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Título: "Cosmosofia: Princípios Esotéricos... uma Síntese"
PRÓLOGO
El conocimiento es como agua pura y cristalina que emana y fluye de una Fuente Una, en la cual todos pueden zambullirse o beber lo que necesitan. Para algunos, se presenta como un pequeño cauce de aguas turbias que corre de forma lenta y tortuosa; para otros, como una inmensa catarata de Luz indescriptible. Sea cual sea el caso, el conocimiento no es privilegio ni propiedad de alguien, y también no debe ser confundido con sabiduría (la cual es comprensión profunda y absoluta de la vida). Él es una Totalidad atemporal, un estado Uno, la Memoria Universal o memoria del Logos, u otra denominación cualquiera en ese sentido. Quien sea que consiga entrar en contacto con esa Fuente, podrá obtener todos los conocimientos que le sea posible contactar, tanto los pasados como los futuros, que, en verdad, constituyen el eterno presente (pues los otros no "existen"). Siendo así, cualquier conocimiento, de cualquier área, no pertenece a ser alguno que no sea "Él", el "Logos", el "Alto" y, por tanto, no debe ser proclamado como invención o propiedad particular.
Esta obra no es una excepción; ella fue elaborada a partir de muchas otras, y mismo lo que por ventura parezca original, en esencia no lo es, pues siempre existió, existe y existirá en la Realidad Una. Una vez percibida, nuestro deber fue tornarla visible, como lo hace el escultor con una piedra. A los ojos de las otras personas parece simplemente que él la está esculpiendo, cuando en realidad, él está revelando la forma que percibió estar dentro de ella.
Siendo así, abdicamos de cualquier derecho que no sea la responsabilidad de lo que fue escrito. Cualquier elogio, que sea dedicado a la Luz y Paz; cualquier crítica constructiva, que a nosotros sea enviada, pues las fallas conceptuales que puedan ser encontradas en el texto son de nuestra única responsabilidad, mismo en los casos en que hayan sido extraídas de otro (ya que también no las vimos y/o corregimos).
Por los motivos expuestos, reafirmando que el conocimiento es Universal, y apenas como método personal, preferimos evitar citar sistemáticamente durante el texto los nombres de los diversos autores, salvo en momentos determinados, haciendo su referencia cuando consideremos necesario, por medio de numeración sobrescrita conforme aparecen en la Bibliografía, perdonándonos si eso causa algún tipo de inconveniente en algún ego más irreflexivo, ya que no tenemos la intención de minimizar la luz de autor alguno, muy por el contrario.
Por otro lado, tenemos que humildemente saludar y agradecer de forma respetuosa y cariñosa aquellos seres que de manera verdadera, calorosa, determinada y desinteresada nos legaran su saber, labor y vida, con el intuito de que realmente nos libertemos de todos los prejuicios y amarras, tanto materiales como espirituales. Evidentemente, debido a las limitaciones de esta obra, no podemos citar a todos los que conocemos, y también debido a nuestras restricciones, no podremos conocer a todos. Registramos también que, por nuestra parte, queda autorizada la reproducción de cualquier fragmento de esta obra, mismo sin citar su "fuente", desde que no sea para fines egoístas, separatistas o comerciales.
El desarrollo en un determinado ámbito (llamémosle "X") se procesa gobernado por ciertas leyes que podríamos decir ser "eternas" e "inmutables" para ese tipo de ámbito. Como todo lo que es manifestado tarde o temprano se modifica y se desarrolla conforme un determinado "plan", llegará un momento en que ese ámbito "X" también lo hará, pasando a ser gobernado por otras leyes. Pero cualquier otro campo de manifestación que sea semejante al "X", mismo que se encuentre en otra parte lejana del Kósmos, será gobernado por leyes semejantes, pues para ese tipo de ámbito las leyes fundamentales son las mismas. Por eso decimos que ellas son inmutables. Obviamente que esas leyes también pueden sufrir modificaciones y pueden transformarse en otras, pero en ese caso normalmente dejarían de actuar en aquel campo de manifestación "X". Cualquier modificación determina que el ámbito y las leyes ya no sean los mismos. Todavía podríamos decir que todos los campos de manifestación semejantes al "X" forman una unidad, lo mismo ocurriendo con las leyes regentes, y todo eso hace parte de una Unidad Mayor. También sabemos que una misma energía puede originar leyes distintas en un mismo universo, cuando cambia de nivel (plano) de conciencia, y que las leyes varían en cada ciclo evolutivo. Una ley que en un determinado ciclo era considerada evolutiva, en otro ciclo puede ser retrógrada (involutiva).
