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Número uno
Contra el contubernio filisteo Declaración
de Principios de nuestro Fanzine
Un enigma desvelado: Jimmy
no murió en Brighton Quadrophenia: una tesis revisionista
Purple Weekend: Un mundo moderno
Comentarios al Purple Weekend 99
La Voluntad (volviendo al origen)
Canto a la disidencia de corazón boscoso
Tatoo Artículo contracorriente - y lleno de humor- sobre los
tatuajes
Domingos
de cine: El silencio de los corderos
Llamada a los cineastas vascos: Se busca un nuevo
Nanni Moretti para un paseo en Vespa por Bilbao
El yogur de los modernos ¿Qué es ser moderno?
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Número Uno
"La noche está llena de tabernas y de castillos, y en todos
hay pieles de animales, armas, fuego que crepita en las
chimeneas, hombres fornidos como árboles, y nunca ningún
reloj" (Ernst Bloch)
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Nuevamente los amigos de Hergé nos presentamos
para compartir nuestro secreto hacer contra el alboroto moderno, plutócrata
y etnocéntrico.
Buscamos presuntos afines: hermanos de la Costa,
niños del País de Nunca Jamás, poetas soñadores en el destierro, habitantes
de Syldavia, divisionarios en las estepas rusas, compañeros de taberna
en Innisfree, ... todos estáis invitados a enrolaros como tripulación
en esta aventura iniciática de desafío a los relojes, los miedos paralizantes
y la seriedad.
Queremos compartir trescientos treinta y tres descubrimientos
que nos hacen sentirnos vivos, dignos habitantes de un mundo todavía posible:
Jim Hawkins en la Hispaniola camino de la isla del tesoro, Los tres Investigadores
junto a un joven bilbaino de bigotillo incipiente resolviendo misterios,
Fernando Savater y su saber enciclopédico y hedonista, una guitarra Rickenbaker
en un club londinense, Audrey Hepburn sonriendo desde un cartel cinematográfico,
el capitán Tan en las selvas de cartón piedra, ... La tarea es dura pero
la recompensa del guiño cómplice, ese que nosotros y sólo nosotros entenderemos
cuando nos reconozcamos como afines en nuestra sorda guerra contra los
miedos milenaristas, merecerá la pena.
Hemos nacido como despertador, nosotros que detestamos
los relojes, de las conciencias que aguardan, entre la somnolencia de
los tiempos modernos, un sentido poético de la existencia. Porque, como
dijo certeramente un joven diputado de la segunda república española,
a los pueblos sólo les mueven los poetas.
"¡Vamos, Watson, la aventura comienza!"
^^
Un enigma desvelado: Jimmy no murió en Brighton
En el mundo mod el gran debate de los últimos veinte años ha sido si
Jimmy, el protagonista de Quadrophenia, saltó, junto con la vespa del
As de Oros, por los acantilados en las cercanías de Brighton. Repetidas
visiones en vídeo de la película, congelando las imágenes, no han hecho
sino avivar las discusiones. ¿Muere Jimmy o sólo fallece su universo mod
simbolizado en esa vespa que cae lentamente sobre las rocas?
Somos numerosos los jóvenes - y ya no tanto -que hemos crecido al amparo
del mito mod de Quadrophenia y su iconografía. Hemos pasado mucho tiempo
hablando reiteradamente de Jimmy, del As de Oros o de Brighton sin tan
siquiera, en muchos casos, haber visto la película. Sin embargo, el tiempo,
tal vez la maldita madurez, y una visión más desapasionada nos revelan
Quadrophenia como una película radicalmente antimod.
La película, escena tras escena, va demostrando como el mundo mod en
el que vive Jimmy es un globo de aire que inevitablemente se va desinflando.
El suceso desencadenante de la crisis final de Jimmy es descubrir que
su héroe, el As de Oros, trabaja como un simple botones, el servilismo
profesionalizado y mercenario, en un hotel para ricos. Jimmy, pese a su
alienación progresiva fruto de su incomprensión, reforzada por el abuso
de las drogas, de la realidad que lo rodea, alcanza un punto de lucidez
y rompe con su mundo mod en el momento que arroja la Vespa del As de Oros
por el acantilado.
