3. EL PRIMER GENOCIDIO
El Padre Fray Manuel Arellano Remondo,
al informarnos que "la población disminuyó por razón
de las guerras", se refiere indudablemente a las víctimas de la
Guerra entre la primera República de Filipinas de 1898 y Estados
Unidos de Norteamérica.
Esa disminución de la población
filipina nos lo señala luego otra fuente, esta vez norteamericana,
como constituyendo "la sexta parte de la población filipina". La
fuente norteamericana a la que nos referimos es la del historiador James
B. Goodno autor del libro The Philippines: Land of Broken Promises, Nueva
York, 1998, cuya página 31 nos suministra esa importante cifra y
dato.
Si hemos de creer que fue la sexta
parte de la población filipina la que pereció como víctima
de las sangrientas masacres perpetradas por la soldadesca invasora de Estados
Unidos entre 1898 y 1902, las bajas de una población total de nueve
millones sumarían, de hecho, a un millón y medio (1,500,000).
Y, diga lo que se diga, este hecho
histórico es evidencia de nada menos que un genocidio cometido en
contra del pueblo filipino que precisamente es de habla española.
Si ahora se puede inclusive decir que el español nunca se habló
en Filipinas, ese resultado es la evidencia misma del genocidio perpetrado
durante la guerra filipino-usense que se prolongó hasta 1907, incluyendo
la masiva resistencia armada puesta frente a la invasión militar
de Estados Unidos, por parte del segundo presidente y general de la República
Filipina de 1898, Macario Sacay y de León.
(El Presidente Sacay asumió
el poder tras la captura y arresto domiciliar del Presdiente Aguinaldo;
pero en 1906 fue engañado, mediante políticos filipinos (que
empezaron a creer en la "benevolencia" norteamericana), con una falsa oferta
de amnistía y un puesto a la proyectada Asamblea Nacional. Fue calladamente
ahorcado en 1907 de una forma injusta y totalmente criminal en comparación
con el caso de José Rizal. ¡Ahorcaron criminalmente al segundo
presidente de la República de Filipinas!).
El citado Don Luciano de la Rosa
nos informa que "es de esperar que una enorme proporción de esas
bajas sean filipinos de habla hispana ya que eran los de este habla los
que mejor entendían los conceptos de independencia y libertad y
los que escribierón obras en idioma español sobre dichas
ideas".
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