperialismo mundial no soporta una economía distinta a la capitalista, una economía que no esté al servicio de los capitalistas, ni a gobiernos, ni pueblos que no se le disciplinen, especialmente a los Estados Unidos; por tales razones los asesinos imperialistas se proponen aplastar a estos gobiernos conjuntamente con su población. Es lo mismo que recientemente ha pasado con Irak. Su objetivo es completar la restauración capitalista y semicolonizar a Serbia, Rusia, Ucrania, entre otros, para obligarlos a cumplir el papel de policías que hoy desarrollan los ex Estados obreros que hacen parte de la asesina OTAN: Polonia, Hungría y la República Checa. De hecho, antes, el imperialismo apoyó tanto a Milosevic como a Yeltsin en su represión a las movilizaciones obreras y a las nacionalidades que se les han enfrentado a los nefastos planes de restauración capitalista.

El frente de agresión imperialista

Para someter a Yugoslavia el imperialismo ha constituido un frente contrarrevolucionario que está conformado, en primer lugar, por los gobiernos imperialistas que hacen parte de la OTAN con el de Estados Unidos -el más criminal del planeta- a la cabeza. En segunda línea, países como Turquía o los exEstados obreros de Polonia, la República Checa y Hungría.

Pero no sólo los gobiernos más conservadores están participando. La socialdemocracia, a la cabeza de varios gobiernos europeos, cumple una vez más aquí el papel contrarrevolucionario imperialista que viene desarrollando desde la Primera Guerra Mundial, mostrándole en los hechos a las masas de sus países que no es alternativa alguna a los gobiernos conservadores. En el caso de Alemania también hacen parte de este frente de agresión los ecologistas “Verdes” que con su política pro imperialista ayudan a la destrucción de la naturaleza y el hombre.

El Papa católico, mientras condena la represión de Milosevic contra los albaneses de Kosovo, guarda silencio cómplice frente a la agresión imperialista.

El gobierno de Albania se ha colocado como sirviente y parapeto de las maniobras militares de la OTAN.

De este frente hacen parte también las direcciones de la LDK y el ELK, los dos sectores que dirigen principalmente a los habitantes albaneses de Kosovo. La Liga Democrática de Kosovo (LDK) cuyo principal dirigente es Ibrahim Rugova, al principio aceptó de Milosevic la propuesta de una autonomía provisional, pero luego, ante la presión de los demás sectores y de su propio partido, pasó a exigir un Kosovo “independiente”, con carácter de protectorado internacional. El Ejército de Liberación de Kosovo (ELK), conducido por Adem Demaci, exige, en principio, una autonomía con amplias garantías, aunque su objetivo es la independencia para federarse con Albania.

Tanto la LDK como el ELK buscan una salida de la mano del imperialismo y le han pedido a la OTAN que intervenga con bombardeos contra los serbios para lograr la “independencia”. Detrás de ellos está el imperialismo que los viene armando. Estos dos sectores están financiados por los gobiernos imperialistas, el gobierno de Albania y por burgueses multimillonarios reconocidos como George Soros, dueño de empresas estadounidenses y de los principales diarios de Prístina, capital de Kosovo.

Igualmente hacen parte objetiva de este frente muchas de las burocracias sindicales y las organizaciones políticas de “izquierda”, stalinistas, maoístas o revisionistas del trotskismo, que haciéndole el juego al “humanitarismo” imperialista denuncian verbalmente los bombardeos, pero colocan en la misma condición al agresor y al agredido, llamando a la derrota «simultánea» de la OTAN y de Milosevic, lo que objetivamente es apoyar al más poderoso, y por tanto se oponen a la movilización contra los bombardeos y se resisten a apoyar en forma efectiva a Yugoslavia.