La scooter, como símbolo del vacío e inutilidad del mundo reducido a
una estética, cayendo contra las rocas en cámara lenta resulta una escena
muy bella, pero Jimmy, contrariamente a lo sostenido por muchos, no cae
con la moto. Poniendo atención en la película, ésta comienza con una vista
del joven protagonista Phil Daniels caminando al contraluz de una puesta
de sol por esos mismos acantilados presentes en la escena climax final.
Toda el film es un flash back desde que Jimmy rompe con su universoo mod.
El enigma está resuelto: Jimmy sobrevive. La siguiente incógnita a despejar
es qué hace Jimmy en los años noventa. Quizás se ha vendido, como tantos
otros, a la lujuria del tener o tal vez su idealismo, presente en la película,
le haya conducido a algún movimiento revolucionario transversal.
En realidad, Quadrophenia es una acusación contra todas las propuesta
juveniles puramente esteticistas (mods, skins, punks,..). La música, el
"smart dress", las actitudes dandys,... pueden resultar divertidas y provocadoras
pero no significan nada si detrás no existe un proyecto sugestivo de transformación
del mundo radicalmente injusto en el que vivimos.
Como le oimos decir a un mod, que increpaba al cantante de los Flechazos
en el Purple Weekend en León, "¡aqui mucha estética y poca revolución!".
Andropop
^^
Purple
Weekend: Un mundo moderno
N se sintió tentado a olvidarse de la propuesta de sus amigos y disponerse
a pasar un tranquilo fin de semana en casa. Un poco de deporte, un poco
de salida nocturna, en fin, el típico fin de semana estandar. Pero recapacitó:
nunca había estado en una concentración mod; además, el cartel de conciertos
parecía interesante y, que coño, es bueno cambiar de ambiente de vez en
cuando determinados grupos de los que siempre había oído que eran mod:
Small Faces, Who, Jam y algún otro. ¿Qué más era necesario? ¿Alguna estética
en particular? Eso siempre puede arreglarse con unas pintas de tiradillo
bien elegidas ¿Algún grito de guerra? ¿Algo que nunca se debe decir? Eso
se aprende sobre la marcha, por la metodología de la observación detallada.
Cuando N y sus amigos se plantaron en el primer concierto, dedicaron
la parte inicial del mismo a aplicar la metodología. Observaron fauna
y más fauna, empachándose de parcas, trajes entallados de cuatro botones,
gafas de pasta, polos Fred Perry, botines de ante, camisas de chorreras
y bolsas-bandolera de Viajes Ecuador. La estética captada. ¿Y la actitud?
¿Sería cierto aquello del alma mod? N recordaba en una ocasión haber leído
que Paul Weller dijo tras la separación de los Jam: "Yo siempre seré un
mod".
Observando a su alrededor - una vez más siguiendo estrictamente la metodología
adoptada- advirtió una quietud triste y en cierto modo irritante, nadie
bailaba, ni gritaba, ni saltaba, ni se empujaba. Como si la fiesta no
fuera con ellos. Pensó N entonces que quizás la culpa era de la música,
que no ayudaba y por primera vez se concentró en lo que ocurría sobre
el escenario. Para entonces unos británicos practicantes de un soul instrumental
sofisticado dejaban su puesto al plato fuerte de la noche.
Quizás fuera porque los supuestos cabeza de cartel eran unos estruendosos
americanos que hubieran pintado más en un Monsters of Rock que en una
concentración mod, pero el hecho es que nada consiguió despertar la gélida
indiferencia reinante. Agarrándose a un clavo ardiendo - la música no
era nada acorde con la naturaleza del festival- N decidió postergar la
formación de una opinión hasta el día siguiente.
Pero al día siguiente la escena se repitió esta vez ante un puñado de
buenos conciertos, esta vez sí, con un más o menos perceptible "sonido
mod" (Selenitas, The End, Bluetones,...). N se sintió en cierto modo decepcionado.
¿Y estos eran los mod? Recordó que en 1977 y con apenas 19 años, Paul
Weller compuso "A modern world" que, acompañado de Bruce Foxton al bajo
y Rick Buckler a la batería, hacía sonar en directo con gran rabia. Los
críticos musicales lo achacaban a los orígenes de The Jam, nacidos en
plena época punk, pero lo cierto es que N siempre había pensado que la
energía que desprendía esa canción provenía de su propia naturaleza. Paul
Weller hablaba en ella del sistema académico inglés, de cómo anulaba la
imaginación y la creatividad de los individuos y creaba autómatas sociales.
