Actualidad   Panorama Internacional Nº 10

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PRESENTACION


LA presente edición de Panorama Internacional se estaba cerrando mientras se sucedían en el mundo algunos acontecimientos de mucha importancia política, no sólo para los trabajadores sino también para el imperialismo, obviamente con signo contrario para ambos.

En Yugoslavia, como coletazo político de la agresión militar del año pasado, fue derrocado Milosevic y asumió Kostunica: ¡Alegría del imperialismo mundial! Entre tanto, en Palestina la nueva Intifada enfrenta la agresión de Israel, cuestionando de hecho la política imperialista de una “paz” impuesta a favor de la contrarrevolución. En Bolivia, los campesinos y maestros desarrollan huelgas y bloqueos de carreteras contra la política del exdictador y agente del FMI, el presidente Hugo Bánzer. Por su parte, en Perú, tras varias movilizaciones y pugnas interburguesas, cae Montesinos y se abre un proceso de cambio forzado de gobierno; este proceso pretende ser liderado por Fujimori, de la mano del imperialismo y su lacayo en la OEA, César Gaviria. Se aprueba y se empieza a ejecutar el llamado Plan Colombia , de profundización de la dominación semicolonial sobre América Latina.

No podemos dar, en esta edición, respuesta a todos estos acontecimientos en curso. Publicamos una declaración sobere Palestina y hacemos énfasis en uno: el Plan Colombia, programa de agresión imperialista ante el cual el Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia – PST - hace un llamamiento para organizar su repudio con la unidad de los trabajadores y antiimperialistas latinoamericanos y del mundo. En dos artículos se examina el actual proceso de ofensiva imperialista contra América Latina.

Esta edición tiene también una importancia especial en cuanto nos permite presentar las principales determinaciones de la segunda conferencia del Centro Internacional del Trotskismo Ortodoxo – CITO -. Ellas responden a dos necesidades y orientaciones de nuestra corriente revolucionaria. El documento Principales Conclusiones políticas, a la vez que es una guía para la actividad partidaria, se constituye en una síntesis muy apretada de las principales discusiones que tenemos en la organización, como un proceso colectivo de elaboración, al tiempo que un llamado a nuestros lectores a la reflexión sobre la actual situación de los trabajadores del mundo. De otra parte, continuamos con la campaña que iniciáramos en 1997, en Defensa del Marxismo. A propósito del sexagésimo aniversario del asesinato de León Trotsky, a manos de la burocracia stalinista, publicamos un artículo que recoge los principales fundamentos que reivindicamos del marxismo.

Desde el Ecuador, un militante de la OST nos permite conocer nuevos elementos sobre la situación nacional, bastante convulsionada, por la acción del imperialismo y la burguesía y por las movilizaciones populares.

En otra sección de la revista damos cabida a la polémica y esta vez, sobre el partido revolucionario y su papel en los procesos de la clase obrera, a propósito de un artículo publicado en el número nueve de Panorama Internacional.

Para terminar, abrimos, desde este número, una sección donde daremos a conocer documentos o partes de ellos, de los clásicos marxistas o de dirigentes trotskistas revolucionarios, que sirvan para una mejor comprensión de los artículos que publicamos en la revista. En la actual ocasión, para acompañar Conclusiones políticas de la conferencia internacional, reproducimos un capítulo del folleto Revoluciones del Siglo XX de Nahuel Moreno.

Hacemos un llamado a nuestros lectores a comentar el contenido de la revista y a acompañarnos en las actividades políticas que se derivan de éste.


Comisión Internacional
CITO
Octubre 2 de 2000



EDITORIAL
Apoyemos la lucha del pueblo palestino


EL mes de octubre ha visto renacer la Intifada palestina: la lucha de masas contra la permanente agresión del Estado sionista de Israel, el enclave imperialista que desde 1948 arrebató los territorios al pueblo palestino. El 28 de septiembre, el dirigente del ultraderechista partido Likud,

Ariel Sharon, exministro de defensa y comandante, en 1982, de las masacres de Sabra y Shatila contra el pueblo palestino, en el Líbano, realizó una provocación con 3000 soldados israelitas al "visitar" la Explanada de las Mezquitas, en Jerusalén, el recinto sagrado de los palestinos.