Este es un enfrentamiento del imperialismo contra una nación que hasta hace unos años era claramente un Estado Obrero y que hoy está en regresión hacia el capitalismo para constituirse como una semicolonia, bajo la dirección de los burócratas exstalinistas venidos a capitalistas. Si en este conflicto el imperialismo aplasta a los serbios terminará imponiendo todos sus planes y su dominación y será un golpe para los trabajadores del mundo pues el imperialismo saldrá victorioso y envalentonado para profundizar y acelerar los planes contra los trabajadores y pueblos de los países semicoloniales, contra los trabajadores de los propios países imperialistas y contra cualquier país o sector social independiente que se oponga a sus intereses.

Por la derrota de EE.UU., la OTAN y sus aliados

Estamos pues por la derrota total de la OTAN y de todo el frente contrarrevolucionario que la acompaña. Saludamos y estimulamos la movilización de los trabajadores y las masas de Estados Unidos, que como en Los Ángeles o San Francisco, le exigen a su gobierno el retiro inmediato de Yugoslavia. En Roma, en varias ciudades de Alemania, en París y en Londres, en Sydney (Australia), se empiezan a movilizar también en contra de la OTAN. Los trabajadores estadounidenses y europeos deben levantarse contra sus gobiernos, contra la socialdemocracia imperialista o contra los gobiernos restauracionistas de los exEstados obreros para derrotar a la OTAN.

También en América Latina debemos impulsar la más amplia movilización, haciendo del primero de mayo una jornada mundial contra la intervención imperialista.

Llamamos a los trabajadores albanokosovares y a los serbios a unirse contra la intervención de la OTAN: la verdadera autodeterminación de los pueblos no está, no puede estar, bajo la tutela de los colonialistas yanquis y europeos, pues eso cambiaría la opresión serbia por la dominación colonial de la OTAN, lo que sería cualitativamente peor para toda Yugoslavia y para los trabajadores del mundo.

A los trabajadores albaneses y montenegrinos los llamamos a apoyar a sus hermanos de Serbia y Kosovo, rompiendo con sus gobiernos pro imperialistas y exigiéndoles que no presten su territorio nacional para las operaciones de la OTAN.

Debemos exigir también que China, Cuba y Rusia envíen armas y a los voluntarios que ya se alistaron en este último país para ir a Yugoslavia.

Llamamos a todas las organizaciones obreras y trotskistas a nivel internacional, que no están en el campo del imperialismo y que están dispuestas a movilizarse, para que nos unifiquemos en una campaña mundial de apoyo a la Federación yugoslava y por la derrota de los intervencionistas, ubicándonos en el campo militar de la nación yugoslava. Nuestra posición en ningún momento es de apoyo político a Milosevic y su gobierno, ni con respecto a los albanokosovares ni frente a los trabajadores de toda la Federación a quienes pretende imponerles la restauración capitalista, ni con respecto al manejo que le da a la propia guerra con la OTAN.

Nuestra política, entonces, no coincide en nada con la de Milosevic, pero es claro que éste es el único que hoy se enfrenta objetivamente al imperialismo, aunque no está por la derrota de la OTAN sino por negociar con ella. Si realmente estuviera dispuesto a derrotar a los agresores lo primero que tendría que hacer es darles plenas libertades, incluyendo el armamento general, a todos los sectores de la Federación que, sin distingo de nacionalidad, etnia o religión, estén por combatir a los imperialistas. Tendría que llamar a la conformación de brigadas internacionales de solidaridad. Sin embargo es claro que lo que más conviene a todos los trabajadores del mundo es la derrota de la OTAN y debemos colocarnos en la misma trinchera de quienes se le oponen. No es imposible tal derrota. Si en Vietnam se pudo, en la Europa de finales de siglo también es posible, con la movilización mundial de los trabajadores.

Los socialistas revolucionarios respetamos el derecho de los pueblos a su autodeterminación, al tiempo que luchamos por que ésta se haga realidad en una Federación de Repúblicas Socialistas que cree las mejores condiciones para potenciar el bienestar material de las masas, con economías fuertes y no como pretende el imperialismo, para ejercer mejor su dominación, creando pequeñas naciones que estén en indefensión total contra sus planes. En este contexto apoyamos la lucha de los albanokosovares por su autodeterminación, que comienza por librarse de toda opresión imperialista.