Y esto a Weller le reventaba.
Treinta años después, sus fieles y devotos seguidores se habían convertido
en símbolo de aquello que su admirado Paul más odiaba: la no disidencia,
la no rebeldía. Eso sí, siempre camuflados bajo una opción estética muy
cultivada y defendida frente al intruso.
Mr. Shankly
^^
La
Voluntad (volviendo al origen)
En las últimas filas, alli nos sentábamos. Y no hacíamos deporte. Leíamos
más que el resto (pese a ser malos estudiantes -porque nuestras mentes
estaban en otra cosa-). Tal vez alguno iba para superdotado... pero algo
debió de torcerse. Nos fumábamos las clases de gimnasia o nos librábamos
con dispensa. Los demás alumnos nos despreciaban por ello. Nosotros nos
apiñábamos en un grupo bizarro, fantaseábamos en un idioma propio y sacábamos
punta a la realidad como si se tratase de un lapicero.
Con el tiempo ganamos en seducción. Cuando a alguien se le descuadriculaba
un poco la cabeza y buscaba una pizca de misterio, se acercaba a nosotros:
sabíamos más que nadie de ciertos comics, de cierta música, de cierta
magia, de ciertas novelas, de ciertas películas, de ciertos afectos...
De pronto, las ranas se volvían príncipes por la alquimia de la conversación,
por descubrir nuevos continentes a los profanos, que nos miraban embobados,
con la boca abierta y ojos de inmenso respeto. Nuestras voces, nuestros
ámbitos eran otros: porque éramos otra gente. Los alumnos elegidos por
el profesor como celadores del aula nos detestaban. Se nos consideraba
el origen de todo desorden, de toda transgresión.
Había quien se nos unía temporalmente. Por el placer de la curiosidad,
por jugar a emociones nuevas, se permitía compartir nuestra rareza por
un tiempo: luego, se asustaba y volvía a la fila (acuciado por tal o cual
fobia, o temeroso de perder puntuación y estima ante profesores y celadores).
Otros, por el contrario, permanecían a nuestro lado, abriéndonos su corazón
y sus ilusiones y aportando nuevas búsquedas. Y la piña bizarra de las
últimas filas, día a día, se sublimaba en un más rico bagaje. La poción
mágica que nos iba marcando, curso a curso, para los años venideros dejaba
su concentrado poso en nuestro subconsciente.
Al pasar el tiempo, la pleamar filistea nos anegó a todos. A punto estuvimos
de perdernos entre las mil presiones para que volviésemos a la fila (coartadas
de todo tipo, incluso algunas camufladas falazmente de "disidentes", "alternativas",
"revolucionarias"...). Llegamos en algún momento a avergonzarnos de nosotros
mismos y quisimos rebajarnos a ser como los otros (más cuadrados, más
convencionales, más dogmáticos, más gendarmes de la imaginación y la herejía).
La pubertad quedaba atrás, según el DNI (aunque nuestro perenne retardo
emocional lo negara cada día), y nuestras señas de identidad (aquel tebeo
del Capitán América en el que descubrimos a Madame Hydra, aquel disco
de Marc Bolan con chistera, aquel cuento largo de Lovecraft protagonizado
por Randolph Carter, aquellas horas tibias de verano que nos inspirarían
siglos más tarde estrofas para una canción, aquel amor pionero sin sexo
definido por una criatura presuntamente afín, aquella serie televisiva
con el tipo del hongo y su hermosa ayudante, aquel film de los enanos
en el circo gritando "gabba, gabba"...) habían sido arrumbadas en polvorientos
desvanes de la memoria.
Un día, reparando en cómo nuestros antiguos condiscípulos (los que hacían
deporte, los que ocupaban las primeras filas, incluso algunos que desertaron
de nuestro lado...) se habían ido convirtiendo en ministros, diputados,
ejecutivos de discográficas, atletas olímpicos, cuadros de la Policía
o de la Guardia Civil, confidentes del CESID, columnistas de importantes
diarios, escritores de best-sellers, narcotraficantes de tronío, realizadores
de tv, magos de la publicidad, creadores de encuestas, celadores, arrepentidos
y reinsertados... nosotros nos sentimos, de pronto, tremendamente solos,
tremendamente vacíos, tremendamente alienígenas en un mundo ruin e imbecil
donde todo cristo toma en vano el nombre de los Dioses Otros (dioses más
grandes que la vida -como dijo el gran dios Orson,- llenos de misterio
y de sabiduría) y lo enmierda y lo confunde y lo vuelve insustancial.