Al día siguiente, el ejército sionista disparó contra éstos. Tales acciones contaron con la autorización del Primer ministro israelí el exgeneral Ehud Barak, responsable de los “Acuerdos de paz” firmados con la Autoridad Nacional Palestina dirigida por Yasir Arafat.

Las masas palestinas comprendieron que la humillación que les hacía este asesino, era la culminación de la vergonzosa traición que ha venido cometiendo la dirección de Arafat, al mantener la farsa de las negociaciones de “paz”, mientras se multiplican los asentamientos sionistas en los territorios palestinos, desde que se vienen implementando los acuerdos de Oslo (1993).

Allí, sobre la base de la ofensiva sionista-imperialista contra la primera Intifada, en el contexto de la derrota del ascenso revolucionario mundial y de la caída de los Estados obreros, aprovechando la división árabe lograda durante la guerra contra Irak, el imperialismo impuso sus planes. Logró que la OLP, con Yasir Arafat a la cabeza de su partido Al Fatah, realizara la peor traición a la legendaria lucha del pueblo palestino por conseguir la recuperación de su tierra, por la construcción de un Estado palestino y por la destrucción del enclave imperialista impuesto con la constitución de Estado de Israel. Se inició así el llamado “proceso de paz”, el término más odiado por las masas palestinas hoy, de una pretendida coexistencia pacífica con Israel, quien ha agredido sistemáticamente al pueblo palestino.

Se ha hecho evidente que el Estado reconocido por el imperialismo a los palestinos no es sino un verdadero régimen de apartheid: con la población palestina encerrada en bolsones de territorio inviables como unidad económica, y bajo la mirilla de los tanques israelíes. Más aun, dicho proceso no ha servido para mejorar la vida de los palestinos, por el contrario, durante los últimos siete años han empeorado sus condiciones económicas y sociales, al tiempo que la Autoridad Nacional Palestina cubre con falsas promesas la corrupción y los privilegios de los monopolios comerciales.

Estados Unidos, durante todo el tiempo, en medio de las “negociaciones”, ha respaldado la agresión sionista. Ahora, Bill Clinton, al condenar la violencia palestina, le cubre las espaldas de nuevo al ejército israelí, a la vez que hace esfuerzos por mantener los mal llamados Acuerdos de “paz”. De manos de Clinton y los imperialistas no puede haber solución para este drama del pueblo palestino. El imperialismo impulsó la creación de Israel y lo ha venido sosteniendo militarmente, porque es su gendarme en esta región de enorme importancia estratégica.

Estas son, en consecuencia, las condiciones que han llevado a las masas palestinas a levantarse contra ese proceso, cuestionando en los hechos no sólo la trampa de “paz” imperialista, sino a su propio gobierno. Es un nuevo capítulo de la ya larga lucha del pueblo palestino por su tierra y por la expulsón del imperialismo.

Es así como se han realizado importantes movilizaciones de masas en varios países y se hace necesario conseguir la unidad de todas las naciones árabes y todas las organizaciones políticas de los palestinos, contra Israel y el imperialismo. Todos los trabajadores y luchadores antiimperialistas del mundo debemos levantar nuestra solidaridad con la lucha del pueblo palestino, apoyando la Intifada contra los “Acuerdos de paz” y retomando las banderas tradicionales del no-reconocimiento del Estado de Israel; por el establecimiento de un Estado palestino, laico y democrático, con igualdad de derechos para judíos, cristianos y musulmanes. Ninguna confianza en Arafat, por la construcción de un partido obrero revolucionario que se levante como alternativa para los trabajadores árabes y judíos y que luche por la única salida consecuente para las masas palestinas: una federación panárabe socialista.