El “humanitarismo” imperialista: la trampa para cometer crímenes impunemente y neutralizar la lucha de las masas

Los Estados Unidos y demás países imperialistas vienen desarrollando una campaña ideológica muy fuerte y cuentan con el apoyo de los gobiernos de todos los países, de la mayoría de las direcciones del movimiento obrero y sectores populares así como de las direcciones de organizaciones políticas y guerrilleras. Es una campaña por la “defensa de los derechos humanos”, “de la democracia”, por la “humanización de la guerra”, la “lucha contra el terrorismo y la búsqueda de la paz”, la convivencia y la concertación, y otros términos más que utilizan como trampa para neutralizar la lucha independiente de las masas explotadas y sectores oprimidos.

Todo esto es un arma más –un bombardeo sistemático a la conciencia– para imponer sus planes económicos de dominación y semicolonización. Por eso es que los crímenes que comete el imperialismo o sus agentes no son crímenes sino “acciones humanitarias necesarias”, mientras que las acciones de las masas o acciones de defensa de grupos oprimidos o gobiernos que les plantean contradicciones son “crímenes de lesa humanidad” o terrorismo.

Así, el respeto por los “derechos humanos” es una arma ideológica en manos del imperialismo para defender la propiedad privada; la defensa de la democracia en general es la defensa de su democracia, la de los explotadores capitalistas; la humanización de la guerra es un argumento para hacer recaer en el agredido la responsabilidad del agresor. La paz, la estabilidad, el tutelaje que pretenden los imperialistas es una condición más para desarrollar sus planes políticos y sociales, impuesta por medio de una derrota sustentada en la neutralización, el pacifismo y el escepticismo de las masas.

Cuando al imperialismo no le conviene su propia democracia pasa por encima de ella como ocurre en este caso cuando el emperador Clinton no tiene en cuenta al Consejo de Seguridad de la ONU para evitar el derecho de veto que tienen Rusia y China, quienes dicen oponerse a los bombardeos de la OTAN. Con esto sólo se demuestra una vez más que la ONU –la cueva internacional de los bandidos- sólo sirve para la utilidad de los yanquis y es absolutamente formal el derecho de veto, como lo es toda la democracia burguesa para las masas y los pueblos oprimidos. Antes la ONU sirvió para invadir Somalia y Bosnia, por ejemplo y ahora, para quedarse callada ante la OTAN: son las conveniencias del bonaparte de Washington.

Para luchar por los intereses estratégicos de los trabajadores del mundo, para oponerse a los bombardeos económicos, políticos, ideológicos y militares del imperialismo, la clase obrera en cada país debe construir su propio partido como sección de una Internacional Obrera revolucionaria que luche por construir el socialismo, derrotando la dominación capitalista que nos conduce a la barbarie. ¡Socialismo o barbarie: he ahí la gran disyuntiva para la humanidad! Por la primera alternativa, contra la segunda, el Centro Internacional del Trotskismo Ortodoxo –CITO- declara una vez más su compromiso de lucha a muerte contra el imperialismo y el capitalismo mundiales.

¡Cese inmediato de los bombardeos de la OTAN!
¡No al “humanitarismo” imperialista!
¡Por la verdadera autodeterminación de Kosovo y de los pueblos del mundo: derrota de Estados Unidos y la OTAN!
¡Unidad de los trabajadores del mundo contra el imperialismo!



A vergonhosa posição do PSTU
diante da guerra imperialista contra a iugoslávia

Artigo publicado pelo Boletim Nº 2
do Grupo Trotskista Ortodoxo (GTO) de maio de 1999


APOS mais de 60 dias de consecutivos bombardeios aéreos que já destruíram mais da metade da infra-estrutura do país, o imperialismo não conseguiu dobrar o povo sérvio, apesar da completa inação do governo Milosevic para responder política e militarmente os ataques sofridos pela populaçãocivil.

