Artículo publicados en el diario Síntesis por: Miguel Santiago Reyes Hernández Para
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Publicado en Síntesis el 27 de Febrero del 2001 EL COBRE DE FRENK - FOX Camilo Estrada Luviano El amigocho Frenk nos seguirá dando tela de donde cortar porque, bien dice el dicho, zapatero a tus zapatos y él es un buen zapatero que para el fascismo foxiano que dirige el país está que ni mandado a hacer. No es gratuito que los cazadores de cabezas de Vicene Fox y Quesada lo hayan recomendado para ocupar la Secretaría de Salud. Él es cosólogo posgraduado en el extranjero -nada menos que en Harvard- y con su gigantesco curriculum sería poco menos que imposible encontrar a alguien más idóneo. Y él ni tardo ni perezoso de inmediato nos muestra sus grandes cualidades de administrador, de recaudador, de prestidigitador, de mago, de amante de la gente, de clasemediero no tan rico, en fin, de antas cosas de lo que son capaces todos los elegidos de dios para poder moverse en las esferas tecnocráticas del gran capital mundial que terminan en doctores transferidores (VGA). Seguramente, con frecuencia volveremos a hablar de la sabiduría que despliega el cosólogo Frenkció, por hoy sólo admirémosnos de las siguientes sabiondas palabras: "Un país se desarrolla por la inversión en su gente, y eso quiere decir salud y educación... El gran cambio que se está dando a nivel mundial es ver a la salud como una inversión. No como consecuencia del crecimiento económico, sino causa del mismo" (La Jornada, 4/II/01). Este médico renegado metido a administrador se fue a gringolandia, La Meca de los de su estirpe, a estudiar sociología, pero le enseñaron algo que ve a la gente no como entes sociales sino como insumos y, en el mejor de los casos como consumidores. Por eso al analizar el desarrollo, si es que alguna vez lo ha hecho, no ve que éste genera nuevas necesidades y posibilidades de satisfacerlas y como la satisfacción de las necesidades de la gente no es el objetivo del capitalismo que tiene como finalidad la obtención de ganancias, esas necesidades surgidas son materia de negocio, posibilidades de vender algo a algún consumidor, y esto, aunado a que para el capitalista siempre es indispensable el aumentar la productividad lo cual no es otra cosa que hacer que el obrero produzca más por menos paga o, si esto no es posible, en el peor de los casos, aunque sea por el mismo salario. Para lograr una mayor productividad sin aumentar el poder adquisitivo de los obreros el camino más fácil de hacerlo es aumentando los precios, pero esto, la temible inflación, agarra parejo y no es el más conveniente. La inflación es inevitable en el capitalismo, y hace que el costo de la mano de obra, quiérase o no, o suba o provoque tensiones sociales. Pero esto al cosólogo Frenk no le interesa, para él, su objetivo es lograr que los capitalistas obtengan más y mayor ganancia permanentemente y por eso nuestro aplicado friedmaniano doctor, que no médico, Frenk ve la salud como una inversión, no como un gasto social ineludible si el gobierno fuera de la gente para la gente y no del gran capital para, obviamente, unos pocos explotadores nacionales o extranjeros o en concubinato descarado. Y viene el charolazo, para que nadie ose contradecirlo: "Los economistas más clásicos empiezan a darse cuenta de que no hay crecimiento económico cuando no hay salud y que mucho del milagro económico de los líderes asiáticos se debió a sus mejores niveles de salud. (para Frenk, el buen recaudador de impuestos, el que Suharto haya asesinado a más de un millón de indonesios en sus más de 30 años de dictadura amasiada con las grandes transnacionales es peccata minuta). Todo mundo está de acuerdo en que la educación es fundamental para que haya desarrollo económico. Bueno, la inversión en educación no rinde cuando los niños están enfermos"(Ibid). Mas claro no canta un gallo. Sólo le faltó agregar que hay que tener niños sanos para que la inversión que se haga en salud se traduzca en más y mayores ganancias para aquellos para quien trabaja, los grandes capitalistas. Esto es el foxismo fascista y que ahora los panistas no vengan con tanta monserga en sus mandíbulas. . |