Artículo publicados en el diario Síntesis por: Miguel Santiago Reyes Hernández Para
comentarios e informacion, puedes mandar un e-mail a |
Publicado en Síntesis el 14 de Marzo del 2001 SOCIEDAD CIVIL, PRD Y MARCOS Camilo Estrada Luviano Definir qué es lo que se entiende por sociedad civil es importantísimo porque no se puede intentar hacer un análisis ni siquiera siendo mucho muy somero usando conceptos latos, porque de esa manera cada quien da el significado que desee y así únicamente se hacen monólogos, sinónimo de lo que llaman diálogo de sordos cuando los hablantes poseen el don de la audición. Sociedad civil es una entelequia a la Marcos acude constantemente y hasta le agradece el que estén vivos, dice, los zapatistas, porque ella es la que siempre se ha movilizado atándole, con eso, las manos al gobierno con lo que ha evitado que ellos sean aniquilados por él. Y en parte tiene razón, pero no las bondades de eso que llaman sociedad civil, sino porque al haber alguien que puede darse cuenta y publicitar lo que suceda, el gobierno de esa forma queda con las manos atadas; pero bien podríamos decir que eso es uno de los muchos resultados posibles y que, además, tal resultado es producido no solamente por la movilización de la sociedad civil, sino también por muchas otras posibles causas existentes dentro de la complejidad que es el mundo actual. Y afirmamos que no se debe a las bondades de la sociedad civil, porque es poco menos que imposible que haya alguna bondad en la entelequia llamada sociedad civil porque tal cosa no existe a menos que por ello se entienda la bola de gente que se junte para vociferar a favor o en contra de algo o simplemente para celebrar el triunfo de alguien en algún partido de futbol , pero no debemos, nunca de los nunca, olvidar que la bola de gente aunque se le llame sociedad civil como puede manifestarse en defensa de algo o alguien, digamos los indígenas, también puede vociferar en contra de ello o ellos. Igualmente no olvidemos que Hitler disfrutaba de las multitudes que en aquellos tiempo le llaman masas. Cambiarle ahora a las entonces llamadas masas por el sociedad civil no es nada positivo porque, por lo menos, en aquellos años, el hablar de las masas no implicaba desconocer la existencia de las clases sociales y en momento actual el concepto sociedad civil es tan elástico que se presta perfectamente para navegar hermosamente por las ciberpistas y tranquilizar la conciencia del pecado histórico que trae en su alma casi cualquier europeo debido a estropicio que sus ancestros, generaciones pasadas, han cometido contra casi toda la humanidad. No es casualidad que sean ellos lo que la hayan introducido al uso político, pero el que en nuestro medio se recurra a tal cosa que ni Marcos sabe lo que es pero ahí está y que, según Ybon Le Bot es "Aquello que los zapatistas han dado en llamar la ‘sociedad civil’ es esencialmente un espacio emancipado del poder, donde puedan afirmarse los sujetos individuales y colectivos" ("El Sueño zapatista", l997,p97) es discutible Eso de que existan espacios emancipados del poder sólo puede ser más en lo más íntimo y nunca en lo colectivo porque toda sociedad es controlada por el poder de la clase dominante, por muy sutiles que sean los métodos que utilice para tal fin. Y si un planteamiento social (político) lo estamos llevando a la esfera de la intimidad lo menos que se puede decir es que se está dando gato por liebre y eso francamente no se vale y, además no pega, ejemplos de esto lo tenemos con la fallida CND y el igualmente fallido FZLN y puede haber más. Que el PRD se haba como el tío Lolo al respecto, peor para él, pues ya fue excluido del FZLN y además, el propio Marcos llama a la sociedad civil no a los partidos políticos, así que ¿por qué tanta insistencia en andar en la procesión? El sentimentalismo no puede dar frutos políticos viables sino solamente melcocha hipócrita que flaco favor le hará a los indios en su lucha. Y, con perdón de quien sea, si se insiste en que la sociedad civil hará que se apruebe una ley que desde tiempo ha debería existir pues esas ambiciones serán muy nobles, generosas y hasta cristianas, pero no son, precisamente revolucionarias. |