O próprio Milosevic já acena com a possibilidade de aceitar um acordo com a OTAN, tendo como base uma proposta formulada pelo G-8 a pedido da Rússia, que determina a ocupação militar da província de Kosovo por uma força militar dirigida pela ONU e não exclusivamente pela OTAN, como consta no «Tratado de Rambouillet», rejeitado por Milosevic. A questão fundamental para a camarilha restauracionista de Milosevic, neste momento, não é resistir ao imperialismo, mas salvaguardar ao máximo suas forças armadas, para continuar aplicando sua política de exploração e opressão do povo iugoslavo.

O imperialismo, tendo como liderança os atuais governos sociais-democratas da Europa (Inglaterra, França, Itália etc.), assim como o «democrata» Bill Clinton, além de pretenderem instalar um protetorado na provínica de Kosovo para garantir suas investidas sobre os povos do Leste Europeu e Rússia, não podem aceitar a permanência de Milosevic no poder, pelo simples fato de ser o último regime stalinista ainda de pé em toda a Europa Oriental, tendo como agravante o fato deste ter ousado desobedecer as orientações do «Consenso de Whashington». É por isto que a artilharia aérea imperialista está voltada contra a população civil sérvia e kosovar e a infra-estrutura do país, no sentido de solapar o apoio popular dado a Milosevic. Neste cenário, a invasão militar por terra da Iugoslávia é cada vez mais uma realidade concreta.

Para os marxistas revolucionários, não pode pairar a menor sombra de dúvida, nem por um segundo sequer, de que lado político, de que trincheira militar o proletariado mundial deve combater. Como dizia Lênin, o imperialismo é o pior inimigo dos povos e no atual momento, não se colocar incondicionalmente no campo militar da Iugoslávia e lutar pela sua vitória sobre o imperialismo genocida, corresponde à pior traição política ao proletariado mundial, praticada no continente europeu desde a Segunda Guerra mundial, quando o exército aliado massacrou as milícias do comandante Marcos, que controlavam o território grego após a expulsão dos nazistas, com o apoio da esquerda stalinista e da social-democracia em todo o mundo.

O PSTU no campo político e militar
da OTAN e do imperialismo ianque

Nós do GTO não ficamos tão surpresos com a posição pró-imperialista do PSTU e da LIT adotada no atual conflito nos Bálcãs. Já a posição anterior da LIT, no último bombardeio norte-americano ao Iraque, tinha um claro odor de social-democracia pacifista ao renunciar a defesa da vitória militar do Iraque sobre o imperialismo ianque e bretão. Mas agora, na guerra contra a Iugoslávia, o que era pacifismo pequeno-burguês transformou-se em derrotismo pró-imperialista, a serviço da OTAN. A consígnia levantada pelo PSTU «Nem Otan, Nem Milosevic» (Jornal Opinião Socialista nº 73) corresponde a colocar um sinal de igual entre uma nação oprimida e um conluio de potencias imperialistas, sob a justificativa que a primeira é governada por um ditador sanguinário. «Esquecem» os embusteiros do trotskismo que controlam atualmente o PSTU, o apoio dado por Lênin a luta nacional das colônias dirigidas por déspotas contra as metrópoles imperialistas governadas por «democratas»e «liberais».

«Esquecem» os farsantes da direção da LIT o exemplo dado por Trotsky, diante de um hipotético enfrentamente entre a ditadura sangrenta de Vargas no Brasil e a Inglaterra democrática, onde os revolucionários deveriam ficar incondicionalmente ao lado do Brasil, apesar do regime semifascista que imperava em nosso país. «Esquecem», por último, a posição defendida por Nahuel Moreno na guerra das Malvinas, que perfilou a LIT no campo militar da ditadura de Galtieri, que havia assassinado mais de 20 mil militantes de esquerda, inclusive camaradas do PST argentino, contra a Inglaterra «democrática» da senhora Tatcher.