Miramos atrás: nos habían echado de la radio, de la prensa establecida
y las demás vías también se nos habían cerrado (la sensación de marcianitis
era total)... La línea de sombra se hacía insoportable en aquella canícula
del 93. Por un instante planeó sobre nuestras cabezas la solución final:
acabar de una vez, apearnos de tanta abyección y tanta sordidez. Pero..
nos dimos una prórroga (¿por qué no?) y sacamos un fanzine. Sólo para
expresarnos, para recuperar a los demás compañeros de la última fila,
para plantar cara al filisteismo, para ser objeto de todos los epítetos
y desaires de los bienpensantes (pero ahora asumiéndolo con la cabeza
muy alta, libres de inmerecidas angustias, orgullosos de nuestra diferencia
real- justo cuando la palabra "diferencia" estaba siendo asaltada, castrada
y vuelta eufemismo inocuo por determinados lobbies).
Para expresar nuestro odio a lo vigente y nuestro amor a lo vetado: amor
a los Anarcas, a los Emboscados, a los colgados por las mutitudes (colgados
por el cuello o por los pies, en una plaza o en una celda, por tal excusa
o por la contraria, qué más da -los linchadores siempre son los mismos-),
a los mutantes de toda laya (porque - como Jack Kirby y Eduardo Haro nos
enseñaron- en les mutantes duerme Aquel al que conjuraba Nietzsche en
sus delirios: el Homo Superior).
El mundo sigue siendo un aula. Un poco más grande pero sin demasiados
cambios. Y sabemos que, fuera de nosotros y de nuestro fanzine, hay poco
(nada) que podamos hacer, salvo caer en la abyección, en la sordidez,
en la obediencia. Somos la piña bizarra de las últirnas filas, la otra
gente surgida de la mutación, hombres lobo y mujeres pantera (carne de
cárcel, de manicomio, de feria de fenómenos, de hoguera), brutos mecánicos
de corazón boscoso...Nada más y nada menos.
Nicolás Sicodelo
^^
Tatoo
Se han impuesto entre la juventud dos modas sorprendentes: el tatuaje
y el "piercing". Resulta ahora que los muchachos y muchachas se rellenan
los poros con tinta y se perforan la piel con aros de metal Ante esta
novedad práctica, a muchos ciudadanos se les plantea una duda terrible:
¿cómo podremos distinguir a un adolescente moderno de una vaca que lleva
en su lomo marcado al fuego el hierro de su ganadería y en el hocico un
aro para atarla a la puerta de la cuadra?
Intentaré dar un criterio identificativo de las dos especies que permita
diferenciar el ganado vacuno del "borregus inmadurus".
El joven tatuado aún tiene pendientes las matemáticas de segundo de Primaria
y la vaca ya se ha conseguido la denominación de origen.
La vaca sabe cuándo va a llover y en previsión de un chubasco se tumba
en la hierba mientras que el adolescente nunca sabe el tiempo que va a
hacer porque está todo el día metido en el bar y la climatología es una
cuestión que no le interesa.
El joven anillado cuando ha bebido se introduce en un automóvil rojo
en la madrugada del sábado al domingo para acabar empotrándose contra
una vaca. Esto nunca sucede al revés y no se conoce el caso de ninguna
vaca borracha que se haya ido a estrellar en coche contra un indefenso
joven.
La vaca produce leche, de la que se obtiene el queso en porciones, y
estiércol del que brotan champiñones. Hasta el día de hoy no se han recogido
datos que nos hagan sospechar que de un jovenzuelo se pueda obtener algo
provechoso.
El joven a la moda es absolutamente incapar de pronunciar alguna frase
que muestra un razonamiento inteligente. Por el contrario, la vaca, mediante
un complejo sistema de mugidos, es capaz de comunicarse con sus compañeras
e incluso de exigir la presencia del macho de la manada cuando requiere
de sus servicios, al mismo tiempo que pone música de fondo al campo.
Espero, amigos lectores, que les sea útil esta pequeña guía de campo
para que no cometan el error de intentar torear a un pobre chico.
