Artículo publicados en el diario Síntesis por: Miguel Santiago Reyes Hernández Para
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Publicado en Síntesis el 12 de Marzo del 2001 UNA VOZ DISCORDANTE PERO PRECISA Camilo Estrada Luviano Plaza & Janés en 1997 publicó un libro que lleva el siguiente título: Subcomandante Marcos. El sueño Zapatista. Entrevistas con el Subcomandante Marcos, el mayor Moisés y el comandante Tacho del Ejército Zapatista de Liberación Nacional. Realizadas por Yvon Le Bot con la colaboración de Maurice Najman. Cito todo el título porque el grado de Subcomandante es inferior al de Comandante y sin embargo el o los autores el primero lo escriben con mayúsculas y a los de mayor jerarquía los escribe con minúscula y esto puede ser obra de la editorial y no de Le Bot que, por la lectura del libro, se puede concluir que es una persona seria, de análisis profundo y, por lo tanto, de respeto. Pero este hecho, el de escribir Subcomandante y comandante con mayúscula y minúscula respectivamente deja ver bien claro todo el manejo mercadotécnico que se ha hecho de la figura de Marcos. Este, si le creemos a lo que él dice de sí mismo y no tenemos por qué no creerle, es solamente la voz de los indígenas levantados en armas desde el primer día de 1994 y por lo tanto sólo es el Martho Sahagún del Comité Clandestino Revolucionario Indígena (CCRI) y él, con frecuencia así lo deja bien claro: por mi voz habla el CCRI, pero los medios de comunicación masiva siempre hablan de Marcos como si él fuera el movimiento zapatista, cosa que él nunca ha dicho ser, y como si lo que dijera Marcos fuera lo que dicen todos los zapatistas y esto puede ser cierto en cuanto él, Marcos, es vocero de ellos, pero esto encierra un gran desprecio que los medios expresan hacia los indios y que el Sub, al no negarlo enfática y explícitamente lo reedita, porque el ser indígena no es sinónimo de ser tarado y ellos pueden hablar, quizá no en perfecto castellano, que por otro lado, ni nosotros, los mestizos y ni los criollos, lo hacemos o hacen. A quienes incondicionalmente apoyamos al EZLN nos deja un amargo, muy amargo sabor de alma, no el ver que los medios de comunicación masiva endiosen a Marcos, sino que él mismo se deje endiosar y que además les eche a la culpa a aquellos de eso sin pararlos de manera tajante, como debiera hacerlo y, ¿ por qué debiera hacerlo?, pues simplemente porque él por muy jefe militar que sea del EZLN, no es el jefe de todos los zapatistas que, sabemos, no sólo son los armados, sino también los milicianos y, lo principal, las bases de apoyo que es donde se encuentran lo que el mismo Marcos llana niños y ancianos del EZLN porque con las armas no pueden andar los ancianos ni los niños; ellos no pueden estar más que en las bases de apoyo sin las cuales el EZLN dejaría de ser lo que es y pasaría a ser una simple gavilla. Esto nos lo enseñó, hace ya muchos años, el glorioso Che Guevara en su Guerra de Guerrillas. El verdadero jefe de todos los zapatistas el CCRI y esto el Sup lo tiene bien claro, son los medios lo que se hacen que no lo entienden, pero Marcos también los deja hacer y tanto peca el mata la vaca como el que le alza la pata. Aunque duela, hay que decirlo: Marcos anda fuera de la cazuela. Cuesta pensarlo, pero, por los hechos, parece que fue seducido por el canto de las sirenas con colmillo que son los medios de comunicación masiva, éstos, todo mexicano bien nacido sabe que bailan al son que le toquen los pesos y es de lamentar que el Sub eche por la borda tantos años de lucha sólo por prestar oído a la musiquita que le han puesto para arrullarlo y quizá para algo más. Esto sí es para dar coraje y más que eso, porque Marcos desde el primero de enero de l994 ha sido consecuente, luego cabe aquí la interrogante de que si esto que está sucediendo con él, ahora que llegó al D.F., es consecuencia de su consecuencia o simplemente está cobrándose tantos años de ser vilipendiado y repudiado por esos que medios que hoy le dan tanta cancha. Ni que no poseyera tal seso y su alma estuviera llena de amargura abisal. Esto es imposible aceptarlo, pero si así fuere la historia es como la muerte: implacable. Ojalá deje que el Sup de andar regando el tepache. |