A política do PSTU hoje muito assemelha-se à posição do revisionista Pierre Lambert (O Trabalho) tanto combatida por Moreno naquele momento, que se negava a defender a Argentina, alegando combater o caráter reacionário da ditadura militar encabeçada por Galtieri. Moreno seguindo o exemplo de Trotsky, afirmava «o triunfo da Argentina nesse conflito militar, preparará as bases da própria derrocada da ditadura, além de impulsionar enormemente a luta antiimperialista em todo o continente latino-americano» (Entrevista com Moreno, no jornal do PST peruano). Mas as pressões da «opinião pública» pequeno-burguesa acabaram por transformar o PSTU e a LIT, assim como os lambertistas há 18 anos atrás, em uma agência da social-democracia que, de mãos dadas com o imperialismo, realiza campanhas humanitárias de ajuda à Bósnia, e implora armas para o braço da OTAN nos Bálcãs, o Exército de Libertação de Kosovo, ELK.

Os verdadeiros trotskistas, que defendem o direito a autodeterminação do povo albano-kosovar, seja unindo-se com a Albânia ou constituindo-se como república independente, não podem em nome desta defesa, abrir mão do combate ao imperialismo, chegando mesmo nesta conjuntura de confronto armado entre uma nação oprimida e várias potências imperialistas, a hierarquizar essa defesa em relação ao estabelecimento de uma frente única militar com os inimigos da independência de Kosovo (governo de Milosevic e exército sérvio) para derrotar e expulsar o imperialismo de toda a região dos Bálcãs. Se Milosevic recusa-se a lutar dignamente (como também fizeram Galtieri e Saddam Hussein), cabe ao movimento de massas ultrapassar a direção nacionalista impotente, através de um programa revolucionário que inscreve em seu primeiro ponto a derrota e expulsão do imperialismo e a vitória da nação oprimida sérvia contra o principal inimigo dos povos de todo o planeta. Sem advogar esta posição nenhuma organização trotskista pode obter o mínimo de credenciais políticas para combater o próprio regime de Milosevic, nem tampouco lutar de forma revolucionária pela autodeterminação dos albanos-kosovares

Quanto ao chamado que faz o PSTU em uníssino com a maioria dos falsos trotskistas espalhados pelo mundo (PTS argentino, Workers Power inglês, LCR e LO francesas, etc) de «Fora as tropas de Milosevic de Kosovo» a OTAN previamente agradece, já que facilitaria em muito sua invasão por terra da Iuguslávia, alternativa colocada pelo imperialismo diante da heróica resistência do povo sérvio aos covardes bombardeios aéreos.

Nós do GTO não ficaríamos muito surpresos se a LIT se oferecesse para trabalhar com o bandido George Soros na arrecadação de fundos e armas para o ELK, afinal para quem já passou de malas e bagagens para o campo do imperialismo não custa muito «acreditar» nas versões montadas pela CNN norte-americana sobre as barbaridades dos sérvios, para justificar a ajuda prestada ao braço armado da OTAN que informa aos caças ianques desde o território iugoslávio, os «melhores» alvos a serem bombardeados.



La vergonzosa posición del PSTU [*]
frente a la guerra imperialista contra Yugoslavia

Grupo Trotskista Ortodoxo GTO de Brasil


  
  Reproducimos aquí el artículo publicado en el Boletín Número 2 del Grupo Trotskista Ortodoxo –GTO- de Brasil, en el pasado mes de mayo. [**] Lo hacemos por dos razones centrales: compartimos la posición de principios esgrimida por los compañeros en su declaración y, aunque no son miembros de nuestra organización, empezamos a establecer una relación política con ellos tendiente a desarrollar una discusión fraternal sobre los distintos aspectos de la lucha de clases mundial. Tener coincidencias en una lucha como la generada por la agresión imperialista a Yugoslavia no es de poca importancia. Cuando se dividen aguas en la lucha de clases es necesario avanzar en clarificar al máximo dónde están los amigos y con quienes es necesario establecer distancias. En el caso de los compañeros del GTO deseamos compartir las dificultades y los avances que se puedan producir en la construcción de la IV Internacional.
La redacción .
 