Por lo tanto, todo lo que es manifestado (sea un átomo, un hombre, un planeta, un universo etc.) es gobernado por leyes específicas que son determinadas por el propósito que deba ser cumplido, por las características de los niveles de existencia en que el desarrollo se procesa y por las energías predominantes. Las leyes que actúan en un determinado universo son la expresión de la Vida-Conciencia regente de ese universo, emanan de su intención, están relacionadas con la interacción de su energía con el campo (niveles) en el cual se manifiesta. Esas leyes no son eternas y fijas; ellas pueden transformarse, o desdoblarse, lo que sucede normalmente en el proceso Evolutivo.
Muchas "escuelas" ("movimientos", "corrientes" etc.) esotéricas, mismo teniendo bases originalmente verdaderas, se cristalizaron total o parcialmente y no acompañan los cambios por los cuales pasa nuestra Humanidad en la superficie de la Tierra. Por otro lado, otras habiendo vislumbrado parte del proceso futuro están pretendiendo avanzar demasiado rápido, lo que también no ayuda de forma adecuada, pues dispersan energías y no actúan con todo el potencial que disponen. Todavía existen aquellos que se polarizan demasiado en ciertas profecías, y en las posibilidades de catástrofes y cosas de esa índole, pero sabemos que el ser humano de la superficie no se liberará y evolucionará realmente por el conocimiento de esos hechos, y mucho menos por el miedo (como ciertas doctrinas ya lo intentaron).
Debemos recordar que mismo las verdaderas profecías son posibilidades, no son hechos que tengan que suceder al pié de la letra, pero siempre cumplen el objetivo por lo cual fueron expuestas. En los casos de profecías "malas", ellas son como avisos que pueden propiciar los cambios necesarios (que ellas "visaban") y no cumplirse, o al revés, y los hechos hasta tener mayores proporciones que los anunciados.
Por lo antes expuesto, nada seguimos ciegamente, sea un ser, ideología o institución. Respetamos todos y todo. Damos referencias tanto de los que transmitieron y defendieron "sus" conocimientos como de los que nos quisieron libertar de todos ellos. No vemos divisiones, y mismo que en la unidad de la vida en la Tierra aparentemente permanezcamos en nosotros, eso no constituye una separación. Además, exhortamos a que todos intenten ver lo que los otros tienen de positivo, según su propia óptica, y que dejen las diferencias de lado para trabajar en conjunto, por el bien de todos los Reinos en la Tierra.
Escribimos porque es lo que tenemos que hacer por el momento, no para que alguien lea y mucho menos crea y siga lo que decimos. Todo lo que se puede hacer es esbozar, digamos así, didácticamente, simbolismos imperfectos sobre fragmentos de la Vida Una.
Que estas líneas sirvan para libertar mentes, y no para cautivarlas. Que puedan servir como una parte de la argamasa con la cual será construido el puente que conducirá las personas hacia su propia luz, puente que, por su vez, sólo debe tener algún valor en cuanto se transita por él. Utilizamos los que otros escribieron, compilamos muchas cosas y modificamos algunas, pero eso es parte de nuestra propia historia. Por algún motivo tenemos que mostrar una parte de ella, y es lo que estamos haciendo.
Que el lector tenga suficiente coraje para construir y vivir su propia historia, y no la de otro. Inteligencia para eso cualquiera puede tener, ahora ¡coraje...! Lamentablemente todavía muchos pocos la tienen. Escribimos lo que vibra en resonancia dentro de nosotros, y no apenas porque alguien lo dijo. Que el lector sepa que pese a todo lo que será dicho, nada plegamos ni afirmamos categóricamente. Cada cosa tiene su valor, pero nada es absolutamente lo más importante; todo es lo que es. ¡Que cada uno de nosotros pueda ser lo que es!
Nadie puede "salvar el hombre", modificarlo, ni aquellos que para eso intentan dominarlo, ni los que pretenden libertarlo, sea material o espiritualmente. Las dos son posiciones, y todavía humanas; las dos implican en conflicto, en dualidades. Por otro lado, no podemos aceptar y participar de los niveles de la ignorancia, separatismo, violencia y corrupción contemporáneos. ¿Qué debemos hacer? Intentar estar atentos, observar y trascender las dualidades, lo que para nosotros, simplemente humanos, tal vez sea la tarea más difícil a emprender. Tenemos que recorrer un camino, en lo cual el caminante es el propio camino, no puede haber Senda y andador, apenas la unidad.
El todo se modifica cuando una partícula que lo compone se altera. Cada uno de nosotros es una partícula que compone nuestra Humanidad como una totalidad. Cada partícula humana posee en si misma los implementos para auto modificarse. Cada uno de nosotros es responsable por esa tarea. ¿Cómo podremos hacerlo? No existen fórmulas mágicas preestablecidas, y a lo que todo indica, podrá ser hecho por medio del autoconocimiento, por la observación activa, por la verdadera meditación y empleando los conocimientos adecuados de modo secundario como herramientas para que eso se torne una realización, un acontecimiento. Pero cada uno deberá descubrir por si mismo, o entonces continuaremos a ser esclavos de algo o alguien. Que todas las mentes realmente se liberten, ¡Paz!
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