En Acerca de mi les he contado un poco de mi historia. En esta página voy a contarles sobre lo que siento y pienso de mi.
Como les he contado, mi primera vez fue cuando tenía 3 ó 4 años. Siempre que recuerdo esa vez me parece difícil creer que a esa edad podía sentir la necesidad de travestirme. Puede que les parezca mentira, pero así fue.
En esos lejanos días de mi niñez, todo parecía como un juego, como si jugar a ser niñita fuera lo mismo que jugar a la pelota, con la diferencia que era un juego privado y escondido. Como no todos los días podía ponerme ropa de mis hermanas, algunas veces, al ir a acostarme, usaba un pijama de pantalones cortos y, al entrar en contacto mi piel con las sabanas, sentía como si estuviera vestida solo con una faldita. Eso era suficiente para que en mi imaginación, yo me transformara en niña. Esto no sucedía todas las noches, pero cuando pasaba, me quedaba dormida jugando a ser mujercita.
Hubo un tiempo en que estaba convencida de que algún día, al crecer, yo me convertiría en mujer. Tanto que una vez se lo dije a mi madre y eso causo un pequeño pero significativo escándalo en mi casa.
Vestirme de mujer se convirtió en un habito para mí durante mi adolescencia, tanto así que ya no solo sacaba ropa del closet de mis hermanas sino que luego las escondía en mi habitación.
Mis juegos en ese tiempo pasaron a ser mas complejos y comencé a inventar historias para "vivirlas" cuando estaba vestida. Al principio era solamente imaginar que era una niña común y corriente, que iva al colegio, que más de algún chico se enamoraba de mi y cosas por el estilo. Pero de a poco empezó la necesidad de que esa niña que había dentro de mi también tenía deseos sexuales, y que esos deseos algunas veces se realizaban ya fuese masturbándome (como lo haría una niña) o teniendo relaciones sexuales.
Los problemas más graves a esa edad los tenía con mi conciencia. Mientras estaba vestida todo era hermoso y muchas veces hasta sublime, pero siempre terminaba tan exitada que al final se me producía un orgasmo (de hombre). Aparte de lo complicado que era esto, porque temía ensuciar las ropas con semen, estaban los cargos de conciencia porque me parecía que todo eso estaba mal. Siempre dentro de mi aparecía esa vocecita que me decía que yo era "hombre" y no "mujer" y que eso que hacia era una falta de respeto a todas las mujeres incluyendo a mi madre, y que todo no era más que una forma complicada de masturbarme...
Cuando por fin me fui a vivir sola, todo cambio. El hecho de poder vestirme en casa sin tener que esconderme transformó mi forma de ver mi feminidad. Pude empezar a experimentar y a mejorar mi imagen femenina. Sobre todo cuando tuve que hacer mis primeras compras. Como ya no tenía la ropa de mis hermanas para usar se hizo necesario comprarla. Las primeras veces era algo sumamente emocionante. El nerviosismo antes de entrar a una tienda de ropa interior femenina, consultar a la vendedora (porque siempre era una vendedora),todo comparable a lo que debe sentirse antes de lanzarte en paracaídas. Y después, cuando salía del local y llevaba esos bolsos con esos logos delatores...
Al llegar a casa solo quedaba probar lo comprado para ver si no me había equivocado en las tallas. Entonces llegaba la alegría de verme transformada en mujer una vez más y esta vez con ropa propia.
Con el maquillaje pasó algo similar, pero en menor escala ya que tenía mas experiencia en compras. Primero compraba revistas de maquillaje, luego recorría varios locales en busca de los productos que quería comprar y finalmente los compraba.
Es impresionante lo que un poco de maquillaje puede hacer por la imagen de una. Desde la primera vez y hasta el día de hoy, siempre que me maquillo el resultado es muy gratificante. Es como dejar definitivamente de lado al hombre y dejar salir a la mujer. Yo no puedo vestirme y no acompañar mi ropa con un buen lápiz de labios y sombra de ojos, entre otras cosas.
Con todas estas mejoras en mi feminidad los sentimientos de culpa fueron desapareciendo, no de un golpe pero si poco a poco. Logré hacer las paces conmigo misma y separé lo que significa ser hombre en la vida diaria a lo que es sentirme mujer en la privacidad de mi casa.
Para mi, travestirme es algo más que simplemente vestirme de mujer y contemplar esa imagen en un espejo. Es una búsqueda permanente de lo que significa ser mujer, con todo lo que ello implica.
No solo me gusta verme bonita y hasta sexy, es vivir un poco lo que deben vivir las mujeres diariamente, aunque sea solo por unas horas.
Debido a esto es que esos "juegos" que antes eran simples ahora son mas complejos. Cuando me visto ya no imagino que soy mujer, simplemente SOY mujer. Con los brasieres que uso les hago algunas mejoras para que parezca que tengo pezones y estos se pueden adivinar debajo de las blusas o vestidos, como a cualquier mujer. Me compre unos calzones especiales que aumentan el tamaño de las nalgas y también me las arreglo para aumentar el tamaño de mis caderas.
Ahora mis historias son como serían las vidas de cualquier niña. Siento que tengo una vagina, útero, ovarios y me veo teniendo periodos de fertilidad y hasta menstruación. He jugado a ser una colegiala, a ser profesora, secretaria, enfermera, dueña de casa y, por qué no, una chica de la calle.
Y cuando pienso que tengo relaciones sexuales me gusta sentir que efectivamente estoy siendo penetrada por mi vagina hasta llegar al orgasmo. Hasta me he conseguido ropa maternal y me he vestido como si estuviera embarazada.
También he sido novia, me han besado y me han propuesto matrimonio. Y me he casado y he sido madre, como cualquier mujer.
Algunas veces simplemente me visto por el puro gusto de vestirme, por simplemente dejar de lado la dureza de ser hombre para vivir el sentimiento, la dulzura y la fragilidad de una mujer...
... como cualquier mujer.
Se que a algunos todo esto puede parecerles de locos, pero es así como vivo yo esa feminidad que llevo dentro.
que sabe algo más acerca de mi