 

DESPUES de 60 días de bombardeos aéreos consecutivos que han destruido más de la mitad de la infraestructura del país, el imperialismo no ha conseguido doblegar al pueblo servio, a pesar de la completa inacción del gobierno de Milosevic para responder política y militarmente los ataques sufridos por la población civil.

El propio Milosevic ve ya la posibilidad de aceptar un acuerdo con la OTAN, teniendo como base una propuesta formulada por el Grupo de los 8 (G-8) a solicitud de Rusia y que determinaría la ocupación militar de la provincia de Kosovo por una fuerza militar dirigida por la ONU y no exclusivamente por la OTAN, como consta en el “Tratado de Rambouillet” rechazado por Milosevic. La cuestión fundamental para la camarilla restauracionista de Milosevic, en este momento, no es resistir al imperialismo sino salvaguardar al máximo sus fuerzas armadas, para continuar aplicando sus políticas de explotación y opresión del pueblo yugoslavo.

El imperialismo, que tiene como líderes a los actuales gobiernos socialdemócratas de Europa (Inglaterra, Francia, Italia, etc.), y al “demócrata” Bill Clinton, además de pretender instalar un protectorado en la provincia de Kosovo para garantizar sus inversiones en los países del Este Europeo y Rusia, no están dispuestos a aceptar la permanencia de Milosevic en el poder, por el simple hecho de ser el último régimen stalinista que aún está en pie en toda la Europa oriental, el otro hecho grave es haber osado desobedecer las orientaciones del “Consenso de Washington”. Por estas razones la artillería aérea imperialista está volcada contra la población civil serbia y kosovar y contra la infraestructura del país, con el objetivo de minar el apoyo popular dado a Milosevic. En este escenario, la invasión militar por tierra a Yugoslavia es cada día más una realidad concreta.

Para los marxistas revolucionarios no puede haber la menor sombra de duda, ni por un segundo siquiera, de qué lado político, de qué trinchera militar debe combatir el proletariado mundial. Como decía Lenin, el imperialismo es el peor enemigo de los pueblos y, en el momento actual, no colocarse incondicionalmente en el campo militar de Yugoslavia y luchar por su victoria sobre el imperialismo genocida, se constituye en la peor traición política al proletariado mundial llevada a cabo en el continente europeo desde la segunda Guerra mundial, cuando el ejército aliado masacró las milicias del comandante Marcos, que controlaban el territorio griego después de la expulsión de los nazistas, con el apoyo de la izquierda stalinista y de la socialdemocracia en todo el mundo.

El PSTU en el campo político y militar de la OTAN y del imperialismo yanqui.

A nosotros, del GTO, no nos sorprende tanto la posición pro imperialista adoptada por el PSTU y la LIT en el actual conflicto de los Balcanes. Ya la posición anterior de la LIT, en el último bombardeo norteamericano a Irak, tenía un claro olor de socialdemocracia pacifista al renunciar a la defensa de la victoria militar de Irak sobre el imperialismo yanqui y bretón. Sin embargo ahora, en la guerra contra Yugoslavia, lo que era pacifismo pequeño burgués se transformó en derrotismo pro imperialista, al servicio de la OTAN. La consigna levantada por el PSTU “Ni OTAN, ni Milosevic” (Periódico Opinión Socialista N° 73) equivale a colocar un signo igual entre una nación oprimida y una pandilla de potencias imperialistas, bajo la justificación de que la primera es gobernada por un dictador sanguinario. Los mentirosos del trotskismo que controlan actualmente el PSTU “olvidan” el apoyo dado por Lenin a la lucha nacional de las colonias dirigidas por déspotas contra las metrópolis imperialistas gobernadas por “demócratas” y “liberales”. Los farsantes de la dirección de la LIT “olvidan” el ejemplo dado por Trotsky, en el caso de un hipotético enfrentamiento entre la dictadura sanguinaria de Vargas en el Brasil y la Inglaterra democrática, donde los revolucionarios deberían colocarse incondicionalmente al lado del Brasil, a pesar del régimen semifascista que imperaba en nuestro país. “Olvidan”, por último, la posición defendida por Nahuel Moreno en la guerra de la Malvinas, que ubicó a la LIT en el campo militar de la dictadura de Galtieri, que había asesinado más de veinte mil militantes de izquierda, inclusive camaradas del PST argentino, contra la Inglaterra “democrática” de la señora Tatcher.

