Artículo publicados en el diario Síntesis por: Miguel Santiago Reyes Hernández Para
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Publicado en Síntesis el 23 de Marzo del 2001 ¿QUÉ ENVEJECE A QUIEN? Camilo Estrada Luviano El individuo, por social que sea, o quizá, por eso, siempre establece parámetros y paradigmas dentro de los cuales él mismo se acota y no estamos hablando de la moral ya que ésta la establecen los meros-meros de la clase dominante por medio de las relaciones sociales que predominan según el devenir histórico. No, hablamos del hacer político, análisis, conocimiento, en fin, ciencia. Claro, que se puede aducir que todo esto no deja de ser un acto moral y en última instancia es verdad, pero entonces estaríamos entrándonos en el campo de la filosofía y esa no es nuestra intención, sino sola y simplemente plantear cosas que todos tenemos en mente, pero que ese cuadro en el cual nos enmarcan o nos enmarcamos no nos permite decirlo. Pero, si realmente deseamos ser consecuentes es deber insoslayable el decir cosas que, por el momento, la mayoría vocifera que no deben decirse; y peor tantito cuando esa supuesta mayoría es ficticia bien sea por la magnitud del ámbito en que nos encontramos, v.gr., una determinada institución o, porque la voz que lo dice ha sido rodeada de un hálito conferido por el puesto burocrático o simplemente por la histeria colectiva. Hace un tiempo el Sup dijo en uno de sus comunicados que no era tiempo de hacer ajuste de cuentas entre la izquierda o entre los diferentes grupos que se autoproclamaban de izquierda, sino que era tiempo de unirnos para luchar todos juntos y posteriormente se sacó de la manga esa entelequia que llaman sociedad civil. Por la razón que sea, casi todos han hecho caso de ese llamado-petición y aquellos que se colocan por sí mismos en el lado opuesto de la derecha han cumplido, aunque sea a regañadientes con él en lo general aunque en lo privado y en ocasiones muy en lo privado sí se hacían, si no ajustes de cuentas, por lo menos reclamos o recriminaciones o reproches o etc. Y como que todo mundo entró en la orgía de la sociedad civil, esa cosa que quién sabe que será pero que ahí está Esto no es sorprendente, porque el no hacer ajuste de cuentas significa que cada quien piense o crea que los demás coinciden con él y así cada quien agarra el compromiso que quiere o finge que agarró algún compromiso y si no es consecuente simplemente se puede justificar con echarle la culpa al otro y como no es el momento del ajuste de cuentas no hay derecho de reclamo de nadie a nadie. Lo de la sociedad civil es más cómodo. Cada quien hace lo que quiere cuando quiere, se habla de hacer algo por algo o alguien con las razones más disímiles o estrambóticas que se quiera y el voluntarismo sustituye todo rigor de análisis y todo lo que imponga cumplir con ciertas cosas y, además, nada obliga a nadie. La voluntad de hacer o no hacer es la ley y, si queremos, tomamos algún gurú y lo seguimos o decimos que lo seguimos y así hagamos lo que hagamos se puede justificar con alguna frase, dentro o fuera de contexto del sacralizado gurú y mejor aún, si éste está de moda todavía mejor si también está de moda en el extranjero y lo podemos ver o leer en las pistas del Internet. Esta jalada de la sociedad civil es un "gran" invento para soslayar e incluso negar la lucha de clases y así juntar perros y gatos y meterlos en el mismo costal. Nos moveremos, sí, pero hacia dónde y hasta dónde. Eso ya no importa, lo que importa es movernos, en el camino veremos cómo y para dónde. Y a eso le llaman creatividad cuando no es más improvisación para salir del enredo en el que se han metido. Sí en el que se han metido los calenturientos de la sociedad civil y los alocados con ella. Si a lo de la sociedad civil le agregamos lo del no al ajuste de cuentas tendremos como totalmente normal que el gobierno de Fox y Quesada , aunque diga que fue teté, mande a lo obscurito a los comandantes del EZLN con todo y su Subcomandante y su representante ante la sociedad civil y que los mas reaccionarios panistas digan lo que dicen y en el caso del jefe Diego aunque ande también con máscara, no de trapo, sino de pelos en la cara, ¿quizá porque sus manos están también ensangrentadas? Y conste que esto lo dijo él mismo. El que escupe para arriba, le cae en la cara. |