De las tres familias de escarabeidos coprófagos existentes,
se puede, de una manera general, considerar a los
Aphodiidae
como endocópridos, a los
Geotrupidae como paracópridos
y de los
Scarabaeidae, al grupo de los
Scarabaeinae
como telecópridos, siendo paracópridos los
Coprini
y fundamentalmete endocópridos los
Onthophagini.De
este modo encontramos una primera separación de hábitats
que tiende a evitar la posible competencia entre especies.
Los
Aphodiidae comprende numerosas especies de talla generalmente
pequeña. Son de los primeros coprófagos que llegan a la boñiga,
penetrando en la misma. Tienen una estrategia reproductora de tipo
r, poniendo los huevos libremente en el excremento. Esto les ha
comportado una gran plasticidad ecológica, habiéndoles
permitido colonizar numerosos medios. De ahí que en ocasiones
sean los únicos escarabeidos presentes en ciertos ecosistemas
como los de montaña, donde las condiciones de vida a veces se hacen
difíciles.
Los Geotrupidae junto con muchos Scarabaeidae,
poseen una estrategia reproductora que se sitúa entre
el tipo r y el tipo K, si bien, más
cercana a esta última. Este hecho implica que protejan de
alguna forma su descendencia, acumulando en galerías el excremento
y efectuando alli la puesta. Algunas especies de escarabeidos siguen
estrictamente el tipo de reproducción del tipo K (especies
del los géneros
Copris y
Scarabeus, en estos
grupos los hábitos de alimentación y cria son más
complejos existiendo coperación de sexos en la nidificación
junto con cuidados de la prole que pueden llegar a ser de gran complejidad)
La diversificación de los hábitos de alimentación
y cría permitió evitar en gran medida la tensión
inicial que conllevaba la concentración de numerosas especies
e individuos en el excremento. La diversificación de hábitos
de traslado del alimento, contrubuye a una repartición inicial
de un recurso que originalmente ocupaba un área pequeña
y se evita de este modo, el solapamiento espacial de las especies.
No obstante, la posibilidad de competencia de estas especies no
se vería reducida en gran medida, si no fuera por la adopción
de otra serie de estrategias ecologicas tendentes a una utilización
diferencial de los recursos denominada
competencia difusa
(MACARTHUR, 1972), que afecta a tres parámetros de gran importancia
en la consideración de nicho ecológico: la dimensión
trófica, espacial y temporal en las subdimensiones anual
y diria.