En esta sección podras encontrar, desde historias teñidas de marrón y blanco, que cambiaran cada tanto (sacadas de diarios barriales, como "La Luna de Saavedra" o "Tiempo 2000"), hasta entrevistas a jugadores, dirigentes, hinchas, ademas de aquellas cosas que sentía debían estar en la página y no sabía donde. Si tenes algo que quieras publicar ene sta sección manda un mensaje a: fcalamares@yahoo.com
Un '68 que no fue primavera.
Hace treinta años Platense realizaba una campaña que llenaba de frustación a todos los hinchas. Luego de una actuación exitosa en el torneo anterior, en la que se araño el título, el año '68 lo encontraba al final de la tabla.
Por qué se desmenbró tan fácilmente un gran equipo como el del Metropolitano del '67, es algo que todavía se preguntan los hinchas de Platense. Cúal o cúales fueron las razones para que el equipo más ofensivo, y de hecho el de la delantera más goleadora de aquel torneo, se desintegrara como por arte de magia. Cuánto de responsabilidad tuvieron los dirigentes de aquellos años que cambiaron de un plumazo medio equipo y qué papel jugo Angel Labruna antes de abandonar el puesto de D.T., dejando ir, o en algunos casos sugiriendo la partida de nombres como Togneri, Recio, Lavezzi, Miranda o Bulla.
Se sabe lo complicado y aleatorio qe resulta para cualquier club armar un buen plantel. Los equipos grandes gastan importantes sumas de dinero, en fichajes explosivos o trabajando con empeño y planificaciones rigurosas, en las inferiores. Para los clubes llamados chicos, la tarea es aúm más difícil, ya que al no contar con el dinero suficiente para los grandes pases, deben limitarse al trabajo serio con el semillero -que no fue el caso de Platense-, o a confiar en el azar, que le permita traer un ignoto talento, o a que el destino combine losnombres justos y en el momento justo. En cualquiera de los casos, cuando esto se consigue, lo que debería intentarse es mantener al menos la columna vertebral de ese buen equipo logrado. Un ejemplo de ello fue, por aquellos años, el Estudiantes de Zubeldía, que mantuvo la base del '67, con algunos nombres agregados, y logró aquella histórica seguidilla de las copas Libertadores y la Intercontinental. Desde allí hasta el Velez de los '90 sobran los ejemplos para ilustrar esta actitud.
Sin embargo la dirigencia calamar sorprendió a propios y extraños cuando, a pocas semanas de aquella histórica semifinal en cancha de Boca, decidió la venta de algunos de los mejores jugadores de ese año. Néstor Togneri y el juvenil Lavezzi pasaron a Estudiantes de La Plata, para colgarse todas las medallas que estaban por venir; el bahiense Juan Carlos Recio viajó al Monumental de Nuñez, y se convirtió en figura riverplatense, llegando inclusive a integrar la selección nacional en algunos partidos; Carlos Bulla volvió a Central y fue el goleador del torneo promocional; Jorge Miranda y Leonardo Mansuetto también dejaron el club y de esa forma se desintegró el gran equipo que tantas alegrías había traído al hincha calamar. Con la partida del caudillo Mansuetto y el esforzado Togneri se desmembraba la defensa. Recio se llevaba con su número cinco a cuestas, todo el peso del medio campo y de aquella maravillosa delantera se alejaba el habilidoso Miranda y el talentos Bulla. Todas las líneas desarticuladas. Un gran equipo casi desarmado.
De todos los nombres que llegaron para emparchar los agujeros, sólo destacarón el cabezón Juan Carlos Piris y el negrito hugo Rivero, quienes formaron una dupla defensiva central que rápidamente, se ganó el afecto de la hinchda. El cabezón, por su elegencia y gran sentido de la ubicación y los tiempos, y el uruguayo Rivero, por su espectacularidad y entrega. El resto pasó sin pena ni gloria: Eliseo Alvarez, Camera, Oropel, Guzmán, Zapata, Curia y el pintoresco Cavoli, que parecía enredarse con el balón ante la mirada estupefacta de los rivales.
Con la dirección técnica interina del veterano Juan Carlos Murúa, que seguía jugando, se comenzo el Metropolitano del '68. Después de la gran campaña del año anterior, ese año, el mismo torneo los sorprendió en la última fecha, en el úlitmo lugar. Algo que si no provocara cierta indignación mezclada con trizteza, sría un buen banco de chistes y bromas de todo tenor y calibre.
Poco para destacar de ese torneo. En algún momento tocó enfrentar al verdugo Estudiantes, que todavía provocaba resentimiento y ganas de venganza. Sin embargo la victoria por 2 a 0 frente a los pinchas, a pesar de un exgerado festejo, no logró eclipsar la mala campaña, como tampoco impidió reconocer que el equipo de Zubeldía se encontraba por entonces mirando con más antención sus copas afuera del país, que sus compromisos nacionales. Derrotas a troche y moche como se podrá suponer por la ubicación fianl en la tabla, el regreso a mitad del torneo de la chancha Topini. El arquero que había venido de Bahía Blanca allá a fines de los '50 y que había cimentado su prestigio en incontables jornadas -el ascenso del '64 frente a All Boys es sólo una-, volvía para reecontrarse con su gente, luego del polémico paso del falco Hurt.
R.R., De "C.A. Platense, una historia de novela", Cap. 34
"Cuando el equipo pierde algunos partidos, la gente se pone insoportable".
"Año nuevo, vida nueva",gritaron los hinchas de Platense cuando finalizó 1998 y se enteraron que la comisión directiva había aprobado el retorno de Pedro Marchetta como técnico del club para este año.
Muy pocos hinchas de Platense se habrán alegrado por el ascenso del Basquet Masculino a la División Superior, del subcampeonato en la División "A" en Hockey sobre Patines o que las cadetas de Basquet Femenino salieron campeonas. La mayoría de los hinchas vivieron, durante 1998, preocupados por la mala campaña que realizó el primer equipo de fútbol en los torneos Clausura y Apertura y presionar por revertir esta situación. Por esta razón y, por cuestiones personales, debió alejarse Carlos Picerni, pasando a ser su reemplazante, el "Profesor" Cordoba. Tampoco fueron muchos los que se preguntaron como andaba la situación económica y apoyaron la candidatura de Pedro Marchetta sin preguntarse si el club podía afrontar lo que pretendía ganar el nuevo técnico. Porque en la vida de una institución como Platense no pasa todo por los resultados futbolísticos, entrevistamos a su presidente, el Ingeniero Carlos Schaffer, para realizar un balance general del año 1998 y adelantarles lo que tiene pensado hacer durante 1999.
"La idea es mentalizarnos para poder estar entre los primeros cuatro de la tabla". Esta es una de las primeras afirmaciones que realizó Pedro Marchetta el día que firmó el contrato, a fines de Diciembre. Para convertir en realidad sus pretensiones, le exigió a la comisión directiva la contratación de dos volantes, uno por izquierda y otro derecha. Además Marchetta pretende trabajar sólo con 25 profesionales; cuando asumió eran 32, por eso "se fue Claudinho, Osantos (el marcador de punta paraguayo), Peinado, Caviglia, Sementano y Rivarola que se quedo acá, ya son seis" nos informo Schaffer. Todo sea para ver a Platense en los pirmeros lugares de la tabla.
A.M., en "Tiempo 2000"
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