La política imperialista del gobierno de Clinton y los candidatos a sucederle en la presidencia de EE.UU., con el apoyo de los demás países imperialistas de Europa, es la misma en Medio Oriente y en América Latina: establecimiento de enclaves coloniales, sometimiento de los gobiernos para la ejecución de planes contra los trabajadores, a beneficio de la transnacionales, impulso a tramposos procesos de negociación y de “paz” con las direcciones políticas y guerrilleras que se levantan contra los regímenes burgueses, al tiempo que presiona y agrede militarmente para conseguir su derrota y claudicación, imposición de políticas económicas que deterioran paulatinamente las condiciones de vida de los pueblos oprimidos. Pero ni la política militar, ni las negociaciones de “paz” impuestas por el imperialismo han sido, ni son, ni serán el camino de solución para la situación de hambre, miseria, desempleo y opresión de los trabajadores y los pueblos del mundo. Así lo demuestran las experiencias de El Salvador, Guatemala y ahora Palestina.

Las masas palestinas y del mundo debemos unirnos en la misma lucha contra el enemigo común. Por tal razón, los trabajadores, campesinos, jóvenes y sectores populares América Latina y el mundo debemos enarbolar las banderas de lucha contra el imperialismo de la misma manera que los palestinos, con una amplia movilización de masas.


Comisión Internacional CITO
Declaración acogida por el Comité Central del PST-C
Bogotá, octubre de 2000



Llamamiento internacional contra el imperialista “Plan Colombia”

Partido Socialista de los Trabajadores de Colombia-CITO


  
  El imperialismo norteamericano, acompañado del europeo y japonés, ha diseñado el denominado Plan Colombia con el objetivo de derrotar a la guerrilla colombiana, estabilizar los regímenes políticos de la región y controlar las alas burguesas ligadas al mercado de los narcóticos.  
 

ESTE es un plan político, económico y militar para contener los factores de inestabilidad presentes en Colombia que amenazan extenderse al resto del área. Con este plan el imperialismo pretende aumentar la dominación y la semicolonización en América Latina.

El imperialismo tiene planteados dos retos políticos importantes en Latinoamérica: en primer lugar — desde hace varias décadas— la destrucción y restauración capitalista del Estado obrero cubano, para evitar que sirva como punto de referencia a las masas que podrían impulsar la expropiación de los medios de producción. En segundo lugar, la desmovilización de la guerrilla colombiana, que si bien es cierto no tiene como programa la expropiación, es un foco de desestabilización política que puede extenderse a otros países.

La intervención del imperialismo en Colombia es fundamental para sus planes, porque en este país se combinan varios factores que podrían conducir a una crisis generalizada y, además, le sirven como argumento para organizar y extender sus acciones de dominación en el conjunto de la región.

Estos factores son:

Como el imperialismo tuvo que desmontar el Comando Sur ubicado en Panamá, está montando ultrasofisticadas bases militares en el continente —base de Tres Esquinas en Putumayo Colombia y base de Manta en Ecuador, que se suman a las ya existentes como Guantánamo en Cuba y Viques en Puerto Rico— y está impulsando la creación de ejércitos mercenarios para responder con métodos de guerra a cualquier crisis seria que se presente en la región.

El gobierno imperialista de Clinton ha logrado unificar a los partidos Demócrata y Republicano alrededor de este plan, que combina la política de reacción democrática, (negociaciones, acuerdos y concertación) con la política de guerra, utilizándola para imponer la negociación que es su política privilegiada. Actualmente se ha producido un salto en el terreno de los métodos de guerra. El gobierno de Pastrana, fiel a los intereses Norteaméricanos, acaba de expedir once decretos de reestructuración de las Fuerzas Armadas aumentando la capacidad militar para el próximo año. Se doblará la cantidad de helicópteros a una cifra de 172, de 10.000 soldados profesionales se pasará a finales de año a 42.000, de cerca de 300 millones dólares que se estaban recibiendo en “ayuda” se pasa a 1.300 millones de dólares siendo la mayor parte destinada a fortalecer la capacidad militar y se incrementa la presencia de asesores militares yanquis en el territorio colombiano.