Alex Tornasol
^^
Domingos de cine: El silencio de los corderos
Cada día somos más borregos. Y no lo digo como una frase hecha...lo digo
a conciencia. Y viene al caso ante la proliferación de un determinado
fenómeno al que asisto con una mezcla de curiosidad y desolación. ¿Habéis
tratado de ir al cine un domingo? Se ha convertido en una misión casi
imposible, digna del mejor agente 007 al servicio de su majestad. ¿Por
qué?
Lo primero, por la imposibilidad de encontrar una película potable en
toda la cartelera. En estos días en los que los cines -o multicines mejor
dicho; las salas grandes de toda la vida, con butacas cómodas y espaciosas
están en vía de extinción- crecen como champiñones debería haber una oferta
más amplia y de mayor variedad. Pero no, el progresivo abotargamiento
de los espectadores ha conseguido poblar nuestras salas de películas americanas
de encefalograma plano ¿Alguien recuerda cual fue la última buena película
que hizo un gran estudio?
Pero lo más preocupante del tema es que los cines se han llenado de efectos
especiales, de simulaciones por ordenador, de tiros, de patadas y de diálogos
absurdos al mejor estilo Stallone, y la gente parece disfrutar con ello.
No en vano, las recaudaciones en taquilla están alcanzando cotas inimaginables.
Incluso el cine español, tan estancado en otras décadas, se está aprovechando
de este boom para filmar un volumen de producciones anuales record.
Y, mientras tanto, las buenas películas que suelen llegar casi siempre
del viejo continente, Asia o Sudamérica (Tavernier, Egoyan, Kiarostami,
etc) no se estrenan o apenas permanecen una semana en cartel.
Pero quizás el efecto más llamativo es "eldomingodecine". ¿Cuántas veces
habéis visto ante una gran cola en las taquillas de unos multicines la
típica pareja que ante la imposibilidad de asistir a la primera película
seleccionada por encontrarse la sala -de 40 butacas, así son los multicines-
llena a rebosar, pregunta por otra y otra hasta que a la séptima encuentra
una sala con dos asientos en primera fila y acaban viendo "Venganza Mortal
III. The Return" y padeciendo una tortícolis de miedo?
La gente va AL CINE, no va a ver una película determinada. Es aberrante,
sería como ir a un partido de fútbol sin saber quien juega o ir a un concierto
sin saber quien toca. ¿Y por qué se produce este fenómeno? Creo saber
la respuesta. La cultura mass-media de nuestros días nos facilita el no
pensar, nos acomoda...y nosotros nos dejamos. Trabajamos diez horas diarias
y ¿qué nos ofrecen en los ratos de ocio? Entretenimientos inocuos. La
gente se sienta delante de la televisión echen lo que echen, siempre hay
algo con lo que pasar el rato. Pues el cine se ha convertido en lo mismo.
El domingo hay que ir al cine porque sí, para luego comentar que se ha
visto "Titanic" al quinto intento y que qué buena es (si ha ganado el
Oscar por algo será...)
Juro que el domingo que viene no voy al cine. Lo juro.
Caiser Sosé
^^
Llamada a los cineastas vascos:
Se busca un nuevo Nanni Moretti para un paseo en Vespa por Bilbao
Recientemente apareció en la prensa la iniciativa de Angel Rebollo y
otros directores vascos de rodar una película con Bilbao como protagonista.
Desde aqui aplaudimos este proyecto y nos atrevemos a proponer realizar
un remake del episodio "In vespa" de la película Caro Diario de Nanni
Moretti situando la acción en nuestra ciudad, siempre cateta, pero con
vocación eternamente postergada de cosmopolita.
"In Vespa" es una agradable paseo en scooter del director italiano por
la Roma estival. Nanni Moretti, siguiendo el modelo de su admirado Woody
Allen, nos va mostrando desde su vespa su particular visión de la ciudad
eterna: sus barrios, sus edificios favoritos, sus cines, ...todo ello
mezclado con periódicas verborreas - muy "allenianas"- sobre la falta
de compromiso de la sociedad, la ausencia de gusto en el cine actual o
las asignaturas pendientes de una generación. "In Vespa" se trata de un
episodio muy bello en una película muy personal.
¿Es posible rodar un agradable paseo en scooter por las calles bilbainas?