La política del PSTU se asemeja mucho hoy a la posición del revisionista Pierre Lambert (O trabalho) tan combatida por Moreno en aquel momento, pues se negaba a defender a Argentina, alegando combatir el carácter reaccionario de la dictadura militar encabezada por Galtieri. Moreno, siguiendo el ejemplo de Trotsky, afirmaba que “el triunfo militar de la Argentina en ese conflicto militar preparará las bases del propio derrocamiento de la dictadura, además de impulsar enormemente la lucha antiimperialista en todo el continente latinoamericano” (Entrevista con Moreno, en el periódico del PST peruano). Pero las presiones de la “opinión pública” pequeñoburguesa acabaron por transformar al PSTU y a la LIT, así como a los lambertistas hace 18 años, en una agencia de la socialdemocracia que, de manos con el imperialismo, realiza campañas humanitarias de ayuda a Bosnia e implora armas para el brazo de la OTAN en los Balcanes, el Ejército de Liberación de Kosovo, el ELK.

Los verdaderos trotskistas, que defienden el derecho a la autodeterminación del pueblo albanokosovar, sea uniéndose con Albania o constituyéndose como república independiente, no pueden, en nombre de esta defensa, abrirse del combate al imperialismo, llegando en esta coyuntura de confrontación armada entre una nación oprimida y varias potencias imperialistas, a jerarquizar tal defensa en relación al establecimiento de un frente único militar con los enemigos de la independencia de Kosovo (gobierno de Milosevic y ejército servio) para derrotar y expulsar el imperialismo de toda la región de los Balcanes. Si Milosevic se rehúsa a luchar dignamente (como también lo hicieron Galtieri y Saddam Hussein), le cabe al movimiento de masas sobrepasar a la dirección nacionalista impotente, a través de un programa revolucionario que inscriba en su primer punto la derrota y expulsión del imperialismo y la victoria de la nación oprimida servia contra el principal enemigo de los pueblos de todo el planeta. Sin defender esta posición ninguna organización trotskista puede obtener el mínimo de credenciales políticas para combatir el propio régimen de Milosevic, ni tampoco luchar de forma revolucionaria por la autodeterminación de los albanokosovares.

En cuanto al llamado que hace el PSTU al unísono con la mayoría de los falsos trotskistas esparcidos por el mundo (PTS argentino, Workers Power inglés, LCR y LO francesas, etc.) de “Fuera las tropas de Milosevic de Kosovo”, la OTAN les agradece de antemano, ya que facilitaría mucho su invasión de Yugoslavia por tierra, alternativa colocada por el imperialismo delante de la heroica resistencia del pueblo servio a los cobardes bombardeos aéreos.

Para el GTO no es mucha sorpresa si la LIT se ofreciese para trabajar con el bandido de George Soros en la recaudación de fondos y armas para el ELK, pues al final, para quien ya pasó sus maletas y equipajes para el campo del imperialismo no le cuesta mucho creer en las versiones montadas por la CNN norteamericana sobre las barbaridades de los servios, para justificar la ayuda prestada al brazo armado de la OTAN que informa a los cazas yanquis, desde el territorio yugoslavo, los mejores blancos para ser bombardeados.


NOTAS

[*] PSTU es la sigla del Partido Socialista de los Trabajadores Unificado, sección brasilera de la Liga Internacional de los Trabajadores, LIT, organización que rompió con el trotskysmo ortodoxo a comienzos de la década del '90.

[**] Versión castellana, responsabilidad de Lucho Ardel


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