La burguesía colombiana de conjunto se ha unificado alrededor del plan y está acompañada por la mayoría de los gobiernos y burguesías del área. Con esa unidad pretenden golpear a los trabajadores latinoamericanos con los planes de carácter económico que impone el imperialismo, coadyuvar en la destrucción de la selva amazónica, en el destierro de los campesinos pobres de la región derrotando, por ejemplo, al movimiento Sin Tierra de Brasil.

Como expresión del “humanitarismo” imperialista, y su cruzada pacifista para desarmar las masas, debilitar sus luchas y apoyándose en la clase media, el régimen colombiano viene impulsando movilizaciones de carácter reaccionario llamadas “No Más”. Estas movilizaciones tienen por objeto buscar apoyo para el régimen, justificar sus acciones represivas y aplicar los planes económicos contra las masas trabajadoras. A esto se suma el paramilitarismo creado con la venia del imperialismo, la complacencia del régimen y el apoyo velado de las Fuerzas Armadas.

La escalada militar se combina con las negociaciones de paz con la guerrilla colombiana como una tenaza que tiene como objetivo su desmovilización, capitulación e incorporación al régimen y al sistema, como ya ha sucedido con otros grupos en Colombia (EPL, PRT, M19, Quintín Lame) y en Centroamérica (FMLN en El Salvador y URNG en Guatemala). A la vez, la guerrilla colombiana no tiene una política para proponerse como alternativa y agrupar las masas en el enfrentamiento con el imperialismo, el régimen, el gobierno y los planes de contrarrevolución económica que están imponiendo. Los dos grupos más importantes (FARC y ELN) están negociando cada uno por su lado, y mientras los trabajadores realizan paros y protestas, la guerrilla organiza reuniones de negociación con el gobierno, en muchas ocasiones boicoteando las luchas de las masas.

Por su parte, la mayoría de las direcciones sindicales impulsan la política de concertación, apoyando las negociaciones, intentando crear falsas expectativas en las masas y debilitando la conciencia antiimperialista. Denuncian sólo el aspecto militar del Plan y callan frente a los aspectos político y económico.

En medio de este panorama, el imperialismo y el gobierno de Pastrana avanzan y propinan fuertes derrotas a los trabajadores y a las masas —aunque éstas luchen—, debido a la ausencia de una dirección revolucionaria que centralice esas luchas y canalice las energías con una política revolucionaria para derrotar los planes imperialistas.

La existencia y accionar del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), como parte de la corriente internacional, el Centro Internacional del Trotskysmo Ortodoxo (CITO), tiene como propósito impulsar la construcción de esa alternativa revolucionaria a nivel nacional e internacional, al calor de la lucha de resistencia contra la intervención imperialista y la política explotadora y represiva del régimen, el gobierno y los patronos, expresándose en la actualidad en la lucha contra el “Plan Colombia”.

Por eso hacemos un llamado a las organizaciones obreras como la CUT brasileña, las centrales obreras argentinas, la COB boliviana y demás organizaciones sindicales y políticas de los trabajadores en el continente, a impulsar un encuentro continental para discutir y trazar un plan de lucha regional que derrote el Plan Colombia en sus tres aspectos: político, económico y militar, y que las centrales obreras colombianas encabecen la convocatoria de dicho encuentro.

Igualmente llamamos a los trabajadores europeos a realizar acciones de protesta, como mítines en las embajadas norteamericanas; a los trabajadores norteamericanos, a movilizarse contra el gobierno de Clinton y el parlamento, para que cese su agresión, reeditando la movilización que contribuyó a la derrota yanqui en Vietnam. A los trabajadores cubanos, para que al tiempo que enfrentamos la intervención imperialista en la región, luchemos conjuntamente contra el plan de restauración capitalista en la isla y por la defensa del Estado obrero y la revolución, exigiéndole a Castro que se ponga a la cabeza de esa lucha.


Bogotá Colombia, Septiembre de 2000
Partido Socialista de los Trabajadores
Colombia-CITO
Dirección electrónica: pst3@usa.net



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