Es cierto que el Bilbao gris y cubierto permanentemente por el sirimiri
nunca se ha caracterizado por ser una ciudad motera. Sin embargo, el cambio
climático y el descenso de la contaminación por el desmantelamiento industrial
de nuestra margen izquierda pueden convertir un paseo en moto por nuestras
calles en una película excepcional como Caro Diario.
Ahora es el momento de rodar esta película. El nuevo maquillaje de Bilbao
para tratar de convertir, como a una vieja puta, la ciudad industrial
en una bella metrópoli de servicios puede privarnos en un corto periodo
de tiempo de escenarios tan cinematográficos como la península de Zorrozaurre
o los parajes ,ya dañados por el urbanismo ramplón, de Uribitarte.
¡Directores vascos, El Efecto Orégano os reclama para una tarea popular
y revolucionaria! ¡Las futuras generaciones exigen un testimonio visual
del Bilbao que agoniza a golpe de titanio, talonario de nuevo rico y esterilidad
cultural etnocéntrica acompañada con acordes de chistu y tamboril!
Mr Ringo Rango
^^
El yogur de los modernos
¿Crees que leer un cutre fanzine es un acto de rebeldía social? ¿Crees
que eres "pos" porque compras en tiendas de segunda mano espantosas camisas
de cuellos interminables? Lo siento, has de saber, que no siempre fue
así. Hubo tiempos en que para ser original había que hacer un largo recorrido.
Londres, Milán, eran destinos privilegiados, pero también estaba Biarritz,
donde podías comprar un yogur y presumir al día siguiente ante tus amigos.
No me podéis negar que era mucho más "chic" ir a ver pelis porno a Francia
que enchufarte a tele Bilbao los viernes de madrugada. Ya ves, ahora la
cosa ha cambiado sustancialmente, y cualquier super está lleno de diversas
guarradas provenientes de nuestro globalizado mundo, de forma que ya no
sabemos si nuestras tentaciones, que nos dan un aire de tribu renovada,
vienen de Filadelfia, Yakarta o Erandio.
Que lo prohibido, divertido, excitable y moderno ya no se encuentre únicamente
fuera de nuestras fronteras tiene, desgraciadamente, otro tipo de consecuencias,
a saber, nuestra exposición prolongada a la imbecilidad, ya no sólo propia,
sino también importada.
Hay individuos que sacan partido de la situación, y nos venden que tatuarnos
por un congo la piel es sexy y provocativo, o que perforarnos la lengua
es muy "bonito" (¿Hay palabra más cursi que ésta?). Y yo me pregunto,
¿qué tiene de bello tu papila gustativa taladrada por un tornillo barato
que seguramente ha sido injertado sin ningún ápice de compasión?.
Sin embargo, todo este proceso requiere de varios elementos. Así para
que existan especímenes de la serie A (los que se forran vendiendo estupideces),
tienen que reproducirse los de la categoría B, es decir, los que siguen
sin piedad a cualquier perturbado que salga en la tele llevando algo "original".
Hace unos años era estrangularnos el esternón con el maldito "Guonderbra",
ahora se trata de sombras de ojos modelo arco-iris y labios color melocotón
que dan un aire entre chorra y posmoderno/a aneuronal. Aunque, estaréis
conmigo que el misterio más inescrutable sigue siendo la razón última
por la que los hombres con prominente calvicie se tiñen de rubio.
Este fenómeno es además tendente a la expansión. Algunos de sus factores
multiplicantes no se conforman con ser sólo bobos/as , sino que además
son del modelo invasivo, es decir, de los que no se quedan únicamente
en qué debemos llevar, sino también en qué tipo de cuerpo debe lucir sus
perversos artilugios. Así nos indican que nuestro peso debe de ser similar
al de un pollo hambriento, nuestras piernas como las de la abeja maya
en huelga de hambre, y nuestros labios, abultados como la mejor muestra
de una colonia de calenturas. Pero volviendo a nuestra cuestión principal,
¿qué es eso de ser moderno?. Es decir,¿se puede ser moderno sin ser jilipollas?
¿Existe contra-cultura sin cultura? ¿Debo yo responderos a esto?. Mucho
me temo que el desafío es inmenso, sólo apropiado para algunas mentes
privilegiadas que se atrevan a navegar por las profundidades de la globalización
de la imbecilidad. Mientras tanto, el resto de los mortales tendremos
que conformarnos con cerrar bien las ventanas y volver a Francia a comprar
yogures.
Mick Blessing
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